lunes, 15 de junio de 2020

Quo evadis?

Si la Constitución monarcal que seguimos nos ha llevado a esto, ¿de qué sirve la Constitución? Supongo que no es país para jóvenes, ni siquiera para jubilatas, ya que han perecido unos cuarenta mil; de hecho, ya se está preparando un adecuado encogimiento de pensiones. En todo caso, todo el mundo sabe quién se llevó el dinero en la película y en la realidad, solo que, al contrario que Javier Bardem, está bien peinado y con gomina y son muchos, no solo un señor en las alturas (suizas).

Que el Estado se ocupe de los pobres con un Ingreso Mínimo Vital está bien, aunque eso venga tarde y a la velocidad del Gobierno; incluso esa utópica reducción de la ratio de alumnos por aula, que siempre hemos soñado los profesores está bien. Algo tenían que hacer también por los médicos, enfermeros, periodistas y policías, las personas más deprimidas o con mayor burnout, esa enfermedad laboral aún no reconocida, según los especialistas. 

Pero uno, que es mera clase media y cero a la izquierda, y no marcha por la derecha como ahora escriben en las aceras, piensa que su increíble clase menguante (que ya ni siquiera es media, sino cuarto y mitad) debería ser aliviada también con otras medidas, incluso económicas, porque la hiperburguesía se va a llevar el dinero a Suiza o a cualquier otro paraíso enseguida, siguiendo el ejemplo moral del muy propio y jubilata exjefe del Estado, modelo de virtudes cívicas y de fomento a la natalidad extraordinaria, gracias al cual hemos aprendido todos lo que significa la expresión aguantaformo. Esto es, el uso interesado del silencio. En efecto, solo los muertos del Panteón de El Escorial están más callados que el presunto, para quien si es cierto, que así parece, tendríamos que acuñar también otro neologismo, monarcaco.  Este bendito por la prensa señor es un cientocincuentaytresmileurista, al que lo que cobra de pensión no le basta por más que antes no pagara impuestos y empezara a hacerlo solo cuando fueron detrás de él con la fusta, que no con el rifle de cazar elefantes. Por algo es el único que no es igual ante la ley, según esa Constitución que conduce a... que conduce a.... qué conduce a.... Josús, no sé a dónde, solo que ya no tiene puntos. Nos va a tocar a los de siempre pagar su pacto (el de los poderes con el dinero). Como bien explica un historiador hace poco difunto y ya olvidado, Julio Anguita, peleamos contra los franceses porque nos lo dijeron los curas en 1808, y en 1823 nos dejamos invadir por los franceses porque nos lo pidieron otra vez. Aquí, en su Epílogo, divulgado tras su muerte, lo deja bien claro.

Ojalá estos régulos o reyezuelos a los que es imposible expulsar del cuerpo (social) legalmente, clave del arco que sostiene todo el chanchulleo del estado preposfranquista (poder que en nuestra historia siempre ha montado encima de las jerarquías medievales que nos dominan, el clericato y el ejército), puedan irse sin dejar muertos de aquí, como escribía a Joaquín Costa ese manchego "apóstol" del Partido Demócrata, el periodista de Almadenejos Fernando Lozano Montes, director de Las Dominicales del Libre Pensamiento, el periódico más acosado y denunciado por la derecha histórica en España, solo por debajo de El Motín de Nakens, quien, al contrario que el otro, era violento. 

Los periodistas manchegos más notables siempre han tirado por lo extremista: prueba de ello lo fueron también Pedro Estala (traductor de El contrato social de Rousseau), Félix Mejía (editor de El Zurriago y otros casi veinte periódicos), su colega Fernando Camborda (fundador de La Periodicomanía), Francisco Córdoba López (redactor de El Combate), Antonio Rodríguez García-Vao (amigo de Lozano y asesinado redactor de Las Dominicales) y el gran Alfonso García Tejero, este de Consuegra, un escritor que merecía más estudio y lectura de la que no tiene: preferimos El Marca y esas cosas. Esta antigua tradición izquierdista no ha tenido continuación tras la Guerra Civil, que puso las cosas donde estaban (eso no es evolucionar) e incluso bastante atrás, en sentido cangrejil, al menos durante veinte años, antes de que viniera, con muy justificable retraso, el interesado amigo americano. Porque aquí, si se habla de tradición, solo tienen en cuenta en La Mancha "las calvas venerables y católicas" que decía Machado. Los únicos notables fueron Francisco Nieva y  García Pavón.

En España era imposible ir al rápido compás de Europa y nos espantaba hasta el vértigo del Tren de la fresa. El moderno descubrimiento de la voluntad general que precedió a la democracia representativa, y el de los subsecuentes derechos humanos de primera y segunda generación que de ella derivan, nunca han ido con nosotros, que no los inventamos precisamente. España no es país para revoluciones, sino el de una gente que se pone la albarda para tirar de la carroza de Fernando VII, como ocurrió en Madrid cuando el monarca afrancesado y traidor entró en ella. El de los amantes de los cuernos, quiero decir los amantes de los toros que no son vacas. No es el del inútil uso de las armas, el del inútil verter la sangre, la inutilidad de cualquier violencia y de cualquier guerra civil, como escribió el presidente Manuel Azaña; entre nosotros el bien común nunca fue propio.

Autores ciudadrealeños olvidados, y algunos enigmas y curiosidades sobre los mismos

Fray Juan García, natural de Almagro según Nicolás Antonio, fue un religioso dominico, que pasó a China como misionero junto al padre Díaz; después pasó a América; dejó un manuscrito, Manual de las cosas del Perú. Estos datos los he tomado de la Biblioteca americana (1807) de Antonio Alcedo

Francisco Duarte Méndez, médico natural de Ciudad Real formado en Alcalá, donde fue su profesor, según Anastasio Chinchilla, que lo alaba, autor de una Cuestión médica: si en la curación de las enfermedades, principalmente en las calenturas podridas, es conveniente purgar los enfermos en algunos casos antes que se sangren, Madrid, 1648, cuarto.

El ingeniero de minas Juan Inza escribió mucho sobre las minas de Ciudad Real en el XIX. Memoria sobre la riqueza mineral de La Mancha..., Ciudad Real,  imprenta de José Román Muñoz, 1844. La modesta, sociedad minera. Informe sobre la mina Santa Hermegilda, Alcudia, Madrid: Imprenta del Boletín Oficial del Ejército, 1853 (cuarzo con galena en El Hato, cerca de Hinojosillas). Sociedad minera Sierra Madrona. Prospecto para la formación de esta sociedad e informe del ingeniero... 1858 (hasta la página 10 firmado por Melitón Cid; sobre las minas de El Horcajo)

Amalio Maestre e Ibáñez, Ciudad Real 10 de julio de 1812 - 5 de febrero de 1872) ingeniero de minas, arqueólogo y bibliófilo, compiló una gran colección de libros y, amigo de Eugenio Maffei y Ramón Rúa Figueroa, falleció mientras corregía los Apuntes para una biblioteca española de libros: Folletos y artículos, impresos y manuscritos...1872 de estos autores.

Pedro Martínez Carnerero, natural de Abenójar y vecino de Fuenlabrada en 1678, nombra una mina de rosicler que empieza con soroches de plomo a un cuarto de legua de Cabezarados en el término de Villamayor, así como otra en la dehesa de Villagutiérrez con tres vetas de plata que corren paralelas al mismo rumbo y otras dos de cobre y oro cerca de Fuenlabrada

Hernando de Poblete nació en Ciudad Real en 1519, hijo de Diego de Poblete y Beatriz de San Martín. El apellido Poblete es hidalgo de Ciudad Real. Su padre pereció corneado por un toro. Hizo la campaña de Los Mojos con el capitán Alonso de Mercadillo. En Chile se asoció con Alonso de Córdoba y se dedicó al comercio. Tuvo una hija mestiza peruana, Isabel de Poblete, que murió en Santiago en 1553. Un año antes, en 1552, testó el 15 de abril instituyendo herederos a sus primos hermanos, hijos de Juan de Céspedes el Viejo y de Isabel Poblete y falleció antes del 14 de julio de ese año, dejando bienes por valor de más de trece mil pesos.

El desgraciado navegante y descubridor García Jofre de Loaysa (1490-1526) nacido en Ciudad Real, aunque de origen vizcaíno, fue mandado por Carlos I a las Molucas tras las huellas de Magallanes para echar a los portugueses de esas islas y traerse de paso especias (Carlos todavía no había renunciado a su soberanía, disputada con Portugal); tras descubrir el tramposo cabo de Hornos (porque son dos cabos, no uno, lo que puede enviar a la muerte al navegante descuidado sin derrotero) y las islas Marshall, falleció el 30 de julio de 1526 en el Pacífico, seguramente de escorbuto; era hermano del obispo de Mondoñedo y del comendador de Paracuellos.  Él era de la Orden de Malta o de San Juan y comendador de Barbales. Da cuenta de su expedición a Filipinas la Colección de los viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XV, con varios documentos inéditos concernientes a la Historia de la Marina Castellana y de los establecimientos españoles en Indias de Martín Fernández de Navarrete (Madrid: Imprenta Nacional, 1867). En dicha expedición iban Andrés de Urdaneta y Elcano, que falleció durante la misma. Estaba formada por cinco naos y dos pataches. La Historia General de las Islas Occidentales a la Asia adyacentes, llamadas Philipinadel agustino recoleto fray Rodrigo de Aganduru Moriz es algo fantasiosa, pese a que el fraile había estado en Filipinas y en Persia y conocía el paño; por ejemplo, afirma que llegaron a una tierra de gigantes donde las mujeres medían trece palmos (cada palmo castellano equivale a unos veinte centímetros), esto es, dos metros sesenta. Andrés de Urdaneta logró llegar a España doce años después, tras haber circunnavegado por segunda vez el Globo.

