martes, 30 de junio de 2020

Artículos recientes de David Torres

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David Torres, Rebrote de cebollinos, en Público,  24 de junio de 2020

A nadie le gusta dar marcha atrás, y menos durante la desescalada, porque la marcha atrás supone no sólo perder terreno sino volver a empuñar el piolet y ponerse otra vez la mascarilla de oxígeno antes de encarar nuevamente al aire sutil de la alturas. Esta metáfora alpina con que se ha descrito la pandemia quizá resulte más precisa ahora, en medio de este lapso de indecisión, puesto que los montañeros expertos saben muy bien que el descenso suele ser el momento más peligroso en una escalada: cuando los nervios se relajan después de alcanzar la cumbre se producen más muertes y más accidentes. Lo dijo Rob Hall, una de las víctimas mortales de la multitudinaria tragedia de 1996 en el Everest: "Cualquiera puede subir a lo alto de esta montañita: el problema es regresar con vida de ella".

Ante la despreocupación y el cachondeo con que afrontamos la temporada veraniega, como si el Covid-19 fuese a tomar también vacaciones, tal vez deberíamos reflexionar un poco al ver que los contagios se extienden como la pólvora por el continente americano, los rebrotes asolan Irán y Corea del Sur y algunos países europeos -Alemania y Portugal- imponen nuevas restricciones ante la evidencia de los nuevos repuntes. Todo es muy raro con esta enfermedad, obligando a maniobras curiosas como la obligación de llevar mascarilla durante un paseo, incluso en mitad del campo, aunque no haya nadie más en kilómetros a la redonda, y la libertad de no llevarla mientras permaneces sentado en una terraza, reactivando la economía a fuerza de cañas. Es verdad que siempre existe peligro de contagio, aunque nadie acaba de explicar de modo convincente por qué el riesgo resulta mucho mayor si estás de pie y andando en lugar de quieto y sentado, rodeado de gente que tiene los irrefrenables vicios de respirar, toser y hablar a gritos a tres palmos de tu vaso.

Por lo visto, el Covid-19 es sensible al jabón, a la lejía y, sobre todo, al dinero, ya sea mediante el tacto de monedas y billetes o, mejor aun, a través del flujo de una tarjeta de crédito. Ayer, sin ir más lejos, hice mi primer viaje en tren en más de tres meses y en el asiento de al lado iba una mujer mientras el resto del vagón estaba prácticamente vacío. La distancia de seguridad entre nosotros era de unos diez centímetros, pero contábamos con la ventaja de que al virus no le gusta nada viajar en tren, lo mismo que no le convence atacar en terrazas, restaurantes y discotecas a tope de gente. El dinero siempre ha sido una armadura perfecta contra cualquier enfermedad y por eso se sabe que la siguiente oleada se va a cebar con los países tercermundistas y con los más pobres. Por eso también vamos a dejar que entren los turistas británicos forrados de billetes, a pesar de que, gracias a la peculiar estrategia preconizada por Boris Johnson, Gran Bretaña supera todavía ampliamente el millar de contagios diarios.

Hay un libro, mucho antes de Camus, que ya había hablado de todas estas cosas, de cómo hacer frente a una pandemia mortal y, sobre todo, de cómo no hacerle frente. Es el Diario del año de la peste, de Daniel Defoe, que muchos lectores tienen por una crónica a pie de calle de la epidemia que azotó Londres en 1665 y 1666, causando más de cien mil víctimas, pero que en realidad se trata de una novela de no ficción montada a base de datos y registros fidedignos, ya que Defoe tenía apenas cinco años cuando sucedieron los hechos que relata y no la publicó hasta 1722. Entre los dilemas que atenazan al narrador de la novela destaca el mismo que preocupa ahora a Johnson, a Sánchez, a Trump y a cualquier mandatario con responsabilidad sobre la vida de millones de ciudadanos: elegir entre la economía y la salud, es decir, escapar de Londres dejando el negocio a la buena de Dios o encomendarse a Dios y seguir con las puertas abiertas, a ver si hay suerte y la guadaña pasa de largo. Más prodigioso aun resulta que el segundo párrafo de un libro escrito en el primer tercio del siglo XVIII diga: "En aquella época no teníamos aún diarios impresos que difundieran los rumores y noticias, y que las embelleciesen por obra de la imaginación de los hombres, como luego he visto que se hacía".

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"El día del orgullo Rey", en Público, JUNIO 26, 2020

Resulta una curiosa coincidencia que los reyes Felipe y Letizia hayan decidido empezar su gira por la España biodiversa poco antes de la celebración del Día del Orgullo Gay, paralelismo que puede dar lugar a confusiones de todo tipo, incluyendo vistosos cruces de banderas. Quizá los expertos de la Casa Real traten de enviar un mensaje con el fin de que los monárquicos de toda la vida salgan de una vez del armario y puedan expresar en voz alta su amor por la corona. Ya se sabe lo perseguidos que están los monárquicos en este país, y la monarquía no digamos, que todos los días el desayuno trae incluida una noticia sobre la terrible conspiración contra los borbones jaleada por la fiscalía suiza y la prensa extranjera. Al fin y al cabo, no hay nada malo en creer que la jefatura del Estado viene instaurada por línea hereditaria, exclusivamente a través de genes masculinos, como creen muchos otros ciudadanos europeos, asiáticos y africanos desde que el mundo es mundo y la Tierra plana, otra creencia que últimamente también cuenta con un montón de adeptos.

En su visita a Mallorca, los reyes recibieron a diversos colectivos, empezando por el gremio hotelero, con lo que el protocolo se fue transformando en un control de daños en medio de una zona catastrófica. La idea es animar a los turistas reacios a regresar al archipiélago balear, epicentro de las vacaciones de la familia real española desde mucho tiempo atrás, aunque teniendo en cuenta el riesgo implícito en el turismo británico y la facilidad de contagio en los aviones, a lo mejor no resulta tan buena idea. En su baño de masas en el paseo del Arenal los reyes fueron a cara descubierta, sin mascarilla, para que la gente pudiera reconocerlos aunque fuese de lejos, sin confundirlos con el séquito ni los guardaespaldas, y para demostrarle al coronavirus que la corona estaba primero.

Mallorca y los reyes también aparecían, hace poco más de una semana, a toda página en el principal periódico británico, The Times, donde el corresponsal inglés definía a la familia real española como "un clan" y abría su reportaje con el cinematográfico titular "Sexo, mentiras y cuentas bancarias suizas". Los lectores ingleses podían deleitar su vista entre cacerías de elefantes, regatas con jeques árabes, cuentas multimillonarias en el extranjero, comisiones sin tributo fiscal, cuernos multinacionales y una amante de alquiler con apellido filosófico que denuncia una campaña de acoso contra ella y sus hijos llevada a cabo por los servicios secretos y azuzada por la Casa Real española. Y no salió lo del medio millón de euros de la luna de miel de Felipe y Letizia pagada en dinero negro porque la noticia saltó esta semana, una lástima.

Es imposible que los british, acostumbrados a los sosos escándalos palaciegos y los rutinarios vaivenes de la monarquía inglesa, se resistan a semejante anzuelo. No hay color. De hecho, no nos extrañaría lo más mínimo que muchos de ellos renuncien a la nacionalidad británica y reclamen la ciudadanía española en un Brexin por las bravas. Al emplear la corona española de reclamo turístico, podía aprovecharse también la figura del rey emérito, que no saben ya qué hacer con él, y utilizarlo como monumento histórico de visita obligada, al estilo del marqués de Leguineche al final de Patrimonio nacional, sentado en una sala del palacio para que los extranjeros le hagan fotos y contemplen cómo disfruta de la vida un auténtico monarca. Con mucho orgullo, qué pasa.

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El cocodrilo, el Rey y otras cosas de no creer, Público, 10 de junio de 2020

Hay que reconocer que nos está quedando un año la mar de raro, un año apocalíptico en todos los sentidos del término, aunque también es cierto que la cosa ya venía de antiguo. Probablemente el motivo por el que muchos escritores hemos abandonado la ficción y nos dedicamos a escribir sobre la realidad es el mismo por el cual la realidad ha perdido su pátina habitual de tedio y rutina para dedicarse a escribir novelas. Hoy, por ejemplo, iba en el metro y veía a toda la gente en el vagón con la cara tapada con mascarillas, como si nos hubiéramos puesto de acuerdo para ir a atracar un banco, cuando lo habitual es que el banco desvalije a la gente sin desplazamientos ni embozos ni pretextos de ningún tipo. Nos mirábamos unos a otros intentando reconocernos desde algún rincón del pasado, como concubinas perdidas en un harén subterráneo o más bien como niños jugando a indios y vaqueros en un túnel del tiempo donde no quedaba ya un solo indio.

Vivir en medio de la era del coronavirus es igual que tomar parte en una película fantástica cuyo decorado es el mundo entero, salvo para Casado, Abascal y otros conspiranocios que todavía creen que la pandemia la inventaron entre Sánchez e Iglesias en un laboratorio chino con la ayuda del lobby feminista y la intención de desestabilizar el orden mundial, dar un golpe de estado contra el capitalismo y proclamar una dictadura universal comunista con capital en Caracas. No son los únicos que lo creen, porque además hay gente que les vota. Estos días abres el periódico y te salta a los ojos la tontería más grande que te quepa imaginar, noticias del estilo de Javier Maroto diciendo que las residencias de ancianos son competencia directa del gobierno, que el 8-M era contagioso (ahí está él para demostrarlo) y que por eso se casó con su novio en diferido y dentro de un armario en Sotosalbos.

