viernes, 27 de diciembre de 2024

Aarón Swartz, Manfiesto por la guerrilla del acceso abierto, 2008

 Este es el famoso manifiesto del mártir por el acceso gratuito de todos a la información científica, San Aarón Swartz sensei. Está traducido en un lugar muy interesante por sus contenidos:

Freakstop

Manifiesto por la guerrilla del acceso abierto

La información es poder. Pero como todo poder, hay quienes quieren preservarlo solo para ellos. Todo el patrimonio cultural y científico del mundo, publicado durante siglos en libros y publicaciones, está siendo digitalizado y cerrado por un puñado de empresas privadas. ¿Quieres leer publicaciones que presentan los resultados científicos más conocidos? Tendrás que enviarle un montón de dinero a editoriales como Reed Elsevier.

Hay quienes luchan por cambiar esto. El movimiento por el acceso abierto ha luchado valientemente para asegurarse de que los científicos no cedan su derecho de autor, sino que en su lugar se aseguren de que su trabajo se publique en Internet, bajo términos que permitan su acceso a cualquiera. Pero incluso en los mejores escenarios, su trabajo solo servirá para cosas que se publiquen en el futuro. Todo lo que existe hasta este momento se habrá perdido.

Ese es un precio muy alto por el que pagar. ¿Obligar a los académicos a pagar dinero para leer el trabajo de sus colegas? ¿Escanear bibliotecas enteras y solo permitir leerlas a la gente en Google? ¿Proporcionar artículos científicos a quienes están en universidades selectas en el primer mundo y no a los niños del sur global? Es indignante e inaceptable.

«Estoy de acuerdo», dicen muchos, «¿pero qué podemos hacer? Las empresas tienen los derechos de autor, ganan enormes cantidades de dinero cobrando por el acceso, y es completamente legal —no hay nada que podamos hacer para detenerlas—». Pero sí hay algo que podemos hacer, algo que ya se está haciendo: podemos contraatacar.

Vosotros con acceso a estos recursos —estudiantes, bibliotecarios, científicos—, os han dado un privilegio. Podéis alimentaros de este banquete del conocimiento mientras el resto del mundo no puede entrar. Pero no es necesario —de hecho, moralmente no podéis— que mantengáis este privilegio solo para vosotros. Tenéis el deber de compartirlo con el mundo. Y lo habéis hecho: intercambiando contraseñas con colegas, rellenando solicitudes de descarga para amigos.

Mientras tanto, quienes han sido bloqueados no están de brazos cruzados. Os habéis colado por agujeros sigilosamente y habéis trepado vallas, liberando la información encerrada por las editoriales y compartiéndola con vuestros amigos.

Pero todas estas acciones se llevan a cabo en la oscura y oculta clandestinidad. Las llaman robo o piratería, como si compartir la riqueza del conocimiento fuera el equivalente moral de saquear un barco y asesinar a su tripulación. Pero compartir no es inmoral —es un imperativo moral—. Solo quienes están cegados por la codicia se negarían a que un amigo hiciera una copia.

Las grandes empresas, por supuesto, están cegadas por la codicia. Las leyes bajo las que operan lo exigen —sus accionistas se rebelarían por menos que eso—. Y los políticos a los que han sobornado las respaldan, aprobando leyes que les dan el poder exclusivo de decidir quién puede hacer copias.

No hay justicia en el cumplimiento de leyes injustas. Es hora de salir a la luz y, siguiendo la noble tradición de la desobediencia civil, declarar nuestra oposición a este robo privado de la cultura pública.

Necesitamos tomar la información, dondequiera que esté guardada, hacer nuestras copias y compartirlas con el mundo. Necesitamos tomar las cosas que están libres del derecho de autor y añadirlas a este archivo. Necesitamos comprar bases de datos secretas y ponerlas en la Red. Necesitamos descargar revistas científicas y subirlas a redes de intercambio de archivos. Necesitamos pelear por el acceso abierto de guerrilla.

Con suficientes de nosotros, alrededor del mundo, no solo enviaremos un mensaje fuerte que se oponga a la privatización del conocimiento; haremos que sea una cosa del pasado. ¿Te unes a nosotros?

Aaron Swartz, julio de 2008, Eremo, Italia

Efectos neurológicos del contenido basura en Internet

 Facundo Macchi, ‘Podredumbre cerebral’ o lo que el abuso de contenido basura en internet puede hacerle a la mente, en El País, 26 de diciembre de 2024:

La adicción a las redes sociales reduce la materia gris, acorta la capacidad de atención, debilita la memoria y distorsiona procesos cognitivos. Investigaciones recientes encontraron que el uso y abuso de internet está asociado con una disminución de la materia gris en las regiones prefrontales del cerebro.

Podredumbre cerebral: “Deterioro del estado mental o intelectual de una persona como resultado del consumo excesivo de material (particularmente contenido en línea) considerado trivial o poco desafiante”. La definición la ha dado el diccionario de Oxford que, tras los votos de más de 37.000 personas, eligió este concepto como su palabra del año. Los expertos del diccionario observaron que el término ganó relevancia en el último tiempo “para expresar las preocupaciones sobre el impacto del consumo excesivo de contenido de baja calidad en redes sociales”, dice la publicación. La frecuencia de uso del término aumentó un 230% entre 2023 y 2024.

La podredumbre cerebral no es solo un capricho lingüístico. En los últimos 10 años, la ciencia ha sido capaz de demostrar que el consumo excesivo de contenidos basura en internet —sensacionalismo, conspiración, vacío— está modificando nuestros cerebros, hasta el punto de que la palabra “podrido” tal vez no sea tan exagerada. La evidencia muestra que las redes sociales están reduciendo la materia gris, acortando la capacidad de atención, debilitando la memoria y distorsionando procesos cognitivos fundamentales, según recoge el diario británico The Guardian con citas a un gran número de investigaciones académicas de instituciones como la facultad de medicina de Harvard, la Universidad de Oxford y el King’s College de Londres.

El ‘escroleo’ infinito en redes sociales aumenta el aburrimiento

Una de esas investigaciones se publicó el año pasado y evidenció que la adicción a internet provoca cambios estructurales en el cerebro, lo que repercute de manera directa en el comportamiento y las capacidades de un individuo. Michoel Moshel, investigador de la Escuela de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Macquarie (Australia) y coautor del estudio, explica que el consumo compulsivo de contenidos en redes sociales —el famoso doomscrolling— “aprovecha la tendencia natural de nuestro cerebro a buscar novedades, especialmente cuando se trata de información potencialmente dañina o alarmante, un rasgo que en su momento nos ayudó a sobrevivir”.

Moshel destaca que con algunas funciones, como el ‘desplazamiento infinito’, diseñadas para mantenerte enganchado al móvil, las personas, más que nada jóvenes, pueden quedar atrapadas en un ciclo de consumo de contenido durante horas. “Esto puede afectar gravemente la atención y las funciones ejecutivas al saturar nuestro enfoque y alterar la forma en que percibimos y reaccionamos ante el mundo”, sentencia el investigador.

Eduardo Fernández Jiménez, psicólogo clínico en el Hospital la Paz de Madrid, explica que el cerebro activa diferentes redes neuronales para configurar distintos tipos de atención. Y que el uso problemático de los móviles e internet está generando problemas en la llamada atención sostenida: “Te permite concentrarte en una misma tarea durante un período de tiempo más o menos largo. Es la que está vinculada a los procesos de aprendizaje académico”, dice. El problema, señala, está en que los usuarios de redes sociales suelen estar expuestos a estímulos muy cambiantes, variables (una notificación de Instagram, un mensaje de WhatsApp, una alerta de noticias) y con potencial adictivo. Eso hace que el foco de atención esté todo el tiempo saltando de un sitio al otro, afectando su propia capacidad.

La primera alerta fue el correo electrónico

Algunos expertos vienen alertando sobre este tema prácticamente desde comienzos de siglo, cuando el correo electrónico pasó a ser una herramienta de uso frecuente. En 2005, The Guardian tituló: “Los correos electrónicos ‘son una amenaza para el coeficiente intelectual’”. La historia contaba que un equipo de científicos de la Universidad de Londres se preguntó qué impacto podría tener sobre el cerebro el bombardeo incesante de información. Luego de 80 ensayos clínicos, encontraron que el coeficiente intelectual de los participantes que utilizaban el correo y el teléfono móvil a diario caía una media de 10 puntos. Los investigadores midieron que esta demanda constante de atención tenía efectos más negativos que el consumo de cannabis.

Esto fue antes de la llegada de los tuits, los reels de Instagram, los desafíos de TikTok y las notificaciones instantáneas. El panorama actual es aún menos alentador. Investigaciones recientes encontraron que el uso y abuso de internet está asociado con una disminución de la materia gris en las regiones prefrontales del cerebro. Es la zona que interviene en la resolución de problemas, la regulación emocional, la memoria y el control de los impulsos.

El trabajo de Moshel y sus colegas va en esa línea. Su último estudio revisó 27 investigaciones de neuroimagen y encontró que el consumo desmedido de internet está relacionado con una reducción en el volumen de materia gris en regiones del cerebro involucradas en el procesamiento de recompensas, el control de impulsos y la toma de decisiones. “Estos cambios reflejan patrones observados en las adicciones a sustancias”, asegura el científico, como las metanfetaminas y el alcohol.

Eso no es todo. La investigación también encontró que “estos cambios neuroanatómicos en adolescentes coinciden con la interrupción de procesos como la formación de identidad y la cognición social, aspectos críticos durante esta etapa del desarrollo”. Funciona casi como un bucle, donde los más vulnerables pueden ser los más afectados. Según los resultados de una investigación publicada en Nature en noviembre, las personas con peor salud mental son más propensas a navegar por contenidos basura, lo que agrava aún más sus síntomas.

En diciembre, el psicólogo Carlos Losada le sugirió a EL PAÍS algunas recomendaciones para evitar caer en el doomscrolling o, dicho de otra manera, evitar ser absorbido por el agujero negro del contenido chatarra que refuerzan los algoritmos: reconocer el problema, esforzarse por desconectar y hacer actividades que requieran una presencia física, como quedar con amigos o hacer deportes, son algunas de sus sugerencias.

Moshel dice: “Estas actividades son fundamentales para la salud cerebral y el bienestar general, ayudando a equilibrar los efectos potencialmente dañinos del uso prolongado de pantallas”. Enfatiza que el tipo de contenidos que se consumen es un factor clave para modular los cambios anatómicos en el cerebro. “Concéntrese tanto en la calidad como en la cantidad del tiempo frente a la pantalla. Priorice el contenido educativo que evite características adictivas. Establezca límites claros y apropiados para la edad sobre el uso diario de pantallas y fomente pausas regulares”, añade.

domingo, 22 de diciembre de 2024

Efecto Troxler

 El efecto Troxler, también conocido como "desvanecimiento periférico", ocurre cuando te concentras en un punto fijo durante un período prolongado. Con el tiempo, los estímulos en tu visión periférica tienden a desaparecer o desvanecerse porque tu cerebro prioriza lo que estás observando directamente.

Cuando aplicas este fenómeno frente a un espejo, si te miras fijamente a tus ojos o a un punto específico de tu rostro, podrías notar varios efectos curiosos:

Rostro distorsionado: Los detalles de tu rostro en la periferia (como la forma de tus mejillas o el contorno de tu cabeza) pueden empezar a deformarse o parecer diferentes. Esto ocurre porque el cerebro se aburre y "rellena" con información ausente en lugar de actualizarla constantemente.

Desvanecimiento parcial: Partes de tu rostro podrían parecer que se desvanecen o se mezclan con el fondo del espejo. A veces el desvanecimiento es total.

Ilusiones extrañas: Algunas personas reportan ver caras que parecen no ser las suyas, sombras, o incluso detalles "fantasmales". Esto se debe a la combinación del efecto Troxler con la imaginación y la forma en que el cerebro interpreta la información visual en ausencia de cambios.

Mirarte al espejo bajo una luz tenue puede intensificar estos efectos, haciendo la experiencia más extraña o "sobrenatural". Sin embargo, todo esto es un fenómeno visual y psicológico perfectamente normal, resultado de cómo el cerebro procesa estímulos estáticos. 

El psicólogo Giovanni Caputo experimentó con un grupo de 50 voluntarios frente a un espejo a cuarenta centímetros con poca luz diez minutos algunos de estos efectos:

66% Observaron deformaciones en su rostro.

48% No se reconocían.

18% Veían el rostro de un familiar.

10% El familiar estaba muerto.

8 % El familiar estaba vivo.

Se produce una disociación con la realidad, el cerebro rellena los espacios oscuros.

sábado, 21 de diciembre de 2024

Judíos

 La mayoría de los grandes maestros de ajedrez son judíos o de origen judío. En 1933, cuando los nazis llegaron al poder en Alemania, un tercio de todos los profesores de matemáticas del país eran judíos, mientras que los judíos constituían menos del uno por ciento de la población. Polonia tuvo un rey que admitió sin tapujos ni restricciones a los judíos, y como resultado de ello gran parte de su población era judía emigrada asquenazí hasta que Hitler los aplastó. Una quinta parte de la población de Polonia pereció en la II Guerra Mundial, uno de cada cinco. Pero en el ínterin los judíos polacos hicieron todo tipo de aportaciones a la ciencia, la cultura y las artes, con la única excepción quizá de la pintura. Los matemáticos judíos hicieron importantes contribuciones a lo largo del siglo XX y del XXI, como lo demuestra su alta representación entre los ganadores de los principales premios de matemáticas : 27% para la Medalla Fields, 30% para el Premio Abel y 40% para el Premio Wolf. Asimismo, la mayor parte de los premios Nobel son judíos o de sangre judía. Hasta los test de inteligencia de Eysenck muestran que los judíos poseen de media 15 puntos más que el promedio. También los orientales destacan sobre los blancos.

