lunes, 29 de noviembre de 2021

El periodista ciudadrealeño Jesús Fernández Úbeda

Jesús Fernández Úbeda: "La poesía se ha convertido en un refugio de escritores perezosos", entrevista de Luis H. Goldáraz (2021-10-01) en Libertad Digital

El escritor y periodista de LD publica su segundo poemario, Estado Incivil. Concierto de alcaudones.

Quienes conocen y quieren a Jesús Fernández Úbeda perdonarán que le llame embustero. Jesús es un embustero. A comienzos de este año me contó que se encontraba algo disperso, que era la primera vez en mucho tiempo que no tenía ningún gran objetivo —un libro en construcción, una nueva aventura periodística— con el que llenar los días de ese entusiasmo que siempre aportan las promesas futuras. Yo le veía y no me lo creía porque ahí, mustio como decía estar, seguía publicando artículos y entrevistas a ese ritmo endiablado que tan difícil es de igualar. Me explicó que la sequía literaria que sufrió durante el confinamiento era una experiencia demasiado amarga como para dejarse arrastrar por ella otra vez, y que por eso ponía el ímpetu en escribir cualquier cosa, lo que fuera que le permitiese continuar en la rueda. Poco después me enteré de que publicaba su segundo poemario, el tercer libro firmado con su nombre después de Aterrizaje forzoso y No le des más whisky a la perrita. La revelación no me terminó de sorprender. Al fin y al cabo, ya he dicho que Jesús es un embustero. Estado incivil. Concierto de alcaudones (Huerga y Fierro), este que ahora publica, podría darme la razón un poco en eso. Su apuesta por la métrica, en un mundo dominado por el verso libre, debería ser entendida como una declaración de intenciones. Pero hace falta releer lo que hay ahí dentro para comprender mejor. Aunque, puestos a reseñar el libro, mejor que nos lo explique él. Comenzamos.

Pregunta: ¿Qué diferencia a un embustero de un mentiroso?

Respuesta: (Risas). Pues yo te diría que un embustero es un mentiroso de cara a la galería. Lleva la mentira como un escaparate. El mentiroso, en cambio, tiene un puntito de pedigrí más. Lleva la mentira en el código genético. Y puede llegar incluso a mentirse a sí mismo o, todavía más, a creerse sus propias mentiras. El embustero no. El embustero es un corredor de bolsa.

P: ¿Un mentiroso puede ser poeta?

R: Sí. Evidentemente. De hecho, creo que la poesía es la mentira más maravillosa del mundo. O, mejor dicho, la poesía, cuando es mentira y está bien hecha, es la mentira más maravillosa del mundo. Como dice Knausgard, la melancolía o la desesperanza, en sí, no son cosas bonitas. Pero un texto que sepa hablar de ello de la forma adecuada sí. Ahí siempre juega un factor importante la elegancia, el estilo, el ritmo, la música. Son cuestiones que pueden convertir una mentira en algo hermoso. Por eso los grandes poemas de desamor, y las grandes canciones, consuelan. Lo que sí que procesan es una verdad terrible. Una verdad desgarradora, a veces. Pero la convierten en una mentira digerible y agradable. Y eso, pues bienvenido sea.

La poesía, cuando es mentira y está bien hecha, es la mentira más maravillosa del mundo

P: Claro. Estas preguntas iniciales me han surgido de unos versos tuyos: "Son más de cien los embustes, / posverdades, desajustes, / que muestra en su cantar el alcaudón".

R: Sí, sí. Mira, el alcaudón es un pajarito. En España hay tres especies: el alcaudón real, el alcaudón común y el alcaudón dorsirrojo. Es un pajarito muy bonito, aparentemente inocente, que lo que hace es imitar el canto de otros pájaros. Cuando la presa se acerca, el alcaudón, que a lo mejor es poco más grande que un jilguero, lo ataca, lo mata y lo empala. De esa forma construye sus particulares despensas. Son muy curiosas las despensas de los alcaudones porque en ellas puedes ver de todo: jilgueros, ratones, pajaritos, insectos. Es un pájaro mentiroso. En el libro hay mucha mentira y hay mucha verdad. Dice el tópico que las peores mentiras son las verdades contadas a medias. Y aquí hay muchas de esas verdades, entremezcladas entre sí, para dar lugar a la literatura.

P: En el poema Es mejor así, de hecho, pareces rectificar o desdecirte de ciertas cosas escritas en los poemas previos centrados en el desamor.

R: Sí, vamos a ver. La primera parte del poemario, que es Estado incivil, narra cómo una relación empieza muy bien, cómo se va enfriando, cómo se envenena y cómo se va a tomar por saco. También cómo, una vez ya se ha ido a tomar por saco, el protagonista quiere recuperar esa relación. La verdad es que no sé si me ha quedado un poemario narrativo, pero lo que desde luego he intentado es que tenga inicio, nudo y desenlace. La mujer protagonista, a la que van dirigidos los poemas, parecer ser sólo una, pero en realidad no es una sola mujer la que me los ha inspirado. Es un mejunje de todas las tías con las que he estado malamente en los dos últimos años. Lo que sí que es cierto es que el botón rojo, por así decir, la chispa que me inspiró todo el desarrollo de los poemas, es una relación muy concreta que yo quería dejar pero ella no. Ahonda en eso. El momento en el que intentas alargar algo, por pena o por falta de valor, o porque de verdad esperas que el tiempo lo solucione, pero no. Al final, claro, hasta luego, Lucas. Me parece una perspectiva interesante porque, en general, las canciones y los poemas de desamor suelen hablar desde la perspectiva del dejado. Su mensaje siempre es o bien "qué puta eres" o bien "cuánto te echo de menos". Aquí no. Aquí el cabrón soy yo.

P: Hablemos de la juventud. En tu poemario aparece, por ejemplo, en Buenas tardes, juventud. Y es un tema que ahora está muy de moda, con toda la polémica que se generó con el libro de Ana Iris Simón. ¿Nuestra generación tiene más dificultades para sentar cabeza?

R: Puf. Qué pereza me dan esos temas, la verdad. No sabría decirte. Creo que mi aproximación a la juventud es otra. La trato desde otra perspectiva. En diferentes partes hablo de los trastornos de la edad, más bien. (Risas). Es un hecho que el cuerpo da para lo que da. Cuando estás en la carrera puedes enlazar tres o cuatro días saliendo hasta las siete de la mañana y al día siguiente, aún estando hecho pedazos, con una siesta resucitabas. Ahora eso es impensable, claro. Ahora salgo una noche hasta las 4 y el día siguiente es un día perdido. Con respecto a lo de sentar cabeza… Bueno, la experta es Ana Iris.

P: Pero luego también tienes poemas que vienen a renegar de eso un poco, ¿no? Como si quisieses dejar claro que todavía te queda cuerda.

R: Sí, evidentemente. Lo que pasa es que la cuerda se reajusta. Yo no me veo como cartujo. Y ahora estamos en la Plaza del Dos de Mayo. Si caminas un poquito más hacia allá, hacia San Vicente Ferrer, y giras a la izquierda, está el Ocean Rock Bar, de mis amigos Víctor y Alberto. Si no me ves ahí un día a la semana es porque a lo mejor me ha pasado algo.

P: ¿Qué es la juventud?

R: ¿Qué es la juventud? (Risas). Bueno, para empezar es un estado fisiológico. (Piensa). Yo no le digo "buenos días, juventud", ni "buenas noches, juventud". Le digo "buenas tardes, juventud". A mis 32 años me considero, para empezar, una persona adulta. Es un adjetivo que está muy en desuso. Ahora nadie quiere ser adulto. No, no, yo soy un adulto joven. Pero un adulto cada vez menos joven. Un adulto al que cada vez le preocupa menos salir de noche para ligar y le preocupa más hacer cuentas para pagar su hipoteca.

P: ¿La hipoteca es el nuevo matrimonio? Me refiero como rito de paso a la edad adulta.

R: No sé si es el nuevo matrimonio, pero por lo menos es la nueva pedida de mano al padre. (Risas). O sea, la hipoteca te cambia la vida, tío. Mi piso de estudiantes era otra cosa. Rara era la semana en la que no hubiera allí una mini bacanal. Ahora en mi casa no entra ni dios. (Risas). O no. No sé. Es que ya no celebro ni mis cumpleaños en mi casa, si te digo la verdad. Porque cuando lo hacía igual estaba más pendiente de si a un capullo borracho se le caía la copa que de disfrutar de la fiesta. La hipoteca de una casa incrementa el grado de exigencia. Uno tiene menos licencia para hacer el ganso. Yo a mi anterior casero le dejé el piso fenomenal, eh, todo hay que decirlo. Pero es verdad que cuando la casa no es tuya estás menos pendiente. (Piensa). Contestando a tu pregunta, uno va dejando de ser joven cuando delimita más su jaula. Por muy dorada que sea. O sea, a mí no me apetece meter en mi casa a mucha gente. Y eso sí que creo que va con la edad. Yo ahora no podría compartir piso. Son grados que se van superando con la vida.

P: Hablemos de otro poema: Desertor. ¿Es una carta de presentación?

R: Ja. "No soy de la tribu / no tengo carné". La gente que ha leído el libro ha incidido mucho en ese poema. Muchos se han sentido identificados, cosa que me congratula. Es un poema sobre mí y sobre mi profesión. O sobre cómo afronto ciertos aspectos de mi profesión. Creo que en el periodismo hay mucha tribu y mucha mafia. Los periodistas que siguen a "A" suelen ocupar unos medios y los que siguen a "B" suelen ocupar otros. Y si un periodista del grupo "A" dice una barbaridad, automáticamente, todos sus amigos del mismo grupo salen a defenderle, aunque haya dicho la cosa más injustificable del mundo. Es normal, claro. A uno le contratan de jefe de opinión en un sitio, o de cultura en otro, y se lleva a sus amigos. Pero yo no puedo con eso, tío. No sé digerirlo. Una cosa buena que yo creo que me ha dado el hecho de llevar trabajando diez años en Libertad Digital es que, al ser un medio tan anarka, que va tanto por libre y que no ha necesitado de pactos y ese tipo de cosas, de alguna forma me ha impregnado. Así puedo tener amigos en Mongolia —tanto a Edu Galán como a Darío Adanti yo les llamo amigos— como amigos en el espectro diestro del panorama mediático patrio. Puedo llamar amigo a Carmelo Jordá o a Jorge Bustos. Pero a mí que no me encasillen. Dios me libre. Y esto no es ser de centro centrado o como lo quieras llamar. No. Esto es estar fuera. Es que no quiero pertenecer a ninguna puta tribu. No es una posición que me permita estar económicamente boyante, claro. Pero puedo pagar mis gastos, mi hipoteca y cada cierto tiempo puedo coger un avión e irme al extranjero. Con eso yo soy feliz.