Aun así, día a día, la realidad se empeña en subir las apuestas a base de titulares completamente inverosímiles, el penúltimo de ellos, el del cocodrilo que tiene acojonado a Valladolid, con los diarios locales trasvasados a un tebeo de Tarzán y la guardia civil rastreando la confluencia del Duero y el Pisuerga. Tenía que ser precisamente en Valladolid, donde hace unos años había un alcalde, León de la Riva, que por sus comentarios machistas, homófobos y racistas, parecía haber salido de la misma charca que el cocodrilo. Entre el murciélago de Wuhan y el cocodrilo de Valladolid, la fauna del mundo entero no para de desmadrarse, ocupando portadas y saltando a las calles desde selvas, bosques, reservas naturales y documentales de la 2.

No menos inverosímil y no menos cocodrilo resulta la noticia de que la Fiscalía Anticorrupción podría iniciar diligencias para aclarar el tremendo lío fiscal del rey emérito y las acusaciones de cohecho por las comisiones del tren de alta velocidad en Arabia Saudí. Diligencias, un término muy adecuado para la justicia española, la cual, en relación a los borbones, viaja unas veces en calesa y otras en parihuelas. Han tardado lo suyo, aunque no tanto como la justicia sueca, que acaba de anunciar que próximamente va a resolver el asesinato de Olof Palme con 34 años de retraso. La globalización aplicada a la corona española viene a corroborar la velocidad de transmisión de un virus desde China: una investigación en Suiza puede terminar con un exilio en la Repúbica Dominicana. Sin embargo, conociendo el percal, lo más probable es que don Juan Carlos haga como Manolo Gómez Bur en aquella película en que, acusado de un crimen, prefería que le aplicasen un artículo de un código penal de la Edad Media: "El exilio, si pudiera ser a Zamora, es que tengo familia".

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La conjura contra los negros de América David Torres, 8 de junio de 2020

Decía Monterroso que los enanos disponen de una especie de sexto sentido que les permite reconocerse al primer golpe de vista. Algo similar sucede con los negros en los Estados Unidos, con el agravante de que, además de ellos mismos, los reconocen todos los demás. Los judíos o los armenios, por citar dos grupos étnicos de los muchos que proliferan en la tierra de las oportunidades, pueden confundirse más o menos en medio de la gran masa blanca dominante, mientras que los negros tienen el inconveniente de que, por culpa del color oscuro de su piel, no hay manera de verlos. Por algo Ralph Ellison, uno de los grandes novelistas estadounidenses de la segunda mitad del siglo XX, tituló así la tragedia del afroamericano en un país hecho exclusivamente para blancos: El hombre invisible.

En un país que, en sintonía con la Revolución Francesa, enarbolaba la igualdad como una de sus señas de identidad al tiempo que establecía su hegemonía desde la esclavitud y el genocidio de pueblos enteros, el racismo siempre ha sido un tema candente. Todos los seres humanos nacen libres e iguales salvo negros, indios y demás ralea, por no hablar de las mujeres, que ésas nunca han importado un pimiento. Estos días he visto unos cuantos capítulos de La conjura contra América, la teleserie de David Simon basada en la novela homónima de Philip Roth, una ucronía que narra lo que habría podido suceder si el famoso aviador Charles Lindbergh hubiera llegado a la Casa Blanca, destronando al presidente Roosevelt. Según el mundo alternativo imaginado por Roth, las simpatías nazis de Lindbergh habrían provocado que Estados Unidos permaneciera neutral en la Segunda Guerra Mundial y la aprobación de leyes de segregación racial en todo el territorio.

De este modo, la familia judía de la ficción contempla impotente cómo la tratan a patadas en los restaurantes o la expulsan sin miramientos de un hotel en Washington. Lo que resulta verdaderamente ridículo en la ucronía de Roth, y también en la adaptación de Simon, es que la segregación racial funcionaba a toda máquina desde hacía décadas en los Estados Unidos gracias a las llamadas "leyes Jim Craw", las cuales se aplicaban con toda severidad a los ciudadanos de raza negra en los estados sureños. Más aun, fueron los legisladores nazis quienes se inspiraron en las leyes de segregación norteamericanas, como ha demostrado el historiador James Q. Whitman en Hitler’s American Model, the United States and the Making of Nazi Race Law. Ni la policía ni la justicia ni la sociedad estadounidense necesitaba la coartada de Charles Lindbergh para actuar al estilo de la Gestapo: lo que ocurre es que lo hacían exclusivamente con los negros, no con los judíos. Cómo es que un escritor tan perspicaz como Roth pasó por alto este desliz no puede achacarse sólo a un exceso de militancia sionista. Cuando Ralph Ellison hablaba del "hombre invisible", sabía bien lo que estaba diciendo.

Mucho más imaginativa, aterradora y compleja que La conjura contra América es la ucronía imaginada por Philip K. Dick en El hombre en el castillo, que acaba de conocer una adaptación televisiva bastante curiosa, aunque no alcanza ni de lejos la profundidad abisal del libro. En la novela de Dick, las potencias del Eje han ganado la Segunda Guerra Mundial y los Estados Unidos han sido divididos en dos grandes zonas de influencia: la Costa Este, bajo el dominio del Tercer Reich, y la costa Oeste, una provincia del imperio del Sol Naciente. En medio hay una especie de tierra de nadie donde, entre los grupos de resistencia de las Montañas Rocosas, descuella un movimiento negro de ideología comunista.

Lo más inquietante de todo es que, en ese mundo donde el fascismo ha triunfado, circula un libro clandestino, La langosta se ha posado, que narra una historia alternativa en la que los aliados ganaron la guerra, aunque no exactamente del modo que conocemos. Un día un anciano japonés sufre un mareo en un banco del parque y ve alzarse el puente el Golden Gate en una escalofriante realidad alternativa donde Japón ha sido derrotado. Con Dick nunca se sabe dónde la realidad pierde pie y dónde el sueño cambia a pesadilla.  En su visión de un mundo dominado por la cruz gamada, África aparece devastada por la explotación colonial, los nazis se han lanzado a la carrera espacial y la sociedad vive hechizada por la televisión, el consumismo masivo y la proliferación del plástico. ¿Da miedo, verdad?3 de junio de 2020

La novela histórica siempre me ha parecido un género de una dificultad terrible, quizá por eso no lo he cultivado más que una vez, en un libro donde a cada momento tenía que recordar que Odiseo no podía fumarse un pitillo ni Penélope ponerse a hablar por teléfono. Más difícil aun que sortear los anacronismos materiales era intentar adaptarme a los mecanismos mentales de otra época, recordando que conceptos como privacidad o pederastia no tenían mucho qué hacer en el mundo homérico. Por eso me sorprende que amigos como Alfonso Mateo-Sagasta o Javier Lorenzo se muevan tranquilamente entre espadas, jubones y castillos, como si escribieran a caballo, con peto, armadura y cota de malla. Lorenzo, por cierto, acaba de publicar El caballero verde, la historia de un noble aragonés del siglo XII que combatió en las cruzadas y que llegó a disputar una partida de ajedrez con Saladino.

En uno de los pocos consejos gratuitos que dio alguna vez, Dalí dijo a los pintores que no se esforzaran por parecer modernos, o sea, contemporáneos, que aunque pretendieran ocultarlo era lo único que nunca iban a dejar de ser. No obstante, sospecho que la facilidad con que ciertos colegas escritores se lanzan a novelar epopeyas del pasado proviene de la propia sustancia de un país que cada año que pasa retrocede décadas en un ejercicio de malabarismo histórico que evoca el pregón del alcalde en Amanece que no es poco: "Venga, todo el mundo a hacer flashback". Recordemos que aquí hemos tenido un ministro del Interior que hablaba con la Virgen y tenía al ángel de la guarda de aparcacoches, sin olvidar tampoco que uno de los sueños húmedos de Carmona, cuando postulaba a alcalde de Madrid, era recuperar las naumaquias en el lago del Retiro, nostalgia conmovedora en un socialista de pura cepa. Galdós se pone ahora mismo con los Episodios Nacionales y termina escribiendo en cuaderna vía.

Acorde con este rejuvenecimiento institucional acelerado, a nadie le sorprende que el rey Felipe VI haya convencido a la nobleza española para que regale miles de litros de leche y aceite de oliva virgen a los pobres, un verdadero alarde de generosidad que pretende dejar por los suelos esa triste miseria de la renta mínima para familias necesitadas. Es algo normal en un país que no sólo no llegó a superar el siglo XVIII por falta de luces, sino que hace todo lo posible para regresar al XIII a marchas forzadas. Lo verdaderamente extraño es que nuestro monarca no haya aprovechado para convocar un torneo medieval con pendones y juramentos de sangre para hacer el asunto más real si cabe. Real de realeza, no de realidad, claro.

Se agradece la caridad, aunque hubiera bastado con que la corona, con la generosidad que ha demostrado siempre con sus súbditos, donara una fracción de los millones depositados en las cuentas suizas donde esos malvados fiscales extranjeros no paran de revolver sólo porque no entienden las costumbres de esta peculiar familia consagrada al arte de la regata, a la amistad con tiranos árabes y a la caza del elefante. Sin embargo, Felipe VI no ha cesado de dar ejemplo en estos duros tiempos de la pandemia: ya se lavaba las manos y mantenía la distancia social mucho antes de la llegada del coronavirus. Qué habríamos hecho sin él.