Los judíos siempre han tenido una supervivencia difícil a causa de las leyes, las persecuciones y los pogromos. Han sido un pueblo tan nómada como los gitanos, han sido igual de difíciles de integrar y han padecido casi las mismas persecuciones. Sin embargo, sus estadísticas no son comparables. Tal vez es porque los semitas siempre han brindado un exagerado respeto a la escritura, la ciencia y la cultura en general, al contrario que los gitanos, más proclives a la cultura oral. Son discípulos de Salomón. Solo han sobrevivido los más aptos, los más escurridizos, los más desconfiados. Son el pueblo elegido, las raíces de la zarza en llamas, y su Dios de cuatro letras es un dios celoso.

Su forzada endogamia y la tendencia a casarse con primos y primas ha deturpado su salud con numerosas enfermedades genéticas. Y algo parecido pasa también con los musulmanes, quienes también matrimonian frecuentemente con primos y además practican la poligamia. Esos problemas genéticos se han visto también en algunas de las sectas mormonas y en familias reales del antiguo Egipto y Europa.

Entrevista a Baltasar Garzón

 Rafa de Miguel, "Baltasar Garzón: “Hoy tengo mis dudas, más que razonables, sobre el sistema judicial español”", El País, 18-XII-2024:

El exmagistrado visita Londres para recordar el ‘caso Pinochet’, 25 años después. A punto de la edad de jubilación, anuncia su intención de reclamar al Tribunal Supremo que le devuelva su condición de juez

El despacho londinense de abogados Guernica 37 Chambers, fundado por Almudena Bernabéu y Toby Cadman, trabaja por todo el mundo en defensa del Derecho Internacional Humanitario. Cuando se han cumplido 25 años de la resolución del caso Pinochet, el bufete ha querido convocar a la comunidad jurídica de la capital británica a un encuentro con Baltasar Garzón (Jaén, 69 años), el exmagistrado que demostró al mundo que era posible llevar al terreno práctico los principios de la justicia universal.

Garzón ha charlado con EL PAÍS en los jardines de Middle Temple, uno de los cuatro barrios de Londres que agrupan despachos jurídicos cargados de tradición y solera.

Pregunta. Pinochet volvió a Chile, y murió en la cama. ¿Mereció la pena?

Respuesta. La historia judicial de Chile cambió, se abandonó una impunidad que era rampante. Oír entonces al candidato Joaquín Lavín, y a toda la derecha chilena, que era pinochetista, reclamar la entrega del dictador porque querían juzgarlo ellos fue ya un avance impresionante.

P. Hoy el caso Pinochet es reconocido en todas partes como la demostración de que la justicia universal era algo más que un principio bienintencionado.

R. La jurisdicción universal tiene un alcance muy importante. Es el último bastión de las víctimas para que se haga justicia. Cuando todo fracasa, siempre habrá un juez que, dentro de un sistema que reconozca el principio de jurisdicción universal, pueda actuar para evitar impunidad. Pero es que además, como ocurrió en este caso, se avanza en el propio país de origen de tal modo que ya no hay vuelta atrás.

P. Y, sin embargo, 25 años después, esa cierta idea de la justicia está en entredicho, al contemplar Ucrania o Gaza.

R. Nunca va a ser fácil la persecución de crímenes horrendos cuando afectan a países o líderes de países que van a poner trabas. La prueba la tenemos hoy con las órdenes de detención contra Vladímir Putin o contra Benjamin Netanyahu. De nuevo se ha puesto en cuestión la tarea del Tribunal Penal Internacional.

P. Sugieren algunos que es un riesgo lanzar un órdago que no vas a poder sacar adelante.

R. Claro que es un riesgo. Porque se pueden producir avances, como pasó con Pinochet, o con Hissène Habré del Chad, al que se conocía como el Pinochet africano, que fue juzgado y condenado. Pero cuando la justicia universal fracasa, se corre el riesgo de que haya un retroceso, aunque no por eso la puedes dejar de aplicar.

P. Porque a esos niveles, la justicia también tiene algo de política…

R. Cuando países como Francia, Reino Unido, Italia o Alemania cuestionan un organismo internacional que ellos contribuyeron a crear [ya han anticipado que no aplicarán la orden de arresto contra Netanyahu] y que financian, todo lo que desarrolla ese organismo se pone en tela de juicio. Es paradigmático que un país como Estados Unidos, que nunca reconoció al Tribunal Penal Internacional e incluso actuó frontalmente contra la institución durante la época de George W. Bush, diga ahora [el presidente Biden] que la decisión contra Putin está muy bien y que la apoyan. Y, sin embargo, la de Netanyahu la vean como una barbaridad. Hay un juego político evidente, pero eso ocurre en todos los organismos judiciales internacionales, donde, por más que se quiera, siempre habrá un componente no estrictamente jurídico, como podría haber en el derecho interno de un país.

P. Hoy ya no parece claro tampoco eso último…

R. Sí, yo también cuestiono que ahí, en el ámbito doméstico, la jurisdicción sea tan aséptica e independiente como algunos afirman. Ahora se conoce como lawfare, pero desde siempre ha habido una clara intención de instrumentalización del derecho con fines políticos o económicos.

P. El término en sí es objeto de polémica en España.

R. Recuerdo que todas las estructuras judiciales y políticas conservadoras en España saltaron al unísono cuando oyeron el término por primera vez, para decir que era mentira.

Mi caso puede ser un ejemplo de pre-lawfare. A mí se me sometió a tres procesos y, diez años después, el Comité de Derechos Humanos de la ONU, por unanimidad, dice que fue una sentencia parcial, arbitraria, sin previsibilidad penal, y que aun así se me condenó. Hoy, después de una decisión que es vinculante, yo no he recuperado mi posición.

P. ¿Quiere recuperar su condición de juez?

R. Lo he pedido, y como no se me ha concedido, reclamaré ante el Tribunal Supremo. Se condenó a un juez por una interpretación del derecho que se ha visto que era perfectamente válida y que internacionalmente está sustentada en firmes principios. Pero bueno, cuando llegue el momento, veremos. Y si no, pediré al Consejo General del Poder Judicial que se cumpla el dictamen del comité.

P. ¿Hay una confabulación de los jueces contra el Gobierno en España?

R. Yo no puedo decir que haya una confabulación judeo-masónica contra todo el mundo por parte de los jueces y fiscales, en contra del Gobierno actual, pero lo que sí puedo decir, y me remito a los hechos, que son reiterados, es que muchas decisiones van siempre en un sentido determinado.

P. Pero un juez investiga, y la instancia superior le permite seguir adelante. ¿No es eso el funcionamiento normal de las instituciones?

R. Hay determinadas acciones que te ponen en esa tesitura de preguntarse qué está ocurriendo aquí. Las investigaciones prospectivas son tremendas. Yo discrepo de lo que está ocurriendo con la investigación del juez [que investiga a Begoña Gómez, Juan Carlos] Peinado y la aquiescencia parcial de la Audiencia Provincial. Respeto la independencia judicial, pero creo que ambas son equivocadas. ¿Cuáles son los hechos reales que se imputan a esta persona? Si no hay una consistencia mínima, unos indicios, una línea de investigación… tienes que cerrarla. Aunque sea la mujer del presidente del Gobierno.

P. ¿Cree que no habrá consecuencias penales?

R. Vamos a ver en qué queda todo esto, porque van cambiando los elementos de investigación, y el único elemento que permanece es la persona [Begoña Gómez]. Y eso es muy peligroso. Cuando te centras en la persona y no en los hechos, corres el riesgo de caer en el derecho penal del enemigo [el término acuñado por el penalista alemán Günther Jakobs para definir el derecho que persigue personas, no hechos delictivos].

P. ¿Desconfía del sistema judicial español?

R. Toda mi vida fue enfocada a ejercer como juez, no como abogado. Pero cuando la vida se tuerce y te juegan una mala pasada, tienes que seguir adelante y reinventarte. Hoy tengo mis dudas, más que razonables, sobre el sistema judicial español. No sobre las personas. Conozco muchos jueces, fiscales y funcionarios que no es que sean buenos, son lo siguiente. Sin horas, sin vacaciones, volcados en su servicio público. Pero eso no quiere decir que, por los derroteros que vamos, el sistema sea el más idóneo y tenemos la obligación de ser conscientes en beneficio de todos.

P. Cambiando de asunto. Julian Assange, el fundador de Wikileaks, a quien usted representó, acabó admitiendo un delito para no ser entregado a Estados Unidos.

R. Nosotros no le aconsejamos que tomase esa decisión, pero la comprendimos. En definitiva, ahora él se está recuperando, todavía sigue firme con sus principios. Yo estoy contento por verlo él con su familia.

P. Fue un asunto en el que se implicó usted mucho.

R. Me afectó mucho porque el ataque a la libertad de expresión y la libertad de acceso a la información fue brutal. Y siempre tendré que decir que hubo mucho apoyo inicialmente, pero después se cuestionó más por la persona que por el fondo de la cuestión. Decían que Julian era una persona muy conflictiva, y yo respondía, ¿y qué tiene eso que ver?

miércoles, 18 de diciembre de 2024

Dossier sobre el principio valla de Chesterton

 Dossier sobre el principio valla de Chesterton, valioso en política y en la toma de decisiones de cualquier tipo en cualquier área (en la pedagogía, magisterio o educación española, por ejemplo, no se ha tenido en cuenta). Consta de cinco artículos seleccionados.

I

Alberto Losada Gamst, "La innovación ante la Valla de Chesterton", en AvantIdeas, Inteligencia & Acción:

Innovar es necesario para evolucionar. Pero cuidado con eso de innovar por innovar, o de empezar a cambiar las cosas porque nos parecen anticuadas o no terminamos de entender por qué alguien, en un momento dado, las hizo así.

Hay muchos ejecutivos recién nombrados que deciden hacer algo de impacto en sus primeros días o semanas. ¿Y qué mejor que empezar borrando proyectos e iniciativas del profesional al que sucede? Esto fuera, aquello fuera, el proyecto que estaba casi listo se congela, despedida o trasladada la gente más cercana al de antes, y así. Fuera fuera que aquí llego yo que soy más listo y estoy más al día que nadie.

LA PARADOJA DE LA VALLA DE CHESTERTON

En 1929, en su libro “The Thing: por qué soy católico” el escritor, filósofo y periodista británico G. K. Chesterton  publicó su famosa Paradoja de la Valla.

Y lo hace en estos términos:

"En lo que se refiere a la reforma de las cosas hay un principio que probablemente será calificado como una paradoja. Se da en casos como en las instituciones o en las leyes; imaginemos, por ejemplo y para simplificar, dos paseantes que se encuentran una valla o una puerta en medio de un camino.

De ambos, el  tipo más moderno de reformador se acerca alegre a la valla y dice: «No veo el uso que pueda tener esto; vamos a deshacernos de ella». El tipo más inteligente de reformador hará bien en responder diciendo: «Si no ves su uso, de ninguna manera te dejaré que lo deshagas. Vete de aquí y reflexiona. Luego, cuando vuelvas y me digas que ya has visto el uso que tiene, tal vez te permita que la destruyas».

Qué nos quiere decir esta parábola? Pues que el que tú no entiendas algo no significa que ese algo sea inútil. Lo único que realmente significa es eso: que eres tú quien no sabe, no que aquello que no entiendes carezca de utilidad. Quien tiene que hacer un esfuerzo previo de comprensión eres tú.

A lo mejor, efectivamente, lo que quieres quitar ya está obsoleto y la razón por la que se creó o instauró ya no tiene sentido. Por ejemplo, las reuniones en una empresa son todos los martes a las 11:30 desde hace 15 años. ¿Por qué es así? A lo mejor había un sistema de información totalmente manual y nada automatizado que exigía mucho trabajo humano para ordenar los datos y presentarlos de una forma útil. Hoy, con todos los recursos informáticos y ofimáticos a nuestro alcance, lo más probable es que la disponibilidad sea inmediata y a tiempo real.

LA VALLA DE CHESTERTON PARA EVITAR LAS CONSECUENCIAS INDESEADAS

Sé de una persona que vivía hace muchos años enfrente de un parque que quitaron para poner un aparcamiento subterráneo. Cuando lo terminaron de construir lo taparon con algo de tierra y, durante un fin de semana, lo estuvieron regando día y noche. Pensó que algún operario habría olvidado cerrar el grifo y que menuda tontería mojar una tierra estéril, así que se acercó y ella misma cerró el grifo para evitar que se siguiera malgastando agua.

Pues bien: más tarde supo que ese “riego” era para mejorar el fraguado del hormigón en la cubierta del nuevo aparcamiento y que su acción supuso una alteración en las fechas de apertura del nuevo aparcamiento.

¿Por qué este error? Porque alguien decidió cambiar una situación que no entendía bien… sin molestarse en averiguar por qué era así antes de hacer nada .