P: ¿Cuál es el precio de la independencia?

R: No creo que sea tan alto. No me parece tan difícil. Para mí es una cuestión de humildad. Al final, si quieres tener 70.000 seguidores en Twitter, véndete al diablo. ¿Pero Twitter qué es? Luego vas y pegas un volantazo contra ese rebaño y el rebaño te aparta. Y entonces a lo mejor va otra tribu y te recoge. O no. Porque no olvida los servicios que prestaste.

P: ¿Y el precio de la dependencia? Pienso en otro poema tuyo: Breve manual de autoayuda.

R: Sí. Pero ese es más generalista, quizás. No está centrado en los periodistas. Creo que vivimos en una época de rebaños. Una época en la que hay mucha gente que reclama ser pastoreada. De eso va ese poema. Es una serie de consejos para ese tipo de personas que reclaman ser pastoreadas por un tercero.

Vivimos en una época en la que mucha gente reclama ser pastoreada

P: ¿Eso es algo tan característico de nuestra época, o ha pasado siempre?

R: Bueno, eso es verdad. Esto es más viejo que la prostitución. Me estoy acordando de la novela de Emilio Lara, Tiempo de esperanza. Está inspirada en la historia real de un pastorcillo de un pueblecito francés que dijo que se le había aparecido Dios y que le había pedido emprender una cruzada de niños desarmados hacia Tierra Santa. Lo curioso es que, bien porque algunos se lo creyeron, bien por desesperación o bien porque había padres que no podían alimentar a sus hijos, el niño formó un "ejército" de críos desarmados. Claro, sólo en el trayecto por Francia fueron muriendo muchos, por diversas causas. Sufrieron secuestros y ese tipo de cosas. Y cuando al fin consiguieron un barco fueron engañados y en vez de llegar a Jerusalén acabaron en Alejandría, convertidos en esclavos. La cosa es que un porcentaje alto de gente siempre ha necesitado huir de la realidad y comprar la mentira más barata que haya. Es algo que se digiere mejor y, a corto plazo, puede incluso otorgar beneficios. Pero son beneficios ficticios que terminan tornándose en bumeranes.

P: Cambiemos de tercio. El poemario también toca la covid.

R: Sí. El libro lo empecé hace dos años, pero en mitad de la redacción se cruzó No le des más whisky a la perrita, la novela sobre Raúl del Pozo que me encargaron que escribiese junto a Julio Valdeón. Ahí, plas, paré. Pero me gustaba lo que llevaba escrito y lo dejé congelado. Como la poesía no es como la prosa, en el sentido de que no depende tanto de picar piedra y a lo mejor sí que tiene un componente mayor de chispazo, de inspiración, durante la redacción de ese libro salió algún que otro poema. Pero en términos generales se quedó bastante parado el asunto. Entonces fue cuando me pilló el confinamiento. Y el confinamiento, a mí, las cosas como son, me aplacó literariamente. No era capaz de escribir, no ya un verso, sino un puñetero artículo con un poco más de enjundia literaria. Estuve un par de meses así hasta que publiqué un artículo en Zenda que iba sobre eso, precisamente. Ese fue el motor que se puso otra vez en marcha y que me devolvió a la escritura. Escribí un par de poemas sobre el confinamiento a raíz de aquello. ¿Pero cómo me influyó, realmente? No lo sé. Creo que son poemas bastante periodísticos. No hablo tanto de mí. Hablo del Palacio de Hielo y tal.

P: Esto me lleva al poema El mundo contra el poeta. Supongo que también tendrá que ver con tu faceta periodística. ¿Hasta qué punto el bombardeo constante de actualidad inspira y hasta qué punto corta las alas?

R: Pues en realidad El mundo contra el poeta es un poema hiperliteral. Es que los vecinos de arriba no paraban de dar por saco. Va de eso. No hay doble lectura ni nada por el estilo. Pero con respecto a la influencia del periodismo, intento que me influya lo mínimo posible. Por deformación profesional ya tengo el chip de escribir artículos como quien utiliza una máquina de picar carne. No necesito demasiado esfuerzo para hacerlo. Hay días en los que uno está más o menos inspirado, pero no me cuesta nada. Escribir poemas es otra cosa. Para empezar necesito ese fogonazo del que he hablado antes. Pero luego hay que tirar del hilo, y tener en cuenta la métrica. El ritmo. Todo. No quisiera que ese maquinismo que tengo a la hora de escribir textos periodísticos se me contagiara a los poemas. Aunque es inevitable que algunas cosas se trasvasen. Baudelaire creo que fue de los primeros en ir a los suburbios de París a contar lo que veía. Ya he mencionado antes muchos poemas míos con esa faceta periodística. El poema Hijos de sus días, por ejemplo, creo que puede ser el más periodístico, sin serlo del todo. Es lo que yo pienso del ecosistema en el que nos movemos. Pero más allá de los tics inevitables he intentado que no se entremezclen las cosas demasiado.

P: Hablemos de la métrica. ¿Renegar del verso libre es moderno, hoy en día?

R: Es que la poesía se ha convertido en un refugio de escritores perezosos. Como dice Silvia Grijalba, lo que ahora impera es la puñetera poesía del enter. "La planta", enter, "miraba", enter, "hacia la cámara de Carmelo". Y van tíos y tías y cuelgan eso en Instagram, con una foto como si estuvieran estreñidos, y consiguen miles de likes. Es algo que me parece estupendo, eh, no tengo nada en contra. Lo que no me parece tan estupendo es que luego llegue una editorial con solera y otorgue un premio literario en función de los seguidores que tenga el autor. Por un lado cuido mucho la métrica por eso. No soy de la tribu ni tengo carné. Pero, por otro, porque me otorga una seguridad que el verso libre no me da. Si voy y hago una décima tengo que saber que tiene que estar compuesta por diez versos de ocho sílabas con rima, consonante o asonante. Luego podrá gustar más o menos, pero en el vestido encaja. Y creo que hay mucha tropa que por pereza y vanidad tiran con lo primero que se les ocurre, lo recitan como si se les hubiera aparecido la Virgen de Fátima y arreando. Lo mío no es eso ni quiero que lo sea. Y esto no es criticar la poesía de verso libre, claro. Luis Alberto de Cuenca, Ángel González, Gil de Biedma… Hay enormes poetas que han cultivado el verso libre maravillosamente.

La poesía se ha convertido en un refugio de escritores perezosos

P: Hombre, pero hablas de tres poetas que dominan la métrica, precisamente.

R: Efectivamente.

P: ¿Es necesario dominar la métrica para hacer buen verso libre? ¿Es más importante el ritmo?

R: Y también el ingenio. Decir cosas ingeniosas de verdad. Se me viene a la cabeza la definición de Ángel González de la historia de España: "Es como la morcilla. Está hecha con sangre y se repite". En un poema de rima y verso libre se pueden decir cosas interesantísimas. Lo que me revienta es el abuso, la pereza y el vicio que hay instalado en eso. Algo que además se ha convertido en un negocio. Y lo digo con envidia, eh. Porque cada uno que compre y venda lo que quiera, faltaría más. Pero, joder, ya me gustaría a mí que la gente pidiese más Quevedo y no tanto Alfred García.

P: Hablando de Quevedo, en tus sonetos percibo la influencia de los poetas del Siglo de Oro.

R: Sí, sí, sí. Es verdad. Antes he mencionado a tres grandes referentes próximos en el tiempo. Pero Quevedo y Lope… Incluso Dante. Mis dos poemas favoritos son el arranque de la Vita Nuova y el de "Quién lo probó lo sabe", de Lope. Recurro mucho a los clásicos. Hace seis o siete años me hice una lista de libros que había que leer y desde entonces me han acompañado. He leído la Divina Comedia, El paraíso perdido, los dos primeros tomos de los Ensayos de Montaigne… Con sus paréntesis, claro, que como tú bien sabes, los periodistas culturales tenemos que leer mucho por trabajo. El año pasado lo dediqué mucho a clásicos españoles. Pude quitarme la espina de El Quijote, que nunca lo había leído. Aunque he de decir que la primera parte se me empacha un poco con todas las historias intercaladas. La segunda es impresionante. Lloré con el final. Y me reí. Refleja de alguna forma el alma de España. El Quijote se está muriendo y todos lloran, pero acto seguido, cuando se empieza a hablar de la herencia, vuelven al mundo y a sus querellas. Cervantes hizo una radiografía del español medio que todavía se mantiene.

P: También dedicas cuatro poemas a personas muy actuales. ¿Por qué a ellos?

R: Bueno, a José Mota porque me presentó el libro anterior sólo habiéndome conocido por una entrevista y un par de conversaciones. Desde entonces somos amigos y hasta me ha llevado a su programa de Nochevieja a hacer algún cameo. Se ha portado siempre muy bien conmigo y quería agradecérselo. A Emilio Lara porque, bueno, no me ha llevado nunca a su programa de Nochevieja porque no lo tiene, pero también es uno de esos tipos que desde que lo conocí surgió una amistad muy fácil y profunda. Con él yo tengo algo que tengo con poca gente y es que, cuando hay algo que nos chirría o que nos entusiasma, con una mirada y un movimiento de cabeza nos hemos entendido. A Extremoduro va otro. La explicación no tiene demasiado misterio. En el primer poemario introduje un apartado de poemas a músicos que me gustan mucho. Se me quedó en el tintero el de Extremoduro, así que un día que estaba escuchando a Los Chichos lo pensé y me puse. De ahí las Sevillanas extremoduras. Y el último es para Battiato. Es un ídolo. La última vez que estuve a puntito de tener síndrome de Stendhal fue en el último concierto que dio aquí. (Piensa). Battiato es un tío que te puede hacer bailar y al que puedes escuchar mientras escribes. Es capaz de hacer la música popera más bailable y divertida —pero culta, ojo, que él nunca ha vendido comida rápida—, y al mismo tiempo música que te mete en un universo paralelo. Cuando rascas un poquito me parece mucho más comprensible de lo que en apariencia es. Lo lógico es decir que a Battiato no le entiende ni Dios. Pero cuando investigas un poquito vas hilando conceptos. (Piensa). La verdad es que el poema dedicado a Battiato está escrito con mucha pena. Estando yo en Bolonia se publicó que él tenía alzheimer. Inmediatamente fue desmentido por la familia. Pero es verdad que desde entonces no volvió a dar señales de vida artística, más allá de un disco que se llama Torneremo ancora y que había sido grabado un par de años antes. Ese poema lo escribí cuando sacó ese disco. Luego él se murió como un mes después de haber yo entregado el libro. Y pensé: "Ostras". No sé. Hay mucha tripa en ese poema porque Battiato es uno de los artistas con los que más he disfrutado en mi vida. Me dio mucha pena la forma en que se fue apagando. Aunque fue súper digna, por otro lado.