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David Torres, "Hail, estúpidos", Público, 1 de junio de 2020

La democracia es el sistema mediante el cual el pueblo español elige libremente a sus representantes del PP. Esta sucinta definición del poeta Álvaro Muñoz Robledano ha quedado obsoleta en los últimos tiempos, desde que el electorado también tiene la facultad de escoger además entre Vox y Ciudadanos. Tampoco es que haya mucha diferencia, ya que la inmensa mayoría de los líderes, de sus principios y de su ideario también provienen del PP, al menos desde Atapuerca. En España todo lo que se salga de esta amplia línea de consenso en torno al extremo centro se considera una peligrosa desviación del mecanismo democrático: comunismo, anarquismo, conjuras judeo-masónicas, homosexualidad, terrorismo islamista, hambre, miseria, Venezuela y, en definitiva, ETA.

Desde esta perspectiva tan democrática se entiende el cabreo de Iván Espinosa de los Monteros cuando Pablo Iglesias le dijo que lo que Vox pretendía era dar un golpe de estado, aunque de momento no se atrevieran a llevarlo a cabo. ¿Cómo se le ocurriría al vicepresidente decir semejante barbaridad si los únicos que pueden soltar esas burradas son los marqueses de la derecha? Expectorados una y otra vez desde el partido verde moco, los reclamos a una intervención del ejército, a la formación de un comité de emergencia nacional y a la desobediencia contra un gobierno ilegítimo y criminal, no deben ser entendidos como una vulneración del orden constitucional y de la legislación vigente, sino como una restauración del orden natural de las cosas. Legítimos son ellos, no lo que digan las urnas.

En efecto, la crispación que recorre de arriba abajo el espectro político responde única y exclusivamente al empeño de la izquierda por no resignarse a su papel de comparsa y dedicarse a aprobar medidas bolivarianas, como el ingreso mínimo vital, por ejemplo. Es un escándalo que la gente que no tiene ni un mendrugo de pan que llevarse a la boca se dedique ahora a tumbarse a la bartola y disfrutar de un sueldo Nescafé sin dar un palo al agua, en lugar de morirse de hambre, como es obligación de los españoles pobres desde que el mundo es mundo. Poco importa que unos veinte países europeos ya tuvieran aprobada una renta mínima vital para los más desfavorecidos, el último de ellos, Italia, cuyo monto, 750 euros mensuales, casi duplica la española. Como anunciaba el famoso eslogan de Fraga, Spain is different, y aquí el dinero público se usa para rescatar bancos, salvar cajas de ahorros, privatizar hospitales o desprivatizar autopistas, no para que las familias hambrientas puedan salir adelante. O como dijo Andrea Fabra de los recortes a los parados: que se jodan.

Puesto que la democracia española es una máquina engrasada siempre hacia la derecha, resulta lógico que Pablo Casado se atreva a decir en público que se cumplen dos años desde que los suyos perdieron el poder por culpa de una injusta moción de censura, igualando las alianzas entre partidos democráticos a los tanques por las calles y los tricornios en mitad del hemiciclo. En esta nietzscheana transvaloración de todos los valores en que vivimos desde que a los ciudadanos les da por votar mal (varias veces seguidas, por si fuera poco), lo normal es que, desde la tribuna de oradores del congreso, una diputada del PP acuse de terrorista al padre del vicepresidente del gobierno por el delito de combatir la dictadura franquista repartiendo octavillas. En cualquier otro país de Europa ese hombre sería un héroe antifascista y un luchador por la libertad, pero en España los héroes son los torturadores con placa y las bestias al estilo de Billy el Niño: por eso les damos medallas a manos llenas.

Menos mal que Trump ha salido en tromba a defender la nueva anormalidad y condenar el antifascismo como organización terrorista, algo lógico al fin y al cabo en un país donde el Ku Klux Klan marca tendencias en moda, peluquería y artillería mental. Con un montón de ciudades sacudidas por las mayores protestas raciales y sociales de las últimas décadas, sólo al dibujo animado sentado en la Casa Blanca se le ocurriría echar gasolina a las llamas provocadas por el infame asesinato de George Floyd. Al otro lado del charco, otro incendiario profesional, Santiago Abascal, aplaude con entusiasmo este tardío alineamiento con Hitler, Franco y Mussolini antes de hacer el pino. Da un poco de vergüenza recordar que precisamente fue el antifascismo, en todas sus versiones y en todos los frentes, lo que detuvo a la mayor plaga de la humanidad en Normandía, Stalingrado, El Alamein, Okinawa y Berlín. Excepto en España, claro, porque Spain is different. No es sólo que no vayamos a salir mejores: es que vamos a retroceder a los Acuerdos de Munich y a la caída de Madrid. Hail, estúpidos.

lunes, 29 de junio de 2020

Videoblogueros

El videoagregador Youtube almacena mucha basura dulce, ácida o sosa, pero también gente muy interesante. Haciendo el Capitán Tan, en el curso de mis viajes por lo largo y ancho de este mundo he terminado fijándome en algunos de esos videoblogueros, quizá con ayuda de esos algoritmos de "selección de gustos" que ofrecen elecciones "estudiadas" por intereses comerciales de lo que los marxianos llaman "superestructura". Porque Google ha terminado por olvidar su mandamiento de "no ser malvado", aunque tal vez nunca la olvidó y era solo un engaño táctico o práctico comercial para atraer a los inocentes susceptibles de engatusamiento, porque los muy pillos los han reescrito ("actualizado" dicen ellos) suprimiéndolo.

Permite este videoagregador subscribirse a diversos videoblogs. Y con algunos se repasa o aprende bastante; incluso se viaja sin salir del cuarto, como hacía Xavier De Maistre. Muchos profesores quemados pueden encontrar  ideas y ánimos en alguno de los sitios de estos señores y, sobre todo, señoritas. A mí me interesan los blogs de profesores de español en Japón, China, Corea y Estados Unidos: te ofrecen una mirada al mundo menos españada y más tranquila que la nuestra, así como un costumbrismo menos felizcareto y más cotidiano que Españoles en el mundo

Son casi siempre frikis estos yutuberos. Por ejemplo Kira y Fase dos, muy jevis ellos y aficionados a despellejar la engañosa y nada seductora cultura nipona, o la profesora de inglés de guardería Yunae y su marido useño André, que son capaces de encontrar el difícil encanto de la monstruosa Ósaka (es esdrújula). Jabiertzo y Lele (hoy embarazada) enseñan español paseándose por los campos y calles de un pueblo de China, precisamente en Wuhan, desmontándonos los bulos construidos por los prejuicios occidentales, no en vano él es sociólogo; Lara por otra parte describe las costumbres de los duros y cerrados coreanos del sur.

Todos ellos, es curioso, empezaron su orientalismo en España, leyendo manga y viendo series de anime; esto es, por mera curiosidad de friki. De Estados Unidos destaco a Superholly, que tiene más de mexicana (nació y se educó en una misión protestante de sus padres) que de yanqui; es simpatiquísima y enseña a hablar bien sus dos idiomas, inglés y español, aunque lo mejor es sin duda lo que cuenta con su especial gracejo de su vida y sus malas experiencias, como los otros. En España hay también otra muy abierta (todos los yutuberos son extrovertidos), Megrisolano, enamorada de España, devoradora de torrijas y con un gato llamado Don Quijote. También por motivos lingüísticos vine a saber del doblista de cine granaíno Alfredo Díaz, el único que sabe hacer la voz de Constantino Romero para filmar pequeñas suplantaciones cómicas, y de Xenia Ruiker, otra filóloga tirada al agua de los vídeos.

Parece mentira que una chica argentina como Viole(ta) Franco, con solo dieciocho años y emigrada huyendo de Macri a una aldea rural de Galicia en España con su familia, cuente un millón y medio de seguidores. Pero lo explica su frescura y su arte; los vídeos con sus amigos describen cómo es de verdad la adolescencia de ahora: preocupada eternamente por sus granos, nada pija, despierta y tan desvergonzada como ingenua, artista y anarquista. A mí en particular me distrae cómo va perdiendo (y contagiando) el lunfardo en sus emisiones. La fonética es lo último que se pierde, por cierto. 

Otros videoblogs son para mí profesores de otras materias a los que no tengo que pagar, afortunadamente. Aficionado como soy a la Filosofía, el más grato es sin duda Adictos a la Filosofía, porque le pone un gramo de humor. También la Fonda filosófica de Darin MacNabb, profesor en una universidad de México, a veces demasiado abstruso; lo oculta, pero se ve que es budista.

En estos tiempos de virus he vuelto a retomar la afición al ajedrez con las transmisiones de campeonatos de partidas rápidas de Chess24, comentadas dicharacheramente a lo Andrés Montes, por el GM andaluz Pepe Cuenca y el MI Divis; el primero le añade humor e interés lingüístico con la jerga de los escaques. ¿Sabían ustedes lo que es barro, humo, los peones Aristóteles y Facundo o Dompepizar? Además cada ajedrecista tiene su mote: Almendrado (Carlsen), Question (Duda), Ministro de Defensa (Karjakin), el Niño (David Antón), Chucky (Ivanchuk), y hay frases hechas que hacen reír por su ingenio. Con este tipo de comentaristas el castellano aparece vivo y rico de nuevo.

miércoles, 24 de junio de 2020

Entrevista con el economista Benjamin J. Cohen

Miguel Ayuso "Benjamin J. Cohen y la Geografía del poder", en El Confidencial, 25-V-2014:

El mayor experto en economía política explica quién controla de verdad el dinero

El economista estadounidense Benjamin Jerry Cohen es una de las más destacadas figuras académicas de la política económica. No es optimista sobre el futuro

El economista estadounidense Benjamin Jerry Cohen (1937, Nueva York), catedrático de la Universidad de California-Santa Barbara, es una de las más destacadas figuras de la Económica Política Internacional, una disciplina mixta que estudia las relaciones internacionales utilizando teorías y métodos aplicables de la economía política.