Fray Hernando Ayala nació en Ballesteros en 1575, tomó el hábito agustino en Montilla; estudió en Alcalá, donde fue lector de filosofía. En 1603 pasó a México y luego a Filipinas; escribió muchas cartas, al parecer conservadas.. Fue martirizado en Japón

Fray Juan Estrada, dominico traductor de La escala espiritual de San Juan Clímaco, pero no directa del griego, sino desde la traducción latina de Ambrosio camaldulense, primer libro impreso en México: Juan Pablo, 1532, es también de Ciudad Real. Su libro fue la tercera traducción al español que se hizo en el siglo. Fue muy niño a México con su padre Alonso de Estrada, primero tesorero y luego gobernador de Nueva España y por lo visto hijo natural de Fernando el Católico y de una mujer de la burgalesa casa de Estrada, según ha documentado con rigor Jaime García Mendoza ("Velo y mortaja, del cielo bajan": la historia de Antonio Serrano de Cardona e Isabel de Ojeda", en VV. AA., Historia de Morelos. Tierra, gente, tiempos del Sur. Tomo III: de los señoríos indios al orden novohispano, dir. por Horacio Crespo, coord. por José García Mendoza y Guillermo Nájera Nájera. México: Universidad Autónoma del Estado de Morelos, 2018, pp. 729-730); ese origen, que algunos discuten (el motivo aducido es que el salario que le fue asignado por la Corona fue de 510 mil maravedíes por año, número muy superior a los 310 mil asignados al Marqués del Valle, Hernán Cortés, lo que levantó sospechas acerca de su claro favoritismo por parte de S. M. el Rey Carlos I y se ha utilizado para sugerir una posible filiación de Alonso de Estrada con el rey Fernando el Católico, teoría contradicha indirectamente por las pruebas de limpieza de sangre efectuadas por uno de sus bisnietos, algo que con frecuencia era muy falseado) hizo que su padre se criase en palacio como caballero principal y desde muy joven pasó a formar parte de la Guardia Real. En 1516 acompañó a su sobrino Carlos I a Flandes. De allí fue enviado a Málaga como Almirante, para luego marchar a Sicilia, donde estuvo casi tres años. En 1520, como era natural, luchó a favor de su sobrino en la Guerra de las Comunidades. En 1521 fue nombrado Corregidor de Cáceres y el 25 de octubre de 1522 fue nombrado, como ya se ha dicho, tesorero de la Real Hacienda en Nueva España. Llegó allí con su hijo Juan y su esposa Marina Flores de la Cavallería o Caballería (apellido sin duda judío y con amplia descendencia en Almagro) en 1523. Ella era hija de Juan Gutiérrez de la Cavallería y Luna y de Mayor Flores de Guevara. 

Su hijo, el dominico Juan Estrada, pasó de México a un convento del reino de Granada, pero su enorme rigor ascético le hizo enfermar, por lo que su hermano Luis Alonso de Estrada, señor de Picón, se lo trajo a esta villa, donde murió en 1579 (otros dicen que en 1570).

Pero volvamos al padre, Alonso de Estrada, situado en Nueva España por el emperador para controlar al marqués del Valle, Hernán Cortés; don Alonso fue el primer gobernador de Nueva España antes de que esa función fuera desempeñada por virreyes, y no paró de intrigar contra Cortés. Por el expediente de limpieza de sangre de Jorge de Alvarado y Villafaña, su bisnieto, se sabe que Alonso de Estrada fue "oficialmente" hijo de un tal Juan Hernández Hidalgo y de su primera esposa (cuyo nombre no recordaban los testigos), siendo sus abuelos paternos Diego Hernández Hidalgo (residente en Ciudad Real) y María González de Estrada.

Sin embargo, lo normal entre los bastardos reales era que se hicieran religiosos, para así impedir peligrosas pretensiones políticas. Ello sería aún más deseable en el caso de Fernando el Católico, rey de Aragón sin otra descendencia que la castellana.

Pedro Antonio Castellanos (Ciudad Real, 1480 - La Solana, 1556) fue un conquistador español. Su madre, María Pimentel, poseía una haciendilla en La Solana a la que se retiró en su vejez. Su padre era amigo de Jerónimo Velázquez, gobernador de Cuba, así que no quiso ir con Hernán Cortés, antes bien marchó en la expedición que hizo Velázquez contra él como uno de sus jefes; pero la mayoría de sus soldados se unieron a Cortés, y este lo aprisionó. Regresó a Cuba liberado, y Velázquez lo mandó con sus acusaciones a Cortés a ver a Felipe II, pero ya se había vuelto partidario de Cortés; cuando este regresó a la Corte se lo agradeció y se hicieron amigos. Murió Castellanos en La Solana, dejando tres hijos, dos varones que fueron a pelear al Nuevo Mundo y una hija que fue dama de honor de Isabel de Valois, tercera mujer de Felipe II; no sabemos por qué, quizá por cuestiones de espionaje, Felipe II la desterró y marchó a Francia, donde murió separada de su familia. Su hijo Bernardo, nieto de Pedro Antonio, empero, fue un gran aficionado a las antigüedades y escribió unos diálogos de numismática sobre las distintas monedas de los reyes de España hasta Felipe II; el manuscrito lo conservaba Basilio Sebastián Castellanos de Losada, fundador de la Academia de Arqueología en 1837.

El franciscano fray Antonio de Ciudad Real nació en Ciudad Real en 1551; pasó a México en 1573 con el nefasto obispo de Yucatán Diego de Landa, quien quemó los códices mayas; en 1582 fue nombrado secretario del padre Alonso Ponce, comisario general de los franciscanos, a quien acompañó en su vistia; fray Antonio escribió entonces una Relación de las cosas que sucedieron... que solo fue publicada en Madrid en 1872. Es autor también, entre otras obras, de un gran diccionario de la lengua maya, el Gran diccionario o Calepino de la lengua maya de Yucatán en seis volúmenes, que se conserva en parte el manuscrito en su convento de Yucatán, aunque el Duque del Infantado poseía una copia completa que se ha perdido. Es un diccionario maya / latín. Le costó a su autor cuarenta años de trabajo. Otras obras: Sermones santos en lengua maya y Tratado curioso de las grandezas de la Nueva España, ambos manuscritos. Murió en 1617.

José de Aguilar imprimió en 1858, en Ciudad Real, imprenta de Muñoz, un poema romántico muy curioso, el Sebastián, del que no queda sino un ejemplar, de posesión privada y de típicamente difícil consulta, y la fotocopia que le hice, que tengo delante. Creo que estaba emparentado con los Aguilar de Alcázar de San Juan, y por eso imprimió en Ciudad Real su poema, en alguno de los viajes de vuelta que hizo a la Península. Según mis investigaciones este hombre fue un reputado sinólogo, amigo del gran Sinibaldo de Mas, y embajador durante veinte años en Hong Kong, con residencia en Macao. Escribió un manual para aprender mandarín, El intérprete chino, este poema narrativo y alguna cosa más. El poema es bueno, sobre todo por una antológica descripción de un ciclón en alta mar que marea al más pintado. El estilo, algo deudor de Espronceda y con resabios clasicistas de Calderón y otros. Prometió una segunda parte que no llegó a la imprenta. Véase el Diccionario histórico, genealógico y heráldico de las familias ilustres de la monarquía española (1859) de Luis Vilar y Pascual, p. 63.

domingo, 14 de junio de 2020

El periodista manchego republicano y federal, Francisco Córdova o Córdoba y López

Francisco Córdova o Córdoba López (Daimiel, 1838 - d. 1874) fue un periodista y político demócrata español del siglo XIX.

Biografía (ampliada de la que escribí para la Wikipedia)

Fue colegial del Seminario de Toledo, pero la lectura de Jean-Jacques Rousseau le hizo abandonar los estudios eclesiásticos y pasar a Madrid, donde se hizo abogado, aunque abandonó esta profesión por el periodismo. Fue miembro del Comité Republicano Federal de Madrid y uno de los líderes del levantamiento federalista de 1869, en el que se encargó de dirigir el Boletín Revolucionario. Estuvo en la reunión de algunos obreros madrileños con Giuseppe Fanelli que fue origen de la sección madrileña de la AIT. Este le puso en contacto con Bakunin. Fue denunciado como miembro de la Alianza de la Democracia Socialista, en la que había ingresado entre febrero y agosto de 1869.

Su trayectoria periodística se desarrolló siempre dentro de la prensa demócrata, republicana y federal: dirigió el periódico madrileño La Salud Pública. Diario Político de la Tarde (1865-1866), suspendido durante los meses de diciembre y enero, en el que defiende las ideas de Francisco Pi y Margall; fundó y dirigió La Revolución. Diario Republicano (1868-1869) y fundó La Democracia Republicana. Diario Federal (1869-1870). Después dirigió El Huracán. Diario Republicano Federal (1869-1870) y El Tribunal del Pueblo, y fue redactor de El Combate (noviembre-diciembre de 1870), periódico ultraizquierdista que se señaló por sus violentos ataques a Amadeo I y sobre todo a su valedor, el general Juan Prim, que había defraudado, o traicionado según ellos, con su monarquismo, a los republicanos radicales. Lleva el subtítulo de "¡Viva la República Democrática Federal!". De su extremismo da fe Galdós, quien en su episodio nacional de la quinta serie España trágica cuenta que sus redactores estaban armados y más violentamente enfrentados a la Partida de la porra de Prim que a los conservadores.