P: Por acabar de la forma menos original posible. ¿Entre el primer y el segundo poemario qué ha evolucionado?

R: Hay un mundo. Para empezar, he estudiado. En el primer poemario había fallos de métrica y de acentuación interna. Lo que pasa es que te das cuenta después. Ahora cuando hablo de él, como lo escribí con 27 años, digo que es una obra de juventud y espero que el personal lo sepa contextualizar. En este no. En este he estudiado más. En los sonetos he intentado que los endecasílabos sean melódicos. Aunque también he aprendido que los hay enfáticos, sáficos, heroicos… He intentado jugar con eso. También hay décimas, coplas… Y luego hay estructuras que yo he hecho con una guitarra. Hay canciones encubiertas. Creo que lo que más he buscado en este poemario ha sido el ritmo. Quería que el lector se dejara mecer por los poemas.

Como fracasar sin intentarlo

 Aaron Smith se pregunta ¿qué clase de personas no tendrán éxito en la vida? y elaboró esta lista de algunos tipos de personas que no lo tendrán:

"No se puede tener éxito sin el riesgo de fracasar".

Las personas que siempre se esconden en su zona de confort.

Las personas que no intentan cosas nuevas por el miedo al fracaso.

Las personas que se rinden fácilmente porque las tareas son demasiado difíciles.

Las personas que se quejan mucho con la gente a su alrededor.

Las personas que no comprenden el valor del tiempo y no valoran el suyo.

Las personas que siempre se fijan en la vida de los demás y nunca trabajan en sí mismas.

Las personas que no hacen cosas que se encuentran alineadas con sus metas.

Las personas que dejan que la sociedad dicte sus objetivos y sueños.

Las personas que tienen limitaciones impuestas por sí mismas. Se autolimitan, diciendo cosas como "Simplemente no soy bueno con los números" o "Simplemente no creo que pueda manejar un negocio y que sea exitoso".

"Ni siquiera puedo…no puedo. No puedo."

Las personas que no saben cómo tratar a los demás y tienden a ser arrogantes la mayor parte del tiempo. Tienden a tener una inteligencia social muy baja y dicen cosas como "Bueno, por lo menos estoy siendo honesto" o "Así soy yo, aguántatela".

Las personas que tienen miedo de expresar sus verdaderas opiniones.

Las personas que buscan la manera más fácil de escapar.

Las personas que en seguida renuncian a sus valores o principios a cambio de algo gratificante.

Las personas que nunca tienen una opinión sobre nada, no pueden tomar decisiones y son, por demás, simplemente ignorantes.

Las personas que no luchan por lo que quieren.

Las personas que siguen a la manada.

Las personas que inventan excusas, convenciéndose a sí mismos de que no pueden lograr lo que quieren hacer.

Las personas que se meten en chismeríos inútiles.

domingo, 28 de noviembre de 2021

El kodokushi

¿Qué significa ser un "Kodokushi" en Japón?

Se llama "Kodokushi" a aquellas personas que tienen alrededor de cincuenta años, viven solas y no tienen familia ni pareja. Cuando un Kodokushi muere, suele ser quitándose la vida y ocurre sin que nadie se dé cuenta.

Normalmente, el cuerpo tarda en ser descubierto, en algunos casos pueden pasar hasta 3 meses, antes de que el olor de la descomposición revele a los vecinos que hay un cadáver cerca.

Son personas que acaban totalmente solas, viven solas y mueren solas.

Japón es un país con un ritmo de vida tan acelerado, y con una presión social tan exagerada para tener éxito, que estos casos no son una excepción, se estima que hay miles de casos similares anualmente. Lo peor de todo es que la cantidad de "Kodokushi" en el país nipón va en aumento.

Japón es una nación avanzada en muchos aspectos, pero ese avance tiene un coste, y es la mala salud mental que tienen hoy sus ciudadanos. La depresión y la ansiedad están estigmatizadas en la sociedad japonesa.

La fe que hay en la ciencia

De Jesús M. Landart, máster en Filosofía  y Filosofía de la ciencia, en Quora:

La ciencia no tiene ninguna creencia sobre nada en absoluto, con una salvedad. Esa salvedad es la creencia mínima necesaria para no tener que asumir creencias más fuertes e irracionales, y consiste en creer que la naturaleza juega limpio, es decir: que muestra sus cartas cuando se le pregunta de modo correcto. Dicho de otra manera: la creencia asumida por la ciencia es la contraria a un escepticismo radical que niega la posibilidad del conocimiento. No hay ninguna otra creencia en la ciencia.

Puede haber hipótesis de trabajo, pero las hipótesis no son creencias: son afirmaciones que se dan por buenas momentáneamente para ver qué sucede con ellas, y si sucesivos estudios acumulan evidencia a favor de ellas o por el contrario las desbancan.

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Manipuladores

De Daniela P. Lemus, en Quora:

¿Cómo puedo identificar a una persona manipuladora?

La indiferencia es mi mejor amiga. Sin que haya una sola razón, simplemente aplicarán la ley del hielo cuando tengan ganas de causarle una sobrecarga mental a sus parejas o a cualquier persona, les gusta hacerlo justo cuando todo parece perfecto porque es significativamente más efectivo, no se, después de una cena romántica, de un día divertido en la feria, etc. Ante ese comportamiento cambiante se despertará la mente obsesiva, lo más común es que su víctima reaccionará afirmando que cometió algún error y aunque no encuentre ninguno se esmerará en hacer algo al respecto. Pueden llegar a hacer cosas totalmente irracionales o que vallan en contra de sus principios con tal de reparar el error que cometieron (según ellos) El látigo de la indiferencia es usado por todos los manipuladores, desde los novatos hasta los expertos.

“Acá yo soy la victima.” Inventémonos un ejemplo, tú pareja te pega en medio de una discusión y tú decides abandonarla e irte a dormir a un hotel, a la mañana siguiente cuando tú vuelves a la casa por tus pertenencias te encuentras a tu pareja casi ahogada en vomito y alcohol, se pone de rodillas y empieza a contarte lo dura que fue su infancia y cómo su padre le daba tremendas golpizas a la mamá cuando él/ella era infante. Ej: “No te pido que me perdones, mucho menos que me entiendas, es imposible… tú no me vas a entender porque nunca en tu vida has sufrido esto, no sabes lo que es vivir luchando contra estas conductas erráticas que a veces no puedo controlar.” Esto podrá parecerte hasta chistoso pero te sorprendería la cantidad de personas que perdonan después de actuaciones así, aunque, cabe destacar que los manipuladores ya expertos se convierten en actores dignos del Oscar. El victimismo les sirve para dejar sin argumentos a la otra persona y que esta piense algo así como: “pobrecito, no fue su intención y además ¿como podría exigirle a una persona que ha sufrido tanto?” La pareja volverá a la casa y ahora si ya empezó el juego, el perdón es precisamente la pauta que un manipulador necesita para intensificar los abusos.

“Solo estoy bromeando/siendo sarcástic@“ Descalificaciones disfrazadas de sarcasmos o chistes pero cuya finalidad es burlarse y hacer que una persona se siente insegura y/o inferior, los insultadores disfrazados de elogiadores. Ej: “Yo pensaba que ese tipo de vestidos solamente quedaban en cuerpos como el de Adriana Lima pero mira, a ti no se te ve nada mal aunque lucirías más sexy si aguantaras la respiración jajajajaja, no es cierto no me creas solo estoy jugando, te vez hermosa.” “Oye el gimnasio si está dando resultados aunque no en la cara pero bueno ¿que importa? Lo importante es que ahora tu cuerpo está mucho más sano y la salud es primero, lo demás no interesa y quien te ame lo hará con todo y tus defectos.” Si tú decides enfrentar esos comentarios con no se, tal vez un “si lo sé, pero no es necesario que me ofendas.” Probablemente te respondan con algo: “¿Ofendiéndote? Los verdaderos amigos estamos para ser sinceros, si tú quieres rodearte de gente falsa que te mienta y te diga lo que quieres escuchar entonces ve y haz amigos nuevos.”

Adoran inventar para sembrar el odio/rivalidad entre semejantes y suelen poner en bocas ajenas lo que ellos mismos quieren decir. Por ejemplo: “Amiga fíjate que Sarah estaba en el baño diciendo que además de fea también eres zorra, que no sabe cómo atrapaste a un hombre tan guapo y decente, que seguro le sacrificaste una gallina a Lucifer.” Lo mas probable es que Sarah jamás haya dicho pero que tú empieces a odiarla porque tú “amiga” te dijo que ella la escuchó con sus propios oídos.

Manipulación proveniente de el padre o la madre. A diferencia de los manipuladores que disfrutan con lo que hacen o le sacan gran beneficio, los padres de familia también pueden llegar a manipular de gran manera aunque sin fin detrás, lo más común es que se trate de una gran sobreprotección mezclada con un amor egoísta. Por ejemplo: Una madre para la que ninguna mujer es lo suficientemente buena para su hijo, que le ve defectos a todas las féminas con las que su retoño se relacionada y si las muchachas no tienen defectos, ella se los inventa. “Las chicas así son las peores, te acordarás de mi.” O un padre que vive diciéndole a su hija que cualquier hombre le romperá el corazón, que solo la van a deshonrar y luego la mandarán por un caño….etc. “Te lo digo porque soy hombre, no quiero verte sufrir por nadie.” Las opiniones de los padres que tienen vínculos muy fuertes con sus hijos siempre influyen en la toma de decisiones.

Perciben a la perfección todo tu ser y te harán creer que tus debilidades son en realidad virtudes. Por ejemplo, tú siempre has sido criticado por tus semejantes gracias a que eres una persona que no mide consecuencias, de esas personas que actúan y luego piensan. El manipulador lo percibirá y te hará creer que eso es perfecto, que eres una persona valiente y directa, sin pelos en la lengua, etc. Lo hacen no solamente porque el hecho de que seas así es altamente beneficioso, si no también porque sabe que tod@ el mundo critica a la gente así, y si él/ella te dice lo que quieres escuchar tú le pondras en un pedestal y lo verás como la única persona que no te juzga y que sabe ‘apreciar’ lo que nadie aprecia.