Desde que empezara a trabajar como investigador en la Reserva Federal de Nueva York, en 1962, Cohen ha publicado decenas de libros sobre la forma en que la política internacional influye en el devenir de la economía, y ha escrito libros fundamentales para entender las dinámicas financieras internacionales. En su opinión, es imposible explicar la economía sin política, pues ésta nunca es independiente del contexto social en que se desarrolla. 

El profesor ha recibido a El Confidencial en la Fundación Rafael del Pino, donde impartió anoche una conferencia sobre “El desorden monetario que viene”. En su opinión, el mundo va camino de una enorme crisis monetaria que creará un desorden difícil de prever. Y no es optimista sobre las posibilidades que tenemos de frenarla.

PREGUNTA. El próximo domingo 400 millones de europeos están llamados a las urnas para votar a sus representantes en el parlamento de la Unión Europea. ¿Cree que el futuro del euro depende de lo que vayamos a votar o está ya decidido? En otras palabras, ¿quién está a cargo?

RESPUESTA. Es importante saber quién está a cargo del dinero. El sistema de gobernanza de la eurozona es una de las principales razones por las que el euro ha sido menos exitoso de lo que muchas personas esperaban que fuera. La elección del parlamento europeo no va a tener ninguna influencia sobre esto. El euro está manejado, principalmente, por el Banco Central Europeo, y por los ministros de finanzas de la eurozona. El parlamento tiene un rol mínimo en la gobernanza del euro, así que no creo que las elecciones del próximo domingo vayan a cambiar nada. El problema es que la eurozona está gobernada de forma muy pobre, porque las diferentes responsabilidades son compartidas por diferentes grupos y actores: el BCE, los ministerios, el eurogrupo, la comisión… Esta es una forma ineficiente de gobernar, y un gobierno ineficiente sobre la zona monetaria hace que el euro sea más débil.

R. ¿Cuál es el camino para que recuperemos el control de nuestro dinero?

P. Desafortunadamente, las soluciones pueden ser fácilmente descritas, pero alcanzarlas políticamente es muy difícil. Uno de los más grandes problemas de la eurozona es la falta de mecanismos para lidiar con los desequilibrios dentro del grupo. Hay países que lo están haciendo mal y países que lo están haciendo bien. En EEUU pasa algo parecido, somos 50 estados y tenemos una sola moneda, pero tenemos un mecanismo automático de transferencia. Los estados que van bien transfieren su superávit a Washington y el gobierno financia a los estados que van mal. Es un sistema que ha evolucionado durante mucho tiempo, pero funciona de forma automática. No tenéis nada parecido a esto en Europa. Si hablas con cualquier economista que esté familiarizado con la situación te dirá que lo que tiene que hacer Europa es adoptar un mecanismo similar al que tenemos en EEUU. Pero claro, políticamente esto es imposible mientras Europa siga siendo una confederación de estados soberanos y no sea una federación de verdad.

P. Pero estamos yendo justo en la otra dirección. Incluso dentro de los países tenemos problemas de solidaridad entre regiones. ¿Si no conseguimos que haya solidaridad entre regiones de un mismo país, cómo vamos a conseguir que exista entre diferentes países?

R. Es cierto, es un problema de solidaridad. Lo irónico de la unión monetaria europea es que el euro se creó para unir a los países, pero lo que está haciendo es separarlos aún más. Debido a la evolución de países como Grecia o España lo que estamos viendo es que hay menos solidaridad y un menor sentido de comunidad que cuando se creó la moneda única.

P. El año pasado editó un libro bajo el título Power in a changing world (“El poder en un mundo cambiante”) en el que explica cómo el poder económico es cada vez más difuso. ¿Ha perdido EEUU definitivamente la hegemonía?

R. Ninguna hegemonía dura para siempre. Pero llevo en esto mucho tiempo y aún no ha cambiado. Finalicé mis estudios hace 50 años y el primer trabajo que tuve fue como investigador en la Reserva Federal de Nueva York. Lo primero que me dijeron cuando llegué allí en 1962 es que EEUU estaba perdiendo su hegemonía. Fue hace 50 años. El hecho es que EEUU no depende de otros países, es menos poderoso, pero sigue siendo la economía dominante, representa el 24% de la economía del mundo y el dólar sigue siendo la divisa preponderante. Es incuestionable que con el tiempo ha ido perdiendo poder, pero de forma muy gradual y lenta. ¿Por qué? Desde luego no porque los gobiernos estadounidenses hayan sido eficientes. Ahora mismo tenemos un sistema totalmente disfuncional. EEUU no ha perdido la hegemonía por la falta de alternativas.

Si el dólar pierde su importancia ¿qué divisa puede sustituirlo? No el euro, desde luego, tampoco el yen, porque Japón sigue en declive. Posiblemente, la divisa china es la mejor situada, pero no cumple los requisitos necesarios para ser una moneda popular. Para que una moneda sea atractiva como divisa internacional, tiene que respetar las leyes, los contratos y la propiedad privada y  tiene que tener un mercado financiero bien desarrollado que permita a los inversores comprar activos en esa moneda. China no ofrece esto.

P. En un artículo reciente asegura que, hoy en día, muchos estados pueden ser acusados justamente de manipular los tipos de cambio, pero ninguno tanto como China. ¿Puede algo, o alguien, forzar a China a cambiar sus prácticas monetarias?

R. En principio, hay diversas formas de presionar a China, empezando por el Fondo Monetario Internacional. El organismo está autorizado gracias al artículo 4 del acuerdo a ejecutar una firme supervisión, identificar a los países que estén manipulando los tipos de cambio, y hacer saber qué país está haciendo eso y pedirle que cambie sus políticas. Pero la realidad es que el FMI ha sido siempre reacio a molestar a un país tan grande e importante como China. Así que año tras año se ha negado a identificar a China como un país que manipula las divisas. Lo mismo ocurre con el tesoro estadounidense, que está obligado cada seis meses a informar sobre la manipulación de divisas, y nunca ha etiquetado a china como un manipulador.

Todos sabemos que China está manipulando las divisas, pero la realidad política es que nadie quiere ir contra China y crear un conflicto, porque es muy grande e importante. Lo que ocurre es que, al final, la gente se queja de lo que están haciendo los chinos pero nadie toma cartas en el asunto, para no molestar a las autoridades chinas.

P. Tras el estallido de la crisis financiera la comunidad internacional insistió en la necesidad de reformular el capitalismo. Seis años después, ¿ha cambiado en algo el sistema?

A nivel estructural no. Seguimos teniendo un sistema basado en el mercado, que los gobiernos tratan de supervisar o regular. La naturaleza del sistema permanece exactamente igual. Lo que está pasando es muy representativo de lo que Karl Polanyi, un académico muy famoso de mediados del siglo XX, describió en su libro La gran transformación. Hablaba de un doble movimiento. En primer lugar los mercados innovan y, a menudo, esas innovaciones nos llevan a una crisis. Como resultado de esto, la segunda parte del movimiento tiene como protagonistas a los gobiernos, que intentan lidiar con los problemas creados por el mercado a base de regulaciones y nuevas formas de supervisión. Pero entonces los mercados crean nuevas innovaciones.

Lo que vimos en la primera década del siglo XXI fue como los mercados financieros innovaron, particularmente en EEUU, creando todos los instrumentos financieros derivados que nos llevaron a la peor crisis desde los años 30. Los gobiernos han tratado de ponerse al día, creando nuevas formas de regulación, como Basilea III, que impone nuevas regulaciones bancarias o la Ley Dodd-Frank en EEUU, que introduce nuevas formas de regulación, incluida la separación de la banca de inversión de la banca comercial. Son regulaciones introducidas por el segundo movimiento. Pero mucha gente que sabe de esto cree que no van a prevenir nuevas crisis en el futuro. No creo que el sistema haya cambiado, y tampoco creo que cambie. En el tipo de sistema en el que vivimos hoy el poder está ejercido por los actores privados del mercado, las multinacionales principalmente, y ningún gobierno es capaz de controlarlos.

P. Entonces, ¿no hay ninguna manera de cambiar el sistema?

R. Aparte de una revolución marxista, no. Lo mejor que podemos hacer es que nuestros sistemas políticos ofrezcan una regulación suficiente a la actividad mercantil, que aleje al sistema de crisis tan duras como la que estalló en 2008. Es una cuestión de gobernanza efectiva. Hoy en día la mayoría de nuestros gobiernos no son muy efectivos, incluido el mío propio, que está muy dividido. Mientras esto continúe, el balance de poder estará del lado del sector privado, y seguirá tomando riesgos, y mientras se tomen esos riesgos habrá siempre posibilidad de que estalle una crisis. No espero ver un cambio fundamental en la naturaleza del sistema, porque no creo que veamos una revolución, y además no la defiendo. Lo que espero es que nuestros sistemas políticos tengan la suficiente iluminación para introducir las regulaciones necesarias.