A menudo denunciado y una vez recogido, su último número, salido poco antes del asesinato de Prim y auspiciado posiblemente por el Duque de Montpensier  y el general Serrano, interesados en su muerte,  llamaba a las armas contra "el gobierno usurpador", lo que supuso que tuvieran que dispersarse denunciados parte sus redactores, entre los que estaban el médico José Guisasola y Goicoechea, que en 1872 practicaba su profesión en Montevideo; el viticultor jerezano José Paúl y Angulo  (1838-1892), director de la publicación, que tuvo que exiliarse a Inglaterra, donde tenía contactos comerciales su familia, y su pariente gaditano y fourierista, el rico comerciante Manuel Francisco Paúl y Picardo. Según cuenta Modesto Fernández y González, tuvo una segunda época en que la redacción primitiva perdió parte de sus miembros; todos, al parecer, integuérrimos, aunque feroces demócratas y republicanos federales, al menos entonces. Escribían en él además de los mencionados Ramón Cala, Francisco Rispa Perpiñá, Federico Carlos Beltrán y Luis Pierrad. Al poco tiempo se incorporó como secretario de redacción el malagueño Francisco Flores García, y actuó como administrador Ignacio Sastre; colaboró además en sus páginas Eduardo Navarro y Gonzalvo. 

Escribe Luis Egea: "El Combate, diario popular que tanto dio que sentir a la Partida de la porra y que tanto hizo en pro de las ideas republicanas, apareció por primera vez el 1 de noviembre de 1870. Lo fundó y dirigió en su primera época José Paúl y Angulo, y sólo se publicaron cincuenta y cuatro números, desde el 1 de noviembre hasta el 25 de diciembre. 

El 16 de noviembre de 1870 Amadeo de Saboya fue elegido rey en el Parlamento (con 191 votos a favor y 60 a favor de la República Federal). Como consecuencia del asesinato del carismático y poderoso general Juan Prim y Prats en diciembre de 1870, los redactores del diario republicano El Combate, José Paúl y Angulo y José Guisasola son investigados y perseguidos. 

En este sentido, José Guisasola se exilia a Francia, y desde Francia a Montevideo, precisamente cuando acababa de recibir su acta de diputado por el distrito de El Salvador, de Sevilla tras las Elecciones generales de 8 de marzo de 1871, acta que no presentó y cargo que no llegó a ejercer. Guisasola regresaría en septiembre de 1873. Su compañero José Paúl y Angulo, no regresaría nunca; vivió en América del Sur y luego en París, donde murió el 23 de abril de 1892.

En Montevideo, Guisasola ejerció su profesión y ganó por oposición una plaza de médico de puerto. Sirvió, como siempre, a sus amigos, y aún consiguió alguna fortuna, ofreciéndole aquel país, donde adquirió gran importancia, seguro porvenir, mas siempre, generoso y siempre dispuesto a sacrificarse por las ideas". (Luis Egea, "José Guisasola y Goicoechea [1833-1884]", Eco Republicano, 15 de enero de 2018)

Escribió también en El Amigo del Pueblo (1868-18-69), según Hartzenbusch. Compuso dos novelas: La corona real de Hungría. novela original de costumbres. Madrid, 1860, un folletín sentimental sin importancia literaria alguna, aunque con destellos de estilo y algún contenido social, y Los proletarios: novela filosófico social, Madrid, 1870, 2 vols., que no he conseguido ver. Más numerosos son sus opúsculos políticos, el más importante (y primorosamente escrito) de los cuales es Verdad, conveniencia y justicia. Cartas políticas dirigidas a los electores del distrito de Alcázar de San Juan, prohibidas por el ministerio Narváez y publicadas después en el periódico La Democracia, Madrid, 1865, editada dos veces el mismo año en imprentas distintas. También escribió La conspiración republicana: proclamas de los meses de junio, julio y agosto de 1868. Madrid, 1868. Las antinomias constitucionales, Madrid, 1871. El proceso del partido progresista y la soberanía nacional. Artículos publicados en el periódico El Combate. Madrid, 1871. Una fecha fatídica: ¡Diez y seis de noviembre de mil ochocientos setenta! Madrid, 1871. La salvación del pueblo o la república democrática federal. Madrid, 1871. La verdadera revolución. Artículos publicados en el periódico El Combate. Folleto dedicado a la juventud española, Madrid, 1871. en colaboración con Juan Vasco y Recio publicó también Cuatro páginas acerca de la pena de muerte y la de cadena perpetua dedicadas a Vicenta Sobrino, procesada por el homicidio consumado en la persona de su ama Doña Vicenta Calza en la calle del Fúcar. Madrid, 1864.

Bibliografía

Modesto Fernández y González, "D. Francisco Córdoba y López", en Retratos y semblanzas..Madrid : Imp. de la Biblioteca de Instrucción y Recreo, 1872, pp. 205 y ss.

Luis Egea, "José Guisasola y Goicoechea [1833-1884]", Eco Republicano, 15 de enero de 2018.

Joaquín Spinelli y Souza, Apuntes biográficos o juicio crítico de los escritos políticos de Francisco Córdova y López. Madrid: 1870.

Ángel Romera Valero, Ilustración y literatura en Ciudad Real. Ciudad Real: Diputación, 2006.

Miguel Forcallo, un héroe ciudarrealeño de la Guerra de la Independencia

Miguel de Forcallo (Ciudad Real, 1780 - Pamplona, 3 de marzo de 1809) 

"Nació en Ciudad-Real año 1780; en 1791, siendo menor de edad, obtuvo plaza de caballero cadete del colegio de artillería; ascendió á subteniente en 27 diciembre de 1800, á teniente en 23 mayo 1803, 
y era Capitán 2. del Real cuerpo cuando se presentó en Zaragoza á participar de las glorias y peligros de la segunda defensa. 

El 12 de enero de 1809 desempeñaba Forcallo el mando de la batería de la Puerta del Carmen que el sitiador intentaba combatir reciamente emplazando sus piezas en la confluencia de la carretera de Casa 
Blanca y paseo del Convento de Capuchinos (hoy cuartel de Hernán Cortés). Pero nuestro oficial, en presencia de Palafox dirigió con tanto acierto el fuego de sus cañones contra los trabajos del enemigo que le obligó á cejar en sus propósitos ahuyentándole de aquellos parajes, por cuyo brillante éxito el General gratificó con dos on^as de oro á los artilleros y elogió públicamente á su Capitán. (Alcaide, tomo II, pág. 104). 

Enfermo de la epidemia, marchaba conducido á Francia en las famosas cuerdas del general Morlot; pero no pudo pasar de Pamplona en cuyo hospital falleció nuestro héroe el 3 de marzo de 1809 á los 29 años de su edad."

Mario de la Sala Valdés y García Sala, Obelisco histórico en honor de los heróicos defensores de Zaragoza en sus dos sitios (1808-1809), Zaragoza, 1908.

Pensamientos ajenos sobre pobreza y corrupción

"Va a dejar de haber pobreza cuando dejen de robar, va a haber instituciones cuando dejen de mentir.“ —  Elisa Carrió política argentina 1956

"No hay otra alianza con Dios que No mentir, No robar y No votar contra los pobres.“,  Elisa Carrió política argentina 1956

"Si a vos los de arriba te enseñan a robar, vos vas a robar; si te enseñan a mentir, vas a mentir. ¿Qué hacer con un poder que miente y roba todos los días? ¿Qué puede hacer una maestra y cómo les explica a los chicos que no deben mentir porque sino sus vidas van a ser difíciles, si el chico ve la vida exitosa de los que roban y mienten? Tenemos que tomar esa decisión“ —  Elisa Carrió, 1956

"Era un poco como robar. Era exactamente como robar. Era de hecho, robar. Pero no había ninguna ley que lo prohibiera porque nadie sabía que el crimen existía, ¿y acaso se podía llamar robo cuando nadie echaba de menos lo robado? ¿Y acaso era robar si se robaba a unos ladrones? En cualquier caso, toda propiedad es un robo, salvo la mía" —  Terry Pratchett, 1948

Impresiones sobre Ciudad Real (1873) en plena I.ª República del economista Modesto Fernández y González

El economista, escritor y periodista gallego Modesto Fernández y González (1838-1897), menos conocido que sus hermanos el filólogo Francisco Fernández y González (1833-1917)  y el novelista Manuel Fernández y González (1821-1888),​ si es verdad que eran sus hermanos, era primo del abuelo del escritor Camilo José Cela y redactó un grueso y ameno libro de viajes donde habla, y no poco, de La Mancha ciudarrealeña en 1873: Portugal contemporáneo: de Madrid a Oporto pasando por Lisboa: diario de un caminante (Madrid: Imprenta y fundición de Tello, 1874). Este libro es importante porque el ojo economista del autor, bien educado para inspeccionar las virtudes y carencias del terreno, ofrece una buena descripción y análisis de la Ciudad Real del último tercio del siglo XIX; también suministra no pocos detalles sobre los monumentos históricos y artísticos. ​ 

En sus obras usó además los seudónimos de "Camilo de Cela", que inspiró a su emparentado premio Nobel, "Fernán González" y "Julio de Osera". Fue delegado de Hacienda de Madrid, académico de la Matritense de Jurisprudencia y Legislación, vicepresidente de la Asociación de Escritores y Artistas, presidente del Fomento de las Artes y caballero de la Legión de Honor; se hizo famoso este prerregeracionista con la frase "menos doctores y más industriales". En el texto que cuidadosamente he editado más abajo, (y lo habría editado mejor si dispusiera de más tiempo) es de notar su análisis de la industria del encaje en Almagro, de la minería de Almagro y de lo que supuso la Revolución de mejora para Ciudad Real, entre otros curiosos detalles (por ejemplo, la velada alusión al carácter carlista de la región). 