En España tenemos el ejemplo real de las consecuencias indeseadas con la llamada “Ley del Sólo Sí es Sí” (Ley Orgánica 10/2022, de 6 de septiembre, de garantía integral de la libertad sexual). Puesta en marcha para prevenir y perseguir con más contundencia los acosos y delitos sexuales, de momento (septiembre 2023) ha conseguido que más de 1.200 agresores sexuales ya condenados hayan visto reducidas sus penas. El mismo Presidente del Gobierno Pedro Sánchez lo admitía sin rodeos: “ha tenido efectos indeseados. Y me quedo corto."

Moraleja: antes de cambiar algo, entérate de por qué está ahí y estudia bien las consecuencias del cambio que quieres hacer.

II

Binny Sosa D' Meza, "El pensamiento de segundo orden y la valla de G. K. Chesterton", en Acento, 7/06/2023:

Comprender la paradoja de la valla de Chesterton no debe convertirse en una justificación para el castigo, hostigamiento o aislamiento hacia las personas que intentan realizar mejoras continuas en cualquier ámbito del quehacer humano.

En estos tiempos de infantilismo nihilista-posmoderno, donde las convenciones intelectuales, políticas y cotidianas se empeñan en el absoluto de la deconstrucción social e histórica, la disonancia, el negacionismo, el inmediatismo, la sensorialidad y la relativización moral; vivimos en esta obsesión contemporánea, profundizada por los medios de comunicación y las redes sociales, cuyos riesgos y consecuencias para la sociedad actual pueden empeorar situaciones psicosociales, económicas e institucionales de las que G.K. Chesterton en su libro de ensayo The Thing, publicado a principios del siglo XX (1929) ya nos hacía referencia de tales temas en la paradoja de la valla: “En el asunto de reformar las cosas, a diferencia de deformarlas, hay un principio claro y simple; un principio que probablemente puede llamarse una paradoja. Existe en tal caso una cierta institución o ley; digamos en aras de la simplicidad, una valla o puerta erigida a través de un camino. El tipo más moderno de reformador se acerca alegremente a él y dice: "No veo el uso de esto; eliminémoslo". A lo que el tipo más inteligente de reformador hará bien en responder: "Si no ves el uso de eso, ciertamente no dejaré que lo elimines. Vete y piensa. Entonces, cuando puedas volver y decirme que tú ves el uso de esto, puedo permitirte destruirlo. Esta paradoja se basa en el sentido común más elemental. La puerta o cerca no creció allí. No fue montado por sonámbulos que lo construyeron en su sueño. Es muy improbable que se haya puesto allí por lunáticos fugados que por alguna razón andaban sueltos en la calle. Alguna persona tenía alguna razón para pensar que sería una buena cosa para alguien. Y hasta que sepamos cuál fue la razón, realmente no podemos juzgar si la razón era razonable".

Uno de los aspectos más importantes en la toma de decisiones no se circunscribe a gestionar el riesgo, criticar o anular lo que se considera el establishment o status quo; también es importante comprender la lógica de un comportamiento determinado y cuáles son las razones subyacentes en torno a las decisiones que previamente se han tomado, cuál es el origen de determinados acontecimientos y las consecuencias de las consecuencias de esas decisiones.

Comprender la paradoja de la valla de Chesterton no debe convertirse en una justificación para el castigo, hostigamiento o aislamiento hacia las personas que intentan realizar mejoras continuas en cualquier ámbito del quehacer humano; más bien es una alerta para que repensemos y gestionemos el pensamiento de segundo orden, antes de intervenir en cualquier sistema o proceso. Nos prepara para reconsiderar y evaluar las decisiones que otros tomaron antes que nosotros.

Cuando necesitamos intervenir las organizaciones, sistemas, procesos o políticas públicas debemos usar el pensamiento de segundo orden y evaluar las consecuencias a largo plazo de las decisiones que se llevarán a cabo. Aunque, más complejo y profundo el pensamiento de segundo orden nos permitirá analizar las hipotéticas consecuencias de las consecuencias de alguna situación personal u organizacional; permitiéndonos reflexionar y comprender mejor la realidad, resolver conflictos y problemas, tomar decisiones efectivas y generar nuevas ideas. A pesar de su utilidad, es un proceso cognitivo al parecer muy escaso en esta época.

Sin embargo, no podemos menospreciar lo actual y vigente de esta paradoja; muy útil en nuestros días, ya que nos explica la manera en que actúa el pensamiento de segundo orden, y cómo consciente o inconscientemente podemos destruir lo bueno en aras de eliminar lo malo, o de anteponer una razón simplista a través del pensamiento superfluo para solucionar un problema determinado. Veamos un ejemplo: considere un país que, queriendo promover un cambio hacia un régimen democrático en otro país, financia y proporciona armas a un grupo de “rebeldes moderados”, y resulta que esos rebeldes moderados se vuelven poderosos y luego instauran un gobierno de dictadura totalitaria e intentan desestabilizar durante décadas al país que financió al grupo de “rebeldes moderados”.

Para Chesterton, este tipo de perogrullada es propia de “un loco que debe regar cuidadosamente su jardín con una regadera, mientras sostiene un paraguas para protegerse de la lluvia”.

A lo largo de la historia de la humanidad, ha sido una acción repetitiva que políticos e intelectuales converjan en el hecho de no visualizar los efectos e impactos de sus tomas de decisiones, muchas veces con consecuencias negativas a corto, mediano y largo plazo; afectando los cimientos de instituciones históricas, educativas y científicas; incluyendo la desestabilización del tejido económico y social, normas éticas y morales, culturas y tradiciones; con la intención de modificar la sociedad en nombre del desatino, la anarquía universal, el fanatismo y la egolatría.

III

 Dr. Horacio Castellini, "Principio de la Valla de Chesterton" en Big Data and Data Science, 29 mayo 2023:

Los intelectuales contemporáneos están obsesionados con la "deconstrucción". Su mayor pasatiempo es criticar y abolir cualquier cosa que consideren "status quo". Pasan mucho menos tiempo haciendo lo que se supone que deben hacer los intelectuales; que es tratar de entender por qué las cosas son como son y qué consecuencias puede traer a la sociedad cualquier cambio repentino en el orden actual de las cosas.

Pero un componente central para la buena toma de decisiones es comprender la lógica detrás de las decisiones anteriores. Si no entendemos cómo llegamos "aquí", corremos el riesgo de empeorar las cosas. Cuando buscamos intervenir en cualquier sistema creado por alguien, no es suficiente ver sus decisiones y elecciones simplemente como las consecuencias del pensamiento de primer orden porque, sin darnos cuenta, podemos crear problemas graves. Antes de cambiar algo, deberíamos preguntarnos si estaban usando un pensamiento de segundo orden. Sus razones para tomar ciertas decisiones pueden ser más complejas de lo que parecen al principio. Es mejor asumir que sabían cosas que nosotros no sabemos o que tenían experiencias que no podemos entender, por lo que no buscamos soluciones rápidas y terminamos empeorando las cosas.

El pensamiento de segundo orden es la práctica de no solo considerar las consecuencias de nuestras decisiones, sino también las consecuencias de esas consecuencias. Todo el mundo puede gestionar el pensamiento de primer orden, que consiste simplemente en considerar el resultado inmediato previsto de una acción. Es simple y rápido, por lo general requiere poco esfuerzo. En comparación, el pensamiento de segundo orden es más complejo y requiere más tiempo. El hecho de que sea difícil e inusual es lo que hace que la capacidad de hacerlo sea una ventaja tan poderosa. Para entender exactamente por qué este es el caso, consideremos la Valla de Chesterton, descrita por G. K. Chesterton en su libro de 1929 "The Thing: por qué soy católico": Existe en tal caso cierta institución o ley; digamos, en aras de la sencillez, una valla o puerta erigida a través de un camino. El tipo más moderno de reformador se acerca alegremente y dice: “No veo el uso de esto". A lo que el tipo de reformador más inteligente hará bien en responder: “Si no ves el uso de esto, ciertamente no dejaré que lo elimines. Piensa. Entonces, cuando puedas volver y decirme que ves el uso de eso, puedo permitirte destruirlo".

Chesterton continuó explicando por qué este principio es cierto, escribiendo que las cercas no crecen del suelo, ni las personas las construyen mientras duermen o durante un ataque de locura. Explicó que las cercas las construyen personas que las planearon cuidadosamente y “tenían alguna razón para pensar que [la valla] sería algo bueno para alguien”. Hasta que establezcamos esa razón, no tenemos nada que hacer con un hacha. La razón puede no ser buena o relevante; solo tenemos que ser conscientes de cuál es la razón. De lo contrario, podemos terminar con consecuencias no deseadas: efectos de segundo y tercer orden que no queremos, extendiéndose como ondas en un estanque y causando daños durante años.

Chesterton también aludió a la creencia demasiado común de que las generaciones anteriores eran tontos torpes, tropezando, construyendo vallas donde les apetecía. Si no respetamos su juicio y no tratamos de entenderlo, corremos el riesgo de crear nuevos problemas inesperados. En general, la gente no hace las cosas sin motivo y pierden el tiempo y recursos en vallas inútiles. No entender algo no significa que deba ser inútil. La Valla de Chesterton no es una amonestación para cualquiera que intente hacer mejoras; es un llamado a tomar conciencia del pensamiento de segundo orden antes de intervenir. Nos recuerda que no siempre sabemos mejor que quienes tomaron decisiones antes que nosotros, y no podemos ver todos los matices de una situación hasta que nos familiarizamos con ella. A menos que sepamos por qué alguien tomó una decisión, no podemos cambiarla con seguridad ni concluir que se equivocó.

Pero a muchos intelectuales de hoy les importan poco los efectos de la destrucción de las instituciones sociales históricas, normas y tradiciones en su intento de remodelar la sociedad de acuerdo con sus ideales, en su intento de rehacer al hombre a su propia imagen. Si, el cambio es importante pero la estabilidad es crucial. Es primordial no echar a perder lo bueno en el intento de deshacernos de lo malo y para ello es importante seguir el principio de la Valla de Chesterton.

IV

"La cerca de Chesterton, el principio que te obliga a pensar dos veces antes de hacer cambios", en BBC News Mundo, 1 enero 2024:

¡No destruyas lo que no entiendes!

Eso es, en resumen, lo que aconseja una simple regla general llamada la cerca de Chesterton, que sugiere que nunca se debe destruir algo, cambiar una regla o alterar una tradición si no se comprende porqué se creó en primer lugar.

Es, de cierta manera, un llamado a la humildad al criticar y querer reformar desde políticas o instituciones, hasta costumbres familiares, protocolos laborales o líneas de código en programas informáticos.

Señala que sin comprender bien qué está pasando, las consecuencias de una acción apresurada podrían terminar siendo mucho peores que las de lo que se pretende reparar.

Aquello de la cerca quizás suene extraño, pero se llama así por la manera en la que ilustró la idea quien la hizo famosa: el escritor y filósofo inglés Gilbert Keith Chesterton (1874–1936).

Chesterton era un "obeso gigante", como lo describió Jorge Luis Borges en el prólogo de "El ojo de Apolo" de "La Biblioteca de Babel".

El escritor argentino afirmó que era "un hombre bondadoso y afable" que "pudo haber sido Kafka o Poe pero valerosamente optó por la felicidad o fingió haberla hallado".

Calificó de encantadores y penetrantes los escritos críticos de Chesterton, y contó que sus primeras novelas aunaban "lo místico a lo fantástico".

Pero las obras que más hicieron mella fueron unos 50 cuentos cortos sobre un detective que era un sacerdote aparentemente ingenuo pero psicológicamente agudo llamado Padre Brown.

"La literatura es una de las formas de la felicidad; quizá ningún escritor me haya deparado tantas horas felices como Chesterton", escribió Borges.

Cuando no estaba escribiendo o, más tarde, dando charlas por la BBC, le encantaba debatir, y a menudo participaba en disputas públicas amistosas con intelectuales como George Bernard Shaw, H. G. Wells o Bertrand Russell.

O bromeaba con ellos.

En una ocasión le dijo a Shaw: "Al verte, cualquiera pensaría que una hambruna asoló Inglaterra", a lo que Shaw respondió: "Al verte, cualquiera pensaría que tú causaste la hambruna".

Pero algo que se tomaba muy en serio era la religión.

"De la fe anglicana pasó a la católica, que, según él, está basada en el sentido común", contó Borges.

"Arguyó que la rareza de esa fe se ajusta a la rareza del universo, como la extraña forma de una llave se ajusta exactamente a la extraña forma de la cerradura".

Precisa y curiosamente fue de un libro titulado "El asunto: por qué soy católico" (1929) en el que habló de esa cerca que lleva su nombre.

Reformar sin deformar

Declaró que "en materia de reformar cosas, a diferencia de deformarlas, hay un principio claro y simple".

Sugirió imaginar "en aras de la simplicidad, una cerca o puerta erigida a través de un camino".

"El tipo más moderno de reformador se acerca alegremente y dice: 'No veo la utilidad de esto; tumbémosla'.

"A lo que el tipo más inteligente de reformador haría bien en responder: 'Si no le ves la utilidad, ciertamente no dejaré que lo elimines. Vete y piensa. Luego, cuando puedas regresar y decirme que ves su utilidad, puedo permitirte que lo destruyas'.