P. Como asegura, las grandes multinacionales tienen cada vez más poder ¿Es necesario contar con ellas para cambiar la regulación?

R. La gobernanza formal tiene que venir siempre de los gobiernos nacionales. Es ciencia ficción pensar en un mundo gobernado por las empresas. Así no funcionan las cosas. Los países siguen siendo los únicos que pueden usar legítimamente la fuerza. Esa es la base de la soberanía. A nivel global sólo los gobiernos pueden ejercer el control, pero sabemos que las grandes empresas son muy poderosas y tienen una enorme influencia. La única manera de que esa influencia sea controlada es mediante la cooperación entre gobiernos. De forma individual, los gobiernos tienen muy difícil controlar una multinacional, sólo pueden controlar lo que ocurre dentro de sus fronteras. La jurisdicción de los estados es limitada, pero el dominio de las empresas es global. La única forma para que los gobiernos igualen el poder de las empresas pasa por juntarse y cooperar.  Ahora mismo, el balance del poder está en el lado de las empresas, porque pueden tomar ventaja de las diferencias entre los gobiernos. Sabemos que para ejercer una correcta autoridad sobre estas se necesita una mayor cooperación, y para ello necesitamos un consenso y un liderazgo que no tenemos. Mientras, las empresas podrán ejercer una enorme influencia informal, y aunque los gobiernos sigan siendo los que ostenten el poder formal, las empresas seguirán influyendo en estos, a todos los niveles.

P. Está claro que necesitamos un nuevo Breton Woods, una nueva gobernanza a nivel supranacional, pero nadie está dispuesto a ceder soberanía.

R. Otra vez tenemos que hacer una distinción entre lo que necesitamos y los requerimientos políticos necesarios para llegar a ello. ¿Por qué tuvo éxito Breton Woods y ha durado décadas? Por dos cosas. En primer lugar, porque por aquel entonces había un consenso sobre un aspecto básico: que los tipos de cambios volátiles eran algo malo. Había acuerdo. Pero además había un liderazgo efectivo, una concentración de poder en manos de EEUU y Reino Unido. Compara la situación de antes con la de ahora. En primer lugar, no hay consenso sobre ningún principio básico. Lo que piensa EEUU y la UE es totalmente distinto a lo que piensa China. Por otra parte, el poder es cada vez más difuso. Son 20 países. No hay liderazgo como en 1944. Para que haya una mejora de la gobernanza internacional necesitamos un nuevo consenso y un liderazgo efectivo. No creo que tengamos nada de esto.

P. Hay quien piensa que la caída del comunismo precipitó también la caída en desgracia de ciertas ideas de raigambre socialista que, hoy en día, solucionarían parte de nuestros problemas.

R. Todo depende de lo que entendamos por socialismo. Si socialismo significa sustituir el control del mercado por el del estado, entonces no creo que sea una mejora. Tenemos suficiente experiencia con el capitalismo de estado para saber que no es efectivo. Pero lo que necesitamos es una combinación de dos cosas. En primer lugar, unas regulaciones suficientes, a nivel micro y macro, para que los riesgos y la inestabilidad no sean excesivos. Una regulación para que estemos seguros de que los monopolios no concentren demasiado poder y para que las instituciones financieras no tomen demasiados riesgos. El otro aspecto es una correcta redistribución de la renta, para que aquellos que tienen desventajas en el sistema de mercado tengan una red de seguridad, un sistema en el que la gente esté protegida de la bancarrota y el desempleo, para que la gente con dificultades sobreviva. Esto es lo que necesitamos. Es socialdemocracia más que socialismo. Tenemos que entender que una economía exitosa no es una economía que esté basada únicamente en el mercado, y tampoco en una planificación central, sino una combinación comprometida entre la gestión gubernamental y la iniciativa privada.

P. En su país estas ideas son tremendamente impopulares.

R. Sí. Desafortunadamente, la ideología dominante en EEUU es la que asegura que el gobierno es el enemigo. Pero la gente no entiende hasta qué punto se beneficia de la intervención gubernamental. A la vez que critican al gobierno disfrutan de subsidios, utilizan las infraestructuras que ha creado el gobierno, el Medicare… La realidad es que la gente no está educada sobre lo positivo que un gobierno puede ser.

Es un problema histórico. En EEUU la ideología dominante ha sido siempre el capitalismo de libre mercado, y se ha creado un cierto mito sobre los beneficios de un gobierno mínimo. Pero la realidad es que el gobierno ha estado ahí siempre. Un buen ejemplo, hoy en día, es la reforma del sistema médico, el conocido como Obamacare. Es muy interesante las encuestas que se han realizado, en las que se pregunta a la gente sobre distintos aspectos del Obamacare. Ves lo que han contestado en todas las preguntas, y están de acuerdo con la reforma, pero al final les preguntan si están a favor de Obamacare y dicen “no”. El partido republicano ha convencido a las personas de que Obamacare significa un mayor control gubernamental, y la mayoría de personas en EEUU, desafortunadamente, no están los suficientemente bien informadas como para darse cuenta de que se beneficiarían de Obamacare. En mi país hay mucha gente, la mayoría, que cree que un estado fuerte es por definición un mal estado. Ya lo decía Reagan: “el gobierno no es la solución, es el problema”.

lunes, 22 de junio de 2020

Breve historia de la esclavitud en España

Julio Tovar, "Breve historia de la esclavitud en España", en Público, 21-VI-2020


“¡Ay!, cuando amaso yo,
sabrosito sale el pan.
¡Ay!, panadero soy
y esclavo del catalán!”

Canto popular cubano recogido en ABELLÓ I GÜELL, T., La resposta catalana a la crisi i la pèrdua colonial de 1898, Barcelona, Generalitat de Catalunya, 1998, pp. 171

Los viejos maniseros solían cantar una copla y que todavía se recuerda en las calles viejas de la Habana: 

“¡Desde el fondo de un barranco.
Grita un negro con afán:
¡Dios mío, quién fuera blanco,
Aunque fuera catalán”.

Los versos, memoria de los años de esclavitud en Cuba y que ya se difundían en 1870 en la metrópoli, han sido interpretados de múltiples maneras: recordaban tanto el pasado esclavista de gran parte de la burguesía catalana como también, y esta era la interpretación del escritor Alejo Carpentier, cierta conmiseración de los afrocubanos por la laboriosidad de los catalanes allí.

Cuba fue, así, ya desde su primera colonización el “gran pecado esclavista” de España como potencia imperial. En ese sentido, Bartolomé de Las Casas pudo instigar las Leyes Nuevas… en 1542, que protegían a los indios y que resultan uno de los grandes hallazgos humanísticos de la tradición hispana, pero este Estado Imperial no tuvo la misma consideración con los afrocubanos que comenzaban a llenar por centenas las plantaciones del caribe conquistado. 

La esclavitud en España, antes del dominio americano, se remonta a los primeros tratantes portugueses de esclavos en ciudades comerciales como Sevilla. Portugal fue la avanzadilla, la “pionera en la esclavitud atlántica” según historiadores, que tomaría España como ejemplo. A pesar de todo, los números de esclavos en Cuba, el principal nodo de importación de mano de obra esclava, no superarían los 1.000 en 1544. El volumen en comparación con Portugal, que en aquel tiempo superaba los 50.000 esclavos, era mínimo y la gran explotación económica se centraría en el continente americano y los metales preciosos. 

Todo cambia en el siglo XVIII: el monopolio de los borbones se trastoca con la conquista de la Habana en 1762 por el Reino Unido. La dominación, que duró solo un año, “abrió la isla al comercio de esclavos africanos” y aumentó cada mes en al menos 4.000 esclavos la mano de obra no emancipada. Aunque los ingenios azucareros, clave en la revitalización económica de la colonia, se databan de antes, pronto empezarán a crecer en número y con ello la importación de mano de obra africana. Entre el año 1763 y 1792, 70.000 africanos llegaron como mano de obra de una burguesía floreciente, que vivía del azúcar, y comenzaba a tener influencia peninsular. Su felicidad debida a la trata pronto comenzaría a nublarse: con la emancipación de los esclavos franceses en Haití en 1794, la libertad comenzaría a ser un ideal de futuro para los miles de negros cubanos. 

Haití, la dictadura negra y las revueltas cubanas

En julio de 1792 la Asamblea Nacional Francesa recibe una carta de los jefes de la revuelta en su posesión de la isla La Española. Es una carta de emancipación, valiente, donde los nuevos dominadores de su colonia caribeña afirman:

“Todos somos negros, es verdad, pero decidnos, caballeros, vosotros que sois tan juiciosos, ¿cuál es la ley que dice el hombre negro debe pertenecer como propiedad al blanco?”

Dividida en dos zonas, una española y francesa, será en la última donde se establezca un sistema de plantaciones de éxito. Ésta será emancipada en plena revolución francesa el 4 de abril de 1792. La ejecución del Rey en la metrópoli, un año después, desembocó en el conflicto total allí agravado por la abolición de la esclavitud ya en 1794. Las potencias enemigas, España e Inglaterra, intentaron arrebatar la colonia aprovechando este caos.