Alcázar de San Juan, 3 de Abril de 1873. 

Al salir de Aranjuez volví á la estación. Allí he visto en algunos coches un aviso que decia en gruesos caracteres Lisboa

— ¿Qué significa esto? pregunté. 

— Muy sencillo, me respondieron. Los viajeros de primera clase que se trasladan de Madrid á Lisboa tienen el derecho de conservar el mismo wagón hasta la capital del reino lusitano. Este derecho es una gran comodidad, pues se evitan cuatro trasbordos en otras tantas estaciones; Alcázar de San Juan, Ciudad-Real, Badajoz y Entronçamento. 

— ¿Y los viajeros de segunda y tercera clase? 

— Esos tienen que someterse á las variaciones de las empresas, pues cada trasbordo supone un nuevo dueño ó  administrador de la línea férrea. Los coches de una empresa no recorren el trayecto de otra, si se exceptúan los de primera clase, que gozan del privilegio exclusivo de los hombres de fortuna. 

Después de agradecer estas explicaciones, tanto más necesarias cuanto menos se haya viajado, y de ocupar el asiento impuesto por ni bolsillo y reconocido por mi voluntad, el tren correo, único que enlaza con todas las líneas, se puso en marcha hacia Alcázar de San Juan. 

Las horas trascurrían como minutos; la noche era apacible y serena; á un lado y otro del camino empezaban á divisarse las llanuras de la Mancha. 

¡Alcázar! anuncian los pregoneros de la estación, y el nombre del pueblo se repite en todos los coches. 

Los viajeros se confunden con otros viajeros. Andalucía, Extremadura, Valencia y Portugal, facilitan á la estación de Alcázar diariamente y por breves momentos una masa flotante de gentes, que circulan de aqui para allá, de la fonda al café, y del café al templo de Baco. 

Es un cuadro animadísimo el que presenta la antesala del hotel, que por cierto tiene por techumbre el firmamento; allí aparecen, en exposición continua y relevándose de hora en hora, tipos, caracteres y costumbres españolas de una pureza extraordinaria. El escritor y el artista encuentran en aquellos cuadros mucho que estudiar y no poco que aprender. 

Los viajeros pedian con solícito afán una jícara de chocolate ó una taza de café; algunos, aunque pocos, preferían el té ó chá portugués, y un servidor de Vds. estaba al aire libre, preocupado con una idea. 

Recordaba el que estas lineas escribe que la villa de Alcázar de San Juan, una de las más importantes de Ciudad-Real, y en la que fundó Carlos III el mayorazgo infantazgo para su hijo segundo, pretendió en algunas ocasiones la gloria, que gloria seria para todos los pueblos, de haber dado cuna y pila bautismal á un español  insigne, a quien las naciones reconocen por Miguel de Cervantes Saavedra. Pero Alcalá de Henares, ciudad predilecta del Cardenal Jiménez de Cisneros, puede enorgullecerse con el hecho, en general aceptado, de que en su recinto ha visto la luz primera el ingenio peregrino que, andando los siglos, todavía admira el mundo. 


IV 


Almagro, 4 de Abril de 1873. 

Larga extension de terreno hemos atravesado.  Ni un  momento he podido olvidar las hazañas de Sancho y los batanes que tan crueles sustos le prodigaron. Daimiel y Almagro, Miguelturra, son páginas constantemente abiertas del Quijote y al detenerse en sus relaciones, la memoria y la inteligencia se fijan en aquella obra maestra de la literatura española. 

Almagro reúne, no ya el recuerdo del Caballero de la triste figura, sino una industria importantísima, la de encajes y blondas, que compiten con iguales artículos de procedencia extranjera. 

Desde 1396 en que se inició esta industria y hasta los primeros años del reinado de Doña Isabel la fabricación fué en aumento á causa de ser considerable el consumo, así en Europa como ea América. Los operarios eran muchos, las ganancias no eran menores. Las madres acostumbraban á sus hijas, sin distinción de clases, á la confección de esta delicada labor. 

Hay una época, la de 1836 á 1845, en que la fabricacion llegó á su mayor apogeo. Una sola casa tenia á su servició 14.000 operarios, distribuidos entre el Moral de Calatrava, Miguelturra, Bolaños, Granátula, Daimiel, Carrion, Ciudad-Real y otras poblaciones. Ya en 1850, la industria declinaba. Dos casas destinadas á la venta de encajes, compraban los productos á las operarias, á cambio de dinero unas veces y de géneros catalanes otras. Estas trasformaciones y la competencia extranjera hicieron que 
en el dia solo puedan contarse 6.000 personas, que vivan del trabajo de la fabricacion. 

Aquellos riquísimos encajes y aquellas finísimas blondas que antes eran codiciadas en el comercio, no se producen hoy en tan considerable cantidad, ya por falta de pedidos, ya por exceso de precio, ya por exigencia de la moda. Ahora las encajeras ofrecen puntillas de hilo, bien hechas, excelentemente fabricadas, que las toman y las revenden los mercaderes ambulantes. 

Esta industria, en sus mejores tiempos, ofrecía pingües y saneados rendimientos. Cuando el jornal de los obreros del campo alcanzaba solo cuatro reales, sus mujeres é hijas obtenían sin fatiga y sin esfuerzo diez ó doce, según la agilidad de cada una, habiéndose dado el caso, y no único, de que muchas niñas recibiesen de salario tantos reales al dia como años tenían de edad. 

Así se comprende, que en el mayor apogeo de la industria de encajes, las mujeres fuesen tan requeridas de amores para el santo lazo del matrimonio. El haber del jornalero en el extenso término de Almagro era corto; el producto de la fabricación de las encajeras era sabido. 

De aquí que todos solicitasen á estas femeninas industrialas y virtuosas por el trabajo, honradas por la educación; pues al mismo tiempo que recibían por compañera una esposa, digna de la familia y de sus hijos, ingresaba en casa una renta segura para las necesidades del matrimonio.

El trabajo ha sido en todos tiempos fuente de virtud. 

Almagro es la capital del campo de Calatrava, donde reside el gobernador eclesiástico de la orden. Y al llegar aquí, puesto que cito á las órdenes militares, séame permitido evocar los recuerdos de la historia y las lecciones de la infancia. 

Las órdenes militares han perdido su importancia pasada; hasta el gobierno de la nación las ha declarado disueltas. Nadie intentará renovar sus hazañas, sus heroicas empresas, sus inmensos servicios al grito de Dios ley y patria; pero pecaría de ingrato y antipatriota quien negase á aquellas asociaciones espíritu aventurero, amor nacional é hidalguía castellana. 

Nuestras tradiciones populares son las mismas tradiciones; nuestros recuerdos históricos son sus propios recuerdos; nuestras glorias españolas son sus propias glorias. ¡Ahí los guerreros de la orden de Santiago en todas partes estaban y en todas prodigaban su sangre y sus tesoros! La cruz del Redentor del mundo era la enseña que les animaba al combate, á la lucha y á la muerte. Los guerreros de Calatrava contaban el número de mártires por el de sus valientes, y sus castillos fueron testigos mudos
de proezas innumerables: los asociados de Alcántara, Montesa y San Juan, inspirados por la fé, yalerosos por la guerra, admiradores de su engrandecimiento, reconocidos á la fortuna de sus laureles, servian lealmente á la religión y á la patria. 

Llegó un momento en que tales asociaciones fueron un poder dentro de otro poder, un estado dentro de otro estado, una nación dentro de otra nación. Tenían estas órdenes autoridad civil, autoridad religiosa y autoridad militar. ¿Qué eran, si no, los grandes Maestres de las mismas? ¿Eran por ventura otra cosa que pequeños reyes, dueños de la autoridad soberana, el primero entre los primeros atributos del poder supremo? ¿No gozaban y dispensaban la jurisdicción civil y la jurisdicción criminal? ¿No resolvían las cuestiones judiciales y sentenciaban los procesos de sus asociados? 

Pero este poder casi soberano que ejercían, delegado de la Corona, como que á esta se hallaban las maestranzas incorporadas, fué necesario, absolutamente necesario en aquellos tiempos turbulentos de guerras y de conquistas, de espíritu religioso y de entusiasmo patriótico. 

Los servicios que prestaron, los mártires que inmortalizaron su nombre, el afán de guerrear que llevaban á todas partes, la pasión religiosa que presidia á todos sus actos, bien merece que se recuerde al pisar esta tierra ennoblecida con la sangre de tantos hijos y con el resuelto esfuerzo de tantos valientes. 

