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miércoles, 23 de marzo de 2011

Un soneto mío improvisado


Si abro aquí un soneto, una ventana,
en muro de papel nueva pintura,
quizá es para mirar por la abertura
o no pasarme solo la mañana.

O para contemplar en la desgana
un reflejo de nada y de tintura,
para heredar de mí mismo la escritura
o porque me da tal vez la real gana.

Uno puede saltar a la piscina
también cuadricular; incluso puede
hacerlo con cabriola o pata llana,

pero llega el momento en que declina
la luz que iluminaba, y todo cede
al bajar con un verso la persiana
.

martes, 23 de marzo de 2010

Poemas

He copiado aquí algunos poemas de mi libro inédito Zona tórrida, que no me molestaré en publicar. Son poemas ya muy viejos. Dejo en la estacada algunos que no han encontrado su forma, como "Así a Poe como a la poesía", "Sin ti era lo que sintiera", "Nadie lo diría" y "Mírame".

Incluso

INCLUSO


Sí, no estoy ausente esta mañana.
No soy el predicado verbal de mi mujer,
ni el atributo de este mundo,
ni el objeto sobre el que se posan los periódicos leídos ayer;
tampoco el constructo de prejuicios y manías que fabrica mi automática desdicha,
ni mucho menos el florero de la rosa y el cardo.

Sí: soy un corazón cabalgando,
el carro del que tiran mis hijos,
un latigazo, un altibajo de pulso sobre el horizonte.

Y si estoy aquí
incluso en el mundo,
es por algo
o por alguien;
aún sigo por el renglón de la calle

y de este verso,
y debo dirigirme a alguna parte de algún todo,

terminar de ausentarme
dibujándome en un plano
como si realmente algo le faltara,
abrir o seguir algún camino,
saltar alguna coma,

pasar página,
llegar a algún punto final.

Puedo controlar ese proceso,
puedo evaluar su resultado,
o puedo dejarlo conducir
por esa sociedad que me da los papeles de la herencia,
pero también los tributos.

Demasiado fácil es dar las riendas al tiempo,
prendernos de sus agujas
y caer concluso
sin haber vivido apenas otro mundo.

Á.R.

Café Guridi

CAFÉ GURIDI

La verdad está ahí fuera,

pero los que nos sentamos a tomar café flotamos
como notas de una música perdida;
no tiene melodía,
no tiene sentido,

pero tampoco lo tiene la calle,
un río interminable donde,
como al rey godo,
quizá me entierren un día.

Los acordes entre sí ignoran qué armonía los une o los separa.

Flotamos o quizá naufragamos en el café,

como moscas aturdidas por el frío.

Quién dirige la sinfonía, quién la compone, quién la escucha, qué importa, si las mismas notas no se pueden oír, si ignoran que retórica las une, que sentido se les da. Son preguntas que responde una escolástica sin importancia.

Porque fuera el silencio es infernal.

Á. R.

Qué cantar es ese

DONDE SE DESCUBRE (OTRA VEZ)
POR QUÉ CANCIÓN PREGUNTA ARNALDOS


"Hoy es siempre todavía...", A. Machado

"O tarde o pronto o nunca..." V. Aleixandre


Arnaldos sois todos los que la palabra buscan
del marinero que viaja sin destino:
vaya un imposible barco de nombre extranjero
y cuán desde luego enorme es su soledad.
Deshecho de repetir lecciones,
creo saber una respuesta
a qué canción el marinero cantaba:
ese mismo romance que hoy repetía.

Á. R.

Jaén

JAÉN


Todo había cambiado, pero vivo

y casi igual que mi recuerdo estaba:

el niño que yo era aún jugaba

con una leve sensación de olivo;


la misma calle y el jardín cautivo

que fragancias y espinas encerraba;

las sábanas que el aire alborotaba

y un perro que meaba despectivo.


El sol atronador en los tejados

y el monte y el castillo hacia lo lejos

pero mi madre no estaba allí, y los viejos


no la recuerdan. Hijos alejados

vagan por los parajes destrozados

a los que vuelven siempre los vencejos.

Á. R.

A Estanislao Bórnez, fallecido por leucemia

ESTANISLAO BORNEZ

¡Y cómo te recuerdo, triste y pálido chico,
consumida la entraña antes de ir a la muerte,
cómo Ícaro triste ahogado en el aire
arrojando las plumas de tus pobres papeles!