Toussaint L’Ouverture será el dique a estas ambiciones: haitiano emancipado que traicionó a su antiguo aliado, la corona española, pasó a ser la fuerza determinante en la isla. Su victoria sobre los ingleses, en 1798, no pacificó el territorio, sino que inició una oleada de escabechinas entre negros, blancos y mulatos. Aunque L’Ouverture pudo controlar débilmente la isla ya para 1800, fusilando incluso a los suyos, la Francia de Napoleón no reconoció la independencia e invadió con éxito el territorio. El corso reinstauró la esclavitud, encarceló a L’Ouverture, pero no pudo dominar la situación. Poco después, en 1804, Jean-Jacques Dessalines, un subalterno de L’Ouverture, pudo establecer un estado independiente a costa de la masacre de casi todos los colonos blancos que quedaban en la isla (se da el número de 5.000 asesinatos). 

Estos muertos y la desastrosa evolución política posterior de Haití, donde su tejido productivo se desbarató, fueron claves para reforzar la institución de la esclavitud en la cercana isla de Cuba. La historiadora cubana Ada Ferrer recuerda cómo la colonia española creó una leyenda luctuosa a través de los testimonios orales de los supervivientes de “lo que sucedió en Haití”. En contrapartida, la caída económica de la antigua colonia francesa potenció la economía cubana, convirtiéndose en una pieza codiciada por el resto de potencias por su creciente producción azucarera. Así, la primera línea de ferrocarril en España uniría La Habana y Bejucal tan pronto como en 1837; la metrópoli tardaría más de diez años en tener vías férreas entre Barcelona y Mataró.

Las revueltas en Cuba comenzaron tan pronto como en 1795, dirigidas por esclavos liberados, aunque la más importante sería criolla y dirigida por Joaquín Infante en 1809. La metrópoli pudo controlar todas las conspiraciones, una de las pocas colonias que no se escapó al poder imperial español, aunque sufrió revueltas de esclavos dirigidas casi siempre por mulatos en la zona oriental. La represión por los gobiernos liberales fue brutal y en 1844 alcanzó su auge con el fusilamiento de 78 insurrectos luego de una “supuesta”conspiración para masacrar a los blancos e instigar mil fechorías. Los negros, a decir de la investigadora Martha Silvia Escalona Sánchez, comenzarían a ser “la representación del mal” para la conservadora burguesía habanera. Muy pronto la caída de la reina Isabel II, en septiembre de 1868, cambiaría todo.

La democracia llega a España…pero no a Cuba

Todo el hemiciclo está expectante, todos esperan el gran discurso, el que busca redimir a los negros y fijar la posición de los republicanos en el debate sobre la esclavitud. Don Emilio Castelar y Ripoll, así, sube a la tribuna, toma sus acostumbrados vasos de agua con azúcar y declama un discurso memorable: 

“¿Creéis que hay en el mundo algo más horrible, algo más espantoso, más abominable que el negrero? El monstruo marino que pasa bajo la quilla de su barco, el tiburón que le sigue husmeando la carne, tiene más conciencia que aquel hombre. Llega a la costa, coge su alijo, lo encierra, aglomerándolo, embutiéndolo en el vientre de aquel horroroso barco, ataúd flotante de gentes vivas. Cuando un crucero le persigue, aligera su carga, arrojando la mitad al océano. Bajo los chasquidos del látigo se unen los ayes de las almas con las inmundicias de los cuerpos. El negrero les muerde las carnes con la fusta, y el recuerdo de la patria ausente, la nostalgia, les muerde con el dolor de los corazones”.

Su proclama acaba, así, con una invocación a toda la cámara, apelando a sus profundos sentimientos cristianos:

“¡Hijos de este siglo, este siglo os reclama que lo hagáis más grande que el siglo XV, el primero de la Historia moderna con sus descubrimientos, y más grande que el siglo XVIII, el último de la Historia moderna, con sus revoluciones! ¡Levantaos, legisladores españoles, y haced del siglo XIX, vosotros que podéis poner su cúspide, el siglo de la redención definitiva y total de todos los esclavos!”

Es el 20 de junio de 1870 y la esclavitud solo sobrevive ya en las colonias hispanas, protegida por asociaciones como los centros hispano-ultramarinos. Estos centros, que albergan a los políticos reaccionarios y conservadores, consideran la trata institución imposible de abolir por el “temor” a la pérdida de la colonia y acusan a los republicanos federales, partidarios de la abolición total, de “mantener relaciones con los rebeldes”, según el análisis de la trabajadora del CSIC Inés Roldán de Montaud.

España es, desde 1869, una monarquía democrática por sufragio universal masculino, con una fuerte oposición republicana y varias colonias con regímenes relativos de servidumbre. Es en Cuba, como hemos visto, donde la esclavitud es un problema social, y para ello se han hecho decenas de reglamentos buscando controlar a cualquier población emancipada. Castelar da la cifra de 300.00 esclavos en Cuba y 700.000 libres, dando una cifra inferior a los 100.000 no emancipados para Puerto Rico. Segismundo Moret, Ministro de Ultramar, en su respuesta al gran orador fue paternalista y, para los ojos actuales, inmoral ya que habló del“saludo amistoso” entre el viejo esclavo y el dueño de la plantación

El gobierno progresista, con todo, aprobó una ley de “libertad de vientres” en junio de 1870 que liberaba a los hijos de los esclavos, aun dejando este tema sin resolver del todo en plena monarquía democrática. El historiador social José Antonio Piqueras especula si esa “libertad de vientres” y algunos manejos del general Prim en Cuba, en plena guerra de los diez años, pudieron instigar su asesinato en diciembre de 1870. Los debates, a pesar de todo, seguirían en los últimos años de la efímera monarquía democrática de Amadeo I de Saboya y al comienzo de la Primera República. Esta última pudo abolir el 22 de marzo de 1873 la esclavitud en Puerto Rico, aunque no consiguió hacerlo en el caso de Cuba. Una victoria para las sociedades abolicionistas, sin duda, pero quizá incompleta. La abolición total tardaría todavía más de diez años en llegar y la República no viviría para verla.

La Restauración y el fin de las cadenas

El 3 de enero de 1874 llegó el “termidor” de la república española: el golpe del artillero Manuel Pavía ante el cese de Emilio Castelar en la presidencia. Esto comenzaría esa extraña república pretoriana, dirigida por Serrano, y que finalizaría con la vuelta sin apenas resistencia de Alfonso XII y los borbones gracias al pronunciamiento del general Martínez Campos a finales de ese año. Volvía, en la tradición pendular de España, el régimen conservador, aunque con ciertos matices e inspirado por ese diputado alfonsino que defendió siempre los intereses de los tratantes en Cuba: Antonio Cánovas del Castillo.

Cánovas conocía el problema cubano, fue ministro de ultramar en 1866, y había intentado suprimir la trata y “controlar” la esclavitud. Ahora bien, nunca se hizo ilusiones por la emancipación rápida y defendía un gradualismo en su extinción. De nuevo, el temor a un “nuevo Haití” paralizaba a las elites en la isla, que financiaban muchas de ellas el todavía débil sistema de la Restauración (el militar Manuel Villacampa realizó un pronunciamiento republicano en 1886). Mientras tanto, ya desde 1868, las autoridades hispanas fomentaron la inmigración de españoles a la colonia ante el temor de una revuelta por una mayoría demográfica negra.

La paz de Zanjón, que acababa la guerra permanente en Cuba en 1878, consiguió un compromiso por parte de Martínez Campos de abolir la esclavitud, pero el debate tardó unos años más y solo pudo concretarse en febrero de 1880. Rebecca Scott da el número de 25.000 esclavos liberados en Cuba, un número menor y aceptable para la metrópoli. El régimen canovista, eso sí, hizo subsistir un “patronato” por el cual la población negra permaneció atada a sus antiguos propietarios como “pago” de una compensación, según la interpretación del investigador Luis Miguel García Mora. Lo cierto es que, desde 1886, con el fin del patronato, se ponía fin a cualquier relación esclavista sin salario, siguiendo los criterios del filósofo Antonio Escohotadoen su perspicaz análisis de la esclavitud.

Es probable que esta emancipación llegara demasiado tarde: el malestar de los negros liberados, el cuantioso capital estadounidense a favor de la independencia y la torpe política de la Restauración llevaron a una nueva guerra en Cuba, la definitiva, a finales del siglo XIX. El periodista francés Charles Benoist recogió la declaración del Cánovas anciano, ya desesperado por un conflicto que no podía resolver, en las que afirma que “los negros de África, de importación” solo entendían la fuerza. No viviría para ver lo más temido para él: la conquista y tutelaje de Cuba por parte de EE.UU. en 1898. 

En estos últimos años la burguesía catalana va a obtener sustanciosos capitales de la trata de esclavos y este patronato. El historiador económico barcelonés Jordi Maluquer de Motes recuerda cómo uno de los círculos hispano-ultramarinos más importantes era el de Barcelona:  son los viejos apellidos Goytisolo, Sampa, Xifré o Vidal-Quadras que dominaron la trata y crearon esa imagen no especialmente feliz del catalán entre los afrocubanos. En 2018, como expiación de estas culpas, la alcaldesa Ada Colau retiró la estatua al barcelonés Marqués de Comillas, Antonio López y López, que había sido tratante de esclavos en sus plantaciones. Este hombre, que había sido casi todo en la España de la Restauración, pasaba a ser una persona non-grata: los tiempos habían cambiado.