La idea es que sólo cuando sabes cuál era el propósito de algo, puedes decidir si aún es necesario, si se debe modificar o sencillamente omitir.

Según Chesterton, ese principio se basa en el sentido común más elemental.

"La cerca no creció allí. No fue creada por sonámbulos que la construyeron mientras dormían.

"Alguna persona tuvo alguna razón para pensar que sería algo bueno para alguien. Y hasta que sepamos cuál fue el motivo, realmente no podremos juzgar si fue razonable".

Y advirtió que, de no asegurarnos, "es muy probable que pasemos por alto algún aspecto completo de la cuestión".

La cerca, por ejemplo, así estuviera en mal estado y fuera pequeña, quizás separaba a las vacas de las ovejas, imaginó el filósofo Jonny Thomson en Big Think.

Las ovejas, al comer, arrancan el pasto casi de raíz, mientras que las vacas necesitan pasto alto para comer con sus lenguas prensiles. Poco después de retirar la cerca, las vacas estarían desnutridas y hambrientas.

De refrescos a gorriones

Ahora, a pesar de que Chesterton abogaba por examinar así las decisiones que implicaban cambio pues tendía a ser conservador, el principio sigue haciendo eco en varios campos, desde el personal al político.

Al intentar cambiar malos hábitos, por ejemplo, a menudo fracasamos al no tener en cuenta que no aparecen de la nada: generalmente evolucionan para saciar una necesidad insatisfecha.

Si no se tiene en cuenta ese aspecto, aunque se logre eliminar un hábito, quizás sea reemplazado por otro más nocivo.

A nivel empresarial, en un post considerado clásico, el emprendedor en serie Steve Blank dio un ejemplo que ha visto en las startups cuando crecen y contratan a directores financieros.

Estos, tratando de reducir costos -y de lucirse-, a menudo deciden acabar con detalles de la empresa para los empleados, como los refrescos y pasabocas gratis, pues les parece un gasto inútil.

Según la experiencia de Blank, el resultado es siempre el mismo: a los empleados que ayudaron a la empresa a crecer, aunque se puedan dar el lujo de pagar por sus refrescos, les parece una señal de cambio de cultura de la empresa.

Y eso puede llevar a las personas más talentosas a abandonarla porque, de repente, todo se siente muy coorporativo, ya no es como antes.

Como estos, muchos ejemplos, incluido uno tremendamente trágico: el exterminio de gorriones en China, parte de la Campaña de las cuatro plagas del proyecto Gran Salto Adelante (1958 a 1962) de Mao Zedong.

Se sospechaba que los gorriones robaban granos de los campos así que millones de chinos hicieron todo lo posible para eliminarlos, con éxito: la población de gorriones llegó al borde de la extinción.

La de langostas, en cambio, sin gorriones que la controlara, se disparó y se convirtió en uno de los detonantes de la Gran Hambruna China, uno de los mayores desastres provocados por el hombre en la historia.

Visto así, la cerca de Chesterton parece un mecanismo para evitar la ley de las consecuencias no deseadas. El principio invoca el excesivo entusiasmo de los reformadores y busca frenarlo. Pero puede aprovecharse para lo contrario.

Las reformas, grandes y pequeñas, de por sí siempre suelen tener una fuerza trabajando en su contra: la resistencia al cambio.

Una organización, por ejemplo, puede fácilmente convertirse en un aparato innecesariamente complejo que ya no es adecuado para su propósito. Pero cuanto más sobreviva, menos probable será que sea reformada o abolida.

En esos casos, conviene comportarse como ese "reformador inteligente", y así contar con argumentos firmes para demostrar exactamente por qué se ha vuelto inútil.

Pero a veces, por más que quieras, no te puedes dar el lujo de examinar cada decisión. Entonces, quizás vale más la pena invocar a Alejandro Magno que a Chesterton.

Según la leyenda, cuando Alejandro conquistó Frigia lo retaron a que desatara el nudo gordiano, tan complicado que un oráculo había declarado que quien pudiera deshacerlo estaba destinado a gobernar toda Asia.

Alejandro lo intentó un rato hasta que se hartó. Declaró que no importaba cómo se lograba, sacó su espada y lo cortó de un solo golpe. Lo importante es saber si estás ante una cerca o un nudo. Pero a veces sí, a veces no. Hay ciertas estrategias que pueden usarse como guías.

Quienes trabajan en informática, a lo Alejandro Magno, a veces usan lo que llaman la Prueba del Grito, que aplican a productos, servicios o capacidades que están activos pero nadie usa.

Es sencilla: retíralo y espera a ver si alguien grita. Si sucede, reinstalalo.

Es un caso que se podría encajar en las decisiones de tipo 2 descritas por el fundador de Amazon, Jeff Bezos, en una carta a los accionistas que muchos usan como referencia para discernir entre las opciones cerca o nudo. Sólo que él habló de puertas.

Una es de un sólo sentido: una vez la cruzas, se cierra a tus espaldas para no abrirse más. Otra es de dos sentidos: puedes entrar y salir por ella.

"Algunas decisiones tienen consecuencias y son irreversibles o casi irreversibles (puertas de un solo sentido) y estas decisiones deben tomarse de manera metódica, cuidadosa y lenta, con gran deliberación y consulta. "Si pasas por allí y no te gusta lo que ves al otro lado, no podrás volver a donde estabas antes. Podemos llamar a estas decisiones Tipo 1. "Pero la mayoría de las decisiones no son así: son cambiables, reversibles, son puertas de doble sentido. "Si has tomado una decisión subóptima, no tienes que vivir con las consecuencias por tanto tiempo. Puedes volver a abrir la puerta y volver a cruzar. "Las decisiones de tipo 2 pueden y deben ser tomadas rápidamente por individuos o grupos pequeños con buen juicio".

¿Es la reforma que vas a hacer o la solución que le vas a dar a un problema fácilmente reversible?

Entonces podrías hacer cambios rápidamente con información imperfecta y ver qué pasa.

Si es irreversible, conviene recopilar información, aunque el proceso se ralentice y conlleve un costo.

Chesterton habría estado de acuerdo.

V

 Marco Chavarría, "La valla con la que Chesterton te hará pensar dos veces antes de hacer un cambio", La Razón, 2 de enero de 2024:

El filósofo inglés defendió la necesidad de entender el propósito de una tradición o costumbre antes de adaptarla o abolirla

La regla de la valla del escritor y filósofo británico Gilbert Keith Chesterton plantea una premisa simple: nunca hay que alterar, destruir o modificar una tradición, regla o estructura sin entender el propósito original con el que apareció.

Se trata de una premisa que reivindica la necesidad de tener presente la humildad cuando se cuestiona o plantea la reforma de políticas hasta costumbres familiares, legislaciones o hábitos de la vida diaria del hombre.

Según esta regla, sin que uno comprenda plenamente todas las implicaciones de un acto tradicional, las consecuencias de su modificación o abolición precipitada podrían acabar siendo peores que el supuesto problema que se intenta resolver.

El propio concepto filosófico toma su nombre del intelectual inglés G. K. Chesterton (1874 -1936), quien popularizó esta idea como parte de su sistema filosófico. Se le llegó a llamar cariñosamente el "gigante obeso" y fue descrito por otros autores, como Jorge Luis Borges, como un hombre de carácter afable y bondadoso.

De hecho, el poeta argentino alabó la capacidad crítica que reflejaba Chesterton en sus escritos, particularmente en unas novelas que, consideró, combinaban lo místico y lo fantástico. De entre toda la biblioteca, destacó especialmente la cincuentena de cuentos que dejó escritos sobre un detective sacerdote llamado Padre Brown.

Chesterton era un ferviente creyente que transicionó de la fe anglicana a la católica, algo que siempre defendió como acto de sentido común y que, según él, encajaba perfectamente en la rareza que entraña el universo.

Chesterton defendía lo imprescindible de comprender el propósito detrás de cualquier proyecto de cambio y del elemento a cambiar, antes de llevarlo a cabo y siguiendo el raciocinio más elemental.

Una premisa conservadora, que influye en distintos ámbitos de la realidad, desde el más personal del individuo hasta el político del común de la sociedad. El intelectual, últimamente reivindicado por la derecha como nunca antes, señala que al intentar cambiar hábitos es crucial entender su origen, ya que a menudo evolucionan para satisfacer necesidades específicas.

El principio destaca la importancia de examinar detenidamente decisiones o cambios irreversibles, diferenciándolos de aquellos que no lo son y pueden ser tomados con mayor celeridad teniendo en cuenta una información limitada.

La regla de Chesterton sirve como una estrategia para evitar consecuencias no deseadas al realizar reformas, más en la propia vida, recordando la importancia de entender si una situación requiere un cambio definitivo o uno que puede ser reversible

Las 10 mejores películas del año 2024

 Álex Vicente, "Las 10 mejores películas de 2024", en El País, 14 de diciembre de 2024:

De ‘Gladiator 2′ a ‘Megalópolis’, varios títulos establecieron un paralelismo entre el presente y la caída del Imperio Romano, a la vez que alertaban sobre la pérdida de libertades

Un nuevo orden emerge en Hollywood, en una inquietante similitud con la Roma de los últimos días, según el presagio de ciertas películas vistas en 2024. Sería muy exagerado evocar un ocaso cuando el imperialismo del cine estadounidense sigue siendo invencible. Pero es innegable que las sombras se acumulan en un panorama dominado por el contenido a ultranza, por una oferta gloriosa y desmedida, pero también acompañada de un gran sentimiento de vacío, como si ya estuviéramos en ese claroscuro en el que suelen aparecer los monstruos.

Los hubo de distinta índole —de la Elphaba de Cynthia Erivo al cínico Macrino de Denzel Washington, ambos extraordinarios— en el enfrentamiento entre Gladiator 2 y Wicked, un remake oportunista del duelo entre Barbie y Oppenheimer en 2023: una película “de chicas” y otra “de chicos”, según la aleatoria norma social, solo que con películas mucho más irrelevantes. Qué más dará eso: basta con orquestar una gigantesca campaña de promoción apoyada en un sinfín de medios digitales, que convertirán sus entrevistas en contenido gratuito para las redes, en una matraca de vídeos virales y vagamente graciosos, si es que a alguien le dio risa lo de holding space. Para mantener en marcha esta maquinaria, ya no hace falta publicidad tradicional, ni el concurso de los grandes medios, ni siquiera las buenas películas.

La única buena noticia podría ser que esos dos títulos reflejan un alejamiento gradual respecto al cine de superhéroes como única receta comercial, igual que otros taquillazos como Dune 2, Twisters o Bitelchús Bitelchús. Lo curioso es que, bajo su fachada de enormes espectáculos escapistas, tanto Wicked como Gladiator 2 son alegorías sobre el ascenso del fascismo y la pérdida de libertades. En 2024 abundaron más que nunca, de La zona de interés, que inauguró el año con sus ecos perturbadores en Gaza, a Civil War, que pareció un tráiler lúgubre del porvenir, mientras que The Apprentice, el biopic del joven Trump, funcionaba como prehistoria, o como un relato ejemplar sobre cómo hemos llegado hasta aquí. Sin olvidar Megalópolis, el admirable disparate de Francis Ford Coppola, que usó el símil con la caída de Roma de manera literal.

Aun así, hubo vida inteligente en el cine estadounidense. Regresó otro veterano como Clint Eastwood con una película políticamente espinosa como Jurado nº 2, oda al libertarismo de derechas donde los ciudadanos sustituyen a las instituciones, y en la que se toma partido por un hombre falsamente acusado de matar a su mujer. Con todo, el director no tiene rival al describir el ideal estadounidense como una falsedad ensalzada por siglos de storytelling. En su obra, otro comentario innegable sobre el presente, la justicia no es ciega por imparcial, sino por invidente. Mientras, Sean Baker logró, con su Palma de Oro por Anora, la consagración de un cine sobre otro tipo de descastados, después de años circulando por circuitos subalternos.

Pese a su fragilidad estructural, el cine español dejó varios títulos memorables (Los destellos, Volveréis, Segundo premio, La habitación de al lado), mientras que el francés se volvía a erigir en campeón absoluto con una cuota de mercado del 45% en su territorio, por encima del estadounidense. Lo logró gracias a comedias insustanciales y folletines históricos, como en todas partes, pero también a películas como Emilia Pérez, el acercamiento más audaz a la comedia musical de este año —con permiso de Joker: Folie à Deux—, o La sustancia, el lamento expresionista por nuestros cuerpos enfermos de Ozempic. Las dos llegan con opciones a los premios del invierno, porque los franceses serían los bárbaros de este relato romano. Si nos encontramos, como decíamos, en uno de esos intervalos donde nacen los monstruos, nada supera a la heroína de La sustancia en el tramo final de la película, cuando reaparece convertida en una criatura abyecta, pero enternecedora en su patetismo. La mejor definición del ser humano en 2024.

Lo mejor del año según los críticos de EL PAÍS. Una selección de Carlos Boyero, Elsa Fernández-Santos, Javier Ocaña, Jordi Costa, Gregorio Belinchón, Elisa McCausland, Diego Salgado y Álex Vicente.

Los destellos

En esta hermosa y generosa película, Pilar Palomero construye todo un mundo alrededor de gestos leves, parlamentos breves pero abarrotados de sutileza, sobriedad y la creación de una atmósfera sentimental que no necesita recurrir a la intensidad, ni al psicologismo, ni al énfasis para entender las reacciones de los personajes ni la relación que establecen entre ellos para aliviar el ocaso de un tipo que es padre y alguna vez fue marido. Por Carlos Boyero.