Abandonemos la villa de Almagro, dejando al lado de la estación un convenio magnifico, casi en ruinas, como sucede con la mayor parte de las obras artísticas de España. 

Ciudad-Real, 5 de Abril de 1873. 

En la estación de Alcázar despedimos á los viajeros de Alicante y Valencia; en la de Manzanares a los de Andalucía, y previa la detención en los puntos intermedios, el tren siguió á todo correr de la máquina, porque no hay pendientes, desniveles ni curvas en un terreno de suyo llano y espacioso, hasta llegar á Ciudad-Real. 

Era el amanecer. 

Se oia el canto de los pajarillos y se observaba á la simple vista el numero de árboles en donde estaban escondidos. La Mancha es un país rico, produce lo necesario á la vida, y hasta exporta lo sobrante con notables rendimientos. Sus hijos, que son hijos de España, reúnen todas las cualidades de los buenos ciudadanos; afables en el trato, trabajadores en el campo y en el taller, hacendosos en sus viviendas, bravos en el ejército y honrados con la fé de sus mayores. Pero se advierte en ellos cierta rivalidad con la vegetación, pues existen muy contados árboles, y los que se plantan, desaparecen en los primeros meses. Las preocupaciones pueden mucho; la conveniencia puede más todavía. La conveniencia exi- 
ge que el arbolado aumente, para que las lluvias sean periódicas y eviten la propagación de epidemias y enfermedades. Todos los pueblos siguen este sistema, y aunque la Mancha no tenga aguas abundantes para el riego, fácil es sostener y propagar con solo el cuidado y la perseverancia, la plantación de especies arbóreas, tan necesarias á la salud. 

Llegamos ya á Ciudad-Real. 

Comparado el pueblo de ahora con el de antes se observa una trasformacion beneficiosa. E1 camino de hierro avivó el deseo de reformas. 

Al penetrar en Ciudad-Real, se ofrece á la vista un espectáculo agradable. Las murallas, las almenas, las casas, simétricamente colocadas y de trecho en trecho recogidas al abrigo de los templos católicos, llaman la atención del espectador y del viajero. Sobre todo, las antiguas defensas de la plaza, que eran las murallas, en gran parte destruidas hoy, y las torres, en su mayoría echadas por el suelo, reconcentran el entendimiento en el esplendor de antes y en el abatimiento de ahora. 

Para ingresar en la ciudad, tenemos á nuestra disposición siete puertas, que se conocen con otros tantos 
nombres propios. Ciruela, Alarcos, Carmen, Granada, Santa María, Mata y Toledo, pues la de Calatrava pertenece ya á la historia. Algunas de estas entradas conservan todavía, á pesar de tantos vandalismos artísticos y de tantas profanaciones históricas, la fisonomía de tiempos pasados, y recuerdan el nombre inmortal de Carlos I; la de Toledo, notable para el.anticuario por sus esbeltos arcos, por su delicada fábrica, por las torres que le sirven de vigilantes, por su grande ojiva y sobre todo por el gusto arquitectónico que revela, permanece en pié para examen de los inteligentes; y la de Ciruela, que se halla inmediata á la estación del ferro-carril y acaba de ser restaurada á conciencia por la generación 
contemporánea, tiene el privilegio de reflejar en ella todas las miradas. 

Fijémonos en esta última puerta. Existia al Sur de la ciudad un arco de medio punto, carcomido por el tiempo é inaccesible al paso de las gentes, que la linea férrea hizo necesario su habilitación para llegar directamente,  y sin inútiles rodeos, al centro de la misma. 

Es preciso confesar que la restauración fué hecha con inteligencia y sin mengua del arte. Un arquitecto peritísimo, D. Cirilo Vara, propuso que se colocasen dos torreones, unidos por un lienzo de pared, y en el que se ostentasen gallardas almenas. En el centro debia figurar un arco de gusto gótico. En efecto, la obra se llevó á feliz término por iniciativa del entonces gobernador civil Sr. Cisneros, y el viajero puede contemplar una fortificación guerrera de agradable aspecto y de general conveniencia. 

Ahora que la reforma está hecha, ahora que las gentes transitan sin dificultad; ahora que los vehículos entran y salen según el antojo de sus conductores, parece el trabajo sencillo y la obra producto de escasos esfuerzos. Ha costado, por el contrario, no pocas vigilias y grandes sacrificios. 

El proyecto llegó á su término, y la Puerta de Ciruela, que ofrece un ancho de 10 metros por 11 de altura, que su ornamentación corresponde al género arquitectónico, que hasta el más insignificante detalle, fué previsto y realizado, es el adorno más completo que podía ofrecer la ciudad favorita de Alfonso el Sabio á los viajeros, ya por la proximidad al desembarque del ferro-carril, ya 
por el sitio en que está colocada. 

Ciudad-Real es un conjunto desordenado de obras antiguas y de obras modernas, de recuerdos históricos y de trabajos presentes. 

Como obra de otras generaciones , sobresale el. templo de Nuestra Señora del Prado. Admira ver aquella sola nave, tan alta, tan esbelta, tan espaciosa, que rivaliza en magnificencia con los demás templos de España. Es posible que no haya otro que le exceda; pues cuenta 50 metros de longitud y 47 de latitud. Las dos bóvedas interiores, que recuerdan los primeros años del siglo xvi, el retablo, las esculturas de los apóstoles, la torre elevadísima, todo está primorosamente hecho y con arte dirigido. Domina en la construcción el gusto gótico. 

Allí se encuentran dentro del templo los estandartes que sirven para las proclamaciones de los Reyes, del  mismo modo que en la Basílica de Atocha, custodiada por los inválidos del ejército, ondean para perpetuo recuerdo y para eterna enseñanza los trofeos y las banderas ganadas por los españoles en los campos de batalla ó en los combates navales. 

Otras dos parroquias á más de la de Santa María del Prado, existen en Ciudad-Real. Tiene la de San Pedro Apóstol y la de Santiago; esta última, la más antigua de todas, pero también la más maltratada por impericia de los restauradores y revocadores. Aquella techumbre, que priva al templo de su primitivo carácter, no está en armonía con el resto del templo, con las tres naves, con las anchas ojivas y con el retablo que adorna la Casa de Dios. 

La iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, es antigua: ofrece á la vista tres naves espaciosas, un coro, obra del siglo xvi; un altar dedicado á la virgen de la Guía, modelo de estilo churrigueresco; grandes columnas; hermosísimas gradas para llegar al presbiterio, y un retablo de escayola, tanto más notable, cuanto que fué hecho por un hijo de la ciudad, por el Sr. López Donaire, nada menos que en 1863, es decir, hace pocos años. 

Tres puertas dan ingreso al templo , las tres de construcción antigua y distintas en el orden arquitectónico. Las murallas y las puertas revelan el espíritu guerrero de pasadas edades; los conventos y las iglesias, la piedad de nuestros mayores. 

Ya hemos dicho el estado de las primeras, ya hemos indicado los templos; solo falta recordar los conventos, el de Carmelitas y el de Dominicas , que cuentan por centenares los años de existencia. Y de esta suerte completamos todo lo antiguo, todo lo que legaron nuestros ascendientes en fuerza de sacrificios por la religión y por la patria. 

En contraposición á las obras antiguas , ofrece el sistema constitucional las obras modernas. Aquellas se destinaban á la oración, á la caridad y al recogimiento; estas se aplican á las artes , á la enseñanza , á la ciencia, á la industria y al dolor. Templos , hospitales y monasterios constituían las primeras ; fábricas, talleres, escuelas, institutos, hospicios , casas de socorro , constituyen las segundas. 

Entre las construcciones recientes figura la Gasa Consistorial, terminada en 1869. E1 edificio es suntuoso por fuera y admirablemente distribuido por dentro. Una esbelta y graciosa escalera, adornada con estatuas, convida el ingreso al palacio popular. 

El salón de sesiones puede enorgullecer á una capital de tercer orden , y aun de segundo y de primero: 13 metros de largo por 6 de ancho, á más de las pilastras, capiteles , balaustrada y trabajo artístico, base de la ornamentación: hé aquí lo que ofrece la sala destinada á las conferencias de los concejales de Ciudad-Real. 

La parte exterior, reúne á la sencillez la elegancia. El frente á la plaza es un trabajo digno de examen minucioso, descollando las armas de la ciudad, las de Castilla, la lápida de la Constitución, las estatuas representativas de la Justicia y la Prudencia, la Industria y la Agricultura, las ventanas centrales y la torre, y sobresaliendo entre la parte constructora de la obra , la tan conocida y apreciada piedra de Novelda. 

La Plaza Mayor, ó sea de la Constitución, es de forma irregular. Viene ya de tiempo de Fernando VI, de aquel diligente monarca que fomentó la marina, construyó el Jardín Botánico de Madrid, estableció el Observatorio astronómico, protegió á los hombres de saber, auxilió á la industria y al comercio, creó la Academia de Bellas Artes, y firmó un tratado de paz , el de Aquisgrán, en 1748. La plaza es un trapecio de 4.000 metros cuadrados, y fué objeto de reparaciones importantísimas en 1860, sin detrimento del arte y en honor de la belleza. 

El género que domina en las construcciones particulares, es el greco-romano, destacándose el piso principal por sus adornos, por sus ventanas, por sus pilastras y por sus capiteles. 