Y mirabas sin ver, y jamás preguntabas
pues quizá las respuestas te hallarían ausente
tan lejos de la vida como cerca del sueño
recogido en el seno de tus padres dolientes.

Tu voluntad luchaba contra un mal infinito
sin tener ni siquiera la esperanza más tenue;
para qué tanto esfuerzo, para qué tantos besos
si contados estaban tus latidos delebles.

Pero tú respirabas y a cada bocanada
te volvías el aire que en ti penetraba
del pupitre te hiciste un hermano callado
y dejaste un silencio que apenas ya me habla.

Poco tiempo nos mide esta carne que arde;
hoy creo que tu lucha tan perdida es la única
y me enorgullezco de traer tu memoria
al corazón que, triste, carga aquello que duele

Café solo

CAFÉ SOLO

Recogidos de noche
como carros de basura
o cual lo son los sueños,
desayunamos viendo
el hollín matutino
y los huecos espejos
que encristalan la aurora.
Por la calle circulan
coches de desconocidos
que quizá a formar marchan
en las filas del orden.

Es día laborable;
Y todo surge frío
como la muerte
de este amanecer,
y todo luce espléndido
como si recién creado
fuese. Mas la pesadumbre,
un canto de afilador
mortecino y escondido,
en alguna callejuela
alejada, me advierte
que camino por el borde
de un latido plano y último.

Y el pecho agazapado
menos ya que sentimiento
es tenue repetición:
un cansancio cada vez
más acumulado, oscuro,
íntimo. El niño que fui
desvaído adulto es hoy.
Terror y tiempo hicieron
de mi cuerpo y mi vida
su osamenta de rüina,
su teatro de costumbres.

Y ese amor impuro
se vende en las esquinas,
más caro o menos, como
lo cotiza ese miedo
que hace al hombre abrigarse
de brazos contra el frío
del mundo. Quizá un sueño,
un frenesí y, en todo
caso, un impulso para
derribar el tinglado
alzado por los hipócritas.

Un pájaro cantor
consuela, porque nada
ha dicho. Solamente
está ahí. Verdad pura
es la única palabra
con sentido: vivimos

yo y él. Y algún día,
quizá, seremos ambos
el mismo.

Á. R.

A un niño retrasado

A UN NIÑO RETRASADO


“Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los Cielos” Mt. V, 3.


En ti se hizo coraje la ternura
y la vida no tuvo más que darte;
inquietos ojos quieren contemplarte
feliz en una infancia que perdura.

Debe ser sin dudarlo una tortura
el llevar soledad a toda parte,
yo te doy un soneto en que quedarte,
un parque solitario en la amargura.

Pasamos a tu lado y no te vemos
no sentimos de ti que necesitas
el amor y el afán que te debemos.

No nos perdones ser tan ignorantes
del afecto que nunca nos limitas:
nos honramos de ser tus semejantes.

Á. R.

Titánic

TITÁNIC

Qué lento cruza el filo tu costado
qué lenta corre el agua a la sentina
y, en su frío sopor, cómo declina
tu casco maestoso destrozado.

Los mil ojos de buey te han llorado
y el gentío cubierto de neblina
flotando ya en la muerte se imagina
que existe una ribera al otro lado.

Un ala azul de plumas se ha cerrado
como párpado tumba de tu brillo
no ya en mar, en el tiempo sepultado.

Así mi amor se hundió. Así el castillo
de nubes que en el aire levantaba
se deshizo, así, cuando te amaba.

Á. R.

viernes, 23 de octubre de 2009

Otro poema mío


En la higuera


Qué torpe niño aquel el que yo era;
subirse no sabía al árbol grande
del patio del colegio, y envidiaba
al Zaqueo que pintan los manuales
de religión, subido y esperando.
Mas ya acababa entonces de instalarme
al paso del destino en una higuera;
nadie ha podido ya bajarme;
en el libro en que vi a mi buen Zaqueo
tuve higuera como no hay semejante.

Poema mío

Aquí
en el faro del fin del mundo
estoy.
Más allá resplandecen las otras estrellas
y toda la soledad tengo delante.
Cartografían mi orilla las olas indecisas
tejiendo el salitre con la arena
como la sangre su carne.
Y miro como el cíclope nadie
y nada
y muero todos los días sobre las rocas peladas
por un viento entre las hojas
por un canto que anide en mi oído
y no pique agudo
como el roto graznido de las torvas gaviotas.

lunes, 28 de julio de 2008

De mis "Palabras acabadas"

UNA VEZ

Una vez alguien contemplo el horizonte. Y se dijo: es infinito. Y construyó un muro para olvidarlo.