Y además: Perfect Days, de Wim Wenders; Bikeriders, de Jeff Nichols; Marco, de Aitor Arregi y Jon Garaño; Rita, de Paz Vega; Jurado Nº 2, de Clint Eastwood; Casa en llamas, de Dani de la Orden; La zona de interés, de Jonathan Glazer; Priscilla, de Sofia Coppola, y Civil War, de Alex Garland.

Anora

Si en The Florida Project, Disney World era la falsa tierra prometida que separaba a una niña de las garras de los servicios sociales, en Anora nos encontramos con una trabajadora sexual que también sueña con el castillo de Cenicienta y que, como aquella niña, sabe defenderse a mordiscos. Sean Baker nos traslada en su maravillosa nueva película (merecida Palma de Oro en Cannes) a otro punto cardinal del decadente sueño americano, el centenario parque de atracciones de Coney Island, donde una panda de matones y la fabulosa heroína interpretada por Mikey Madison se subirán, con humor y amor, a una montaña rusa de melancolía. Por Elsa Fernández-Santos.

La quimera

Aunque la realidad sea tozuda, la belleza también lo es. Quizá por eso el cine de Alice Rohrwacher resulta tan terrenal como poético. Su cuarto largometraje es una nueva fábula heredera de un rico legado cultural (de la commedia dell’arte al cine neorrealista), aunque desde la mirada romántica de un outsider contemporáneo. Arthur es un inglés desubicado, un arqueólogo-zahorí varado en la Toscana de los ochenta por un amor de ultratumba. Allí, este personaje trágico en la piel del actor Josh O’Connor —perfecto en su ruinosa elegancia — abre los secretos de la tierra a los pícaros ladrones de tesoros (tamborilis) que malviven al servicio de los codiciosos que profanan la historia. Por E. F-S.

Y además: La habitación de al lado, de Pedro Almodóvar; Segundo premio, de Isaki Lacuesta; Secretos de un escándalo, de Todd Haynes; Los que se quedan, de Alexander Payne; Jurado nº 2, de Clint Eastwood; Salve Maria, de Mar Coll, Not a Pretty Picture, de Martha Coolidge, y Volveréis, de Jonás Trueba.

La zona de interés

El lenguaje cinematográfico como base de la narración. Otra película de dispositivo formal, que provoca que todo el relato avance en base a ello. En este caso, el recurso del fuera de campo: la acción principal, fuera del ojo de la cámara y por tanto fuera del ojo del espectador. Lo importante es Auschwitz, dentro, con el genocidio de un pueblo. Pero lo que se muestra son las flores del jardín, las risas de los niños, los sueños de un matrimonio y la barbarie nazi, aunque no la de los crímenes, sino la de (in)humana frialdad. Jonathan Glazer encuentra una rendija en una temática al borde del agotamiento, y compone una película que huele y suena a banalidad del mal. ¡Esas cenizas entrando por las ventanas! Por Javier Ocaña.

Jurado nº 2

Algo tan insólito y atrevido hoy en día como una película bien contada. Así de fácil, así de difícil. Pocos, muy pocos relatan de ese modo, a la manera clásica, con sus flashbacks introducidos a la perfección, tanto en la narrativa como en la imagen y el sonido, con esa luz lúgubre tan querida por su director, con su simbología exacta, comprensible y sin subrayados, con sus personajes poliédricos y complejos, reconocibles y fascinantes. Clint Eastwood, palabras mayores. 94 años de esplendor artístico y sabiduría humana sin dárselas de intelectual. Un homenaje a Doce hombres sin piedad, una defensa del valor y la necesidad de las instituciones. De la justicia y la igualdad. El testamento de un grande. Por J. O.

Y además: Perfect Days, de Wim Wenders; Anora, de Sean Baker, Segundo premio, de Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez; Dream Scenario, de Kristoffer Borgli; El clan de hierro, de Sean Durkin; Desconocidos, de Andrew Haigh, La estrella azul, de Javier Macipe, y La virgen roja, de Paula Ortiz.

La habitación de al lado

Una casa en llamas o una nieve rosada por acción de la crisis climática sintetizan la extraña paradoja de encontrar frágiles formas de belleza en la catástrofe en esta concentrada obra de madurez apoyada en la elocuencia de dos rostros. Quizás no tiene sentido hablar de duelo actoral entre Moore y Swinton, porque en esta libre adaptación del libro de Sigrid Nunez no hay pulso, sino coreografía de afectos entre una vulnerabilidad fortalecida en la empatía y una dureza que se va fracturando. Una luminosa pieza de cámara sobre la capacidad humana de encontrar refugios de afecto en toda guerra. Por Jordi Costa.

La sustancia

El tiempo pasa sobre una estrella del Paseo de la Fama de Hollywood en el prólogo de esta película que pulveriza más ideas recibidas que las evidentes. Un arranque digno de Lubitsch que rima con un desenlace sobre el que planea la sombra de Henenlotter. La distancia entre los dos referentes da fe de la condición omnívora de Coralie Fargeat, así como de su radicalidad a la hora de reconfigurar el canon demoliendo toda jerarquía. Alérgica a lo discursivo, está sátira sobre los monstruos que engendra el culto a la belleza es pura forma regida por el principio del placer. Por J. C.

Y además: La zona de interés, de Jonathan Glazer; Longlegs, de Osgood Perkins; La quimera, de Alice Rohrwacher; La bestia, de Bertrand Bonello; Nina, de Andrea Jaurrieta; In Water, de Hong Sang-soo; No esperes demasiado del fin del mundo, de Radu Jude, y De naturaleza violenta, de Chris Nash.

Segundo premio

En Segundo premio la tierra respira. De esa respiración nace la música, la pulsión creativa, también la rabia y la amargura de Los Planetas, la banda granadina de rock que filma Isaki Lacuesta. En realidad no la filma, sino que bebe de su leyenda, del eco de la creación del álbum de Una semana en el motor de un autobús en 1998 y en Nueva York, un disco grabado tras abandonar el grupo su bajista, May Oliver. Segundo premio es también una película de ambiente terrorífico, atmosférica, que ilustra la turbulenta relación entre un vampiro emocional y un fantasma, un viaje atmosférico al alma de una banda a ratos inescrutable, que en Lacuesta deviene en una masa madre fílmica. Por Gregorio Belinchón.

Y además: Anora, de Sean Baker; Civil War, de Alex Garland; Desconocidos, de Andrew Haigh; Emilia Pérez, de Jacques Audiard; Los destellos, de Pilar Palomero; Marco, de Jon Garaño y Aitor Arregi; On The Go, de María Gisèle Royo y Julia de Castro; Saturno, de Daniel Tornero; y La zona de interés, de Jonathan Glazer.

Desconocidos

En su obra más turbadora, Andrew Haigh aborda con empatía autobiográfica y gran brío poético la soledad radical del homosexual moderno. Andrew Scott y Paul Mescal son los dos huérfanos que protagonizan este relato dickensiano trasplantado a una actualidad preapocalíptica: un par de niños perdidos obligados a quererse para sobrevivir, si es que tal cosa, como sugiere el final de esta historia de fantasmas, todavía es posible. El director británico plasma su milagro —el reencuentro imposible entre el protagonista y sus padres, fallecidos en su niñez— con un naturalismo desacomplejado que recuerda al de ciertas obras almodovarianas. Opera como parábola psicoanalítica, como alegoría sobre el acto de escribir un guion (y, por extensión, una vida) y como reflexión sobre los anhelos inalcanzables y las heridas que nunca cicatrizan. Por Álex Vicente.

Y además: La quimera, de Alice Rohrwacher; El mal no existe, de Ryusuke Hamaguchi; La habitación de al lado, de Pedro Almodóvar; El cielo rojo, de Christian Petzold; La bestia, de Bertrand Bonello; Simple como Sylvain, de Monia Chokri; La sustancia, de Coralie Fargeat; Volveréis, de Jonás Trueba, y Dahomey, de Mati Diop.

La bestia

Ficción especulativa de Bernard Bonello, esta adaptación del relato de Henry James alterna tres periodos temporales, marcados siempre por constructos sociales que atentan contra la libertad de sentir, amar y, en definitiva, vivir. 1910 es la era de la represión. 2014, la del amor tóxico. 2044, la de los comportamientos intachables. Léa Seydoux y George MacKay interpretan distintas encarnaciones de personajes atraídos por el abismo, pero condenados a sucumbir a los órdenes imperantes. Hay pocas imágenes más políticas este año que el rostro de Seydoux anegado en lágrimas. Por Elisa McCausland y Diego Salgado.

Y además: Fly Me to the Moon, de Greg Berlanti; La zona de interés, de Jonathan Glazer; The Sweet East, de Sean Price Williams; La primera profecía, de Arkasha Stevenson; Parthenope, de Paolo Sorrentino; La quimera, de Alice Rohrwacher; Emmanuelle, de Audrey Diwan; La estrella azul, de Javier Macipe, y El eco, de Tatiana Huezo.

martes, 17 de diciembre de 2024

La sociedad del cansancio

 No se puede dar una explicación marxista del neoliberalismo. En él, ni siquiera se produce la famosa «alienación» del trabajo. Hoy nos lanzamos con euforia a trabajar hasta quedarnos quemados. El primer nivel del síndrome de burnout es justamente la euforia. El burnout y la revolución se excluyen; por eso es un error creer que la muchedumbre derrocará al imperio parasitario e instaurará una sociedad comunista.

Byung-Chul Han, Capitalismo y pulsión de muerte

sábado, 14 de diciembre de 2024

Los cinco (malos) hábitos que desgastan y pasan inadvertidos según la psicóloga Marian Rojas

 Todos hemos notado que hay ciertos días en los que nuestra energía parece inexistente. Días en los que estamos más apáticos o tristes, aparentemente sin motivo. De repente se nos hace un mundo levantarnos por la mañana, ir a trabajar o hacer las tareas de casa. "Es algo que trabajo mucho en consulta", afirma la psiquiatra Marian Rojas. Muchos de sus clientes se preguntan qué les está sucediendo, si es depresión o si están teniendo un problema de deterioro cognitivo.

Lo cierto es que sí que hay veces que puede ser una patología, pero la mayor parte de las veces es que tenemos hábitos de nuestro día a día que nos están chupando la energía. Como dice Marian Rojas: "nos están chupando la pila". 

Es verdad que el ser humano tiene épocas donde está más animado y otras donde está más triste, sobre todo para las personas inestables. Pero, aunque no sepamos identificar exactamente que nos está sucediendo, las emociones suelen tener una razón. La psiquiatra Marian Rojas nos cuenta qué hábitos de nuestro día a día pueden estar afectando a nuestra energía. 

PRIMERA CLAVE: ¿CÓMO ESTÁS DURMIENDO?

Claro y conciso: nuestras pilas se reparan cuando dormimos. "Una clienta me dijo una vez: soy de dormir poco, yo con cuatro o cinco horas funciono", declara la psiquiatra. Aquí está el problema. El sueño verdaderamente reparador necesita entre 7 y 9 horas. Hay que aprender a dormir. “Y dormir significa que pasas por las fases del sueño, que no te levantas 50 veces, que no tienes micro despertares, que no te levantas con un sobresalto, que pasas al sueño REM”, afirma Marian. 

El sueño es la clave de muchísimas cosas que nos suceden durante el día. Es decir, la causa del día está en la noche. Por eso, muchas de las veces que sentimos que no tenemos pilas se debe a que hemos pasado una mala noche.

SEGUNDA CLAVE: MANTÉN TU ENTORNO ORDENADO

El desorden quita mucha energía porque hace que nos distraigamos con facilidad, hace que nuestra mente esté mucho más dispersa. "La armonía da paz y todo lo que da paz te ayuda a recuperarte por dentro, a potenciar el sistema inmune, a encontrarte mucho mejor y en equilibrio", declara la psiquiatra. Y es que el desorden quita equilibrio, hace que exista un caos y que inviertas muchísimo tiempo en buscar aquello que necesitas. La excusa de "yo tengo orden en mi desorden" ya no sirve. El orden genera mucha armonía mental y todo lo que sea esa armonía nos haría sentirnos mejor.

TERCERA CLAVE: EL EJERCICIO

"La gente sedentaria es gente que se cansa mucho más", afirma Marian Rojas. Mucha gente piensa que por estar todo el día sentado sin hacer nada tendrás muchísima fuerza y mucha energía, pero es todo lo contrario. El no movernos inhibe la producción de sustancias en nuestro cerebro que nos ayudan al bienestar y que nos ayudan a sentirnos mejor.

Cuando nos movemos, aunque sea 15 minutos al día, activamos una sustancia en el cerebro que se llama BDNF, factor neurotrófico derivado del cerebro. Este factor solo se segrega cuando hacemos ejercicio y potencia las conexiones neuronales y nos ayuda a sentirnos mejor.

Por ejemplo, si un niño va al colegio y tiene deporte a primera hora, a lo largo del día rinde más porque ha producido una sustancias en el cerebro que facilitan el aprendizaje, la memoria y la concentración. De hecho, hasta autores de best sellers por la mañana hacen un paseo vigoroso de una hora antes de empezar a todo.