Señalan a los demás como responsables de sus responsabilidades personales. Si una persona decide negarse a hacerles algo (que normalmente suele ir en contra de los deseos, principios, obligaciones o valores de esa persona) se va a incrementar el grado de sufrimiento en la vida del manipulador, y tú serás el único culpable (esto puede ser fingido o no). Ej: “Si no le pides dinero a tus papás no podré emprender y no podré trabajar por tu culpa.” “Si tú no te hubieras puesto a estresarme ese día yo no hubiera chocado el auto así que tú tendrás que pagar todos los daños.”

Tus debilidades contienen la fórmula para crear los lazos. El manipulador que ya dejó de ser novato encontrará tu talón de Aquiles y cuando lo haga te torturará con ello pero de manera inteligente, es decir, dándole mil vueltas hasta convertirlo en un proyectil en tu dirección. Ej: Supongamos que tú te emborrachas con esa persona, la sugestión hace lo suyo a ti se te suelta la lengua y cometes el error de contarle vivencias de tú niñez, le cuentas cómo la mañana del 13 de octubre de 1999 tú vecino de 60 años te tocó de pies a cabeza atrás de unos basureros mientras en tus manos tenías un algodón de azúcar que acababas de comprar, desde ese entonces cada que vez un algodón no puedes evitarte romperte en 100 pedazos. Esa persona hará lo posible por recordarte esa vivencia de una manera casual, podría llevarte a un parque que ya había elegido previamente y donde anda un señor vendiendo algodones de azúcar así que cuando tú lo veas los recuerdos se harán presente y la persona manipuladora te mimará, consolará… etc. Todo para empezar a crear vínculos emocionales que le servirán para lo que sea que tenga en mente.

No cuentes tus problemas a otros sin estar seguros de que quieran oírlos, aún en el caso de querer, no cuentes tus miedos, debilidades ni cosas extremadamente personales a alguien que todavía no conoces, lo más probable es que te escuchen por curiosidad o para utilizar todo en tu contra. Y si las quieres contar, asegúrate de ya haberlas superado.

Cualquiera puede reconocer a un manipulador, lo que no cualquiera puede hacer es reaccionar.

Es lo que se me ocurre por el momento, lo más básico en la gente manipuladora, estaré actualizando

domingo, 21 de noviembre de 2021

Entrevista con Ángel Martín, con motivo de la publicación de su libro Por si las voces vuelven

Entrevista con Ángel Martín hecha por Luz Sánchez-Mellado, 21 de noviembre de 2021:

Ángel Martín lleva, mínimo, 20 entrevistas seguidas hablando de su brote psicótico, su internamiento de 10 días en un psiquiátrico y su difícil proceso de reconstrucción “desde cero”. La mía es la última del día. Son las seis de la tarde, hay un tráfico infernal en la Puerta de Alcalá de Madrid, donde está el hotel donde espera. Llego atacadísima, lidiando con el abrigo, el bolso, la mascarilla de quita y pon, los papeles y el móvil. Tanto, que se me cae aparatosamente toda la impedimenta al dudar ambos entre si darnos la mano, dos besos o chocar los puños al saludarnos. Es entonces cuando me oigo soltarle: “Perdón, es que vengo histérica”. A un “exloco”, como se autodenomina en su libro. Me quiero morir de la vergüenza.

Perdón, se me ha escapado.

Tranquila, pasa mucho. Me resulta divertido y enternecedor ver ese apuro, porque no me molesta. No te preocupes, estoy bien.

¿Por qué cree que me apura?

Porque a pesar de que, si has leído el libro, es evidente que se me puede hablar como si estuviésemos en un bar tú y yo solos, incluso borrachos, piensas: ¿cómo digo esto sin que le moleste? Noto vuestro tartamudeo. Por ejemplo, cuando llegamos al tema de las drogas, tus colegas empiezan a balbucear: ‘mencionas en el libro tu abuso de…’ Drogas, tío, drogas, hablemos de drogas.

¿Por qué le tememos a la locura?

Porque no la conocemos y, sobre todo, porque no sabemos cómo gestionarla si aparece ni cómo tratar a quien la ha tenido.

¿Cuántos amigos huyeron?

Digamos que mi círculo era pequeño y quedó aún más pequeño.

¿Les guarda rencor?

Cero. Creo que desaparecen porque el tipo que eras ya no está. Si eres de verdad amigo te quedas y tratas de reconfigurar esa amistad y ver dónde os lleva la movida que has vivido. Si no, desapareces. Como te cuesta creértelo, los defiendes. Hasta que un día dices: vete a tomar por el culo.

Su pareja, Eva, sigue a su lado pese a todo. Se ve que le adora.

La adoro yo más. Oro, es oro.

¿A qué tiene miedo alguien que dice haber estado muerto?

A nada ni a nadie. No te lo digo por chulear. Temo perder a los míos. De otros miedos, cero.

Y eso que conoce el infierno.

Bueno, a medida que hablas con gente que ha pasado por cosas más duras, relativizas. Pero el proceso de salir del hospital absolutamente roto, perdido e inseguro y tener que reconstruirme es lo peor que he vivido en mi vida, con muchísima diferencia.

¿Le sirvió su humor como terapia? En el libro lo derrocha.

Ese tiempo el humor no existe. Estás tan mal que no recuerdas la risa. Tu muestrario de emociones: pasión, tristeza, felicidad, está vacío, solo hay oscuridad.

¿Cuánto tardó en ver la luz?

No es un día concreto. Hay un proceso de unos tres años, hasta que vas remontando, haciendo cosas que te hacen sentir bien, pero sigues terriblemente inseguro. El proceso es muy, muy lento.

Dice haberse vuelto más egoísta y más empático. ¿Eso cómo es?

Egoísta en el sentido de que, si tú no estás bien, no estás bien con nadie. Digo “que os follen” a la gente que trata de meterte prisa, de decirte lo que tienes que hacer, de juzgarte desde el lugar donde están ellos y, sobre todo, a quien te recuerda que te ha echado una mano y le debes cosas, a esos que les follen. La empatía es que, con todo esto, he aprendido a que, en cuanto uno de los míos se tambalea un poco o hace algo raro, corro a ver si está todo ok inmediatamente. No pierdes nada preguntándole a alguien si está bien.

A eso todos decimos que sí.

Pero tú sabes que te mienten. Lo sabemos todos, pero fingimos. Lo que pasa es que no quieres descubrir nada más, pero los dos sabemos que estás mal. Nos cuesta. A mí, ahora, no me cuesta.

¿Se ha vuelto altruista?

No sé si es la palabra. Pero me he convertido en alguien extremadamente impaciente por compartir cosas que me sirven si creo que puedo ayudar a otros. La locura me ha hecho mejor persona.

¿Es un camino de perfección?

He hecho un ejercicio de reconstrucción consciente de mi personalidad. Ahora decido qué cosas quiero incluir y cuáles no. Se lo recomiendo a todo el mundo. Es un ejercicio duro, pero eficaz.

¿Se está haciendo a su gusto?

Me estoy haciendo de puta madre, no te engaño. Es como un puto videojuego. Me estoy haciendo una nueva skin, que dicen los chavales.

¿Y qué hace con las cosas que no le gustaban de usted?

Empiezas a cambiarlas, cada vez más. Esto no es de la noche a la mañana. Hay días que son una puta mierda. Pero ahora soy lo suficientemente consciente para irme a dormir enfadado, pero sabiendo que nada es para tanto.

¿Ha mutado de Ángel en ángel, con minúsculas?

Hostia, no pongas ese titular. Si digo que me estoy haciendo un ángel, me internan otra vez. Nunca he sido un mal tipo, pero muy probablemente ahora soy mejor.

¿Se gusta más ahora?

Muchísimo, dónde va a parar. Me gustaría ir a ver al de antes, abofetearle y decirle: mira en lo que me estoy convirtiendo, imbécil.

¿Cómo era antes?

Antes de estar loco era imbécil.

¿Y ahora?

Maravilloso, un puto ser de luz. Habéis puesto focos para el vídeo, pero no hacía falta.

¿Qué ve ahora en los ojos de los otros? ¿Lástima, curiosidad, ‘yuyu’?

Hostia, me vuelvo a arriesgar a que me internen otra vez, pero lo voy a decir: veo si me están diciendo la verdad o no, lo noto, es algo físico.

Podría trabajar como polígrafo.

Podría, pero saldría carísimo, también te digo.

En su noticiero digital clava la actualidad diaria en dos minutos hablando a todo trapo. ¿Tiene un metrónomo dentro?

Absolutamente. Mira, eso sí que me lo ha dado mi movida: el valor del tiempo. Antes no entendía la frase ‘el tiempo es oro’. Ahora, de repente, sí.

Muchos de quienes lo ven podrían ser sus hijos. ¿Vértigo?

Qué va, estoy fascinado con los chavales: nos llevan una ventaja que, como no entendemos, nos da rabia.

¿Rencor generacional?

Mi rencor generacional es con mi propia generación, por tontos, porque no son capaces de bajar el diferencial de los prejuicios y ver que los chicos y chicas tienen unas herramientas que nosotros no tenemos.

Al final no hemos hablado de sus abusos... digo de drogas.

¿Tienes?

Igual algún Lexatin o Lorazepam en el bolso.

No me interesa. Con eso te relajas, o duermes, pero te levantas muy cansado. Si puedes evitarlas, mejor.

¿Cuáles le interesan?

El éxtasis te lleva a un sitio muy extraño, mucho. Pero eso no quiere decir que lo recomiende, por lo menos delante de la cámara.

¿Legalizaría la marihuana?

Por supuesto. Yo ahora no tomaré drogas, porque a mí se me han torcido. Probablemente, fueron la gota que colmó mi vaso, sí. Pero si llego a saber que esto pasa, y que, usadas con moderación, no, igual no me hubiera pasado.

Clarividencia, control, omnisciencia, hablar con muertos, descifrar el universo… Leyendo su libro, casi dan ganas de estar loco.

