Defensor de la Ilustración, como Kant, un judío tan jorobado y tan lúcido como Leopardi, Moses Mendelssohn, abuelo del famoso compositor y amigo de un hombre tan universal como Lessing, una vez leído el ¿Qué es la Ilustración? de Kant pone sin embargo en guardia contra sus derivas posibles: «El abuso de la Ilustración debilita el sentido moral, conduce a la dureza, el egoísmo, la irreligión y la anarquía. El abuso de la cultura engendra la abundancia, la hipocresía, la molicie, la superstición y la esclavitud».
Kant le contestó con ironía; acaso lo envidiaba porque lo había derrotado en un concurso de la Academia de Berlín. Toma pues el filósofo judío el mismo camino que el de Kant, pero recorta sus términos. El artículo de Mendelssohn se titula «¿Qué significa ilustrar (aufklären)?».
Cualquiera que considere las consecuencias terribles de la Ilustración (guerras mundiales, fascismos, comunismos, genocidios) apercibirá que Mendelssohn estaba mejor informado que Kant. Kant era, después de todo, un alemán; Mendelssohn, un judío; la Haskalá era para él una síntesis, no meramente progreso.
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