Una vez alguien gozó de un cuerpo. Y se dijo: es demasiado valioso. Y lo vistió de seda para esconderlo.

Los hombres acabaron por construir tantas paredes y tantos muros que el mundo se transformó en un laberinto y en una fortaleza. Y las pasiones quedaron ocultas, como la aurora al fondo de la noche.

En ella, el sueño es lo real.


ÍCARO
Con todo el sol por cielo
ondeante, manchante
aterrado duda Ícaro
en su ventana demasiado cuadrada
arrojarse dando un beso al vacío.

Abajo, calles labyrínthicas
todas vueltas locas
olas rizosas de plumaje.

Un clavel abría
su lenta doloración en el asfalto.


APARECIDO

Soy fantasma que habita la ruina propia
y huye de su propio pánico
construido con los restos del desplome.
Donde la mirada se pierde y no vuelve
habito. La oscuridad me realza
y un agua de ojos cerrados que contiene olas
me cierra. No hay retorno en la vida
que renunciando al sueño de los días
gané. El mundo creció cual pesadilla
y yo empalidecí
ni hombre ni límite
como una tenue mancha sobre el mundo escrito.


NOCHE SÚBITA

Delebles en el tiempo
como la triste sensación que nos abate
de noche, al salir de un viejo cine,
cuando una oscuridad mayor sorprende
nuestra lenta película en la vida,
la sustancia de merma que nos hace
estatuaria, se fija hacia lo eterno:la vulgaridad es la forma del tiempo


DISPLICENCIA

Vagamente apenado por el ruido
que ese mundo tan lejano hace al pudrirse;
conturbado bastante por el tenue
fragor de los periódicos sangrientos
y afligido a fin de cuentas casi un poco
por el hambre vez alguna inmoderada
de cierta gente otra, más huesuda que delgada,
me pregunto en rigor por qué maligno

es ese tan complejo, banal y displicente
placer occidental de la ironía.



EN BUSCA DE ISOTOPÍA, DONCELLA PERDIDA


"Il n'enseignait rien, celui‑là, ne savait rien, ne souhaitait rien"
Gustave Flaubert

"Nada sé,
nada quiero,
nada espero.
Nada..."


Manuel Machado

"No sé nada, no quiero nada, no espero nada, y aun si pudiera esperar algo, sólo sería morir allí donde no hubiera penetrado esa grotesca civilización que envanece a los hombres"

Luis Cernuda



Viajar por el camino de las sílabas
buscando la Metáfora del Mundo;
Deleble por el sueño o las arenas
a embestidas de sintaxis sucumbir como las olas;
Hermosear el horror del mundo abstracto, ser un poema;
Dejar todos los sueños sin hacer antes del viaje
en el campo de concentración de las palabras;
Yacer infinito como un piano sin agua;
Cuando la luz se enciende, sentir que esconde algo.
Ser una norma de huesos, una sombra parecida al séptimo día, una locura cansada de ámbito;
Quedar dentro cuando nada resta al niño que tirar por la ventana;
Salir de la puerta por la casa.
Cortar, con el filo del horizonte, una mirada bajo la cual nada existe;
Arrimarse como un sordo a los propios oídos;
Saber que la esperanza es el lugar donde perder la vida;
Girar la nuca del gigante de los sueños, aquél que duerme sobre el rumor de amapolas de un labio que no termina de ser hacha;
Ser un desorden de latidos, un altibajo de alma;
Asustar al adulto que juega dentro de la camisa de fuerza del niño;
Montar una patria en una habitación de tautologías;
Limpiar el mundo de unos ojos recorridos por la inmensidad;
Manosear el corazón como una duda que tiende a despejarse con el tiempo
y no atender aún su llamada demoledora, telefónica y constante;
Sacudirse la paliza de las sombras;
Sentirse como una flor destinada a perfumar sepulcros
o turbión de tiempo incendiado por la aurora;
Ser el luminoso día sueño único de la noche.
Arrojarse sin retorno en busca del primer olvido que fue el primer recuerdo;
Ser árbol que intentó la tierra, desmesuradamente e inútil;
Ocultar el corazón enmohecido como una mano criminal y raíz;
Caminar resabiado con los círculos autistas del reloj, por esa cárcel piranesiana de donde Dante se halla proscrito,
cuando se siente todo el asco al salir de las noches coloridas y feriales;
Peregrinar en busca de una luz por el palacio bizantino de las sombras
cuando bajo una aurora sin futuro sentimos sonar ya cerca la ola final, la de arena.
Renunciar al olvido necesario para alcanzar el amor;
Confundir, al mirarnos a un espejo para el que deberíamos tener al menos una cara, los aspectos de amor o de muerte
y aun padecer caído los dos pétalos de un beso cómo palidecen,
beso que nos ahoga dado al vacío a la hora que pasa el tren del infinito;
Resumir los huesos en el grito de un silencio tan insoportable como la identidad;
Perder el tiempo intentando cantar lo que se pierde
a más de la ilusión, la personalidad, la vida
Es todo el ritual que poseemos
para asediar el infinito que nos queda
como los altos pájaros cuyo gentío
hostiga lo lejano, y más se aleja.