Sí, me lo han dicho. Echo de menos algunas cosas de estarlo. Algunas sensaciones que, si no has tenido antes, no sabes a qué me refiero, porque para mí, entonces, eran reales, absolutamente reales. Pero sí puedes disfrutar de algunas cosas de forma mucho más intensa. Tiene que ver con abrir la mente. Jugar a sentir más. Imagínate ponerte unos cascos, vaciar la cabeza y prestar atención milimétrica a esa canción. La emoción es totalmente distinta. Te doy mi palabra. Pero para eso hay que apagar muchos diferenciales que tenemos encendidos.

¿Se puede ser un ‘exloco’?

Más que exloco soy un nuevo cuerdo. Sí, eso es lo que soy: un neocuerdo.

VOCES DE ALARMA

Hace cuatro años, Ángel Martín (Barcelona, 44 años) no solo oía voces, sino que veía señales en todo lo que le rodeaba y vivía en varios mundos y tiempos a la vez. No se lo inventaba, asegura. Eran sensaciones tan reales como las delirantes frases y fotos que publicó aquellos días en redes sociales. Su novia, la actriz Eva Fernández, fue quien dio la voz de alarma y logró llevarlo a un hospital psiquiátrico, donde pasó 10 días ingresado por un brote psicótico desencadenado, según los médicos, por el abuso de drogas y la depresión previa. Hoy, el comunicador publica Por si las voces vuelven, un libro donde narra, sin victimismo ni sensiblería ni morbo, qué se le pasaba por la cabeza en aquella época, y el posterior y difícil proceso que le ha llevado a ser "más que un exloco, un neocuerdo".

martes, 16 de noviembre de 2021

Heidegger para dummies

¿Qué diferencia hay entre el ser auténtico (Dasein) y el ser inauténtico (Das man), propuestos por Martin Heidegger, en su obra Ser y tiempos (y ejemplos)?

El primero se escribe Dasein pero el Segundo se escribe separado: Das man, donde el Das es el artículo neutro.

Para Heidegger el Ser copa la importancia filosófica y existencial. Y no debe ser confundido con el Ente. Así como un existente es todo aquello que existe, un ente es todo aquello que es. Pero ni el ente es un ser ni el ser es un ente, aunque el ser no se manifieste nunca fuera de los entes. Pues bien, hay un ente especialísimo, que es el Dasein [unión de Da (ahí) y Sein (ser)]. El Dasein es un Ente, pero es un ente tal que en su propia esencia reside el preocuparse por su propio ser. Esa preocupación desvela una certeza incuestionable: la muerte. Y genera una angustia (Angst).

Ahora bien, el Dasein puede eludir (o al neos intentarlo) su esencia auténtica y desentenderse de ello traicionando su propio ser, dedicando su interés en cuestiones triviales, atendiendo al ruido social, a la cháchara, al se dice, se cuenta, se comenta… Esa es la existencia inautėntica en la que el Dasein vive como si no fuera Dasein, y a esa existencia trivial, superficial, la denomina Heidegger Das man (no Dasman). Man en alemán es el morfema reflexivo de "se dice, se cuenta". Así, Das man significa el se ….donde en el espacio de los puntos suspensivos puedes cono al cualquier infinitivo: se hace esto, se cree lo de más allá, de modo impersonal, inauténtico… se hace porque se hace, es la moda, toca hacerlo por buen gusto social, es lo que se espera de ti, etc, etc. Eso es Das man.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Cómo romper el hielo social (sin picahielos, claro)

Primero hay que ser sociable o tender a serlo.

Antes de empezar es muy importante sonreír: es el truco más fácil de aplicar, pero el más difícil para algunos.

Después desviar la atención de lo que todo el grupo piensa: “¿Usted también se siente incomodo en lugares donde no conoce a nadie ?”. Donde no se conoce a nadie, nadie piensa mal de ti y todos se hacen las mismas preguntas que tú. Entonces preocuparse por ellos, tener empatía, es lo más certero.

No hay que buscar ser perfecto. No hay que rebuscar la mejor frase o comentario, porque entonces notarán que intentas fingir y autocontrolarte demasiado. El comportamiento natural es el mejor refugio. A todo el mundo le gusta conversar con personas honestas, enteras y verdaderas. Hay que ser uno mismo y no tener miedo de diferenciarse, porque la gente que asume su personalidad es mucho más amigable y sociable que la que finge y esconde sus opiniones. No hay que esconderse.

Todo esto no es fácil. Hay que entrenarse para ser sociable, buscar los contextos para practicar, salir de la zona de confort. Un buen reto es hablar con una persona desconocida cada día. Si se logra durante un mes, serás más sociable que 95% de la gente que conoces.

Es un proceso de construcción de la mutua confianza. Es más fácil cuando interpretas el lenguaje corporal como alguien dispuesto o abierto a la comunicación, como alguien que "se muestra". A todos nos gusta la gente interesante, la gente que te enseña cosas nuevas. Lo más importante es tener seguridad en uno mismo, cualquier tema para romperlo sirve si te ves seguro… Claro, también impacta tu imagen. Le dices: oye, te gustaría que rompamos el hielo juntos? Le preguntas que cuando cumple años y que que hizo en su cumpleaños pasado, con una sonrisa, empieza hablar de algo que sepas que le gusta. Tu mirada tiene que ir siempre a sus ojos, escuchando lo que dice y respondiendo de acuerdo con tu opinión Tienes que ser abierto y extrovertido, simpático y no adulador. Muy acertadamente para romper el hielo en un proceso de venta por ejemplo, podría comenzar por hacer una pregunta. Este consejo vale oro.

Romper el hielo significa establecer un puente de comunicación entre un@ extrañ@ y tú. Dependiendo del contexto y del lugar dónde estés, ya que no es lo mismo el atrio de una iglesia que una discoteca, ni el hall de un evento que un parque de diversiones, siempre una pregunta pertinente rompe el hielo fácilmente. Preguntarle algo que sea de interés para ambos como: "¿Entendiste la tarea que dejó la maestra?". "¿Cuál es el platillo o bebida que más te gusta de este lugar?". "¿Puedes explicarme esto o aquello?". "¿Sabes cuando sacan las mejores promociones y ofertas en esta tienda?". "¿Qué otras películas me recomiendas de ese actor o director?". Desinhibe usar licor. También el vacile: hacer creer que confundimos a una persona con otra. Decir frases típicas como: ¿Aquí hay calor humano? ¿Ustedes qué opinan? ¿Cómo estás? "Es asunto complejo que requiere mucha explicación" Los peores temas de conservación son los que tienen como centro transmitir chismes malos sobre alguien (arruinan no solo la reputación del alguien, sino la tuya) y los que contienen imposiciones y obligaciones: los que te quieren convencerte de hacer algo: “Deberías hacer esto”, “Deberías hacerte la lipo" (como si ellos te la fueran a pagar), “deberías ser más femenina" (¿quién te ha preguntado?) “Deberías maquillarte menos “ (por fin, decídete) Deberías ya casarte y asentarte en tu trabajo, bla bla bla. La política, la religión, el desempeño académico, el aborto, el nacionalismo, fútbol, animalismo, toros, veganismo... cosas que dividen, que no unen, declarando alguna jerarquía. Así los consejos no pedidos: “Yo a tu edad hacía esto”, “En mi generación se hacían mejor las cosas” “Tu deberías estudiar esto”, “Tu ya te deberías casar”. Porque esos más que consejos buscan ser imposiciones de que los jóvenes tengan que seguir a rajatabla lo que sus padres creen que es lo mejor para ellos. Son pelmazos evangelizadores y sermoneadores. Hay que encontrar la cara interesante de cualquier tema. Socializar es dinámico: consiste en dialogar, escuchar y preguntar pero más en escuchar lo que la otra persona tiene que decir. Siente curiosidad e interésate por los temas de los demás y haz preguntas. Para ligar con alguien hay que estudiarlo: saber cosas que no sabe y le llamen la atención y ahora gracias a ti conoce. Hay que tener una conversación productiva.

Aburre mortalmente la gente que usa en exceso la primera persona y habla demasiado de sí misma con el objetivo de presumir o de que los demás no dejemos de apreciar la cantidad de cosas que hacen en su vida. Es además una desconsideración total ocupar todos los turnos de palabra y no dejar hablar al interlocutor, y si además la persona solo habla de sí misma, le niega al interlocutor la posibilidad de participar significativamente en la conversación. Con esa estrategia no se impresiona a nadie, al revés, se aburre mortalmente a quién solo puede escuchar aunque se le deje hablar. Egocéntricos y charlatanes. También los victimistas: la gente que se queja diciendo qué mal la trataron y cuánta razón tenía ella. El victimismo es común con divorciados: las innumerables perradas que le hizo el marido o la mujer, o con parejas. A uno lo tienen de testigo sin conocer y sin poder corroborar la verdad de lo que dicen. Los monotemáticos, gente que habla de un solo tema, con TOC, medio o cuarto autistas, meapilas, feminazis, fanáticos, terraplanistas etc. Solo un genio como Tarantino puede hablar con talento de chorradas e insulseces.

Suele recomendarse que se dejen de lado temas como política o religión, aunque en realidad depende de cómo los abordes. En lugar de preguntar qué opina del veganismo, el aborto, la lucha contra el crimen, etc. personaliza la pregunta: qué haría esa persona para mejorar tal o cual situación. Por ejemplo: ¿qué medidas tomarías tú para parar los feminicidios? ¿Qué piensas que falta por hacer para frenar la violencia ocasionada por el narcotráfico? ¿Crees que es cruel matar animales para comerlos? En lugar de preguntarle si practica alguna religión, pide que te diga si considera si hay aspectos de la religión que ayudan a la sociedad. Pregunta y escucha. Da tus opiniones si él o ella te los pregunta y deja de lado los juicios.

En marketing se usan preguntas cerradas cuyas respuestas serán Sí o No y preguntas abiertas. Las abiertas son las que responden al qué, cómo, cuándo, dónde, porqué, para qué. Ten en cuenta que si haces una pregunta que te puedan responder con un sí o un no, disminuyes las posibilidades de que se desarrolle una conversación enseguida. Se sugiere que hagas preguntas abiertas, de tipo: "¿A qué hora pasa el tren? ¿Sabe dónde queda la tienda de…? Preguntar por ejemplo en una fiesta "¿qué tipo de licor es ese?" en lugar de preguntar "¿Le gusta ese licor?" hace la diferencia.

No se debe "parecer interesante", sino "ser interesante" y luego establecer la estrategia para romper el hielo. Eso se aprende. La sinceridad y la naturalidad son dos aspectos claves para ello también y ahí no puedes fingir. O eres sincer@ o no lo eres, o eres natural o no lo eres. El hecho de solo "Parecer" en lugar de "Ser" saldría a la luz en poco tiempo y habrás perdido tu tiempo al romper el hielo con esa persona o ante ese grupo.

sábado, 6 de noviembre de 2021

Apariencias, según Shakespeare

Shakespeare, El mercader de Venecia:

BASANIO.