CUARTA CLAVE: LA ALIMENTACIÓN

Hay alimentos que nos desgastan muchísimo. Por ejemplo, la comida inflamatoria. Tienen un pico de dopamina que en el momento te hace sentir bien, pero luego te notas sin energía. Por ejemplo, comer fast food te genera una euforia momentánea y, dos horas después, sientes el bajón. 

Por lo contrario, una buena proteína, una buena carne o un pescado, por ejemplo, se mantienen en sangre muchísimo más tiempo y te mantienen más estable. Todo lo que inflama te quita energía, te hace sentirte cansado, triste y sin capacidad de relacionarte bien. “Aprovecha los meses donde te sientas peor para comer más sano y cuidarte más”, aconseja la psiquiatra a sus clientes. 

Los alcoholes y los estimulantes activan circuitos neuronales, lo que se llama el circuito del GABA, que te excitan y luego te dan el bajón. Por ejemplo, el café y la cafeína activan un receptor que es el que compite con la hormona del sueño. Este engaña tu cuerpo y le dice en verdad no tienes sueño. ¿Qué sucede? Que tu cuerpo en realidad está más cansado de lo que piensas. Le has dado ese chute de estimulante y cuando deja de hacer efecto, el bajón se intensifica. 

QUINTA CLAVE: EL PENSAMIENTO

El 90% de lo que nos preocupa nunca sucede. Pero ese 90% tiene un impacto directo en nuestro organismo porque nos cansa, nos desgasta y nos da tristeza. "Todo pensamiento genera una imagen. Al visualizarlo, eso automáticamente tiene un impacto en tu cuerpo", declara Marian Rojas. 

Lo que tenemos que intentar es reconfigurar cómo nos hablamos. ¿Estoy sufriendo tanto como me lo estoy diciendo? El problema es que nos ponemos etiquetas. Nos sentenciamos a nosotros mismos de forma cruel. Debemos aprender a separarnos de ese pensamiento que nos atormenta y preguntarnos: ¿Estoy exagerando un poco? Para salir del bucle es necesario hacer un buen diagnóstico de nuestros pensamientos. La voz errante, aquella que nos machaca, hace sentir al cuerpo que algo malo está pasando. "El cuerpo oye cómo nos tratamos", finaliza la psiquiatra.

Reseñas del mejor libro por otros

 Lo mejor del año. Los títulos que este año han impactado a Leonor Watling, Iñaki Gabilondo, Henar Álvarez y otros protagonistas del año

Cineastas, artistas, músicos y algún cocinero lector desvelan los poemas, las novelas y los ensayos que les han fascinado

BABELIA WEB 14/12/24 LIBROS FAMOSOS 202

Iñaki Gabilondo

El periodista, aunque retirado de la actividad laboral, sigue con una tremenda actividad en forma de charlas, entrevistas o eventos. Como el reciente centenario de la Cadena SER

La península de las casas vacías

David Uclés

Siruela

Todo es extraordinario en este libro y en su autor. Ambos parecen haber llegado de un mundo irreal, pero nos conectan con la más dura de las realidades. Que un joven de 35 años —músico, políglota, de familia rural sin roce alguno con los libros— dedique 15 años a documentar la muerte de cuarenta de sus familiares en la Guerra Civil ya es pasmoso. Pero que con el material rigurosamente investigado no escriba una tesis o un ensayo, sino una novela de gran factura, asombra más aún. Máxime cuando el trabajo literario se sirve envuelto en una inesperada y delicadísima orfebrería de realismo mágico. Es sorprendente y emocionante, extraordinariamente bien escrito. Una sorpresa que intuyo va a terminar siendo reconocida como obra grande. Y un autor cuyo nombre conviene retener.

Leonor Watling

La actriz, uno de los grandes nombres del cine español, espera el estreno en febrero de la miniserie 'La vida breve' (Movistar Plus+), centrada en la figura de Luis I, el rey más fugaz de España.

De la vida mía

Miquel Barceló

Traducción al castellano de Nicole d’Amonville Alegría

Traducción al catalán de Emili Manzano

Galaxia Gutenberg

Pasear por este libro es casi como caminar con alguien extraordinario a quien admiras compartiendo una charla. A veces profunda, a veces absurda y a cada tanto interrumpida por observaciones del paisaje y juegos con las formas de las montañas. Una especie de autobiografía desordenada y llena de dibujos. Disfruto muchísimo de saber cómo miran el mundo maestros como Barceló. Y cuando levantas la vista de sus páginas, al menos un ratito, ves lo que te rodea de otra manera.

Carlos Franganillo

El periodista asturiano, director de los informativos de Telecinco, acaba de recibir el premio Cerecedo por su contribución al periodismo de calidad

Los mitos de la inmigración

Hein de Haas

Traducción de Juanjo Estrella González

Península

Desmonta muchos de los mitos a los que contribuimos, incluso, desde los medios de comunicación. Desmonta la imagen de la inmigración como un apocalipsis que nadie puede detener y también la idea de que va a solucionar todos los males del futuro y que va a ajustar la economía y salvar el futuro de países como España. También introduce claves interesantes de los perfiles de la gente que toma la decisión de jugarse la vida para venir a Europa. Es un buen manual para periodistas a la hora de enfrentarse a un fenómeno con tantos matices.

Antonio García

El cantante lidera la banda Arde Bogotá que ha vivido un año lleno de éxito y culmina su gira por estas fechas con conciertos en Madrid y Barcelona

Este es el núcleo

Leonardo Cano

Galaxia Gutenberg

Esta novela de ciencia ficción parte de la premisa de que, en un futuro no muy lejano, uno puede trasladar su mente al metaverso a través de un proceso en el cual un algoritmo es capaz de recrear la forma en la que piensas utilizando tus recuerdos y lo vivido. Cuenta la historia del primer hombre que puede someterse al procedimiento. Me ha gustado, primero, por la estructura: se centra casi exclusivamente en el protagonista y permite de verdad bucear en la mente del personaje, conocer sus miserias, virtudes, fracasos, “éxitos”. Y también me ha gustado por la cantidad de conflictos que plantea respecto a desarrollos tecnológicos no tan lejanos. Deja un montón de preguntas en el lector y, en realidad, eso es lo interesante de un libro.

Henar Álvarez

Periodista, cómica y escritora, acaba de estrenar el ‘late night’ ‘Al cielo con ella’ en la plataforma RTVE Play

El cielo de la selva

Elaine Vilar Madruga

Lava

Te permite entender la maternidad en todas sus versiones: quienes tienen hijos y no quieren, quienes tienen que entregarlos, quienes solo viven para protegerlos. Puedes sentir el calor de la lengua de la selva devorando a las crías. Me gustan las lecturas incómodas que a través de la ficción me remueven por dentro.

Juan Diego Botto

El actor y director, siempre comprometido con lo social, ha estrenado '14.4', una obra sobre la migración concebida con Sergio Peris-Mencheta

La fragilidad de los cuerpos

Anita Bodwin

Ediciones B

Anita Botwin nos introduce en el mundo de la esclerosis múltiple. Es una novela emocionante y honesta que con un lenguaje directo y despojado nos habla de la fragilidad del ser humano y de su inevitable corporeidad. Un bello antídoto contra la hostilidad de los tiempos.

Isaki Lacuesta

El cineasta ha logrado notoriedad con una de las películas del año: 'Segundo premio', basada (y no basada al mismo tiempo) en la banda Los Planetas

Domingo flamenco

Olivier Schrauwen

Traducción de Joana Carro y César Sánchez

Ciento tres años después del paseo de Stephen Dedalus por Dublín, el protagonista de Schrauwen ni siquiera necesita salir de casa en todo el domingo para revelarnos, como una evidencia, que el cómic es la decantación más natural para expresar las aventuras y superposiciones de un torrente de conciencia.

Laia Abril

La fotógrafa, galardonada en 2023 con el Premio Nacional de su disciplina, lleva casi un decenio embarcada en una investigación sobre la misoginia

Hun

Julia Mejnertsen

Edición en inglés

Dalpine

Este fotolibro, a cargo de una excelente editorial madrileña especializada en arte y fotografía, es un estudio profundamente personal y valiente de la fotógrafa danesa Julia Mejnertsen, que confronta las prácticas de caza de elefantes de su madre en África mientras reflexiona sobre su lugar dentro de esta historia tan íntima como incómoda. A través de sus imágenes, cuestiona temas como la raza, la identidad y las dinámicas de poder, explorando al mismo tiempo las complejidades y contradicciones de las relaciones familiares.

Diego Guerrero

El chef del restaurante DSTAgE, con dos estrellas Michelin en Madrid, es flamante Embajador para el Turismo Gastronómico de Naciones Unidas

Biografía del silencio

Pablo d’Ors

Galaxia Gutenberg

Me parece un libro con un estilo claro y reflexivo que invita a descubrir el poder del silencio a través de la meditación. Breve pero con un mensaje profundamente humano.

María Larrea

Escritora, guionista y directora de cine, narra en su novela 'Los de Bilbao nacen donde les da la gana' (Alianza Editorial) su adopción ilegal en la España de 1979

Los dos Beune

Pierre Michon

Traducción de María Teresa Gallego Urrutia

Anagrama

A los seguidores de Manuel Vilas les gustará este díptico formado por dos escritos. El primero, firmado en 1996, narra la obsesión amorosa de un profesor por la estanquera del pueblo en una región de cuevas prehistóricas. El segundo, de 2023, es una historia de deseo, creación y sexo, de todo lo que hace vibrar la existencia de los hombres desde el origen de los tiempos. Una oración lírica sobre la carne como esencia de lo humano, llena de metáforas telúricas y eróticas de una densidad rara en tan escasas páginas.

Pepe Viyuela

El cómico y actor ha estado este año girando con la obra 'Encerrona', donde recupera su faceta de 'clown'.

La península de las casas vacías

David Uclés

Siruela

Portada de 'La península de las casas vacías', de David Uclés. EDITORIAL SIRUELA

Se trata de un recorrido por la Guerra Civil española cargado de poesía, de magia, de rigor y de talento. Es una novela sorprendente, extraña e inolvidable. Aporta una forma nueva de tratar uno de los episodios más trágicos de nuestra historia.

Paula Ortiz

La guionista y directora de cine ha destacado este año por 'La virgen roja', donde narra la historia de la brillante joven Hildegart Rodríguez.

En mitad de tanto fuego

Alberto Conejero

Dos Bigotes

Esta es una fabulación del mejor amigo, de la posibilidad el amor, entre tantas guerras. Un viaje en la poética de los cuerpos y las sangres, y la pasión, en medio de la violencia. Y una frase de Aquiles :”¿Quieres morder mi talón?”.

Andreu Buenafuente

El humorista, presentador y productor, fundador de El Terrat, improvisa semanalmente con Berto Romero en el programa 'Nadie sabe nada, de la Cadena SER.

El acto de crear: una manera de ser

Rick Rubin

Traducción de Victoria Simó Perales

Diana Editorial

La explicación más sensible y provechosa sobre el apasionante mundo de la creatividad.

Alauda Ruiz de Azúa

La directora ha impactado con la serie ‘Querer’ (Movistar Plus+), que explora con profundidad y mucha tensión las violaciones dentro de la pareja.

La mala costumbre

Alana S. Portero

Seix Barral

Es actual y es atemporal. Es personal y es universal. Una joya llena de delicadeza y humanidad.

Marc Giró

El deslenguado y elegante 'showman' conduce el espacio de humor y entrevistas 'Late Xou con Marc Giró' en La 2 de RTVE.

Miedo y ropa en América

Cintra Wilson

Traducción de Carlos Aguilera

Superflua

Trabajé 20 años en la revista Marie Claire. En España es muy difícil hablar de moda desde las revistas de moda. Las tenazas de la publicidad hacen que sea un campo minado para la crítica y la elucubración, para hablar de lujo y de elegancia. Por eso me resultan tan satisfactorios los libros que publica Superflua: autobiografías de gente que ha trabajado en la moda y textos de periodistas internacionales que escriben de moda con ironía, humor y muchísimo conocimiento. Cintra Wilson me encanta y Miedo y ropa en América es despiporrante. Si te interesa la moda, te chiflará. Y si no, a pesar de que nos atañe a todos porque está en todas partes, también te gustará: es un retrato buenísimo de la sociedad norteamericana y de la nuestra. Lección de buen periodismo sobre una sociedad de marcianos geniales.

Selección de los cincuenta mejores libros de 2024 por parte de El País / Babelia

 La selección de 50 libros del año en El País / Babelia, reseñados los primeros veinte, y consignados el resto: Babelia, 14 dic 2024

RESUMEN ANUAL / LIBROS

Los 50 mejores libros de 2024

El complejo retrato que Leila Guerriero pinta de una mujer superviviente de la violación y la tortura durante la dictadura militar argentina arrasa entre un jurado formado por más de cien expertos. La lista de este año, más innovadora de lo habitual, apuesta por novelas caracterizadas por el riesgo artístico

La lista deseada se parece bastante a la que ha salido de las votaciones del jurado que este año han integrado 107 expertos. Aparecen clásicos contemporáneos —como Paul Auster, Lídia Jorge, Mircea Cărtărescu o Ignacio Martínez de Pisón—, pero destaca la incorporación de voces apenas escuchadas hasta ahora como son las de David Uclés, Sara Barquinero o Nicolás Sesma.

