viernes, 20 de marzo de 2009
El Endriago cambia de piel
En efecto. Ahora es otro, como Rimbaud. El berlinés Tobías Kraft (Blorges), el eminente Raúl Morodo y algunos más que me han escrito animan para que el monstruo siga haciendo de las suyas. Se ve que su autor, o sea, yo, es ciclotímico y proclive a periódicas autodestrucciones y autorresurrecciones, como un Cristo cualquiera. Va ser que es el Fénix en vez de Endriago, pero desde luego no es Hidra, porque cabezas sólo tiene una y ya le da bastante dolor. Pero vamos a dejarnos ya de máscaras: se titulará Blog de Ángel Romera, sencillamente.
Sé que el nombre propio fastidia mucho; así daré la vida a unos cuantos que no podrían vivir si no tuvieran algo que denigrar o, simplemente, ningunear. El ninguneo y la ignorancia son sus armas preferidas de siempre. En cuanto al que se cree Anónimo, pero no puede disimular sus ideas, tan propias que le alumbran mejor que un farol, que no se preocupe, que yo sí sé diferenciar entre ficción y realidad. Por suerte, no carezco de algún sentido del humor. Quiero bien a Anónimo por lo que hace y lo que vale. Y tú, Carlos, bueno, pues aquí sigo...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Y que dure
ResponderEliminarUna alegría tu regreso y seas bienvenido con tu nombre propio (qué manera de rizar el rizo dándote la bienvenida a tu propio blog).
Por cierto, el otro día, en un diario de mi ciudad aparecían las armas de tu apellido y unos párrafos sobre el linaje, en una sección fija que mantienen en la última página. Lo leí más no lo recuerdo, sino por aproximación, ¿era procedente de Aragón, de Asturias? sí recuerdo que decía que alguna rama bajó hasta Andalucía y en Granada probaron su hidalguía diversos hombres, entre los que citaba algún caballero de, tal vez, la orden de santiago.
Ahora que lo digo, te has fijado que, de un tiempo a esta parte (recuerdas el reportaje de El País en el que Aznar se vistió de Cid), está más que de moda rebuscar en el pasado linajes y antepasados.
A mi, me hace pensar en muchas cosas, pero cabe mencionar una: el despertar del orgullo de haber sido algo (los españoles) tras un par de siglos o tres de autoodio. La piedra de toque para saber si es cierta esta teoría peregrina, será el día en que se produzca el descalabro electoral de los nacionalistas periféricos y el reforzamiento de los intereses del centro peninsular en las posiciones de los grandes partidos. ¿dos legislaturas? ¿cuatro?
Por otra parte, pocas letras me dedicas, sin embargo, me siento halagado por la que, espero, sea incipiente estimación mutua que descubro en esa cita. Así que procuraré escribir lo que me provoca la lectura de las entradas. Ahora bien, sabes que mi interés es otro, pero de eso podemos hablar por correo ¿no?