Muchas veces engañan las apariencias. ¿Ha habido causa tan mala que un elocuente abogado no pudiera hacer probable, buscando disculpas para el crimen más horrendo? ¿Hay alguna herejía religiosa que no tenga sectarios, y que no pueda cubrirse con citas de la Escritura o con flores retóricas que disimulen su fealdad? ¿Hay vicio que no pueda disfrazarse con la máscara de la virtud? ¿No habéis visto muchos cobardes, tan falsos y movedizos como piedra sobre arena, y que por fuera muestran la belicosa faz de Hércules y las híspidas barbas de Marte, y por de dentro tienen los hígados tan blancos como la leche? Fingen valor, para hacerse temer. Medid la hermosura: se compra al peso, y son más ligeras las que se atavían con los más preciados arreos de la belleza. ¡Cuántas veces los áureos rizos, enroscados como sierpes alrededor de una dudosa belleza, son prenda de otra hermosura que yace en olvidado sepulcro! Los adornos son como la playa de un mar proceloso: como el velo de seda que oculta el rostro de una hermosura india: como la verdad, cuya máscara toma la fraude para engañar a los más prudentes. Por eso desdeño los fulgores del oro, alimento y perdición del avaro Midas, y también el pálido brillo de la mercenaria plata. Tu quebrado color, oh plomo que pasas por vil y anuncias más desdichas que felicidad, me atrae más que todo eso. Por ti me decido. ¡Quiera Dios cumplir mi amoroso deseo!


Los que no ascienden

Si no asciende alguien en su trabajo, debe ser por alguna o algunas de estas causas.

Que el sujeto no sea honesto consigo mismo y no se conteste con toda sinceridad a:

Si solo vas al trabajo para cumplir con lo mínimo indispensable, si no haces propuestas de mejora, si no eres empático con los problemas de la empresa en la que laboras, si no ofreces algo más de tu tiempo, si no participas de manera entusiasta en lo que se te encomienda, si tu actitud es negativa, si haces "tiempos muertos", si llegas tarde, si te vas apenas da la hora de salida, si no "te pones la camiseta", si cometes muchos errores, si no asumes tus responsabilidades, si evitas tomar retos nuevos, si eres desorganizado, si tú lugar de trabajo está sucio, si hablas mal de los demás, si te juntas con las personas conflictivas que ahí trabajan, si te metes en chismes, si llevas tus problemas personales al trabajo, si eres quejumbroso, si vas desaliñado, si produces poco, si necesitas documentos de estudios y no los tienes. Hay muchas razones por las cuales podrían no promoverte en el trabajo. Pero te sugiero que mejor te contestes éstas y muchas preguntas por el estilo. 

Por otra parte, también puedes acudir a tu superior y preguntar qué necesitas para una promoción.

Canción del torero Escamillo, en Carmen, de Bizet. Versión bilingüe

Carmen, libreto de Henri Meilhac y Ludovic Halévy, música de Bizet.


Aria del torero Escamillo


Con otro a su brindis respondo, señores,

pues los soldados, sí,

con los toreros como yo se entienden: 

¡por placer vamos al combate!

La plaza está llena, es día de fiesta, 

repleta de arriba abajo,

la cabeza pierde el público,

¡se interpelan a gritos

en explosión!

¡Alaridos, voces y tumulto,

creciendo hasta el paroxismo!

¡Es la fiesta del coraje!

¡La fiesta de los valientes!

¡Venga, en guardia! ¡Ah!

Torero ¡cuidado!

Y recuerda, sí,

recuerda al torear,

que unos ojos negros miran,

¡y que el amor te espera,

torero!


(Coro bis)

Torero, ¡cuidado!

¡Torero, torero!

Recuerda, sí,

recuerda al torear,

que los ojos negros miran,

¡y que el amor te espera, matador!

¡El amor te espera, el amor!



Un silencio de repente.

¡Ah! ¿qué pasó?

¡Los gritos acabaron,

el momento llegó!

¡El toro sale del toril!

Al caballo va... lo embiste,

lo derrumba arrastrando al picador.

"¡Ah! ¡Bravo toro!"

grita el público.

El toro va y viene...

y ataca otra vez.

Sacudiendo banderillas,

lleno de furia corre...

¡Llena de sangre está la arena!

¡Cuidado, a guarecerse... a las barreras!

¡Ahora es tu suerte!

¡Vamos! ¡Cuidado! ¡Ah!


(Coro. bis)


¡Torero, en guardia!

¡Torero, torero!

¡Torero, cuidado! 

Y recuerda, sí,

recuerda al torear

que miran los ojos negros,

¡y que el amor te espera, matador!

¡El amor te espera, el amor!

¡El amor! ¡El amor! ¡El amor!

¡Matador, matador, matador!


(trad. de Ángel Romera)


Texto original:


Votre toast, je peux vous le rendre,

Señors, señors car avec les soldats

oui, les toréros, peuvent s'entendre;

Pour plaisirs, pour plaisirs,

ils ont les combats !


Le cirque est plein, c'est jour de fête !

Le cirque est plein du haut en bas;

Les spectateurs, perdant la tête,

Les spectateurs s'interpellent

À grand fracas !


Apostrophes, cris et tapage

Poussés jusques à la fureur !

Car c'est la fête du courage !

C'est la fête des gens de cœur !

Allons ! en garde !

Allons ! allons ! Ah !


(Refrain ×2)

Toréador, en garde ! Toréador !

Toréador !

Et songe bien, oui,

songe en combattant

Qu'un œil noir te regarde,

Et que l'amour t'attend,

Toréador, l'amour, l'amour t'attend !


Tout d'un coup, on fait silence,

On fait silence… ah ! que se passe-t-il ?

Plus de cris, c'est l'instant !

Plus de cris, c'est l'instant !


Le taureau s'élance

en bondissant hors du toril !

Il s'élance ! Il entre, il frappe !…

un cheval roule,

entraînant un picador,

"Ah ! Bravo ! Toro !" hurle la foule,

le taureau va... il vient...

il vient et frappe encore !


En secouant ses banderilles,

plein de fureur, il court !

Le cirque est plein de sang !

On se sauve… on franchit les grilles !

C'est ton tour maintenant !

Allons ! en garde ! allons ! allons ! Ah !


(Refrain ×2)

Toréador, en garde ! Toréador !

Toréador !

Et songe bien, oui, songe en combattant

Qu'un œil noir te regarde,

Et que l'amour t'attend,

Toréador, l'amour, l'amour t'attend !


L'amour ! L'amour ! L'amour !

Toréador, Toréador, Toréador !

viernes, 5 de noviembre de 2021

La justicia española nunca se depuró tras el franquismo y siguió

Cándido Marquesán Millán, "La justicia española nunca se depuró tras el franquismo", en Nueva Tribuna, 4 - XI - 2021:

La implicación de la justicia ordinaria en la represión franquista explica la ausencia de una auténtica política de Justicia Transicional

He podido leer con autentico interés el artículo de Paloma Aguilar, catedrática de Ciencia Política de la UNED, Jueces, represión y justicia transicional en España, Chile y Argentina, del año 2013. El título es suficiente explícito de cuáles son sus objetivos. ¡Qué cantidad de desconocimiento tenemos todavía los españoles sobre ese periodo tenebroso de nuestra historia reciente, la dictadura de Franco! E igualmente no sé si somos conscientes de algunas de sus secuelas que perviven en nuestra democracia. Sobre lo primero, de ese desconocimiento, y de sus secuelas versarán las líneas siguientes.

He estudiado, explicado y escrito de la dictadura franquista en sus aspectos políticos, sociales, económicos y culturales. Pero hay un aspecto que no conocía en profundidad, cual fue el gran protagonismo de la justicia ordinaria española en la brutal represión del franquismo durante la guerra y la dictadura. Y ese desconocimiento me imposibilitaba conocer las razones auténticas de las carencias de una auténtica política de Justicia Transicional (JT*) en España, sin juicios a los crímenes del franquismo, la abolición de la Ley de Amnistía y la implantación de una Comisión de la Verdad, como se han realizado en distinto grado en Argentina y Chile. Países sudamericanos que en este ámbito nos han dado una lección a los españoles.

Voy a exponer lo fundamental del artículo espléndido de Paloma Aguilar, ciñéndome al caso de España con alguna breve referencia a Argentina y Chile. Haré un resumen de su contenido, con algunas aportaciones personales, así con aportaciones de un artículo de Mónica Lanero.

Paloma Aguilar destaca que no hay investigaciones que hayan tratado de relacionar el tipo de prácticas represivas empleadas por las dictaduras, el grado de implicación del sistema judicial en ellas y las ulteriores políticas de Justicia Transicional. Compara el caso de España con el de Chile y el de Argentina. En los tres países hubo dictaduras con violaciones sistemáticas de los derechos humanos y ello les obligó a reflexionar sobre qué hacer con ese pasado traumático en sus procesos de democratización.

Los casos de Argentina y Chile son claramente dictaduras militares. Aunque Franco fue militar y, especialmente, en los primeros gobiernos, los militares tuvieron amplias competencias en el ámbito judicial y con ministerios importantes, el franquismo no puede considerarse un régimen castrense. No fueron solo los militares y los cuerpos de policía -como en Argentina y Chile- quienes llevaron a cabo la represión política, sino que el sistema judicial en su conjunto fue clave por su participación directa en los consejos de guerra y en las jurisdicciones especiales.

En aquellos países en los que las víctimas son consecuencia de un sistema de represión ilegal diseñado desde el poder político-militar (como en Argentina), es más probable que los jueces se hayan mantenido en mayor medida al margen de la represión que allí donde ha prevalecido la represión “legal” (como en España). Cuanto mayor haya sido la implicación de la justicia ordinaria en la represión dictatorial -lo que tuvo lugar muy particularmente en España y, en menor grado, también en Chile-, mayor resistencia existirá a la hora de impulsar determinadas políticas de JT. Y si hay algún juez que trata de impulsarlas es apartado sin contemplaciones de la carrera judicial por sus mismos “compañeros” de profesión, con el aplauso de la mayoría de las fuerzas políticas, de los grandes medios, y con muy escasa respuesta de la sociedad en su conjunto.