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BIBLIOGRAFÍA

CASTELAR, E., La abolición de la esclavitud, Barcelona, Linkgua, 2013

ELORZA, A., HERNÁNDEZ SANDOICA, ELENA., La guerra de Cuba (1895 - 1898), Madrid, Alianza, 1998

FERRER, A., Freedom's Mirror: Cuba and Haiti in the Age of Revolution, Cambridge, Cambridge University Press, 2014

GOTT, R., Cuba: A New History, Londres, Yale University Press, 2004

ISRAEL, J., The Enlightenment that Failed: Ideas, Revolution, and Democratic Defeat, 1748-1830, Londres, University Press, 2019

JAMES, C.L.R., The Black Jacobins: Toussaint L'ouverture and the San Domingo Revolution, Londres, Penguin Books, 2001

ROLDÁN DE MONTAUD, I., La Restauración en Cuba: el fracaso de un proceso reformista, Madrid, CSIC, 2000

SMARTT BELL, M., Toussaint Louverture, Nueva York, Vintage Books, 2008

VV.AA., Esclavitud y derechos humanos: la lucha por la libertad del negro en el siglo XIX, Madrid, CSIC, 1990

VV.AA., La administración de Cuba en los siglos XVIII y XIX, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2017

VV.AA., Slavery in the Development of the Americas, Cambridge, Cambridge University Press, 2004

VV.AA., The Cuban Slave Market, 1790-1880, Cambridge, Cambridge University Press, 1995

sábado, 20 de junio de 2020

Debajo de las estatuas

De algunos pequeños detalles se puede deducir la calidad de estos tiempos. Por ejemplo, de que se prefiera derribar o quemar estatuas o monumentos (algunos prefieren iglesias o a Iglesias) a simplemente reescribir el texto de sus peanas, que no debería ser tan breve.

Se ve que mucha gente es bruta y más partidaria de interpretar las apariencias y los volúmenes que de estudiar. Confunden lectura y dolor de cabeza, males de una cultura de la imagen. Porque Internet ha facilitado el acceso a la incultura: el analfabetismo funcional se extiende al par que la "alfabetización" tecnológica. Hasta los programas de inteligencia artificial aprenden sentimientos de odio y se vuelven haters en Internet. 

Menos mal que, por lo menos, ahora ya no se aúpa a las estatuas, sino que se las baja a ras humano. Pero hoy en día se prefiere ser pataliebre y deportista a ser leído, correr mil metros lisos a leerse mil líneas de texto. Leer nos hace ver realmente los dentros de otros y apercibir que la gente no es unidimensocial, ni buena o mala, sino una confusa mezcla por debajo de toda la omnímoda publicidad. 

Cosas tan humanas como la codicia, la esclavitud y el crimen se han visto y oído e incluso consumido, que es más grave, en todas partes; pero no se han estudiado completamente, eso que llaman holísticamente. Prefieren hacerlo merónimamente, esto es, en particular, sin abstracciones objetivas. No hay leyes ni soluciones globales para un mundo globalizado. Las partes son más falsas y subjetivas que el todo, eso ya lo sabemos. Por eso un presunto acto antirracista de iconoclasia pro toto encubre un racismo de sesgo particular y nacionalista pro parte (derriban las estatuas de Cristóbal Colón y de Isabel la Católica, pero no se atreven con la enorme, por cierto, del wasp y esclavista Jefferson, quien sin embargo redactó uno de los más bellos textos sobre los derechos humanos). Es increíble cómo se oculta por interés lo bueno del extraño y solo se considera lo malo, e inversamente. Demonizar al otro sin escucharlo nos diviniza que no veas. El ejército y la iglesia han recurrido con frecuencia a ello; lo suyo son las vendas, incluso en los ojos, pero también lo han usado otras instituciones políticas jerárquicas amantes de la propaganda, como el estalinismo o el franquismo, cuyas escafandras mentales todavía perduran en las cabezas e incluso se heredan.

Cristóbal Colón no era un santo, sino un codicioso que iba a su bola, la bola del mundo, más grande de lo que creía, pero desde luego bastante menos que su grotesca ambición; también cometió el error de creerse que sabía mandar en vez de gobernar, desorejando y matando indios a capricho. Isabel I se horrorizaba de sus violencias: quería considerar a los indígenas vasallos y súbditos bajo las leyes de Castilla... pero le convenía ese horror para usurpar los poderes que había concedido a Colón, de la misma manera que le convenía expulsar y quemar a los judíos para usurpar sus riquezas, codicia que por demás se atribuía especularmente a los judíos que expatrió; por eso no echó aún a los moriscos, que eran más pobres, aunque bien podía (asentados sobre todo en la Corona de Aragón de su esposo, quien por cierto tenía tatarabuela judía, como le recordó Isaac Abravanel en 1492). 

Contaba Las Casas como muchos conquistadores, al entrar en un pueblo indígena, preguntaban por el mandamás o cacique, lo mataban y ya conseguían así que nadie les dijera ni mu y les obedecieran al instante como siervos. Igualmente, la hipertrofiada Inquisición fue una gran herramienta para la corona isabelina: desamortizaba los bienes de los servidores de Yahvé y los pasaba a las manos más pías de los servidores de Dios, como si no fueran lo mismo; parecido hicieron los nazis. Bartolomé de Las Casas defendió a los indios, e incluso a los negros después de haberlos despreciado, pero exageró tanto que dio pretexto a los yanquis para ocultar su propio genocidio indígena (que también había indígenas buenos y políticos, como Seattle y Tecumseh); alimentó la leyenda negra, de la misma manera que clérigos españoles y europeos alimentaron la leyenda del libelo de sangre judío, cuya última consecuencia fue el holocausto. El fraile dominico odiaba a los encomenderos solo un poco más que a franciscanos menos ambiciosos pero igual de defensores de los indios, como Motolinía. Este último al menos se tomó la molestia de aprender su lengua para entenderlos, algo que nunca hizo Las Casas y, desde luego, menos que él los estadounidenses, que ni siquiera oían en confesión. Pero, aún así, todavía en Hispanoamérica, donde tanto se nos llena la boca con el mestizaje, no se ha logrado de ninguna manera integrar a los indios: son estados meramente criollos y no se puede allí hablar ni siquiera de racismo o discriminación. Véase la que se forma cuando un indio llega al poder, casi siempre de forma irregular porque no es posible de otra forma. Con todo, en la gran hazaña castellana hubo de todo, como en botica, y el hecho de que aún no hubiéramos salido de la Edad Media supuso una mejor defensa de los pueblos americanos por las leyes castellanas que por el utilitarista y mercantilista derecho anglosajón.Ya lo dijo con sorna el gran jefe Seattle:

El Gran Padre Blanco nos ha enviado palabras de amistad y de buena voluntad; mucho apreciamos esta gentileza, porque sabemos cuán poca falta le hace nuestra amistad.

Ironía que parece más occidental que indígena. Esas cosas (y el amor a la belleza) nos dieron los griegos. En fin, la gran e insuficiente conquista del Oeste de los Estados Unidos por parte de los misioneros españoles en el siglo XVIII fue la última gran empresa del Imperio Español. Dejaron plantadas las semillas de grandes asentamientos urbanos como San Diego, San Francisco, Los Ángeles, Sacramento, Santa Bárbara, Santa Mónica, San José, etcétera. ¿Qué hubiera sido California sin ese trabajo previo? Y, sin embargo, se derriban las estatuas de fray Junípero Serra. 

Es cierto que los indígenas bautizados se resistían a asentarse, porque sabían que ese era el paso previo para ser esclavizados más o menos por los rancheros europeos (solo la mitad de origen hispánico) a los que los virreyes habían concedido enormes latifundios. Pero tanto los negros como los indios preferían a los católicos que a los protestantes. California fue colonizada débilmente porque la motivación era meramente cristianizar esos pueblos; solo se colonizó fuertemente cuando se descubrió el oro después de que esa región fuera perdida por México en 1848. Solo fue el oro y la plata lo que vino a desarrollar materialmente y poblar una región, también en Sudamérica. Una pena.

miércoles, 17 de junio de 2020

Ha muerto Alfonso Luna

Tristemente, casi por pura casualidad me he enterado de la muerte por coronavirus del sacerdote (con trato de monseñor por su cargo último) Alfonso Luna Sánchez, manchego de Villamanrique, amigo mío y profesor de religión en el IES Clavero Fernández de Córdoba de Almagro, donde yo alcancé a conocerlo. Era  un gran hombre y un gran músico, con numerosos discos de canciones publicadas; muy sincero, además, licenciado en Psicología, una carrera que por entonces se sacó a trancas y barrancas, creo que en la UNED. Todavía recuerdo la ilusión con que me mostraba los discos de canciones que le iban publicando y cómo procuraba emparejarme con una moza manchega, antigua compañera de estudios en el Colegio Universitario y conocida mía que andaba aburrida por Moral de Calatrava, creo, o cerca. La sosa necrológica publicada en el Lanza fue esta:

"El jueves 2 de abril de 2020 falleció el sacerdote Alfonso Luna en la residencia de los Hermanos de La Salle en Roma, donde residía. Natural de Villamanrique, tenía 65 años de edad. Fue ordenado sacerdote en 1978 en su localidad natal.