Combo libros 2024, BABELIA 14/12/24

El jurado literario de ‘Babelia’ en 2024

Aunque la lista tiene algo de inesperado, porque no aparecen libros premiados ni tampoco lanzamientos megapromocionados, no ha sido una sorpresa que La llamada fuese elegido el mejor libro del año. Desde el primer día que pudo leerse, Leila Guerriero ha fascinado con la máquina de precisión literaria que es su retrato de Silvia Labayru. El nombre de la periodista argentina abre una lista en la que el peso de las escritoras latinoamericanas —Enriquez, Ojeda, Gainza— debe ser justamente subrayado.

1) La llamada

Leila Guerriero

Anagrama

Durante la dictadura argentina la Escuela de Mecánica de la Armada —la ESMA en Buenos Aires— fue el principal centro de detención clandestino del país. Entre 1976 y 1983 allí fueron torturadas, secuestradas y asesinadas unas 5.000 personas. Sobrevivieron menos de doscientas. Una de ellas fue Silvia Labayru, hija de una familia de militares. En 2021 Leila Guerriero (1967) vio la fotografía de esa mujer en un reportaje publicado con motivo del primer juicio por crímenes de violencia sexual cometidos en ese infierno. Habían pasado décadas sin que ella hablase con periodistas. Después Guerriero habló con ella, con respeto y obsesión, días y días y días, con ella y con decenas de personas, en calma y ante el vértigo. Porque la supervivencia, moralmente, es más compleja que la muerte: lleva la humanidad al límite.

¿Qué sucedió allí? ¿Cómo logró sobrevivir? “Bajo amenaza de muerte, consentir es resistir”, puede leerse en un texto que Labayru le hizo llegar al empezar su diálogo. Cuando a finales de 1976 la detuvieron, tenía 20 años, embarazada de cinco meses, y pertenecía al revolucionario Ejército Montonero. Estaba integrada en el Servicio de Inteligencia cuyo máximo responsable en la capital era el escritor Rodolfo Walsh, autor de Operación Masacre, el hito fundacional del periodismo narrativo latinoamericano. Al leer La llamada conmociona que esta nueva obra maestra acabe por cuadrar el círculo de la mejor no ficción literaria en lengua española.

Leila Guerriero ha llevado el periodismo a una nueva frontera, sobre todo por la construcción de un riquísimo discurso formal donde fluyen las voces que matizan testimoniando y en el que la tensión entre lo ocurrido entonces y lo relatado ahora se convierte en una lección memorable sobre la vida adulta que se salva por la lucidez y contra el autoengaño. No hay juicio. Hay hechos, versiones sobre hechos y la moral, es decir, experiencia meditada sobre el dilema fatal y ambiguo entre muerte y supervivencia en un presente puro y oscuro. Hay alta literatura. Sé que la lectura de La llamada, tan adicitiva, me acompañará para siempre. Por Jordi Amat

2) La península de las casas vacías

David Uclés

Siruela

David Uclés ha cruzado un océano de 14 años hasta dar por finalizada su tercera novela. La vocación inicial fue narrar la historia de su propia estirpe, arraigada en Jándula (trasunto del pueblo de Quesada). Sin embargo, acabó contando la de todo un país durante la Guerra Civil española, el terrible hito que truncó el futuro de lo que él gusta en llamar Iberia. Su imaginación desborda los marcos mentales en los cuales se suelen constreñir las narrativas contemporáneas, porque su mirada es imprevisible. No elude mencionar ningún episodio real bajo el tamiz de lo taumatúrgico. No rehúye siquiera vengarse con diálogos inventados de figuras que le resultan deleznables. Es la suya una escritura prodigiosa y atrevida. Incluso el narrador, que es el propio autor, interviene en los acontecimientos para dialogar con sus personajes, siempre concebidos a medio camino entre lo real y lo imposible, como por ejemplo Odisto, el hombre en torno al cual gira la historia, en homenaje a su tatarabuelo.

Todo el libro es un ejercicio apabullante de eso que hemos convenido en llamar realismo mágico y que, como decía Elena Garro, una de sus máximas exponentes, no es más —ni menos— que “la plasmación de la cosmogonía de los pueblos originarios”, de los habitantes de lugares como Jándula/Quesada, quienes, a principios del siglo XX, aún pasaban la vida ajenos a la contaminación de lo urbano, a la coerción de lo convencional y a la preponderancia de lo homogéneo. Basta con advertirles que la novela empieza con el parto de un niño muerto y el rito del luto tiñéndolo todo, incluso los árboles. No se me ocurre una imagen más profética con la que empezar a contar esa guerra que la de un árbol negro. Por Esther López Barceló.

3) Theodoros

Mircea Cărtărescu

Traducción de Marian Ochoa de Eribe

Impedimenta

Babelia 14/12/24 Libros 2024

Con Theodoros, Mircea Cărtărescu prueba que toda futurología estética es pólvora del Rey: si Italo Calvino pronosticó que la literatura del siglo XXI sería ligera y breve, rápida y visible, la del rumano es barroca, caudalosa, lenta y rebosante de oscuridades. Con el mismo estilo de lirismo estupefaciente de su trilogía Cegador y una imaginación desbocada, la novela narra la epopeya de una ambición insaciable: la de un muchacho en la corte de Valaquia, dispuesto a remedar a su idolatrado Alejandro Magno a cualquier precio. Las vicisitudes de su ascenso lo llevan de su condición de sirviente en Rumanía a la de pirata en el mar Egeo y de ahí a la Etiopía cuya monarquía pretende. Mediante un injerto de un realismo mágico opulento en el molde de la novela histórica y de aventuras de raíz decimonónica, el escritor rumano desata en Theodoros una escritura torrencialmente barroca, sembrada de digresiones, desaforada, con la que reivindicaba la jurisdicción de la novela sin límites. Por Domingo Ródenas de Moya.

4) Ropa de casa

Ignacio Martínez de Pisón

Seix Barral

Pertenece a la especie de lo indescifrable el hecho de que Ignacio Martínez de Pisón no haya desarrollado la menor propensión a la vanidad ensoberbecida ni sepa qué es la envidia literaria (ni la otra), pese a figurar desde hace 40 años en la nómina fiable de la mejor literatura de la democracia. Sus libros se leyeron primero en Anagrama y después en Seix Barral, pero esta obra tan humildemente titulada Ropa de casa habla de la primera etapa, de cuando Herralde decidió publicar a un muchacho jovencísimo con un fajo de folios bajo el brazo, de cuando el joven decidió vivir en Barcelona, de cuando era imposible no ver bebido a Carlos Barral y de cuando empezó una amistad inquebrantable con Enrique Vila-Matas mientras trasegaba con un “izquierdismo algo desmayado”.

Sin aspavientos ni retóricas autocompasivas, Martínez de Pisón enhebra los pasos de una autobiografía literaria con multitud de evocaciones familiares y personales que trasladan de forma muy fiel un modo de vivir el oficio de la escritura y la publicación de libros literarios. El magisterio paternalista que ejerció con él en privado Javier Marías (“Si te sirve de algo, yo creo que tienes mucho talento y que en principio no tiene por qué estropearse si no te dejas amilanar”), está entre las mejores cosas de este libro, con algunas transcripciones de cartas un punto señoriales de Marías y la confidencia de Pisón de haber padecido injustamente la “automática expulsión de su mundo”. La franqueza sin ínfulas reveladoras y la naturalidad del relato de su apacible prosperidad en el oficio se concentran en la que probablemente sea la mejor semblanza del libro: corresponde a su amigo Félix Romeo y nada en ella devalúa la gratitud que Pisón disemina en cada una de las páginas del libro. Por Jordi Gracia.

5) Los escorpiones

Sara Barquinero

Lumen

Tendrá su parte de verdad, sí, pero es innegable que decir hoy que quienes escribimos optamos por la forma corta o fragmentaria porque “no nos da la vida” o “no tenemos tiempo para otra cosa” se ha vuelto un lugar común. En Los escorpiones, Sara Barquinero prefiere la grandilocuencia y pasarse de las 800 páginas, al estilo de los posmodernos americanos que reconstruían, siguiendo los impactos de un partido de béisbol, el espíritu de un momento de la historia. Desfilan por sus partes el suicidio, la muerte y teorías de la conspiración; mezcla y agita una anhedonia muy generacional con el origen del fascismo o los primeros foros que brotaban cuando Internet era una jungla. La primera vez que lo leí fui incapaz de parar hasta el final de la segunda parte. Sara, Thomas, Margherita o Michaela, algunos de sus protagonistas, conducen a quien lee a abismos de deseo y muerte, futuros vampirizados, castigo, consumo y fantasmas. El libro ya ha logrado lo mejor que una obra puede conseguir: es un libro de gran ambición, pero sobre todo es el libro de una gran lectora, que retuerce el diálogo con sus referentes para reavivar otra conversación con el mundo. Por Elizabeth Duval

6) Ni una, ni grande, ni libre

Nicolás Sesma

Crítica

Nicolás Sesma, 47 años, criado en Huesca, profesor en Grenoble (Francia), pertenece a una generación de historiadores que nació después de la muerte de Franco. De la misma forma que su maestro Robert Paxton cambió la mirada sobre la relación de Francia con el fascismo, su libro Ni una, ni grande, ni libre ha contribuido a deshacer de forma rotunda muchos tópicos sobre el franquismo: la dictadura sobrevivió durante 40 años porque no se trataba de una panda de tuercebotas trasnochados, sino que Franco supo rodearse de políticos competentes. “No eran mediocres”, apuntó sobre los gerifaltes del régimen en una entrevista con Marc Bassets. “¡Ojalá lo hubieran sido!”. El principal malentendido al que se enfrenta el libro es la idea de que España fue diferente. El famoso lema acuñado por Manuel Fraga no se corresponde en absoluto con la realidad de un país integrado en las grandes tendencias de unos tiempos en los que, desde América hasta Corea del Sur o Portugal, las dictaduras era muy habituales.

Como todos los grandes libros de historia, los secundarios son tan importantes como los protagonistas, la escritura es fluida y con mucha garra y las referencias tremendamente amplias y a veces insospechadas —hay hasta un apartado dedicado al rodaje de El Cid en el capítulo en el que describe la transformación tecnocrática de la dictadura—. El ensayo acaba con la saga familiar de los Díez-Alegría, que reunía todas las tendencias de un país que buscaba un cambio definitivo y “una tierra donde poder ser libres”. Esperamos la continuación. Por Guillermo Altares

7) Baumgartner

Paul Auster

Traducción de Benito Gómez Ibáñez. Seix Barral

Traducción de Ernest Riera Arbussà (catalán). Edicions 62

La última obra publicada y quizás escrita por Paul Auster es una novela de amor y de duelo llena de vida, de inteligencia y de ternura. Es una de sus mejores novelas, y eso ya es mucho decir en el caso de este escritor milagroso. Los 40 años con su esposa, Siri Hustvedt, desde que eran jovencísimos estudiantes en Nueva York, con sus altibajos y con toda su intensidad contada o adivinada, reverbera inevitablemente en la mente de los lectores asiduos de Auster. Baumgartner es su último acto de protección y de cariño hacia ella y hacia el tiempo que pasaron juntos. El más bello y conmovedor, y de nuevo inteligente, que he leído en mucho tiempo. Como también es la mejor novela o ensayo de duelo que conozco.

Conmueve de veras el mandato de felicidad, de búsqueda del amor y de la vida para quien se queda. Sin alharacas ni sensiblería, ni mentiras piadosas, con sobriedad y hasta con humor. “¿Tarde para qué?” le pregunta el profesor al hombre que viene a leerle el contador de la luz, al principio de su soledad. No es tarde para nada, escribe al final del viaje para alejarse de ella: “Recuerda este momento, chico, acuérdate de él durante el resto de tu vida, porque nunca te ocurrirá nada más importante que lo que te está pasando ahora mismo”. Por Isabel Burdiel.

8) Misericordia

Lídia Jorge

Traducción de María Jesús Fernández

La Umbría y la Solana

No sé muy bien cómo decirlo, pero hay una ética literaria en la obra de Lidia Jorge que se aprecia en todo cuanto escribe: en el punto de vista, el tono, la sensibilidad o bien la finura de espíritu con que encara los temas más difíciles. En Misericordia, la escritora portuguesa asume la memoria cotidiana de su anciana madre, ingresada en una residencia por sus problemas de movilidad (y donde fallecería de covid en 2020 sin que su hija pudiera acompañarla), y nos ayuda a comprender que otra vida es posible en la vejez. Una vida donde se mantiene a raya el dolor y la tristeza, tan habituales en esta etapa, para concentrarse en la medida de lo posible en la felicidad de las pequeñas cosas que puede ofrecer el día. Basta con buscar la armonía en la disposición de los objetos más sencillos que rodean a la protagonista para decirse a sí misma que con ello está ordenando la tierra, el mar, el mundo.

Mejorando la disposición de un plato, de unos cubiertos o de unas flores en la mesa donde Dona Alberti, trasunto del verdadero personaje que inspira a Lidia Jorge, comparte almuerzos y cenas con otras residentes, para pensar que está mejorando la geometría del mundo: “He aprendido que el alma que se eleva, eleva el mundo. Y sé cómo, porque amasé el pan. Se trata del principio de la levadura. La agria levadura, mezclada con la harina, la transforma y la hincha. De la misma manera una buena persona tiene el poder de atemperar la fealdad del mundo gracias a la belleza”. Y con este principio combate la gran oscuridad que avanza en su interior y también en su entorno con la pandemia. En resumen, honrando la muerte de su madre, Lidia Jorge ha liberado un espacio de vida iluminador que a todos nos concierne. Por Anna Caballé.