Y EL VERBO SE HIZO MAL
"Mejor fuera destruirlo y no hacer otro"

Fonollosa, C. H: N. Y.


Todo demasiado difícil.
Demasiado torpe, todo.
El viejo se casa para dejar pensión
y la triste funcionaria se deja y se olvida
junto a las hojas marchitas y pálidas
en oficina donde todo se repite o se pierde.
Cristo es sólo un nombre más para el dolor.
Y el mundo, la forma de ser de la vulgaridad.


Arte

La esperanza es sólo añadidura
o un lugar donde perder la vida,
por no desear, no ver, no oír
no atarse con palabras a ese mundo,
hermano que nació conmigo
gemelo y mudo,
y que da miedo
como el arte, ese terror hermoseado.

Soneto


Acaso por amor, por odio acaso
no se repite el hombre y sí el destino
común que nos escolta al remolino
de aceptar o negar un tal fracaso.

Si algunos pasaremos del ocaso
a seguir nueva vez mismo camino,
si todos volveremos como Él vino
nadie más lo sabrá que nuestro paso.

Y mientras gira el tiempo se detiene
y el mundo nos resume como historia
del llegado temor a lo que viene.

Quede blanco el espejo de memoria:
me deshago de tiempo que he vivido
por no llegar a ser lo que no he sido.


ROSA ARMADA
Rosa impresionante en el enjambre
que guardo para ver entre mis manos...
Fuiste,
rosa rota de tacto,
una más, entre todas las maneras de lo mismo

Epigrama

Mi generosidad es sólo un aspecto de mi propio desprecio.


EXAMEN DE GEOMETRÍA


La maldad es la distancia que hay entre un hombre y otro.


CÁNTICO DEL PESCADOR VIEJO Y DE SU NADA QUE PESCAR


A Juan de Miguel Crespi, que tiene paciencia.


Tendiendo redes de sintaxis
por blanco mar de aguas
desprecio y ansío la condena del único
que pudo soñar la oscuridad
y despertar.

MIRANDO AL FINAL
Olas carneras de piedra
pastando playas rómpense.


Quisiera que el amor hablara ahora,
que tuviese un qué decir
lejos de los perros blancos de la luna
y de los ojos miniados en crimen.
Quisiera sentir lo que sientes
bajo la desmantelación de los cielos
aunque la piedra enriquecida de lágrimas
sólo arena nos deje ya en los ojos.

Olas carneras de piedra
pastando playas rómpense.


Ido
Ido,
lejos de los caminos que atan la tierra,
lejos de las mentes de aumento, lejos
de las palabras acabadas;
quizá en la carne en trance de cuchillo,
quizá en un viento de vacío, seco y ridículo,
en las ventanas huérfanas de ojos...
Casi en el derrumbe del ácido gris
o en el enterramiento de heridas y muertas
he navegado sobre sábanas amargas
he sido un naipe más para qué juego.


Poética


Escribo para ver si es verdad


La araña

Anda una araña por la cara interna de mi corazón.
Estoy seguro.
Lo sé:
Se ha movido
Siento
esas patas precipitadas por un nulo segundo.
Lo recuerdo.
Lo sueño a veces, aún envuelta
la cara en un borrón expresionista
asfixiado entre sábanas y noche.
Desde entonces, mi dedo detenido las aplasta;
esmeradamente,
detracta su protesta diminuta
su prurito entre nimio y escarlata.
Así, con ese yo que es menos mío,
abandono las paredes maculadas
con pequeños temblores de crepúsculo.


