Joaquín Estefanía. "Sí, ha sido una década perdida", en El País, 11-V-2015:
En 2020 habrá todavía más de un 20% de paro en España, según el FMI
Dado que no hay dudas de que éste será el segundo año consecutivo de crecimiento de la economía española, pasan al primer nivel otras dos incógnitas: cuándo volverá a tener nuestro país el volumen de Producto Interior Bruto (PIB) anterior a la Gran Recesión (y su nivel de bienestar), y cómo va a ser el reparto de la bonanza: cuándo llegará a los sectores más afectados por la crisis económica.
El FMI contestó recientemente a la primera cuestión: hacia 2017 España recuperará los más de siete puntos de PIB perdidos en este periodo; será uno de los países que más tiempo han tardado en volver a donde estaban, junto a Portugal, Eslovenia, Finlandia, Italia y sobre todo Grecia. De los grandes países, EE UU fue el primero en lograrlo; en la eurozona, lo han conseguido, entre otros, Alemania o Francia y la media europea tendrá un PIB equivalente al del año 2007 durante el ejercicio que viene. Significa que en este aspecto España habrá perdido una década. No era exagerada aquella comparación con la América Latina de los años ochenta, que empezó a establecerse en lo peor de la recesión, en 2009.
El 54% de los ciudadanos cree que ha descendido de clase social durante la crisis
En el reparto de la recuperación, los plazos son más elásticos. No sólo porque España sea el país de la OCDE en el que la desigualdad ha crecido de forma más rápida en el periodo 2007-2014, sino porque en el 2020 (el último para el que el FMI se atreve a hacer pronósticos) todavía habrá una tasa de desempleo superior al 20% de la población activa. Más aún: el único grupo de parados que crece de forma constante (y muy probablemente lo seguirá haciendo), es el de desempleados de larga duración: en 2014, el número de personas que dejó su empleo hace tres años o más era de 1,4 millones.
A ello hay que unir las condiciones en las que sobreviven amplias capas de asalariados: nueve de cada 10 contratos firmados el año pasado fueron temporales y un tercio de ellos, además, a tiempo parcial. Su duración media no llegó a los dos meses, y uno de cada cuatro, fue de menos de una semana. El poder adquisitivo de los salarios ha retrocedido varias décadas y más de dos millones de activos son considerados “trabajadores pobres”. Así que en términos de empleo la década perdida se amplía sin un punto final tangible. Con estos mimbres no es de extrañar que, según un estudio de la empresa demoscópica Myword, el 54% de los ciudadanos españoles consideren que han descendido de clase social como consecuencia de la crisis.
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