9) Biografía de X

Catherine Lacey

Traducción de Núria Molines Galarza

Alfaguara

Ni fragmentario, ni ensayo personal-político, el cuarto libro de Catherine Lacey (Tupelo, 36 años) contradice algunas de las corrientes que triunfan hoy entre autoras de su generación. Y, sin embargo, no cabe duda de que la biografía ficticia de una artista total que imagina y escribe en su novela está escrita ahora. La distopía es el telón de fondo de esta historia con un EE UU escindido entre un norte progresista que gobernó Emma Goldman, un sur en el que se estableció un régimen teocrático y totalitario, y un oeste libertario. El país está en plena reunificación cuando se escribe la biografía, pero todo es inestable e incierto. Hay giros y guiños, humor, dolor y una fina inteligencia en la reconstrucción de la vida de X que acomete su viuda, C. M. Lucca, una periodista que lleva años abducida por la historia de amor con su magnética y misteriosa esposa.

El desconcertante duelo tras su muerte la empuja a tratar de descubrir quién era X, y cómo fue que trabajó en Berlín con Bowie, en Nueva York con Connie Converse o en Italia con la feminista Carla Longhi. El artista Larry Rivers encabeza un grupo de hombres que protestan en la puerta de los museos contra las tareas administrativas que se ven forzados a realizar, puesto que el sistema favorece que solo las mujeres produzcan obras. Capa a capa, Lacey construye un fascinante juego de espejos tan bien armado que la intriga sobre qué ocurrió y qué está inventando acompaña al lector hasta la última página. Y con su cuerpo de notas finales vuelve a sacudir el tablero. Por Andrea Aguilar

10) James

Percival Everett

Traducción de Javier Calvo

De Conatus

Si Las aventuras de Huckleberry Finn es una obra maestra y un pilar de la cultura estadounidense, James, la versión de Percival Everett, “también podría serlo”, sentencia la crítica de The New York Times. No es poco halago, incluso para un autor reconocido como Everett. La reescritura del relato de Twain, situado en los Estados Unidos prebélicos y protagonizado por Jim, el esclavo fugado que acompaña a Huck, aúna ingredientes de grandes clásicos. Es un relato de aventuras trepidante, contado en episodios breves, con grandes dosis de humor y sarcasmo y, al mismo tiempo, una narración de la huida física y existencial del enemigo blanco hacia la libertad.

A través del ejercicio del lenguaje, el pensamiento y la literatura y, casi por defecto, la violencia, James —como decide llamarse Jim— deviene libre. Hablar esclavo, esto es, de manera poco refinada y apenas inteligible, es una cuestión de supervivencia, le explica a su hija al inicio de la novela. Sabe que los blancos temen más a un esclavo que sepa hablar y leer que uno violento. Unos pocos libros, unas hojas de papel y un lápiz robados constituyen sus bienes más preciados, único refugio en su huida de los blancos, siempre al acecho, sin importar las razones. Entre los libros están obras de Locke, Voltaire y Montesquieu, a quienes James interpela en diálogos imaginarios sobre su hipócrita defensa de los derechos humanos y la esclavitud. Hacia el final, en su búsqueda desesperada de su mujer y su hija, se dirige al juez Thatcher en el inglés correcto que siempre usó con sus compañeros esclavos. Ya no repara en las consecuencias de sus acciones desde el temor, sino con la impasibilidad de un hombre libre que sabe que la batalla no ha hecho más que empezar. Por Olivia Muñoz-Rojas.

11) Un lugar soleado para gente sombría

Mariana Enriquez

Anagrama

La degradación del cuerpo, y la imposibilidad de escapar del contexto y de uno mismo son temas que atraviesan el retorno de Mariana Enriquez al relato breve. Como siempre, juega con distintos códigos para hacer emerger la oscuridad a la que giramos la cara a base de eslóganes sofisticados y artículos de opinión.

12) Chamanes eléctricos en la fiesta del sol

Mónica Ojeda

Random House

No hay manera de resumir la trama de esta novela. Unos jóvenes celebran una fiesta atávica junto a un volcán en la geografía andina. Escuchan música experimental, empiezan un viaje lisérgico. Se diluye su individualidad para convertirse en coro trágico. Cuentan la historia de Noa, una niña abandonada que encontrará a su padre y lo abandonará. Mónica Ojeda uso materiales que son habituales en cierta ficción distópica actual: lo ancestral y lo corporal, lo monstruoso y lo sublime. Pero la escritora de Ecuador huye del tópico y el panfleto y logra que Noa supere sus orígenes inmediatos para conectar con la esencia del chamanismo.

13) La última frase

Camila Cañeque

La Uña Rota

La ineficacia, lo improductivo, lo inacabado. Eran los territorios que exploraba Camila Cañeque. Un mes después de su fallecimiento, se publicó La última frase: un ensayo sobre 452 frases con las que terminan 452 libros. Uno de los lectores fascinados por este experimento fue Enrique Vila-Matas, que lo describió como “un elegante, hipnótico artefacto literario, vivamente atraído por el desenlace de las cosas: una maravillosa biblioteca de frases últimas”. También Nadal Suau conectó con su propuesta: “He aquí un canto a la tragedia del desencuentro entre el tiempo infinito y nuestra condición finita, con la literatura como mediadora destinada a un fracaso tan predecible como fascinante”.

14) Presentes

Paco Cerdà

Alfaguara

En el centro del proyecto cívico y literario de Paco Cerdà están los peones: gentes anónimas que desaparecen de la historia en minúscula porque la Historia en mayúscula los fagocita. En sus libros están los protagonistas principales, los secundarios y los que no están. En Presentes —probablemente su obra formalmente más arriesgada— la tensión se produce entre el via crucis fascista que llevó los restos de José Antonio Primo de Rivera de Alicante a El Escorial y las víctimas conocidas o desconocidas del primer franquismo. Borrados que ahora están presentes.

15) Un puñado de flechas

María Gainza

Anagrama

En este nuevo libro híbrido de la argentina María Gainza confluyen los dos vectores de su creación literaria: la escritura y la crítica de arte. Los distintos capítulos tienen extensiones diversas y no hay una única etiqueta que sirva para descibrirlo: hay crónica, ensayo, relato. A través de esa pluralidad, Gainza crea el puente entre arte y escritura y la clave de Un puñado de flechas, como señaló Laura Ferrero, es la textura de su mirada: “lo milagroso es el ingenio, el socarrón descreimiento, la infinita curiosidad, ese inagotable asombro, siempre acompañado de humor o de esas contradicciones tan honestamente manifiestas”. Así nos permite mirar donde, sin ella, no veríamos.

16) Madre de corazón atómico

Agustín Fernández Mallo

Seix Barral

Podría parecer un libro sobre Pink Floyd, pero no. Podría parecer un libro sobre una madre, y no exactamente. En la portada parece que sea una vaca, pero no lo acaba de ser. Digamos que Agustín Ferández Mallo centra esta “historia verdadera” en su padre fallecido, pero tampoco cabría leerlo como la historia de aquel veterinario que hizo un viaje a los Estados Unidos para traer en avión una veintena de vacas. Esta casi todo eso, pero sobre todo la relación íntima con todos esos hilos para tramar una magnífica indagación sobre cómo constituimos nuestra identidad a través de una memoria que opera con recuerdos y también con las ficciones que necesitamos para contarnos.

17) Golpe de gracia

Dennis Lehane

Traducción de Aurora Echevarría Pérez

Salamandra

La crítica de este libro que escribió Carlos Zanón ya era una invitación a devorarlo. “A ratos parece una tableta crujiente de chocolate, a ratos una descarada muestra de la superior solvencia y talento narrativo de su autor”. La acción se desarrolla en Boston a mediados de los setenta. El contexto son los disturbios raciales tras la medida de un juez contra la segregación racial. “Sobre ese escenario Lehane explica de forma soberbia en qué consiste el racismo, el clasismo, la ira y la rabia, mediante la mejor forma posible: la ficción”. No habla del presente norteamericano, pero, ciertamente, ayuda a entender el lado oscuro de un país automitificado para que no lográsemos contemplarlo en toda su complejidad.

18) Primavera revolucionaria

Christopher Clark

Traducción de Eva Rodríguez Halffter

Galaxia Gutenberg

¿Sentirse dentro de un proceso revolucionario? Es una de las sensaciones que puede experimentarse leyendo el ambicioso Primavera revolucionaria de Christopher Clark. El autor del clásico Sonámbulos propone otro ejercicio que rompe con las historias nacionales y conecta en clave transatlántica el clima social y los estallidos cívicos que desembocaron en procesos revolucionarios. No había una planificación conjunta, sino un nervioso cuestionamiento del antiguo régimen. Un “desorden interconectado”. Hubo revoluciones y contrarrevoluciones, claro, incertidumbre y sensación de fracaso, pero después de esa “primavera de los pueblos” muchos caminos del pasado dejaron de ser transitados.

19) Triste tigre

Neige Sinno

Traducción de la autora. Disponible en catalán con traducción de Marta Marfany

Anagrama

La valentía de testimoniar el abuso es una forma de compromiso cívico: el relato de la violación es un acto de disrupción en la normalidad para tomar conciencia de la violencia sistemática contra niñas y mujeres. En Triste tigre la autora rememora diversas escenas de su pasado infantil y adolescente sufriendo las agresiones de su padrastro, pero el valor literario del libro es su capacidad moral para trascender el testimonio. Niege Sinno reflexiona sobre identidad tras el abuso, la convivencia con ese recuerdo, las estrategias de supervivencia y, a partir de ese conocimiento autobiográfico, explora cómo la violación ha sido integrada como una forma de malestar de la cultura.

20) Un corazón furtivo. Vida de Josep Pla

Xavier Pla

Traducción de Ana Ciurans Ferrándiz, Olga García Arrabal y Francesc Ribes. También disponible el original en catalán

Destino

Josep Pla —figura nuclear de la literatura catalana de todos los tiempos, prosista clave del siglo XX español— sabía que un ángulo muerto de su obra era la intimidad. La intimidad es un tema para un moralista y él lo era. Pero la mixtificaba, la omitía, la disimulaba y la silenciaba. El principal valor de esta monumental biografía es haberla desvelado. El profesor Xavier Pla, que se ha pasado la vida estudiando al Montaigne del Empordà, ha tenido acceso a toneladas de documentación inédita y así ha modificado para siempre la percepción sobre un hombre que fascinó y que siempre se refugió de su sentimentalidad desbocada escribiendo, escribiendo, escribiendo.

21) En El Pensamiento

César Aira

Random House

22) Doppelganger

Naomi Klein

Traducción de Ana Pedrero Verge e Ignacio Villaro Gumpert

Paidós

23) El niño

Fernando Aramburu

Tusquets

24) España diversa

Eduardo Manzano Moreno

Crítica

25) Tarántula

Eduardo Halfon

Libros del Asteroide

26) El celo

Sabina Urraca

Alfaguara

27) El tiempo de los lirios

Vicente Valero

Periférica

28) El estilo de los elementos

Rodrigo Fresán

Random House

29) Las niñas del naranjel

Gabriela Cabezón Cámara

Random House

30) El abrazo

Anne Michaels

Traducción de María Eva Cruz García

Alfaguara

31) Los guapos

Esther García Llovet

Anagrama

32) Autocracia S. A.

Anne Applebaum

Traducción de Rosa Pérez Pérez

Debate

33) El jardín contra el tiempo

Olivia Laing

Traducción de Lucía Barahona

Capitan Swing

34) La alquimia del tiempo

John Banville

Traducción de Miguel Temprano García

Alfaguara

35) Sé mía

Richard Ford

Traducción de Damià Alou

Anagrama

36) Antes que nada

Martín Caparrós

Random House

37) La distancia que nos separa

Maggie O’Farrell

Traducción de Concha Cardeñoso. Libros del Asteroide

Traducción de Alexandre Gombau (catalán). L’Altra Editorial

38) Perder el juicio

Ariana Harwicz

Anagrama

39) Despacio el mundo

Ramón Andrés

Acantilado

40) Clara y confusa

Cynthia Rimsky

Anagrama

41) Atusparia

Gabriela Wiener

Random House

42) Alcaravea

Irene Reyes-Noguerol

Páginas de Espuma

43) El tiempo perdido

Clara Ramas

Arpa

44) Luciérnaga

Natalia Litvinova

Lumen

45) El volumen del tiempo I

Solvej Balle

Traduccion al castellano de Victoria Alonso. Traducción al catalán de María Rosich

Anagrama

46) Mil ojos esconde la noche

Juan Manuel de Prada

Espasa

47) No hemos venido a divertirnos

Nina Lykke

Traducción de Ana Flecha Marco

Gatopardo

48) Intermezzo

Sally Rooney

Traducción de Traducción de Inga Pellisa Díaz. Random House>

Traducción de Ferran Ràfols Gesa (catalán). Periscopi

49) Los alemanes

Sergio del Molino

Alfaguara


50) Los íntimos (Memoria del pan y las rosas)

Marta Sanz

Anagrama