El efecto Troxler, también conocido como "desvanecimiento periférico", ocurre cuando te concentras en un punto fijo durante un período prolongado. Con el tiempo, los estímulos en tu visión periférica tienden a desaparecer o desvanecerse porque tu cerebro prioriza lo que estás observando directamente.
Cuando aplicas este fenómeno frente a un espejo, si te miras fijamente a tus ojos o a un punto específico de tu rostro, podrías notar varios efectos curiosos:
Rostro distorsionado: Los detalles de tu rostro en la periferia (como la forma de tus mejillas o el contorno de tu cabeza) pueden empezar a deformarse o parecer diferentes. Esto ocurre porque el cerebro se aburre y "rellena" con información ausente en lugar de actualizarla constantemente.
Desvanecimiento parcial: Partes de tu rostro podrían parecer que se desvanecen o se mezclan con el fondo del espejo. A veces el desvanecimiento es total.
Ilusiones extrañas: Algunas personas reportan ver caras que parecen no ser las suyas, sombras, o incluso detalles "fantasmales". Esto se debe a la combinación del efecto Troxler con la imaginación y la forma en que el cerebro interpreta la información visual en ausencia de cambios.
Mirarte al espejo bajo una luz tenue puede intensificar estos efectos, haciendo la experiencia más extraña o "sobrenatural". Sin embargo, todo esto es un fenómeno visual y psicológico perfectamente normal, resultado de cómo el cerebro procesa estímulos estáticos.
El psicólogo Giovanni Caputo experimentó con un grupo de 50 voluntarios frente a un espejo a cuarenta centímetros con poca luz diez minutos algunos de estos efectos:
66% Observaron deformaciones en su rostro.
48% No se reconocían.
18% Veían el rostro de un familiar.
10% El familiar estaba muerto.
8 % El familiar estaba vivo.
Se produce una disociación con la realidad, el cerebro rellena los espacios oscuros.
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