En el centro de la plaza se levanta una fuente erigida á la memoria de Hernán Pérez del Pulgar el de las Hazañas y hijo de Ciudad-Real, que debe servir de base á la estatua de tan insigne guerrero. Allí, en el propio pedestal y mirando al Ayuntamiento, aparece en letras de oro y en elegante lápida de mármol, la siguiente inscripción: 

HERNÁN PÉREZ DEL PULGAR 
EL DE LAS HAZAÑAS 
NACIÓ EN CIUDAD -REAL EN 1454 
Y MURIÓ EN GRANADA EN 1534. 
LA CIUDAD NATAL CONSAGRA 
ESTA MEMORIA AL SEÑOR DE LOS 
MOLINOS DE TREMECÉN, 
AL HÉROE DE ALHAMA, DEL SALAR, 
DE GUADIX, DE SALOBREÑA, 
DE GRANADA Y DE MONDÉJAR. 

Los pueblos que recuerdan las virtudes, la inteligencia ó el valor de sus hijos predilectos, merecen el aplauso de la historia y los plácemes de las generaciones contemporáneas. Honrar la memoria de los grandes hombres es honrarse á si mismo la patria, es honrarse á si mismo el pueblo que les vio nacer. 

Ciudad-Real se enorgullece con Alfonso de Soto, jurisconsulto [no, es de Ciudad Rodrigo]; Juan de Molina, historiador; Alonso de Céspedes, guerrero; Fernán Gómez, médico y literato, hijos todos de esta población. 

Continuando las obras y restauraciones modernas, ya públicas, ya particulares, debemos mencionar el cuartel de caballería, fundado á fines del siglo anterior para casa de misericordia por el cardenal arzobispo de Toledo, señor Lorenzana, y convertido más tarde en alojamiento de la fuerza armada. El edificio es cómodo, espacioso, bien situado, perfectamente restaurado y propio para tres ó cuatro regimientos. 

El Hospicio provincial, reformado en todas sus partes, ofrece grandes departamentos; el Instituto, tiene aulas y colegio de internos con absoluta separación, y el Hospital civil, extramuros de la ciudad, ostenta salas ventiladas é higiénicas. 

Como edificios particulares sobresalen los palacios de Barrenengoa y Almagro, y como paseos, el de la Libertad, inmediato á la puerta de Calatrava, que fué un tiempo interminable serie de lagunas, causa permanente y ocasional de enfermedades para el barrio de Santiago, y hoy es una planicie agradable y una larga extensión de terreno bien dispuesto para la gente de á pié. 

E1 tiempo era limitado, pero suficiente á recorrer todas las calles y visitar todos los edificios públicos. El aspecto que presenta esta capital revela grandes mejoras realizadas en los últimos años, y un deseo vehemente de llegar en breve término á la altura de otras ciudades, superiores en importancia política, aunque no en riqueza y recuerdos históricos. 

VI 

Argamasilla de Alba, 7 de Abril de 1873. 

En la estación de Alcázar despedimos á los viajeros de Alicante y Valencia, quedando únicamente en nuestra compañía hasta Manzanares los que se dirigían á las fértiles y hermosas provincias andaluzas. 

Pocos españoles habrá que al oir el nombre de este pueblo y al fijarse en la estación de Argamasilla de Alba, no recuerden al punto aquellas palabras que repiten los niños y pronuncian los ancianos: «En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme» Cervantes no quiso acordarse de Argamasilla, sin duda para que todas las villas y lugares de la Mancha le ahijasen, y sin embargo, le dio alto renombre é imperecedera fama. Aquí pasó luengos dias y menguadas noches, y en este pueblo hubo de habitar por ajeno mandato una humilde casa, donde toda incomodidad tiene su asiento. 

Todos saben de memoria que en Argamasilla de Alba concibió y escribió Cervantes la más ingeniosa fábula de los tiempos pasados y presentes; todos saben que Argamasilla sirvió de prisión al escritor, al soldado y al diplomático, abrumado por tanta miseria y tantos sufrimientos, pero rico de nobleza, de bravura y de inteligencia. 

¿Quién, que no reniegue del nombre español, pasa por este pueblo y no dedica algunas horas á visitar la prisión de Cervantes? 

¡Ah! Un impulso de la propia conciencia y una resolucion espontánea de la voluntad, me obligó á detenerme aquí un día. ¡Veinte y cuatro horas que trascurrieron en veinte y cuatro segundos! Una, dos, tres, hasta diez veces, recorrí de arriba abajo y de abajo arriba la casa de Medrano. Pero ¿qué es la casa de Medrano? La tradición popular trasmitida de padres á hijos designa á esta casa como la que sirvió de cárcel á Cervantes. 

Ese edificio fué comprado por el Estado en 1862, á petición del entonces gobernador de la provincia de Ciudad-Real y conocido literato D. Enrique de Cisneros. No se limitó á la compra el esfuerzo de la nación para honrar al primer prosista español, sino que fué restaurada con esmero y se conserva con diligente cuidado, por iniciativa y aun generosidad pecuniaria de D. Sebastian Gabriel de Borbon, grande aficionado á las artes y á las letras patrias. En el interior de la casa se ve un cuadro que recuerda á las gentes el nombre del literato que allí pasó amarguras sin cuento, y el titulo del libro que constituye su propia gloría y la del país que le vio nacer. 

El impresor D. Manuel Rivadeneyra, muerto ya para desgracia de la España literaria, pero á quien sucede honradamente por títulos de honor, con nobleza adquiridos, su propio hijo, se propuso dar á la estampa el libro Don Quijote de la Mancha en el mismo sitio y lugar en que lo escribió su autor. Asi sucedió en efecto. Empresa en que el Sr. Rivadeneyra tomaba parte, podia darse por terminada en su ejecución. La Biblioteca de Autores Españoles denuncia una obra 'colosal y un amor patrio á toda prueba. La publicación del Quijote en Argamasilla de Alba, compuesto por cajistas llevados de Madrid, é impreso en máquinas de procedencia nacional, revela el propósito de coadyuvar á la obra de agradecimiento que debe la nación española al Manco de Lepanto. 

Es decir, que España adquirió la casa , el ex-infante D. Sebastian la restauró, y Rivadeneyra hizo una edición especial del Quijote y de otras obras del autor, que andan en manos literarias y se ven en las bibliotecas de los hombres de estudio. 

Más ha hecho la generación moderna por la memoria de Cervantes que sus propios contemporáneos. En nombre de todos los españoles, la Academia de la Lengua le tributa solemnes honras fúnebres en Madrid, llevando la palabra de Dios un obispo de la cristiandad ; la casa en que vivió Cervantes en la capital de España, es conocida por una lápida que la municipalidad ha hecho colocar; su calle lleva su propio apellido; aparece en estatua frente al palacio de las Cortes , y hasta el estudio de humanidades á que asistía en la calle de la Villa, llama la atención del transeúnte. 

Salgamos del pueblo inmortalizado por Cervantes, para visitar los alrededores. Ante nuestra vista se descubren inmensos campos y llanuras; á un lado está el Toboso; al otro, términos de riquísimas villas ; en todas partes aparecen las señales que fotografía D. Quijote en su inimitable cuadro de la vida y de los hombres. 

El corazón se ensancha y el patriotismo tiene legítimo desahogo corriendo por estas tierras, que traen á la mente recuerdos imperecederos. 

Rindamos un tributo de admiración al insigne escritor que ha gozado del raro privilegio de que sus obras se tradujesen á todos los idiomas, y de que por su nombre y por su fama constituya el ornamento de las letras castellanas. 

VII

Puertollano, 8 de Abril de 1873. 

En este pueblo existen unos baños, cuya nombradía llega á todas partes y cuya eficacia para ciertas dolencias es altamente provechosa. Larga caravana de enfermos se dirige á Puertollano desde el 15 de Junio á igual dia de Setiembre, que es la temporada abierta al público. Otros baños se encuentran á corta distancia de estos, los hervideros de Fuensanta y los del Villar. 

Asi como Puertollano tiene estación y los viajeros se detienen en el pueblo, sin molestias, los de Fuensanta exigen que se salve un trayecto desde Ciudad-Real en ómnibus, y los del Villar que se ande una hora en tartana desde la estación de la Cañada. Asi y todo, la concurrencia es numerosa y los beneficios de las aguas abundantes á la salud. 

En Fuensanta predominan las mujeres, asi como en Los Baños y en Puertollano pagan su contingente en gran mayoría los hombres. Aquellas aguas minerales son acidulas y ferruginosas, mientras que estas se acercan más á las carbónicas. Las enfermedades de la piel predominan en las primeras, y las de estómago y reumáticas ofrecen asiduo entretenimiento á las segundas. La temperatura de estas aguas es la siguiente : 

Hervidero de Fuensanta. 17° y 25º Reaumur. 

Puertollano 13º idem. 

Observo que me entrometo en asuntos facultativos, como si fuera escritor médico español, y tan competente en aguas minerales como D. Marcial Taboada, D. Anastasio García López ó el respetable Sr. Rubio, por desgracia perdido ya para la patria y para la ciencia. 


VIII

Almadén, 9 de Abril de 1873. 

Al oir la palabra Almadén el amor patrio se enorgullece. Criaderos de esa clase, tan primorosamente ofrecidos por la naturaleza y con tal abundancia prodigados, no existen en otro país de la tierra. 