Según informa el obispado, su primer destino pastoral como sacerdote fue como ecónomo de Alamillo y encargado de San Benito. Allí estuvo entre 1978 y 1983, siendo también secretario del arciprestazgo de Almadén entre 1982 y 1983. Este año se le nombró coadjutor de Moral de Calatrava, hasta 1984 y, desde este año hasta 1998, vicario parroquial; quedando entonces como párroco in solidum y moderador de la parroquia de Moral hasta el año 2001. En los años en los que permaneció en Moral fue secretario del arciprestazgo de Calatrava entre 1984 y 1990 y desde 1995 al 2001. Ese año marchó a Roma, donde permaneció hasta la actualidad."

He podido recoger algunos datos más. Cuando hablamos de misas interpretadas por coros de niños, es muy frecuente que estén presentes algunos cantos como: “Jesús eres genial”, “En torno al pan” o “Comer tu pan”, cuyas letras y música fueron compuestas por él. Según otros datos, nació en Ciudad Real en 1954.
 
Ordenado Sacerdote el 24 de octubre de 1978, en su trabajo como religioso, grabó con la casa disquera San Pablo varios discos de música religiosa, muchas veces para coros infantiles. En este terreno fue un gran éxito su "Santo" que todo el mundo, al menos en España, conoce como el "Santo de Händel" (no es de Händel)... y que la gran mayoría de los coros parroquiales tienen en su repertorio con todo tipo de versiones:

 
Según Óscar Valado, que lo conoció en Roma ("es encantador", dijo de él), "habiendo sido uno de los "grandes" de aquel grupo de músicos que despuntaron en España ([Juan Antonio] Espinosa, [Carmelo] Erdozain, [Cesáreo] Gabarain, [Miguel] Manzano [Alonso], [Pascual] Barturen etc.) por su amplia producción de música en español (no toda afortunada, dicho sea de paso), la creación de una asociación promotora de música religiosa (APROMUR) -que se ha quedado en nada- y otra serie de cuestiones... ha decidido volver a las fuentes de la música sacra y él mismo reconoce que no se puede hacer música litúrgica sin conocer la tradición musical de la Iglesia: gregoriano y polifonía, así como la música de órgano". Apromur es el acrónimo de Asociación para la Promoción de la Música Religiosa, fundada en 1980.

Podemos mencionar Comer tu pan (1987), Testigos de la fe (1989), Jesús eres genial (1990) entre otros.

Durante mucho tiempo fue administrador del PIMS (Pontificio Istituto di Musica Sacra / Pontificio Instituto de Música Sacra), en Roma, y por último fue capellán del hospital y clínica de rehabilitación -casa di cura-, aunque parece que era una residencia de unos cincuenta sacerdotes muy ancianos, San Raffaele alla Pisana, por lo que su título fue de monsignore; era delegado de la diócesis de Roma para la pastoral sanitaria. Gracias a sus gestiones la Coral Polifónica Orden de Calatrava de Almagro viajó al Vaticano invitada. El 27 de septiembre de 2009 escribió una carta a la web de una asociación de monaguillos manchega para felicitarla por su portal, que le había gustado mucho. Es esta, al pie de la letra, con la ortografía del ordenador adaptada al italiano:

Quiero saludar quien sea ese martin y felicitrarlo a el y a la parroquia soy un sacerdote m encuentro en roma, y hace 32 anos que estuve de seminarista diacono en esa parroquia, quiero decirles que essistia ya en la parroquia un grupo muy grande de monguillos, siempre ha habido, todavia recuerdo a emilio lorente (rezando el reosario) y a javier infante hermano de otro sacerdote (preguntad por ellos). soy alfonso luna sacerdote de la  diocesis de ciudad real que actualmente trabajo en roma hace anos con sacerdotes de todo el mundo. me ha llmado la atencion la pagina y he entrado por casualidad y me ha gustado tanto que no he tenido por menos que scribir un saludo, animo, no tengo acentos ni tildes pido perdon, la tengo preparada para el italiano, ahora mismo hablo mal el italiano y hablo mal el espagnol, pero me entendereis. felicidades a los sacerdotes de manzanares, saludos, y recuerdo todavia el gran numero de monaguillos que teniamos yo cantaba jugaba y me lo pasaba, fenomenal con ellos, tambien esataba conbmigo matias actualmente parroco de tomelloso, adelante, despues de 32 anos le doy gracias a la Virgen de Altagracia que tanto me ha ayudado en mi vida. doy permiso para publicar mi nota si es vustro deseo. tambien recuerdo todavia a gente, al grupo lazarillo y mas gente de manzanares. cuido de 50 sacerdotes de todo el mundo y esto me ha ilusionado muchismo, lo mismo que la adminsitraccion del instituto pontificio de musica sacra en el cual vivo y trabajo. saludos desde roma, martin adelante con los monguillos. alfonso luna . sacerdote

Ejemplos de su música:


Hay muchos más en Youtube, incluso seis días antes de su muerte, como esta:


En la Biblioteca Nacional constan estos registros:

Testigos de la fe, Madrid: Ediciones Paulinas, 1969 (letra y música impresa). En casette, grupo de cámara "Ad Libitum", con dirección y orquestación de Jesús Glück, Madrid: Ediciones Paulinas, 1989. Incluye: Ven, Señor, a mi juventud; Ser testigos; Joven, cree en Jesús; Eucaristía; Dichosos; Te ofrecemos; Danos tu espíritu; Santo; Danos, oh Señor, tu espíritu; Padre nuestro; Gracias, Señor.

Vamos a celebrar (1993, 2 ediciones).

Adora a tu Señor, 1988 y 1990.

Ven a celebrar. [Barcelona] 1989; letra y música, Alfonso Luna; arreglos: Ángel Pereira (percusión), Pere Soto (guitarra) y Antoni Olaf Sabater (teclados). Voz solista: Alfonso Luna. Contiene: Ven a celebrar; Ven Espíritu de Dios; La fiesta con Jesús: hoy comemos; Cantaré; Teresa; Sólo te ofrezco mis manos hoy; Concédenos la unidad; Al servicio de la Iglesia; Tira tu fusil; Eres joven. También música y letra impresa aparte el mismo año, como en otros casos, esta vez con el título: Ven a celebrar: tu primera comunión, tu confirmación.

Comer tu pan: cantos para eucaristías con chicos y jóvenes, 1987.

Comer tu pan: cantos para primeras comuniones y eucaristías con chicos y jóvenes, 1987.

Comunión, 1987.

Déjate mirar por Él, 1991.

Jesús, eres genial, 1990.

Llénanos de Ti, Madrid: San Pablo, 1996. Cd. Coro del Sagrado Corazón dirigido por Jesús Glück. Contiene: Llénanos de ti; Dios es pan; Venid a la asamblea; Un mandamiento; Los llamaste; Lo mismo que a Andrés; La eucaristía es compartir; El señor es compasivo; Madre del adviento; Celebramos el Domund.

Tengo un amigo; canciones de Primera Comunión; letra y música, Alfonso Luna Sánchez. Madrid: San Pablo Multimedia, 2006. Incluye: Comer tu pan: Jesús es el mejor amigo; Qué alegría siento en mí; María de amor; Este Pan; Venid juntos a la Asamblea; Tengo un amigo; Comer tu pan; He vuelto a sonreír; Jesús me quiere; Te damos gracias, Señor -- Jesús, eres genial: Jesús, eres genial; Vayamos juntos al altar; El Señor me amó; Santo; Hoy es fiesta; Te ofrecemos hoy; Gracias; Necesita nuestras manos; Señor, ten piedad; En torno al pan; La paz; Madre, enséñanos.

Testigos de Jesús, canciones de confirmación; letra y música, Alfonso Luna Sánchez ; Madrid: San Pablo, 2006. Coro "Clave de Fa" y  Grupo de Cámara "Ad Libitum". Contiene: Testigos de la fe: Ven, Señor, a mi juventud; Ser testigos; Joven, cree en Jesús; Eucaristía; Dichosos; Te ofrecemos; Danos tu espíritu; Santo; Danos, oh señor, tu espíritu; Padre nuestro; Gracias, Señor -- Déjate mirar por él: Tú, déjalo todo; Hacen falta brazos en las mies; Encuentro; Jesús, toma mis manos; Hoy decimos que sí; Déjate mirar por él; Tú, señor, me has llamado; Aquí estoy, señor, para hacer tu voluntad; Esta casa es tuya; El señor es mi pastor.

Ruego una oración por su alma.

martes, 16 de junio de 2020

Muletillas de la frívola mediocridad

Logismoi o tentaciones, sacadas directamente del desierto por el padre Evagrio Póntico

¿Qué hay de malo? / ¿Qué hay de bueno?
Los hay peores / Los hay mejores
Lo hacen todos / Lo hacen los mejores
Sin exagerar / Con esfuerzo
Mañana sí / Hoy mejor que mañana 
Ojalá (la ojalatería de los distintos escenarios) / Procurar hacer en vez de desear
Es que no se lleva / Siempre se lleva el hacer las cosas bien
Hermanos, pero no primos / Procomún
Para lo que te agradecen
No te comas la cabeza, déjate llevar: irreflexión y dejarse llevar por las emociones. Se confunde intuición con emoción
No puedo, para esconder no quiero
No me apetece, esclavizadora de la voluntad por los deseos y apetencias
Estoy harto / Perseverar en la paciencia
Yo no valgo, el autodesprecio, la falta de autoestima. Es un acto de ateísmo, no reconocer lo bueno que htienes de Dios. Dios no hace basura. La humildad no es pensar menos de ti, sino pensar menos en ti.

Y una más: Me da igual o tanto da