Pese a las reformas emprendidas en los tres últimos años, España sigue suspendiendo notoriamente en Educación y acumulando asignaturas pendientes, según el último informe de Panorama de la Política Educativa de la Organización para la Cooperación y Desarrollo (OCDE), que reconoce sin embargo algunos progresos desde la puesta en marcha de la Ley para la Mejora de la Calidad Educativa.
"Del 2010 al 2014 han sucedido muchas cosas en España, pero estamos aún esperando a que las políticas puestas en marcha se traduzcan en resultados", reconoce Andreas Schleicher, director de Educación y Habilidades de la OCDE, que nos recuerda cuál es nuestro auténtico talón de Aquiles...
"El sistema educativo español es muy uniforme: todos aprenden exactamente lo mismo y al mismo tiempo. No se atiende a la individualidad del estudiante y se le da muy pocas opciones, lo que contribuye seguramente al abandono escolar prematuro. Hay que cambiar esa mentalidad, aunque eso requerirá un esfuerzo especial por parte de los profesores y llevará necesariamente tiempo".
La otra gran laguna del sistema español, en opinión del investigador y estadístico alemán, es "el bache entre lo que se enseña en las universidades y las necesidades reales que existen en la sociedad".
"Mucha gente abandona prematuramente la escuela porque siente que lo que le están enseñando no es relevante en el mundo de hoy", recalca Schleicher. "El problema de fondo es cómo conseguir que la educación sea relevante y construir los vínculos necesarios entre lo que se enseña en las aulas y el mundo en el que nos movemos".
Ese problema, cada vez más común en la mayoría de la sociedades occidentales, es especialmente agudo en España "porque hasta bien recientemente no se ha potenciado la Formación Profesional ni existían puentes entre el sistema de aprendizaje y los lugares de trabajo, como los cursos de capacitación técnica y vocacional".
"El sistema es muy homogéneo. Todos aprenden lo mismo y al mismo tiempo", dice un experto de la OCDE
"El resultado es una generación de ninis [jóvenes que ni estudian ni trabajan] que ha perdido la motivación por el aprendizaje y a quienes les resulta muy difícil engancharse al mundo laboral", asegura Schleicher. "Se ha gastado inútilmente mucho dinero en cursillos de preparación para desempleados, cuando la clave es llegar antes a esta población".
Nuestro país ocupa el antepenúltimo lugar de los 34 países miembros en la proporción de ninis con un notorio 26,8%, superado sólo por Grecia (28,5%) y por Turquía (31,3%) y seguido de cerca por Italia y México.
Pese a la existencia de problemas estructurales que van más allá de la Educación, existe una correlación entre el nivel de desempleo juvenil (por encima del 50%, casi el doble que la media de la Unión Europea) y la falta de preparación de las jóvenes generaciones para responder a las necesidades del mercado laboral o responder a las tendencias del futuro.
"La base educativa es la mejor de las garantías para el éxito en el futuro", insiste Schleicher, que suele poner a Finlandia y a Corea del Sur como referentes. "Y eso empieza con una revalorización de la tarea de los profesores, que tienen que ser considerados como una pieza clave en el futuro de nuestra sociedad".
En el ranking de OCDE, España vuelve a figurar entre los cuatro colistas por la "valoración" que los propios profesores creen que tienen en su respectivos países. Tan sólo en Eslovaquia, Francia y Suecia, los profesores se sienten peor "valorados" que en nuestro país.
Insiste también Schleicher en la necesidad de subir en nuestro país "el listón de la calidad educativa en Primaria y Secundaria", y romper el mito de la Universidad como fábrica de parados. "En los países donde hay una mayor proporción de titulados, el paro es menor. Y ésa es una lección que deberíamos tener muy clara en el momento en que construimos los cimientos de los futuros estudiantes... Siempre y cuando tengan claro que lo que están aprendiendo es relevante".
España sigue puntuando por debajo de la media en Matemáticas, Lectura y Ciencias en los exámenes del Programa Internacional para la Evaluación del Estudiante (PISA). La evaluación general de la escuela secundaria está también por debajo de la media de la OCDE, al igual que la inscripción en Formación Profesional, pese a los recientes esfuerzos por potenciar las alternativas de los estudiantes a partir de los 15 años.
La crisis ha hecho estragos, como en la mayoría de los países occidentales. A pesar de los recortes, que han afectado sobre todo a la proporción de alumnos por clase y a las plantillas docentes, el gasto medio por estudiante es mayor a la media de los 34, aunque el sistema adolece de falta de fuentes de financiación privada como las que existen en otros países.
El Programa para la Reducción del Abandono Temprano de la Educación y Formación del 2008 ha tenido tan sólo un "pequeño impacto", según el informe, que destaca también el bache educativo que existen con los inmigrantes.
"El sistema de repetición de cursos tiene el potencial de dificultar la igualdad de oportunidades y puede contribuir al abandono escolar", según el diagnóstico para España contenido en el Panorama de las Políticas Educativas del 2015. "El abandono escolar y las elevadas cifras de paro juvenil requieren esfuerzos especiales para consolidar las habilidades básicas y centrarse en la calidad de la educación, combinada con programas de capacitación técnica y vocacional para facilitar el acceso al mercado laboral".
El informe recalca también la necesidad de dar una mayor autonomía a las escuelas y al profesorado, así como un esfuerzo especial para apoyar a la población de inmigrantes y a los alumnos desaventajados. Según la OCDE, las instituciones deberían fijarse una metas muy claras de mejora de los estándares educativos nacionales y crear un hoja de ruta específica para llegar a ellos en un plazo razonable de tiempo.
Todavía hay 121 millones de niños desescolarizados
Los objetivos del milenio fijaban la educación universal de los seis a los 11 años en todo el mundo en 2015. Pero lo cierto es que hoy por hoy son 58 millones de los niños y niñas sin escolarizar, más 63 millones de adolescentes entre 12 y 15 años que tampoco tienen acceso a la escuela. «Todos y cada uno de estos niños son el recordatorio de una promesa rota», asegura la directora general de la Unesco, Irina Bokova, que recalca cómo el problema va más a allá de la mera de necesidad de profesores, clases y libros. "Necesitamos intervenciones para llegar a los niños en países en guerra, y a las niñas forzadas a quedarse en casa, y a los pequeños con discapacidades u obligados a trabajar desde edades tempranas". Una niña pobre en un enclave rural. Ése es el perfil más socorrido del menor desescolarizado, según Josephine Bourne, directora de Educación de Unicef, que destaca la ostensible diferencia de género en países como Pakistán (el 58% de las niñas entre 12 y 15 años no va a la escuela). Eritrea y Liberia tienen en cualquier caso las tasas más altas del desescolarización del mundo (66% y 59%, respectivamente). Aunque la pobreza sigue siendo la principal barrera en países como Nigeria, donde el 90% de las familias más desfavorecidas no envían a sus hijos al colegio.
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