Los procesos judiciales han sido mucho más tardíos en Chile que en Argentina, mientras que en España no han tenido lugar

Cuando las responsabilidades no solo recaen sobre la cúpula militar y ciertos cuerpos de la policía, sino sobre el conjunto del sistema judicial, los jueces y fiscales tienden a ser más reacios a cualquier revisión pública del pasado y mucho más a la aprobación de medidas punitivas contra los responsables de la represión. El mero hecho de revisar las causas judiciales del franquismo -muchas de ellas mal instruidas o carentes de las mínimas garantías judiciales-, podría poner en entredicho el rigor y la honorabilidad de los órganos judiciales a lo largo de muchos años, cuando el sistema judicial siempre ha sostenido que se mantuvo al margen de la represión y que en todo momento mantuvo su independencia. Nadie se tira piedras sobre su propio tejado. De hecho, los procesos judiciales han sido mucho más tardíos en Chile que en Argentina, mientras que en España no han tenido lugar. También observaremos mayor reticencia a derogar las leyes de amnistía que impiden o dificultan la celebración de dichos juicios: mientras que en Chile se derogó en 2014, en España sigue en vigor, en Argentina se derogó tempranamente la ley de “autoamnistía” que aprobaron los militares antes de dejar el poder y, años después, también se declararon nulas e inconstitucionales las leyes de “obediencia debida” y “punto final” aprobadas bajo la presidencia de Menem para evitar que prosiguieran los juicios.

LA JUSTICIA ORDINARIA AL SERVICIO DE FRANCO

La justicia militar franquista, principal -aunque no única- protagonista de la represión bélica y posbélica, se hubo de nutrir, dada la gran cantidad de procesos judiciales a que tuvo de hacer frente, fundamentalmente entre 1936 y 1944, de personal procedente de la justicia ordinaria: “numerosos jueces, fiscales y magistrados participaron activamente en la jurisdicción militar como jueces instructores, fiscales o ponentes de los consejos de guerra”. Estos profesionales de la justicia aceptaron militarizarse temporalmente, en muchos casos de forma voluntaria, lo que significó que formaron parte de los tribunales militares que, hasta mediados de los años cuarenta, se calcula que ejecutaron unas 50.000 penas de muerte, aunque las que dictaron y luego indultaron fueron muchas más. Desde 1941, con motivo de la reducción del número de juicios, se empezó a desmovilizar al personal judicial militarizado y a devolverlo a la justicia ordinaria. El personal “jurídico militar” siguió participando en los consejos de guerra hasta el final de la dictadura (e incluso, posiblemente, después, ya que el Código de Justicia Militar de 1945 se mantuvo vigente hasta 1980) a través de la figura del ‘vocal ponente’, cuya presencia era obligada. La mayoría de las sentencias se dictaron en consejos de guerra mediante procedimiento sumarísimo, lo que limitaba considerablemente las oportunidades de defensa de los acusados. En ocasiones el veredicto estaba decidido de antemano y, en muchos casos, ni siquiera se respetaban las formalidades mínimas de rigor, incumpliéndose la ya de por sí represiva legislación vigente. En el caso de los procedimientos sumarísimos no solo era obligatorio que el abogado defensor fuera un militar, sino que, además, debía ser el de menor graduación del consejo de guerra. Al abogado, debido al procedimiento sumarísimo, apenas se le proporcionaba tiempo para preparar su defensa y, dada su posición de subordinación en la estructura militar, apenas tenía posibilidades reales de defender al acusado.

La justicia ordinaria española también participó en una serie de jurisdicciones especiales creadas para la represión política. Destaca su implicación en la jurisdicción de Responsabilidades Políticas, pero también colaboró en el Tribunal Especial para la represión de la Masonería y el Comunismo, la jurisdicción de Vagos y Maleantes, las Fiscalías de Tasas y la Jurisdicción Laboral. En varios de estos casos, como en los consejos de guerra, se establecieron “tribunales mixtos”, formados por militares (que normalmente eran mayoría y solían ocupar los puestos más relevantes), miembros de la jurisdicción ordinaria y militantes del partido único (FET y de las JONS). La extraordinaria expansión de la jurisdicción militar -invadiendo multitud de competencias previamente reservadas a la jurisdicción ordinaria y teniendo clara preeminencia sobre esta en caso de conflicto de competencias- y, sobre todo, la proliferación de jurisdicciones especiales dedicadas a la represión, no tienen parangón en los casos chileno y argentino.

La denominada “Causa General” fue creada por Decreto de 26 de abril de 1940. En ella se atribuía al Ministerio Fiscal, subordinado al Ministerio de Justicia, la tarea de investigar la actividad supuestamente criminal de los simpatizantes del bando vencido en la guerra civil. Esta información fue recopilada por los fiscales de la justicia ordinaria hasta los años sesenta y condujo a la apertura de decenas de miles de procesos judiciales. No existe nada equivalente en los países del Cono Sur. Yo he investigado la Causa General de mi pueblo natal, Híjar, y no merece credibilidad alguna.

La primera etapa de la dictadura española fue la más represiva, pero el franquismo no dejó de perseguir a los disidentes hasta el final. Con el paso del tiempo, la justicia ordinaria fue la que adquirió un mayor protagonismo en esta tarea; destaca su participación exclusiva en el Tribunal de Orden Público (TOP), en el que jueces y magistrados asumieron, a partir de 1963 y hasta finales de 1976, con carácter muchas veces voluntario, el protagonismo en la represión ideológica y política, salvo en el caso de los delitos de terrorismo, de los que se seguía encargando la jurisdicción militar. Para evitar la lentitud generada por la cantidad de casos acumulados en este tribunal especial, además de ampliarse a finales de 1971 las plazas de magistrados y de crearse un segundo juzgado, se impuso “a los jueces de instrucción y a los fiscales de toda España la obligación de practicar las primeras diligencias, convirtiéndoles en servidores del Juzgado de Orden Público”. De esta forma, se ampliaba aún más la implicación de la justicia ordinaria en la maquinaria represiva del franquismo. En Argentina y Chile no se creó ningún tribunal civil destinado a la represión. Resulta asombroso que el TOP fuera capaz, en los últimos años del franquismo, de dictar tantas sentencias condenatorias, y de tal dureza, por acciones que, en su mayoría, suponían el ejercicio de los derechos políticos más elementales en democracia.

La justicia ordinaria española, incluso cuando actuó fuera del ámbito de las jurisdicciones especiales, colaboró con la dictadura mediante el control social que ejerció sobre la población y la aplicación, en sus sentencias, de la ideología franquista. También se ha documentado la estrecha colaboración de la justicia con la policía política del régimen, la Brigada Político-Social, y su constante inhibición ante las denuncias por casos de tortura. Esta Brigada tiene su origen en una Ley del 8 de marzo de 1941 y se mantiene hasta su derogación el 9 de diciembre de 1978 (tres años después de muerto Franco). Los jueces y fiscales garantizaron su impunidad, pues “era normal en el Tribunal de Orden Público ‘impedir preguntas directas’ sobre malos tratos policiales”. En nuestro país la única —y tardía— resistencia judicial a la dictadura vino de la mano de Justicia Democrática. En Argentina y Chile hubo jueces, fiscales y abogados que se mostraron disidentes con las políticas represivas de sus países, incluso algunos de ellos pagaron con su vida. En Argentina más de cien abogados de presos políticos desaparecieron entre 1976 y 1983.

El Supremo no se separó de la doctrina franquista en la interpretación de la ley y defendió hasta el final la ideología del régimen en sus sentencias

El Tribunal Supremo español no se separó de la doctrina franquista en la interpretación de la ley y defendió hasta el final la ideología del régimen en sus sentencias. Además, el máximo órgano judicial contribuyó “a la subordinación de la justicia ordinaria al fallar las cuestiones de competencia que se suscitan entre Tribunales ordinarios y militares con un criterio indefectiblemente favorable a la jurisdicción castrense”.

Para analizar la implicación del sistema judicial en la represión es importante conocer su grado de independencia respecto al Ejecutivo. Para ello hay que saber si las dictaduras depuraron la judicatura al tomar el poder y si crearon mecanismos para sojuzgar a los jueces y limitar el control que podían ejercer sobre el poder político. En el caso español, hubo una purga de todas las profesiones, especialmente conocidas en el ámbito político y docente, que, si bien en menor medida, también afectó a la jurídica: “la separación del servicio alcanzó al 6% de la carrera judicial, y al 12% de la carrera fiscal”. Ello le sirvió al franquismo para asegurarse la lealtad de jueces, magistrados y fiscales. Sobre esta depuración merece la pena destacar el artículo de Mónica Lanero La depuración de la magistratura y el ministerio fiscal en el franquismo (1936-1944). Menciona algunos casos que generan una mezcla de risa y estupor. Por ejemplo, al Juez V. C. A. , presidente del Jurado Mixto de Palma de Mallorca, se le tacha de azañista, parcial hacia los arrendatarios de izquierda, servil con los jefes locales de partidos de izquierda, insociable, -porque no se relaciona con las personas de su clase social, con las que es natural que hubiera vivido- , infiel y afeminado, lo que se deducía de que llevaba las uñas cuidadas. Fue separado en 1938, por favorecer la “indisciplina social y la anarquía imperante durante la II República”. El juez de Arévalo, I.D-C. de la P. es tachado de izquierdista por relacionarse con personas de esa ideología ¡porque coinciden en el comedor de la única fonda del pueblo! La moralidad de otro funcionario es dudosa porque su esposa ha sido vista en bata en el balcón… Resulta un auténtico esperpento si no fuera por lo que cuesta a los procesados levantar las acusaciones por el resultado de éstas sobre sus carreras profesionales. Como ejemplo, el expediente seguido contra el presidente de la Audiencia de Zamora, J.A.D., en cuya propuesta de resolución se dice que «Practicada copiosa prueba testifical, predominaron las manifestaciones de que según rumor público era el Sr. A. amigo de Galarza —gobernador civil de Zamora— a cuyo dictado procedía, si bien niegan tales afirmaciones entre otros, el Fiscal de aquella Audiencia, el Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, los Decanos de los Colegios de Abogados y Procuradores y el actual Gobernador Civil. (...) Considerando que de todo lo probado se deduce que D. J.A.D. obraba con excesivas complacencias para con el político marxista Galarza (…), todo lo que demuestra que carece de la debida independencia e imparcialidad que a todo funcionario de la Administración de Justicia se exige y que ha favorecido a los enemigos de los principios defendidos y proclamados por el Movimiento Nacional”.