Aquellos criaderos, que celebran y envidiaa todas las naciones; aquellas masas de mineral incalculables é inacabables; aquellas galerías, más dignas de atención por los trabajos de la naturaleza que por los esfuerzos de los hombres, lisonjean, y pueden lisonjear, el orgullo español, Y, sin embargo, contrasta la riqueza de las minas con la administración de las mismas. 

Todos creen al llegar á la estación de Almadén que están ya en las minas. Engaño manifiesto. El viajero tiene que recorrer ocho kilómetros antes de penetrar en el establecimiento, pero ocho kilómetros de un camino fatal, inaccesible á los carruajes y solo practicable en buen tiempo á la gente de á pié. El que tenga deseos de visitar aquel prodigio de la naturaleza, quédese en la estación anterior, Almadenejos, y desde allí podrá seguir, no muy cómodo, un camino vecinal recientemente construido. Maravilla al viajero que las minas de Almadén no tengan vias de comunicación, ni una mala carretera, ni siquiera un ferro-carril servido por fuerza animal. ¡Cosas de España! 

El Sr. Rodríguez Pinilla, que fué director general de Propiedades, se lamentó en documentos oficiales de este abandono. Dios quiera que su voz no se pierda en el espacio. 

Es verdad que existe una linea férrea entre España y Portugal; pero este camino de hierro, aunque pasa por las inmediaciones de Almadén y una de sus estaciones está bautizada con su nombre, deja subsistentes las mismas dificultades para los viajeros y para los trasportes. 

Las minas de azogue de Almadén , cuya explotación data de tiempo de los romanos, que en el siglo xvi fueron arrendadas á los condes Fúcares y que volvieron al pleno dominio del Estado en 1616, se hallaban dotadas al fin del siglo pasado de los aparatos más adelantados en aquel tiempo. Se montó una máquina de extracción de minerales movida por ocho caballerías, otra de vapor de 40 caballos que salió de los talleres del inmortal Watt y se aplicó al desagüe, y una grúa para mover grandes pesos y colocarlos desde el mismo pozo de extracción en las carretas con que se hacia y se hace aun hoy el tras-
porte. 

E1 gobierno entonces quiso dotar esta preciosa finca de todos los mejores elementos mecánicos que podían mejorar la explotación, y Almadén puede vanagloriarse hoy de poseer y ver marchar todavía, después de ochenta años, una de las máquinas de Watt más antiguas que sustituyeron á las de Newcomen para hacer el desagüe de las minas. 

Pero si en aquella época se dedicaron algunas sumas á mejorar los sistemas primitivos con aparatos nuevos, desdé entonces hasta estos últimos años, nadie habia querido escuchar los ayes y reclamaciones de los ingenieros en demanda de progreso para aquellas minas. Setenta años habian trascurrido desde las innovaciones allí introducidas; el siglo xix estaba recorriendo su segunda mitad, Y el Estado, dueño de las minas, veia impasible hacer la extracción con muías, el trasporte en carretas de bueyes, subir y bajar á los obreros por escaleras de mano á 300 metros de profundidad, gastando sus fuerzas y su vida inútilmente, como si el yapor no existiera, como si la mecánica no hubiera hecho progreso alguno 
en estos setenta últimos años, como si no hubiera medios de economizar las fuerzas alargando la vida, del obrero que baja á los subterráneos. Tampoco se pensaba en que estos obreros, condenados á respirar una atmósfera envenenada, podian experimentar un grande alivio introduciéndoles aire del exterior con que vivir; se limitaban los medios de ventilación á dejar obrar el desequilibrio de la atmósfera sobre las bocas que comunican las díferentes galerías con el exterior , y cuando más se encendía alguna leña en el verano en uno de ellos para activar un poco la corriente natural. 

Pero afortunadamente todo ha cambiado en aquellas minas en estos últimos años, gracias á los recursos votados por las Cortes Constituyentes á propuesta del ministro de Hacienda, D. Laureano Figuerola. Con estos recursos han podido comprarse en los talleres de Bélgica máquinas modernas, que obedecen á un plan completo de instalación, estudiado y desarrollado por uno de los ingenieros del Cuerpo de Minas más competentes y respetables, el Sr. Monasterio, comisionado para este objeto por el gobierno. 

Algunas de estas máquinas están ya funcionando con brillante éxito, y los obreros que bajan y suben de los subterráneos en tres minutos, sin fatiga alguna, y que respiran en ellos un aire puro y fresco, que introduce un ventilador, bendicen la mano bienhechora que tanto bien les proporciona. Más de 40.000 [¿?, quizá diez mil] obreros van ya movidos por este aparato de locomoción vertical, y cada dia produce más entusiasmo este cambio, que no solo ahorra un tiempo precioso, sino que aumenta la vida de aquellos economizando sus fuerzas. Baste decir, que cada ascensión ahorra una hora y otro tanto la bajada, de modo que los, 40. 000 obreros trasportados representan una economía de 80.000 horas, que equivalen á cerca de diez años por un obrero. 

Las nuevas máquinas de Almadén no tienen por objeto principal, ni aumentar la producción, ni ahorrar,
brazos, ni buscar otras grandes economías: no conviene arrojar al mercado más mercurio que el que demandan las necesidades de las diferentes industrias que viven de él, si hemos de conservar el monopolio, y por consiguiente el precio que hoy tiene, ni puede dejarse de sostener una población que ha vivido siempre de las minas, y allí ha perdido sus hijos y ve consumir las fuerzas de los que sobreviven: se trata de una cuestión más alta y humanitaria en su esencia, por más que, realizada como se espera y ya empieza á sentirse, la economía y facilidad en todos los servicios han de ser un hecho evidente ; pero estas mejoras tienden á crear obreros más fuertes, y salvarles en cuanto es posible de los efectos nocivos de la atmósfera mercurial en que se ven envueltos de continuo.
 
Sabiéndoles y bajándoles con comodidad en breves instantes, sin hacer esfuerzo alguno, ni sus poros se abrirán al empezar el trabaja, como sucedía no há poco, ni sus fuerzas se gastarán elevando su cuerpo mil veces en cada entrada por escaleras de mano: una vez en la superficie, sin apercibirse apenas de ello, van al lado de su familia tranquilos y descansados, sin más fatiga que la que produce la faena á que cada uno se dedica. 

Seria muy largo hacer una relación detallada y minuciosa de todas las nuevas máquinas que deben cambiar ya, en poco tiempo, completamente la faz de aquel establecimiento industrial ; pero daremos brevísima reseña de las principales. 

En el pozo San Miguel, que antes era solo de ventilación, se ha montado una máquina horizontal de 20 caballos de fuerza, con la cual se hace el servicio de extracción de minerales, mientras se monta otra de 40 caballos en el pozo maestro de San Teodoro; se ha hecho el de subida y bajada de obreros, se verifica el desagüe con cubas guiadas, y actúa un ventilador aspirante, que introduce en las minas 8 metros cúbicos de aire en cada segundo. Esta máquina funciona ya, y extrae diez toneladas de mineral por hora. 

Sobre el pozo San Aquilino se ha levantado un lujoso edificio que cubre no solo una linda máquina vertical de 30 caballos de fuerza, sino el departamento de las calderas, tres en número, oficinas de los ingenieros, oficiales de minas y empleados administrativos , salón de planos y otras dependencias importantes. El techo del cuerpo principal de este edificio está formado por una bóveda de 
chapa de hierro galvanizado. La máquina está funcionando para subir y bajar los obreros, por medio de espaciosas jaulas, guiadas, provistas de para-caídas del sistema Sibotté, en las que entran de cada vez 16 obreros, aunque son susceptibles de recibir hasta 22. El castillete sobre el que están montadas las poleas, que reciben un cable plano de pita de Manila, está formado por vigas y traviesas de hierro que dan al conjunto una extraordinaria solidez, y un aire esbelto, poco común en esta clase de aparatos. 

Hay además montado y servido por otra máquina vertical de 12 caballos, un taller completo de reparaciones, contornos, cepillos, fraguas, taladros, sierra mecánica y demás mecanismos de esta clase de dependencias. 

Se está recortando el pozo maestro llamado de San Teodoro y cuyas dimensiones de los tres primeros pisos son escasas para los nuevos aparatos, y á él está destinada otra maquinado 40 caballos, de tracción directa, auxiliada para la expansión por otra de seis y un freno de vapor. De este pozo partirá un plano automotor de medio kilómetro de longitud, por el que serán conducidos los minerales en wagones directamente de la mina á los hornos. Este plano empieza por un puente montado sobre columnas de hierro, media por un  ferro-carril en firme y termina por un viaducto de 100 metros, en dos tramos, 
montado sobre pilas metálicas del sistema de celosías. A continuación de él se halla el taller de preparaciones mecánicas de los minerales, donde han de ser clasificados por riquezas y tamaños, siendo movidos los aparatos por una máquina de 20 caballos horizontal, del sistema Gorliss, construida en la fábrica de Mr. Bede de Verviers (Bélgica). 

Prepáranse asimismo, entre otras mejoras, un sistema de señales telegráficas y una serie de tubos metálicos, por los que ha de correr el mercurio desde los hornos al almacén, cayendo en unas pilas de fundición cerradas, de invención del Sr. Monasterio, mediante las que el obrero, ni estará expuesto á los vapores mercuriales, ni tiene que ocuparse en llevar el azogue á la balanza sino cuando va á envasarse. Un indicador marca el azogue que contienen estas pilas por medio de una escala, y puede de ellas sacarse á voluntad en la cantidad que se desea, como se saca de un tonel otro liquido cualquiera. 