Epigrama

"Toda razón es arbitraria para la razón", dice Handke. Eso es sacrificar a un dios demasiado oscuro como para pedirle perdón.

De mi libro inédito de epigramas "Nadie lo diría"

I

He perdido el tiempo, y no puedo regresar.

II

Lo primero que hacemos al venir al mundo es soltar un llanto para unirnos a él, llanto que luego fragmentamos en palabras que depositamos sobre las teselas de cada objeto que se encuentra en este roto mundo. Quizá tengamos la suerte de oír un llanto, ya que el sentido del oír, cuando morimos, es el último en perderse.


III

¿Darán la cara los que han dado el culo?

IV


Me arranqué la piel a tiras, no poco a poco; al cabo quedé como un niño llorón. No gustó el espectáculo. Dijeron no fue juanramoniano. No fue inocencia, dijeron. Dijeron no fue strip-tease


V

¿Ves esta barriga tan redonda? Pues no es gordura, es amor a la vida.


VI

"Queríamos un hijo, pero al final preferimos tener coche" (El Roto)

VII


El cante jondo intelectual prefiere el "huy" al "ay".


VIII


Si los prebendados no se hubieran prevendido o no se prevendaran los ojos para permitir lo impermitible, no llegarían a ser lo que entonces no parecieron: prebandidos.


IX

El demonio lo resumió todo en un un palindromo: in girum imus nocte et consumimur igni. Damos vueltas en la noche y un fuego nos consume.

X

No te gusta lo que estás leyendo. Pues mira, majo, la cura de tu grave enfermedad sólo te la puede ofrecer el procedimiento del doctor Tarr y el profesor Fether.

XI

Dedicaré mi vida a cubrirte de baldón y vergüenza. ¿Sabes por qué, monada? Porque me da pena que no los tengas.


XII


NOSTALGIA DEL MAR EN MONGOLIA

No de Grecia hablo, cuna de la civilización, mas de Mongolia, que lo es de la barbarie. De allí partieron endémicas la peste y la rabia, huyendo por igual los rigurosos fríos de Siberia y los ardientes soles del Gobi. Alejado país: el que más del mar sobre el globo; océano es de tierra. Su única ciudad, camino costeado de casas, nómbrase Urga. Desfilan interminables por él sus gentes emigrantes. Alcanzó prohombre celebérrimo, el bárbaro Temujín, arquitecto de torres de cabezas cortadas y acuñador de un proverbio civilizado por los chinos: mátense niños, tálense huertos, quémense libros. Reino es este que no conoció jamás fronteras: lo demuestra un linaje todo de emperadores fracasado e inmolado tras sus murallas arrasadas, para descubrir, al cabo, ser esta la única república indestructible, la república de la estupidez.


XIII

Cual marioneta pendo de un interior cordaje de nervios y venas. El pensamiento y la vida representan la historia del hombre, desgarbada y sin gracia, en un tablado en el que el final ha sido ya escrito

XIV

De este mundo sacarás
lo que metas, nada más

XV

No te esfuerces, niña. A mí siempre me ha despreciado gente que valía menos que yo

XVI

Confucio: "...pues si tus males tienen remedio, ¿por qué preocuparse? Y si no lo tienen ¿para qué te vas a preocupar?". Y, además, qué coño importa.
XVII

Eres una mierda. Y ni siquiera una mierda consistente: pura diarrea.


XVIII

"Mi alma es una orquesta oculta; no sé qué instrumentos tañe o rechina, cuerdas y arpas, timbales y tambores, dentro de mí. Sólo me conozco como sinfonía". Fernando Pessoa
La orquesta era famosa por su perfeccionismo. Esa tarde, en medio de una complicada sinfonía, una pálida trompeta rompió a tocar fuera del programa, débil primero, luego con más fuego, mientras los demás instrumentos seguían a una la misma pieza; un desconcierto creciente inundó a los profesores y al director; el público se inquietó en el patio de butacas; algo muy malo se podía ver en las caras de los que componían la sección de viento. Qué descaro el de la trompeta. Poco a poco los instrumentos empezaron a elevar el tono, intentando ocultar la fea disonancia del mambo solitario que seguía el trompeta en la melodía conjunta. Pero ese era un instrumento estridente y no deponía sus desvaríos: parecía haber enloquecido. Quizás había olvidado la partitura, o esta había volado empujada por un trombonazo de aire.


