lunes, 25 de septiembre de 2023

Cómo sacar temas de conversación

 I:

 Primerísimo, llama a tu interlocutor por su nombre, alza las cejas para acogerlo bien y sonríe con naturalidad, para generar una primera buena impresión de anclaje. Ten confianza en ti mismo y haz preguntas con algo de emotividad compartida, abiertas o con respecto a lo que le gustaría practicar o saber al otro y a ti mismo; siendo franco o eligiendo temas en los que no eres un experto, buscando la posibilidad de un intercambio equitativo. Algunas ideas sobre cómo sacar temas de conversación:

1. Intereses comunes: Puedes empezar preguntando a la otra persona sobre sus intereses o pasatiempos. Pregunta acerca de libros, películas, deportes, música o cualquier otro tema que ambos puedan compartir. La amistad solo se da entre iguales, lo mismo que la conversación.

2. Eventos actuales: Habla sobre noticias, eventos o tendencias actuales. Puedes mencionar alguna noticia relevante o preguntar qué opinión tiene la otra persona sobre algún tema de actualidad. O fastidios comunes: "Maldita tosecilla! Llevo mes y medio con ella!"

3. Viajes: Conversar sobre viajes es una excelente manera de compartir experiencias e historias interesantes. Pregunta acerca de lugares que han visitado, anécdotas divertidas o recomendaciones de destinos. O de dónde es uno, o en qué instituciones colectivas ha participado... 

4. Ambiente y ubicación: Comenta sobre el lugar donde te encuentras y pregúntale a la otra persona sobre su ciudad natal, lugares que han vivido o visitado. Esto puede derivar en conversaciones sobre cultura, gastronomía y tradiciones locales. Fíjate si lleva anillo o no y pregunta por su familia.

5. Metas y sueños: Pregunta a la otra persona acerca de sus metas personales o profesionales. Discutan planes para el futuro, proyectos en los que están trabajando o logros que desean alcanzar.

6. Experiencias personales: Comparte alguna experiencia personal interesante o graciosa y luego invita a la otra persona a compartir algo similar. Esto puede abrir la puerta a conversaciones más profundas y significativas.

7. Libros, películas o series: Pregunta sobre los gustos literarios o cinematográficos de la otra persona. Pueden intercambiar recomendaciones de libros, películas o series que les hayan gustado o debatir sobre obras populares.

Recuerda que la clave para sacar temas de conversación es mostrar interés genuino en la otra persona y escuchar activamente sus respuestas, demostrando que sabes escuchar (parafraseando, resumiendo, respondiendo no verbalmente, con gestos...) o conoces y comulgas con la idiosincrasia sufriente de su labor. Siempre es importante ser respetuoso y estar atento a las señales de comodidad de la otra persona. ¡Disfruta de las conversaciones y diviértete descubriendo nuevos temas para hablar!

También es fácil no hablar y solo escuchar; serás un éxito en las conversaciones. Un primer paso es formular una pregunta, una duda de algo que a ti te interese, y de ahí, si alguien sabe o la persona que le estás preguntando sabe, puede partir y continuar la conversación; no tiene que ser un tema específico, pero por lo menos trata que sea algo que medianamente conozcas. Leer libros ayuda a tener conversación. Pero también algunas veces la única manera de que alguien haga algo es que quiera hacerlo, y para que quiera hacerlo debes darle primero algo a cambio. ¿Sobre qué podría estar interesada una persona para que quiera hablar? De sí misma, de su vida. Esto es inequívoco e infalible: uno tiene que ponerse siempre al empezar en el lugar del otro, ofrecerle algo o solucionarle una pequeña incomodidad.

Se puede partir simplemente de observar sus gestos, su cara, su aspecto físico, su ropa; podrías conocer qué le gusta o a qué le suele dar más prioridad en la vida. Aprovechando esa información, averigua qué podríais tener en común para romper el hielo y deja que hable de sí misma, sus valores.

Los interrogadores profesionales, por ejemplo, los policías, suelen usar preguntas cuyas respuestas puedan conducir a lo que buscan. Son capciosas, preparadas. Pero también puede usarse esa táctica en positivo.

A continuación, algunas tácticas comprobadas por psicólogos profesionales que pueden ayudar a romper el hielo:

Halague los ojos de una persona cuando se conozcan por vez primera. Esto hará que la persona se fuerce a mirar a tus ojos por un breve instante, lo suficiente para que la persona te note. Cuanto antes lo haga será un gesto educado hacia ti.

Aun cuando sea la primera vez que conoces a esa persona, llámalo por su primer nombre, de inmediato, porque hará que te conectes con la persona con un mayor grado de intimidad.

