Primero hay que ser sociable o tender a serlo.
Antes de empezar es muy importante sonreír: es el truco más fácil de aplicar, pero el más difícil para algunos.
Después desviar la atención de lo que todo el grupo piensa: “¿Usted también se siente incomodo en lugares donde no conoce a nadie ?”. Donde no se conoce a nadie, nadie piensa mal de ti y todos se hacen las mismas preguntas que tú. Entonces preocuparse por ellos, tener empatía, es lo más certero.
No hay que buscar ser perfecto. No hay que rebuscar la mejor frase o comentario, porque entonces notarán que intentas fingir y autocontrolarte demasiado. El comportamiento natural es el mejor refugio. A todo el mundo le gusta conversar con personas honestas, enteras y verdaderas. Hay que ser uno mismo y no tener miedo de diferenciarse, porque la gente que asume su personalidad es mucho más amigable y sociable que la que finge y esconde sus opiniones. No hay que esconderse.
Todo esto no es fácil. Hay que entrenarse para ser sociable, buscar los contextos para practicar, salir de la zona de confort. Un buen reto es hablar con una persona desconocida cada día. Si se logra durante un mes, serás más sociable que 95% de la gente que conoces.
Es un proceso de construcción de la mutua confianza. Es más fácil cuando interpretas el lenguaje corporal como alguien dispuesto o abierto a la comunicación, como alguien que "se muestra". A todos nos gusta la gente interesante, la gente que te enseña cosas nuevas. Lo más importante es tener seguridad en uno mismo, cualquier tema para romperlo sirve si te ves seguro… Claro, también impacta tu imagen. Le dices: oye, te gustaría que rompamos el hielo juntos? Le preguntas que cuando cumple años y que que hizo en su cumpleaños pasado, con una sonrisa, empieza hablar de algo que sepas que le gusta. Tu mirada tiene que ir siempre a sus ojos, escuchando lo que dice y respondiendo de acuerdo con tu opinión Tienes que ser abierto y extrovertido, simpático y no adulador. Muy acertadamente para romper el hielo en un proceso de venta por ejemplo, podría comenzar por hacer una pregunta. Este consejo vale oro.
Romper el hielo significa establecer un puente de comunicación entre un@ extrañ@ y tú. Dependiendo del contexto y del lugar dónde estés, ya que no es lo mismo el atrio de una iglesia que una discoteca, ni el hall de un evento que un parque de diversiones, siempre una pregunta pertinente rompe el hielo fácilmente. Preguntarle algo que sea de interés para ambos como: "¿Entendiste la tarea que dejó la maestra?". "¿Cuál es el platillo o bebida que más te gusta de este lugar?". "¿Puedes explicarme esto o aquello?". "¿Sabes cuando sacan las mejores promociones y ofertas en esta tienda?". "¿Qué otras películas me recomiendas de ese actor o director?". Desinhibe usar licor. También el vacile: hacer creer que confundimos a una persona con otra. Decir frases típicas como: ¿Aquí hay calor humano? ¿Ustedes qué opinan? ¿Cómo estás? "Es asunto complejo que requiere mucha explicación" Los peores temas de conservación son los que tienen como centro transmitir chismes malos sobre alguien (arruinan no solo la reputación del alguien, sino la tuya) y los que contienen imposiciones y obligaciones: los que te quieren convencerte de hacer algo: “Deberías hacer esto”, “Deberías hacerte la lipo" (como si ellos te la fueran a pagar), “deberías ser más femenina" (¿quién te ha preguntado?) “Deberías maquillarte menos “ (por fin, decídete) Deberías ya casarte y asentarte en tu trabajo, bla bla bla. La política, la religión, el desempeño académico, el aborto, el nacionalismo, fútbol, animalismo, toros, veganismo... cosas que dividen, que no unen, declarando alguna jerarquía. Así los consejos no pedidos: “Yo a tu edad hacía esto”, “En mi generación se hacían mejor las cosas” “Tu deberías estudiar esto”, “Tu ya te deberías casar”. Porque esos más que consejos buscan ser imposiciones de que los jóvenes tengan que seguir a rajatabla lo que sus padres creen que es lo mejor para ellos. Son pelmazos evangelizadores y sermoneadores. Hay que encontrar la cara interesante de cualquier tema. Socializar es dinámico: consiste en dialogar, escuchar y preguntar pero más en escuchar lo que la otra persona tiene que decir. Siente curiosidad e interésate por los temas de los demás y haz preguntas. Para ligar con alguien hay que estudiarlo: saber cosas que no sabe y le llamen la atención y ahora gracias a ti conoce. Hay que tener una conversación productiva.
Aburre mortalmente la gente que usa en exceso la primera persona y habla demasiado de sí misma con el objetivo de presumir o de que los demás no dejemos de apreciar la cantidad de cosas que hacen en su vida. Es además una desconsideración total ocupar todos los turnos de palabra y no dejar hablar al interlocutor, y si además la persona solo habla de sí misma, le niega al interlocutor la posibilidad de participar significativamente en la conversación. Con esa estrategia no se impresiona a nadie, al revés, se aburre mortalmente a quién solo puede escuchar aunque se le deje hablar. Egocéntricos y charlatanes. También los victimistas: la gente que se queja diciendo qué mal la trataron y cuánta razón tenía ella. El victimismo es común con divorciados: las innumerables perradas que le hizo el marido o la mujer, o con parejas. A uno lo tienen de testigo sin conocer y sin poder corroborar la verdad de lo que dicen. Los monotemáticos, gente que habla de un solo tema, con TOC, medio o cuarto autistas, meapilas, feminazis, fanáticos, terraplanistas etc. Solo un genio como Tarantino puede hablar con talento de chorradas e insulseces.
Suele recomendarse que se dejen de lado temas como política o religión, aunque en realidad depende de cómo los abordes. En lugar de preguntar qué opina del veganismo, el aborto, la lucha contra el crimen, etc. personaliza la pregunta: qué haría esa persona para mejorar tal o cual situación. Por ejemplo: ¿qué medidas tomarías tú para parar los feminicidios? ¿Qué piensas que falta por hacer para frenar la violencia ocasionada por el narcotráfico? ¿Crees que es cruel matar animales para comerlos? En lugar de preguntarle si practica alguna religión, pide que te diga si considera si hay aspectos de la religión que ayudan a la sociedad. Pregunta y escucha. Da tus opiniones si él o ella te los pregunta y deja de lado los juicios.
En marketing se usan preguntas cerradas cuyas respuestas serán Sí o No y preguntas abiertas. Las abiertas son las que responden al qué, cómo, cuándo, dónde, porqué, para qué. Ten en cuenta que si haces una pregunta que te puedan responder con un sí o un no, disminuyes las posibilidades de que se desarrolle una conversación enseguida. Se sugiere que hagas preguntas abiertas, de tipo: "¿A qué hora pasa el tren? ¿Sabe dónde queda la tienda de…? Preguntar por ejemplo en una fiesta "¿qué tipo de licor es ese?" en lugar de preguntar "¿Le gusta ese licor?" hace la diferencia.
No se debe "parecer interesante", sino "ser interesante" y luego establecer la estrategia para romper el hielo. Eso se aprende. La sinceridad y la naturalidad son dos aspectos claves para ello también y ahí no puedes fingir. O eres sincer@ o no lo eres, o eres natural o no lo eres. El hecho de solo "Parecer" en lugar de "Ser" saldría a la luz en poco tiempo y habrás perdido tu tiempo al romper el hielo con esa persona o ante ese grupo.
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