Durante los primeros años, el control en el acceso a estas profesiones también se llevó a cabo mediante la reserva de plazas: “en las oposiciones a la judicatura del año 1941, de 130 plazas convocadas, 26 eran de turno libre y 26 para cada uno de los siguientes grupos: a) caballeros mutilados; b) alféreces provisionales; c) excombatientes; d) excautivos y huérfanos de la guerra”.  Con esa procedencia no es difícil imaginar su ideología y su servilismo al régimen. A estos colectivos también se les recompensó con Administraciones de Lotería, Estancos, conserjerías de institutos, alguaciles municipales…Además, al asumir su cargo los jueces debían jurar “incondicional adhesión al Caudillo de España”, lo que no parecía dejar mucho margen a la imparcialidad. La fórmula de juramento exigida al ingreso en las carreras judicial y ÿ fiscal y renovada en cada nueva toma de posesión, enfatizaba la adhesión personalizada al dictador, como es característico de los regímenes fascistas: “¿Juráis ante Dios y sobre los Santos Evangelios incondicional adhesión al Caudillo de España, administrar recta e imparcial Justicia, obedecer las Leyes y disposiciones referentes al ejercicio del cargo sin otro móvil que el y el cumplimiento del deber y el bien de España?”.

El régimen franquista creó un instrumento fundamental de selección por criterios ideológicos y de adoctrinamiento político

El régimen franquista también creó un instrumento fundamental de selección por criterios ideológicos y de adoctrinamiento político posterior, la Escuela Judicial, dependiente del Ministerio de Justicia. El paso por ella durante año y medio de todos los jueces, magistrados y fiscales contribuye a explicar su conservadurismo, pues, además de las materias estrictamente jurídicas, se les impartía formación “moral” y “religiosa”. También se pretendía con dicha escuela “inculcar a los alumnos el espíritu de cuerpo y la obediencia debida a sus superiores jerárquicos”. Como señala Mónica Lanero en el artículo ya citado: “Sin ambages lo explicitaba en 1944 el ministro de Justicia Eduardo Aunós, al defender ante las Cortes el proyecto de ley de creación de la Escuela Judicial: «pretendemos crear una milicia de la Justicia, unida a los ideales firmes del Estado Nacional (...) siempre dispuesta a seguir (...) las consignas del Caudillo y de la España Nueva». Al paradigma clásico del juez-sacerdote, se añadía ahora el de juez-soldado, como se encargaban de recordar el Ministro de Justicia y el Presidente del Tribunal Supremo en ocasión de cada nueva apertura del año judicial.

Otros mecanismos institucionales usados por el franquismo para limitar la independencia judicial fueron: “reclutamientos, nombramientos, sanciones disciplinarias, promociones y transferencias. De hecho, la asociación clandestina Justicia Democrática nace, fundamentalmente, para expresar su descontento por “el férreo control ejercido por el ejecutivo sobre la carrera judicial a través del nombramiento de los más importantes cargos” y “la profusión con que se utilizaba la figura de ‘las excedencias especiales’, que posibilitan el paso de un gran número de funcionarios judiciales y fiscales a la política”. Varios jueces y fiscales ocuparon cargos importantes en el Ministerio de Justicia y en otros órganos de la administración, ocurriendo que la mayoría de ellos tenían “un pasado de funciones en jurisdicciones especiales”; de hecho, “casi todos los funcionarios con cargos ministeriales habían pasado por la jurisdicción militar”. Haber participado en tareas represivas, era un buen currículo para medrar en la administración y en la política, pues los que habían formado parte de consejos de guerra, y otras jurisdicciones especiales de carácter represivo, tendían a ser recompensados con altos cargos en la administración. Esto, como se verá después, también ocurrió en democracia con muchos de los jueces y fiscales que habían formado parte del TOP.

NO HUBO DEPURACIÓN TRAS EL FRANQUISMO

Para entender las medidas de JT que, finalmente, se adoptaron, es necesario conocer el estado del sistema judicial al finalizar las dictaduras. En España, “el mundo jurídico era el que se había mostrado más reticente a la evolución de los tiempos”. “Los jueces que hacían pública manifestación de su ideología franquista eran escasos, pero ocupaban los escalafones más altos de la cúpula judicial”, y no pocos se negaban a aplicar la legislación democrática. Múltiples pruebas avalan el conservadurismo del sistema judicial en la transición española y su resistencia a los cambios. Los testimonios del primer ministro de justicia socialista (1982-1988), Fernando Ledesma, y de su jefa de gabinete (1982-1985), María Teresa Fernández de la Vega, resultan reveladores. Ambos insisten en la necesidad imperiosa de democratizar el ámbito de la justicia y en los “ataques”, “presiones” y “tensiones” que tuvieron que soportar cuando intentaron reformarlo. También aluden a su fuerte sentido corporativo y al gran poder que ostentaban. Asimismo, insisten en la necesidad de evitar un enfrentamiento frontal con el sistema judicial dada su gran capacidad para ejercer presión sobre el sistema y al hecho de que era imprescindible contar con él para el correcto funcionamiento de la todavía frágil democracia. Mientras que el ex-ministro sostiene que “un poder judicial puede acelerar o, por el contrario, retrasar, las transformaciones de la sociedad, puede facilitarlas o dificultarlas, puede favorecer la modernización de un país o, por el contrario, puede entorpecerla”, la ex jefa de Gabinete insiste en que la justicia iba a ser la responsable de la “interpretación y aplicación” de las reformas y que, por lo tanto, era un “elemento imprescindible para la estabilidad y el cambio político”. La constancia de que el estamento judicial había estado profundamente implicado en la represión franquista, del conservadurismo ideológico en sus más altas esferas, de la irritación con la que recibía cualquier intento de reforma y, sin embargo, de su protagonismo absoluto a la hora de aplicar la nueva legislación democrática, contribuye a explicar que los gobiernos no se atrevieran ni siquiera a pensar en la posibilidad de someter a escrutinio público (mediante una comisión de la verdad), y mucho menos aún a revisión judicial, el funcionamiento de la maquinaria represiva bajo el franquismo. Los poderes democráticos, al final, se conformaron con tres reformas institucionales: a) la creación del Tribunal Constitucional, órgano independiente que actúa como mecanismo de control de las sentencias judiciales; se trataba de “fiscalizar una institución que entró en el sistema democrático sin apenas depuración”; b) la reforma de la Ley Orgánica 6/1985 del Poder Judicial, por la que la elección del Consejo General del Poder Judicial deja de estar en manos de jueces y magistrados y pasa al Parlamento; y c) la “jubilación anticipada de un tercio del escalafón judicial con el fin de separar a las viejas figuras del régimen de las altas esferas judiciales”. A pesar de la importancia que tuvieron estas reformas, la depuración fue limitada y tardía. El estamento judicial siguió siendo predominantemente conservador y nunca se ha denunciado públicamente su colaboración con la represión, ni el trasvase de muchos de sus miembros más conservadores -incluso de los jueces y fiscales del TOP- a organismos como el Tribunal Supremo o la Audiencia Nacional. La falta de una depuración exhaustiva se vio agravada por la endogamia del sistema judicial, sus mecanismos de socialización y reclutamiento internos, y su arraigado espíritu de cuerpo. Un sistema de estas características difícilmente iba a consentir medidas de justicia o verdad que pudieran poner en entredicho su honorabilidad, no sólo bajo la dictadura sino incluso con posterioridad, pues es conocida la tolerancia de no pocos jueces con la brutalidad de las fuerzas de orden público y la violencia de extrema derecha registrada durante la transición.

Fijémonos en el presente actual. Mayoritariamente tenemos una justicia profundamente conservadora, por decirlo de una manera suave. Las derechas españolas recurren constantemente a la justicia para alcanzar lo que no ha conseguido en las urnas. Y lo hacen porque conocen muy bien la predisposición de bastantes jueces a dar curso a sus querellas o recursos y que las sentencias en la mayoría de los casos les van a ser favorables.

INCOMPRENSIBLES ACTUACIONES DE LA JUSTICIA

Dos actuaciones incomprensibles de la justicia española, muestra indiscutible de su conservadurismo son las siguientes, pero se podrían poner otras muchas.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha rechazado la querella que interpuso la Fiscalía contra la portavoz de Vox en la Asamblea regional, Rocío Monasterio, por la supuesta falsificación de un visado del Colegio de Aparejadores de Madrid “al no reunir los hechos relatados los caracteres del delito de falsedad documental" en un auto en el que los magistrados detallan que "nos encontramos ante una falsedad burda o grosera, que precisamente por ello priva al soporte material de toda posibilidad de producir un efecto jurídico". Pero, ¿hubo falsificación o no? Alucinante.

La Fiscalía de Madrid ha decidió archivar la investigación abierta sobre el chat de WhatsApp de un grupo de mandos retirados del Ejército del Aire en el que un miembro habló de fusilar a 26 millones de españoles y, entre otras cuestiones, otro planteó la posibilidad de dar un golpe de Estado contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Según explica el ministerio público, esas conversaciones no encajan dentro de un delito de odio, pues se realizaron en un contexto “privado”, sin voluntad alguna de publicitarlas fuera de ese ámbito. Por tanto, según añade, prima la libertad de expresión, aunque puedan considerarse esas afirmaciones como “inapropiadas, excesivas y desafortunadas”. “No concurren elementos que permitan inferir que el chat fue creado al objeto de promover, fomentar o incitar al odio, hostilidad o violencia hacia un colectivo”. Alucinante. O sea, argumentar el fusilamiento de la mitad de los españoles y además plantear un golpe de Estado, es libertad de expresión. Por declaraciones menos perversas algunos han sido condenados con penas de cárcel. Y una pregunta me inquieta, cada cual puede responderla. ¿Si Alberto Rodríguez hubiera sido diputado de VOX o el PP, en lugar del Unidas Podemos conservaría su acta en el Congreso?

Tenemos un grave problema en nuestra democracia. El problema de la justicia. Una justicia profundamente conservadora, endogámica, corporativa. Y en la cual, salvo excepciones, aunque ignoro su número, no han calado los valores de una democracia moderna. Y puede que ello se deba a que la sombra del franquismo es muy alargada.

Justicia Transicional (JT*) | 

La justicia transicional alude a las formas en que países que dejan atrás periodos de conflicto y represión utilizan para enfrentarse a violaciones de derechos humanos masivas o sistemáticas, de tal magnitud y gravedad que el sistema judicial convencional no puede darles una respuesta adecuada. (Fuente: ICTJ)