Cuando estés conversando con una persona por vez primera, haz una pregunta y mantén el silencio hasta que obtengas una respuesta completa. Las personas no suelen soportar el silencio, por lo que hablarán más de lo que ellos deseaban.

Pedir un favor a alguien hará que le agrades más.

Nuestro cerebro automáticamente asocia la sonrisa con felicidad. Si nos forzamos a sonreír, nuestro cerebro asume que somos felices. La gente puede reconocer una sonrisa a una distancia máxima de 100 metros, lo que la convierte en la expresión facial más reconocible.

¡Las personas son más propensas a entregar billeteras perdidas si encuentran una foto de un bebé dentro de ellas! La memoria de una persona es capaz de recordar el 90% de lo que hace, un 50% de lo que ve y el 10% de lo que escucha.

Si quieres decir no a alguien que te invita a beber, solo dile que estás tomando medicinas.

La mente de las mujeres tiene la habilidad de detectar y sentir el peligro. Si tu cuerpo te avisa que algo está mal, nunca lo ignores.

Si le cuentas tus metas a los demás, es menos probable que sucedan. Los estudios demuestran que perderás tu motivación.

Convencerte de que has dormido bien fomenta que tu cerebro piense que fue así.

Tus decisiones serán más racionales si las piensas en otro idioma.

Jurar en otro idioma importa mucho menos que hacerlo en el tuyo.

La memoria trabaja mejor desde las 8 a las 12 en la mañana y luego de las 21 horas, especialmente después de comer.

La gente que tiende a distraerse fácilmente es más creativa y generalmente tiene mayor coeficiente intelectual. Además, tiende a aburrirse fácilmente.

Mientras más grande sea tu firma, más grande es tu autoestima.

Si mantienes un amor o un flechazo durante más de 4 meses, se considera amor.

Comer chocolate reduce el estrés.

La gente con baja autoestima tiende a humillar otras personas.

Las personas con más convicciones religiosas y / o nacionalistas, y en general con más convicciones del tipo que sea, obtienen menos puntos en los test de inteligencia y de cultura general.

Establecer metas pequeñas te hará más feliz.

El comportamiento afecta la moral. La gente que ha mentido, traicionado o cometido actos inmorales tienden a percibir lo bueno o lo malo de alguna otra manera.

La apariencia juega un rol importante. Una apariencia honesta y atractiva puede ser engañosa. La gente tiende a confiar en la apariencia más que en la realidad, por lo que aparecer atildado o correcto predispone favorablemente.

No podemos evitar poner atención en la comida, el sexo o el peligro.

La depresión es el resultado de pensar excesivamente, porque ubica su problema en el centro de sus preocupaciones.

La mente crea problemas que no existen para producir las hormonas necesarias para funcionar.

Si alguien saca estos temas de conversación, carece de habilidades sociales básicas

Si alguien saca estos temas de conversación, carece de habilidades sociales básicas

Las relaciones humanas son un complejo entramado de emociones, expectativas y experiencias previas que influyen en la forma en que nos comunicamos y nos vinculamos con los demás. Algunas personas son naturalmente extrovertidas y sociables, mientras que otras prefieren interacciones más reservadas o selectivas. Estas diferencias dependen de la personalidad de cada uno, pero también de factores como la cultura, la educación y el entorno en el que se han desarrollado.


La diversidad en la manera en que nos relacionamos puede generar tanto oportunidades como desafíos. Mientras que algunos disfrutan de conversaciones profundas y emocionales, otros prefieren interacciones más prácticas y directas. Este contraste puede llevar a malentendidos si no se presta atención a las señales sociales que indican cómo se siente la otra persona. Por eso, la inteligencia emocional y la habilidad para interpretar el lenguaje verbal y no verbal son esenciales para construir conexiones significativas. En este contexto, ciertas actitudes pueden revelar una falta de habilidades sociales, lo que impacta en la percepción que los demás tienen de nosotros.

II. De Mara Fernández en La Razón:

Si alguien saca estos temas de conversación, carece de habilidades sociales básicas:

Los temas de conversación que sacan las personas con pocas habilidades sociales

1. Enfoque excesivo en uno mismo

En las conversaciones normalmente suelen participar ambas partes, las dos personas comparten su perspectiva y crean un equilibrio donde se sientan escuchados y valorados. Sin embargo, cuando alguien monopoliza constantemente el diálogo y lo redirige hacia su propia experiencia, es una señal clara de dificultades en habilidades sociales. Aunque quizás no lo haga intencionalmente, centrar la conversación en sí mismo puede transmitir desinterés por los demás, haciendo que la interacción resulte agotadora y poco recíproca. Si notas este patrón en alguien, podría ser una señal de que necesita mejorar su manera de comunicarse.