Terminamos estos apuntes manifestando que el estatablecimiento de Almadén, antes tan atrasado, será dentro de poco, no solo un establecimiento industrial á la altura del primero de este género, sino una escuela de mecánica para todo el que quiera estudiar los diferentes sistemas modernos, de distribución del vapor, expansión, calderas, cambios de movimiento y construcción sencilla y de gran gasto. Hoy puede ya mostrarse á los extranjeros con orgullo, sin avergonzarse ni bajar los ojos, como sucedía no há mucho, cuando atraídos de la fama de estas minas, venian las personas curiosas á visitarlas. El descender á aquellas obras grandiosas del interior, antes tan molesto, es hoy un paseo agradable; y en los snbterráneos, ya no se oye, sino rara vez, el chirrido de las carretillas de mano que arrastraban el mineral al pozo de extracción, regado por el sudor del carrero; están las galerías principales cruzadas de vías férreas, por las que se deslizan con facilidad y sin grande esfuerzo, pequeños wagones de hierro de la cabida de 400 kilogramos. 

Muchos ingenieros trataron de realizar los progresos de la ciencia; las Memorias son luminosas, sus indicaciones acertadas, sus economías dignas de estudio, y sin embargo, trascurrió el tiempo hasta que la necesidad hizo obligatorio lo que demandaban de consuno la humanidad y el impuesto.. 

Por eso dice el Sr. Pinilla en su Memoria que la explotación y beneficio de las minas de azogue de Almadén cuestan al Estado el 66 por 400 de su producto. A buen seguro que no llegan, ni con mucho, á esa cifra, los gastos de las minas de igual clase en Austria y en California. 

¿Qué remedio urge poner en práctica para evitar el mal? 

Ante todo, y sobre todo, enlazar la via férrea de Badajoz con el establecimiento-minero por medio de un ferro-carril, ya movido por el vapor, ya por fuerza animal, llámase camino de hierro ó califíquesele de tranvia. La cuestión está en construir la legua y media que separa á la mina de Almadén de la estación de su propio titulo. En ello ganarían el Tesoro y la industria nacional. 

Los demás medios que indica el Sr. Pinilla, recomiendan los ingenieros y exige la ciencia, se relacionan con los procedimientos de beneficio, empleo de máquiñas, conducción de minerales y establecimiento de laboratorios. En estos últimos años van gastados en mejoras positivas, que se traducirán en mayores productos y más saneados ingresos en el presupuesto, cinco millones de reales. ¡Gracias á Dios que algo empezamos á realizar por nuestro propio bien!  Que la parte facultativa intervenga más, dijo un alto funcionario; que la administracion dirija menos, hé aquí una gran verdad. Que los gastos sean muchos, importa poco; lo que importa es que los rendimientos correspondan á los sacrificios del país. 

Por lo demás, es digno de visitarse el establecimiento. 

La curiosidad y la inteligencia tienen ancho campo en donde espaciarse. Los hospitales, las escuelas, los criaderos de cinabrio y de mercurio, las galerías, la dehesa, cuanto ha producido la naturaleza y el hombre, pero sobre todo la primera, llaman la atención del viajero y le obligan á nuevas visitas y á más detenidos estudios. 

IX

Almorchón, 11 de Abril de 1873 

Ínterin almuerzan los viajeros en barraca, provisionalmente colocada á la derecha de la vía, continuemos nuestros apuntes, por si de algo sirven á los lectores de ambas naciones peninsulares. 

Al abandonar con tristeza el establecimiento minero de Almadén, volvimos al camino de hierro para seguir la linea de Lisboa. La provincia de Ciudad-Real iba quedando atrás, presentándose ante la vista una de las más ricas de Extremadura. En el tránsito se veía el valle de la Alcudia, posesión real un tiempo, hoy de la nación, de inmenso valor y de valiosos productos. 

Carlos Saiz Cidoncha, el primer escritor friki ciudarrealeño

EL IMPERIO GALÁCTICO DEL DOCTOR SAIZ CIDONCHA 

por Alfonso Merelo, en Scifiworld núm. 93 (septiembre-octubre de 2016).


Carlos Saiz Cidoncha es uno de los autores más peculiares de la literatura de ciencia ficción española. 

Es un personaje muy conocido entre el fandom español que le guarda un gran afecto debido a su gran humanidad y saber enciclopédico. 

Nació en Ciudad Real el trece de febrero de  1939, por lo que es uno de los escritores en activo más veteranos del genero. Posee tres licenciaturas, una en Ciencias Físicas, otra en Derecho y por ultimo en Periodismo del que ademas es Doctor con una tesis, la primera en España, cuya tema es la ciencia ficción titulada La ciencia ficción como fenómeno de comunicación y de cultura de masas en España. 
Después de terminar su primera licenciatura preparó oposiciones al cuerpo de facultativos del Instituto Nacional de Meteorología. Obtuvo una plaza y solicito ser destinado a Guinea Ecuatorial, donde estuvo trabajando hasta que se produjo la descolonización y fue repatriado en la década de los sesenta. 

Su actividad dentro de la ciencia ficción española comienza con su retorno a Madrid donde a finales de los anos 60 entra en con tacto con el fandom activo de aquella época. Forma parte del CLA, Circulo de Lectores de Anticipación -ya Podemos empezaba a infiltrarse en la sociedad-, y comienza a colaborar 
con la revista Nueva Dimensión con artículos sobre literatura y cine de género. El CLA se convierte en los anos 70 en la Asociación Española de Ciencia Ficción, embrión de la actual AEFCFyT, es decir Asociación Española de Fantasía Ciencia Ficción y Terror. 

LA OBRA LITERARIA DE SAIZ CIDONCHA 

Saiz Cidoncha ha sido, es, un autor que se ha prodigado en dos vertientes fundamentales en la ciencia ficción española: su faceta como ensayista y su faceta como escritor de ficción. 

Como ensayista fue uno de los primeros en  bucear sobre la historia de la ciencia ficción  española. En la revista Nueva Dimensión escribe un articulo muy nombrado sobre La Saga de los Aznar y otro acerca del gaditano Torres Quesada y El Orden Estelar. 

En 1976 se publica su ensayo, en la editorial Sala, el ensayo Historia de la ciencia ficción en España, que es el embrión de su posterior tesis doctoral de 1988. Es una de las primeras reflexiones serias sobre la historia del genero en España aunque se centra casi exclusivamente en el siglo XXI obviando to da la proto ciencia ficción de los anos anteriores. Esta deficiencia seria corregida en la mucho mas elaborada tesis doctoral que ya he nombrado. 

Además de sus artículos divulgativos en revistas y fancines, en 1997, y por encargo de Miquel Barceló escribe, al alimón con Pedro García Bilbao, el ensayo mas extenso sobre George H. White y la Saga de los Aznar. El ensayo se publica por parte de la Universidad Politécnica de Catalunya y es reconocido con un premio Ignotus por los aficionados españoles en la convención Hispacón de 1998. 

La obra de ficción de Saiz Cidoncha es amplia. Ha sido un autor al que le ha gustado especular en grandes escenarios de space opera. Su obra se centra sobre todo en su saga sobre el Imperio Galáctico. Casi toda su obra de relatos amplios, novelas, gira alrededor de ese concepto de Imperio del que La Tierra es el eje fundamental. 

Su primera novela publicada fue La caída del Imperio Galáctico editada por Albia Ficción en 1978. Este escenario galáctico es un remedo del Imperio Romano en decadencia. 

Las elites intelectuales conspiran contra el Emperador intentando traer una suerte de democracia. Intrigas y acción son los predominantes en la historia. 

Según mi opinión su mejor obra es Memorias de un Merodeador Estelar publicada en la colección Futurópolis de la editorial Miraguano. La obra esta protagonizada por un pícaro en la más genuina tradición de la novela picaresca. Luján es un perfecto pillo que viaja a través de la galaxia, durante una época postimperial en la cual los humanos, habitantes de planetas en decadencia tecnológica, deben enfrentarse a terribles alienígenas, esclavistas, planetas rivales... La novela imita la narrativa picaresca del siglo de oro en un divertimento muy interesante. Cidoncha se suelta en este texto dando muestras de su buen hacer y de su humor socarrón. El final de la obra contiene un homenaje singular a la obra de Torres Quesada, que él había glosado en Nueva Dimensión. Con la autorización de Torres, hace aparecer en un cameo a la capitana Alice Cooper que resuelve parte de los problemas de Luján. 

Saiz Cidoncha recibio el premio Gabriel a toda su trayectoria en la HispaCón de Gijón de 1993 otorgado por la AEFCFyT. 

GUIONES DE CÓMICS 

1978 

Historias fantásticas de ciencia-ficción

1979 

Cimoc 

1979 

Sunday #5 

1981 

Lorna y su robot
 

BIBLIOGRAFÍA (extracto) 

1978 La caída del imperio galáctico. 

1983 Antes del imperio. 

1986 Los Caballeros de la galaxia 
1995 Memorias de un merodeador estelar. 

1997 Viajes de los Aznar (ensayo con Pedro G. Bilbao) 

1997 Entre dioses y terrícolas. 

1998 Crónicas del imperio galactico. 

2002 Ruta entre estrellas. 

2003 La galaxia de los hombres muertos (trilogía)