Shyamalan, el famoso director y guionista de El sexto sentido, el protegido y Señales, estudió de pequeño en un centro privado episcopal elegido por sus padres por sus métodos estrictos a pesar de no profesar
esa religión y hoy está volcado en el proyecto de acabar con la
desigualdad educativa en Estados Unidos. Tras cinco años de
investigación, publicó en 2013 I Got Schooled. The Unlikely Story of How a Moonlighting Movie Maker Learned the Five Keys to Closing America’s Education Gap
(Simon & Schuster), un libro con sus recetas para arreglar un
sistema ineficiente e injusto. “Podría estar hablando de ello durante
horas”, asegura, y lo hace con igual o más pasión que de cine. Pero los
20 minutos estipulados para la entrevista llegan a su fin, así que solo
da los titulares de sus claves: despedir a los peores profesores, que
los niños pasen más tiempo en las aulas, construir centros más pequeños,
que los maestros y directores tengan feedback y que las
funciones de estos últimos estén más centradas en la mejora de la
enseñanza que en cuestiones administrativas. “Me costó mucho entenderlo.
Y ahora enseño a profesionales y políticos sobre lo que hay detrás de
los datos. Incluso me siento mal cuando lo aparco para volver a las
películas”
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