Y los demás instrumentos sonaban cada vez más coléricos; su música, además de bella, era ya realmente ensordecedora; los titánicos timbales estaban ya asustando con su bomboneo al público y las voces del coro hacían temblar los vidrios de la lámpara central del teatro. La pobre trompetilla no podía apenas escucharse a sí misma; se avergonzó de su falta de intensidad; empezó a sonar en sordina, dudó en los acordes, sincopó las frases y enmudeció.

Desde entonces, los instrumentos tocan concertados como uno solo y el público ya no debe esforzarse para oír y se relaja con aquellos dulcísimos compases, adormilado, incluso a pesar de ese maleducado aguafiestas que anda diciendo por ahí, qué cosas, que toda la música suena ahora a marcha fúnebre.

XIX

Variación sobre un soneto de Quevedo

Este es el expediente, esta la historia
de un hombre más a muerte condenado:
fue fruto de un ayer enamorado
ya podre es de los años su memoria.

Alegre alguna vez por esa gloria
fue, que engaña la espera del osado;
se lió, pero dice le han liado
y es ya casado y tira de la noria.

Un hijo tuvo que se queda en casa,
o pide discoteca y una moto,
en paro y viendo tele, porque pasa.

No queda ya esperanza, sino loto
y paga de ilusión, ya más que escasa,

y suponer aún que vale el voto
XX

Cabezones con alma de botija
clase media con mente de tercera
estudiantes que hacen la carrera;
mucho marica tierno y niña pija.

Cultura más difunta que canija
pandorga para memos, plaza hortera
donde toda esperanza desespera
y donde medra toda sabandija.

Allí donde Cervantes se ha olvidado
y donde el Ave, fénix, para y hoza
y es milagro follar, que no pecado;

donde el que más se aburre va y se empoza
y habita el madrileño más frustrado,
eso es Ciudad Real; ¿quién no la goza?


XXI

Ofrecía una vez a Salomón
el deseo Yahvé que más quisiese...
y Salomón pidió un café, que viese
hasta dónde llegaba su ilusión.

XXII

Ricardo afirma que no es machista, y para demostrarlo dice que nunca ha dicho, como el griego, que las mujeres tiene el cabello largo y las ideas cortas, sino que, a la manera de Sean Connery, él nunca ha humillado a las mujeres, sólo las ha abofeteado.
XXIII

Vendrá la muerte,
y abrirá todos los ojos
ciegos a su noche de granito

XXIV

Quieren los gobiernos se diga la verdad en la declaración de la renta, como quieren los curas que se diga la verdad en los confesonarios. Quién sabe, supongo que será la misma verdad que se dice en los mítines o cuando se mendigan los votos a la distancia que dan las cámaras, los periódicos y los largos discursos de prosa de BOE que incomodan a los bárbaros de Cavafis. Que no haya corrupción es algo así como negar el segundo principio de la termodinámica.

XXV


Es comprensible que por una carroña se peleen dos monos, pero no es comprensible que habiendo carroña para dos se peleen de todas formas. Y, sin embargo, eso es lo que ocurre, por deporte moral. No me gusta demasiado el fútbol.
XXVI

Se han puesto de moda las religiones orientales. Son una especie de régimen de adelgazamiento espiritual para nuestras carnosas y materiales ambiciones. Un aspecto más de la existencia light.


XXVII

Se escribe en el Libro de Aleixandre que "debe de lo que sabe el hombre largo seer". El Poema de Gilgamesh empieza igual. Pero nuestros viejos sólo quieren hablar de su pensión.
XXVIII

Hace cinco mil años lo escribieron los egipcios: hay que preguntar al sabio, pero también al ignorante.

XXIX


Oído al pasar: los dictadores, como los niños, no se sostienen solos.


XXX

Variación sobre otro tema de Quevedo

Jubilado, en la paz de esta excursión,
con poca pero justa pela junta
vivo en conversación con mi difunta
y robo las toallas y el jabón.

Que nunca fue tan calva la ocasión;
y se puede llevar la marabunta
de corruptos listillos la presunta
bondad de este sistema sin misión.

Me pongo ciego de televisión
y no hay partido que me pierda nunca;
sentido es de esta vida mi pensión.

Mi hijo no peleó en este follón;
levanté este país, y él va y lo trunca:
que pelee por mis nietos el cabrón.

