Hubo una chica valdepeñera algo pálida de la que anduve enamoriscado que se llamaba Paloma, casi un anagrama de amapola más una a; por eso le dediqué un soneto ya extraviado, "Amapola a Paloma", con el fin de sonrojarla. Ella, que ahora es profesora de lengua allí, casó tiempo despuéscon un cocinero y me invitó a la boda a mi novia y a mí; como es de suponer, el banquete fue magnífico, tanto es así que todavía me acuerdo de sus pimientos rellenos. Luego me mandaba de vez en cuando en Ciudad Real le enviara impresos de Muface para prótesis dentales, gafas u cosas así. Del poema, más perdido que un fan de Lost, recuerdo las manos huesudas y siempre heridas de la chica, que era alta y fina como un palo, y una serie de juegos con el viento. Algo así como lo que decía el gaditano Pemán de Lola Flores, quien por cierto era un género literario (a más de reinona gitona o faraona con faralaes), tal el inconsolablemente fallecido Andrés Montes:
Me has picado la curiosidad y, ya que tengo el Diccionario de Autoridades y otros que colecciono, me he ido al etimológico de Corominas/Pascual en cinco tomazos; le consagra una columna entera, que paso a resumirte a continuación.
Viene del mozárabe habapaura, por alteración del latín papaver -eris inducida por la homofonía y cercanía semántica del árabe habba, 'grano de cereal' o 'semilla de verdura'. Se documenta por vez primera, y con hache aspirada, hacia 1400, como hamapol; Nebrija trae un siglo después hamapola, también con aspiración inicial; el malagueño Fernández Ávila, hacia 1725, escribía "jamapola", y en el judeoespañol de Marruecos, señalado por sus arcaísmos, y en lugares de la provincia de Sevilla, se pronucia "mahapola"; "hanapoya" entre los sefardíes de Oriente. Corominas piensa que la prótesis de ha- se debe a la analogía con otras prótesis de nombres compuestos de plantas árabes (habbat as-sana, habbat as-sauda etc.) Se trata, pues, de una palabra "ni puramente árabe, ni puramente romance", desestimando otras conjeturas de García de Diego, Simonet, Dozy y Schuchardt. De habapola a hamapola se pasó por disimilación. En gallego es mapoula o marapola, en portugués papoula, en Sanabria papoya; en Murcia, Aragón; en cuanto a La Mancha, se documenta en Cuenca y en Albacete ababolabadol. En Álava, abibollo; Guillén de Segovia utiliza ababa y el herborista del XVI Laguna también. Amapolarse es pintarse de carmín, y de su color rosado viene el amapolo 'azote' de la Pícara Justina. en Colombia, "A la majapola" se utiliza para describir "con violencia, con derramamiento de sangre".
Torbellino de colores,
no hay en el mundo una flor
que el viento mueva mejor
que se mueve Lola Flores.
no hay en el mundo una flor
que el viento mueva mejor
que se mueve Lola Flores.
Me has picado la curiosidad y, ya que tengo el Diccionario de Autoridades y otros que colecciono, me he ido al etimológico de Corominas/Pascual en cinco tomazos; le consagra una columna entera, que paso a resumirte a continuación.
Viene del mozárabe habapaura, por alteración del latín papaver -eris inducida por la homofonía y cercanía semántica del árabe habba, 'grano de cereal' o 'semilla de verdura'. Se documenta por vez primera, y con hache aspirada, hacia 1400, como hamapol; Nebrija trae un siglo después hamapola, también con aspiración inicial; el malagueño Fernández Ávila, hacia 1725, escribía "jamapola", y en el judeoespañol de Marruecos, señalado por sus arcaísmos, y en lugares de la provincia de Sevilla, se pronucia "mahapola"; "hanapoya" entre los sefardíes de Oriente. Corominas piensa que la prótesis de ha- se debe a la analogía con otras prótesis de nombres compuestos de plantas árabes (habbat as-sana, habbat as-sauda etc.) Se trata, pues, de una palabra "ni puramente árabe, ni puramente romance", desestimando otras conjeturas de García de Diego, Simonet, Dozy y Schuchardt. De habapola a hamapola se pasó por disimilación. En gallego es mapoula o marapola, en portugués papoula, en Sanabria papoya; en Murcia, Aragón; en cuanto a La Mancha, se documenta en Cuenca y en Albacete ababolabadol. En Álava, abibollo; Guillén de Segovia utiliza ababa y el herborista del XVI Laguna también. Amapolarse es pintarse de carmín, y de su color rosado viene el amapolo 'azote' de la Pícara Justina. en Colombia, "A la majapola" se utiliza para describir "con violencia, con derramamiento de sangre".
Me apabullas, me apabullan
ResponderEliminarlos nombres de la amapola:
ababa parece estrofa,
papoya una grosería.
marapola una maría
con pólenes en la cofa.
Papaverum es pamplina:
la papanatas latina.
Me amapola la habapaura
como a ti enteca Paloma.
Me apabullaste Romera:
superas mi expectativa.
Ababoladol... ¡qué fiera
analgesia recreativa!
¡Y pensar que todo viene
de una haba que deriva!