2. Abuso de temas polémicos

Las conversaciones pueden ser espacios para el intercambio de ideas y opiniones, pero también requieren sensibilidad y buen juicio. Hablar sobre temas controversiales como política, religión o conflictos sociales sin tener en cuenta el entorno o la comodidad de los demás puede generar tensión y afectar la dinámica del diálogo. Es importante recordar que no todos están dispuestos o preparados para discutir ciertos asuntos en contextos informales o sociales.

El respeto por las diferentes perspectivas y la capacidad de leer el ambiente son esenciales para una comunicación efectiva. Imponer debates intensos sin previo acuerdo puede reflejar una falta de habilidades sociales, ya que no solo puede incomodar a los interlocutores, sino también dificultar una conversación fluida y agradable. Elegir los temas adecuados en el momento oportuno demuestra empatía y madurez en la interacción.

3. Negatividad constante

Nuestro cerebro tiende a enfocarse más en lo negativo que en lo positivo, un fenómeno conocido como sesgo de negatividad. Aunque esto puede ser útil en ciertos casos, en la vida social no siempre es bien recibido. Cuando alguien dirige todas sus conversaciones hacia quejas, críticas o un pesimismo incesante, las interacciones pueden volverse desgastantes. Estas personas quizá no sean conscientes de ello, pero su negatividad persistente puede alejarlas de los demás, creando un círculo vicioso de aislamiento y frustración. Si notas que alguien siempre encuentra el lado oscuro de cualquier situación, es posible que le falten habilidades sociales básicas.

4. Dar consejos sin que se los pidan

Imagina que estás compartiendo una experiencia personal o expresando tus emociones, y la otra persona, en lugar de escucharte, interrumpe con una solución que no pediste. Aunque su intención sea ayudar, ofrecer consejos sin que se los pidan puede interpretarse como una falta de consideración o como una actitud condescendiente que minimiza los sentimientos ajenos. Las conversaciones deben ser espacios donde ambas partes se sientan comprendidas y valoradas. Si alguien tiene la costumbre de dar recomendaciones no solicitadas, probablemente necesite mejorar su manera de relacionarse. A veces, las personas solo buscan desahogarse, no una solución inmediata.

5. Ignorar las señales no verbales

La comunicación no se basa únicamente en las palabras; el lenguaje corporal, el tono de voz y las expresiones faciales desempeñan un papel fundamental en la interacción humana. No prestar atención a estas señales puede generar malentendidos y transmitir desinterés o falta de empatía.

Las señales no verbales pueden indicar incomodidad, entusiasmo o incluso desacuerdo, y reconocerlas permite ajustar la manera en que se conduce una conversación. Ignorarlas puede hacer que la otra persona se sienta invalidada o poco comprendida. Una comunicación efectiva implica tanto escuchar lo que se dice como interpretar lo que se expresa sin palabras.

6. Evitar cualquier tema personal

Aunque algunos creen que evitar temas personales es una buena estrategia para mantener la conversación neutral, en realidad compartir experiencias ayuda a fortalecer lazos y generar confianza. Si alguien se mantiene en la superficie y evita hablar de sí mismo en todo momento, puede percibirse como distante o poco accesible. Esto dificulta la creación de relaciones sociales. Una conversación equilibrada combina temas personales y generales, permitiendo una interacción más cercana sin cruzar límites incómodos.

7. Acaparar la conversación

Piensa en una charla grupal en la que una persona interrumpe constantemente, habla por encima de los demás y no deja espacio para que otros participen. Es frustrante. Este tipo de comportamiento revela una deficiencia en habilidades sociales. Una conversación debe ser un intercambio donde escuchar es tan importante como hablar. Si alguien siempre busca ser el centro de atención, puede hacer que los demás se sientan ignorados o poco valorados. Aprender a dar espacio a los demás es clave para una interacción armoniosa.

8. Cambiar de tema constantemente

Una conversación fluida requiere cierto nivel de concentración. Si una persona cambia de tema de manera abrupta cada vez que la charla se vuelve más personal o profunda, puede ser una señal de que evita la cercanía emocional. Este comportamiento impide la construcción de vínculos significativos y puede hacer que los demás se sientan descartados. Mantenerse en el tema y permitir interacciones más profundas demuestra interés y respeto por los pensamientos y sentimientos del otro

1 comentario:

  1. Muy interesantes sus sugerencias, no tienen desperdicio!!! Muchas gracias.

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