XXXI
Sí, este epigrama va por ti, giliputiense. Pero no me voy a entretener contigo, ni creo que tengas la entidad suficiente para ser tema literario: sigue mirándote en el espejo. Igual, incluso alcanzas a ver algo.
XXXII

Una flor reseca entre las páginas de un libro, descubierta de pronto bajo una terrible aurora que es acaso el crepúsculo: mi vida.
XXXIII


Mañana será otro día
siempre la misma canción;
mañana es el mismo día
y hoy es otra la canción

XXXIV

Entreabrir las palabras para hurtar poesía; entreabrir las personas para hacerlas sonreír; entreabrir el mundo para extraer más palabras
XXXV

Una novia es como un dulce de merengue blanco para el novio, un confite servido de más sobre la mesa del banquete de bodas y de bobos, una montaña de dulzura tediosa
XXXVI

Te cagas en mi padre, que menos mal es lavable, y me llamas maricón cuando tu madre se encuentra sin duda mejor informada, hijo.
XXXVII

Los hombres son transitivos y las mujeres copulativas.

XXXVIII


Ciertamente, estamos hechos el uno contra el otro.


XXXIX

Transforma tu resentimiento en reconocimiento.
XL

"Que no se mueva, que no se note y que no traspase". "Finas y seguras". Así insinúan que son las mujeres los que anuncian compresas: más falsas que Judas, más castrantes que Cibeles y más secas y distantes que Anaxárete. Evidentemente, no hay que decir a sus pobres madres que quienes ejercen tales opiniones sobre las mujeres son sus hijos, creativos publicitarios: ellas piensan que trabajan de pianistas en un burdel.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Que por mayo era, por mayo,


Que por mayo era, por mayo,
cuando el curso es un tostón,
cuando jode el alumnado
y hay de examen mogollón;
cuando los acalorados
faltan a clase un horror,
sino yo, triste, cuitado,
que enseño en esta prisión,
que ni sé do acaba el curso
ni qué coño es “promoción”
sino por un papelito
del salón del profesor;
quitómelo un compañero,
dele Dios mal galardón.

miércoles, 16 de enero de 2008

Ovejas

La católica iglesia nos oprime;
no nos defiende ya su largo brazo
de la injusticia, del odio, del rechazo
ni reúne a las voces que reprime:

levanta su poder sobre quien gime
estrangula al distinto con su lazo
negándole acogerse a su regazo
y a la mujer, esclava, la deprime.

Su sonoro silencio hipocresía
es, no humildad; y su pobreza
se viste con harapos de grandeza
ejerciendo en las almas tiranía.

Como lobos se vuelven sus pastores
contra ovejas de todos los colores.

domingo, 23 de diciembre de 2007

Villancico

El Portal

Es Navidad y lo fue
como siempre lo será;
pero cada día habrá
llorando donde no sé
en la basura un bebé,
un niño sin nombre y cara
que su madre abandonara
como a ella abandonaron,
y que en un portal dejaron
que la muerte lo llevara.

jueves, 25 de enero de 2007

Enseñar al que no sabe

Que ha dejado la enseñanza
de ser bienaventuranza

Que enseñar una materia
ni siquiera es cosa seria
más que para el profesor
que se marcha a su labor
como gorrino a matanza,
asqueado de la holganza
con que acogen su trabajo,
y del cruel desparpajo
con que vejan su querer
dar la cultura a saber;
sólo enseña el que se ensaña
en querer perder el juicio:
que el saber es solo un vicio
que conviene desterrar,
pues ya dejó la enseñanza
de ser bienaventuranza.
Y ahora sólo es mal modo
que excusa empinar el codo
por pagar una hipoteca
que deja la nómina seca,
y al pobre profe, ¡Jesús!
envuelto en el patatús
de escoger si es menos malo
este o esotro palo,
que ha dejado la enseñanza
de ser bienaventuranza.
Conque así pasa una vida
que muchos llaman perdida,
con una moral de Alcoyano,
luchando con el villano
ministerio de enseñanza,
con niñatos y ceporros
con críos de ¡vaya morros!
ya casi sin esperanza
pero aún con hidalguía:
que aún quedan todavía
buenos chicos, buenas chicas
que estudian sin ser quejicas
con entusiasmo y afán,
que también luchando van
contra huracán y marea,
haciendo buena tarea,
pues la virtud verdadera
en dar ejemplo consiste
y en alentar si estás triste
con la fe más tesonera.
Que dejado la enseñanza
de ser bienaventuranza.