La sospecha parece confirmada: investigadores del Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona han podido comprobar que una molécula de grasa llamada ácido palmítico, presente en el aceite de palma, altera el genoma del cáncer y aumenta la probabilidad de que este se extienda.
La metástasis sigue siendo la principal causa de muerte en los pacientes con cáncer, porque, hasta ahora, la mayoría de los pacientes con cáncer metastásico solo pueden ser tratados, pero no curados. Se calcula que la metástasis es responsable del 90% de las muertes por cáncer, es decir, unos 9 millones de muertes al año en todo el mundo.
Según los resultados publicados ahora en la revista Nature, el ácido palmítico del aceite de palma favorece la metástasis del carcinoma de la cavidad oral y del cáncer de piel del melanoma en ratones. Otros ácidos grasos como el ácido oleico (que abunda en el aceite de oliva) y el ácido linoleico (presente en la linaza) no mostraron el mismo efecto.
Los marcadores de memoria cambian las células
Los autores también identificaron varios marcadores de "memoria" que permanecen en las células tumorales. Alteran las células de tal manera que conservan una mayor capacidad de metástasis incluso meses después de haber sido expuestas al ácido palmítico.
Pero no solo el ácido palmítico contenido en el aceite de palma parece favorecer la propagación del cáncer. Los investigadores de Barcelona ya habían descubierto en 2016 que las células tumorales que hacen metástasis están dotadas de un receptor sensible a este tipo de grasa.
La proteína CD36 proporciona a las células cancerosas el alimento necesario para sobrevivir lejos del tumor real. Este efecto del CD36 ya se ha podido comprobar en el caso del cáncer de ovario, vejiga y pulmón.
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