jueves, 18 de diciembre de 2008

Blas de Lezo, un medio hombre que valía por muchos.

A Pérez Reverte le gusta hablar de fracasados, pero España también tuvo sus héroes, como Blas de Lezo, un Nelson que les dio una soberana paliza a los ingleses, más gorda que la de la Armada Invencible y Trafalgar, y que ellos, como expertos en manipulaciones, escondieron muy bien en los libros de historia, de forma que apenas se hace mención de ella. Pero nosotros, vaya, lo tenemos olvidado, y más recordamos Trafalgar que Cartagena de Indias, en que la Pérfida Albión mordió el polvo ante la reina de los siete mares, España. Léase, pues:

BLAS DE LEZO, EL MEDIO HOMBRE.

Nació en Pasajes (Guipúzcoa) en 1689 y con 12 años se enroló en la marina comenzando así su carrera militar. Con 15 años llegó su primera batalla naval en Vélez-Málaga donde una bala de cañón obligó a amputarle la pierna izquierda sin anestesia, su comportamiento ejemplar le condujo a ser nombrado alférez. Tras este suceso el español se verá inmerso en la batalla del sitio de Tolón (Francia) donde una esquirla de cañón le hizo perder su ojo izquierdo y en el 1714 en Barcelona una bala le provocó la pérdida de su brazo derecho. Pese a estos infortunios se convirtió en uno de los mejores marinos españoles convirtiéndose en capitán de navío a la edad de 30 años. Se le encomedó la tarea de limpiar de corsarios el Caribe, tras llevarla a cabo alcanzó la graduación de general de Marina y recibió el encargo de cobrar a los genoveses dos millones de pesos pertenecientes a la corona española. No sólo los cobró si no que obligó a los italianos rendir homenaje a la bandera española bajo la amenaza de cañonearlos desde sus barcos. Reconquistó Orán en 1732 y hundió el barco del berberisco Bay Hassan. En 1737 fue nombrado Comandante General de Cartagena de Indias (Colombia) y dos años más tarde comenzarían las batallas contra los ingleses que intentaban arrebatar las posesiones en América. Los ingleses al mando del almirante Vernon con 168 barcos, 10.000 tropas de asalto, 12.800 marineros, 1.000 macheteros jamaicanos y 2.620 piezas de artillería (una flota mucho mayor que la de la Armada Invencible de 1588) se enfrentaron a 2.230 soldados españoles apoyados por 600 arqueros indios durante 67 días y perdieron teniendo que retirarse a Inglaterra y tras tremenda humillación el rey Jorge II prohibió que se escribiese nada al respecto para que no tuviera repercusión histórica. Poco después Blas de Lezo murió en un penoso olvido (algo habitual en España) aunque se le concedió a título póstumo el marquesado de Ovieco, lo que fue poca recompensa para quien permitió que España mantuviese sus posesiones americanas durante más de 60 años. Actualmente se desconoce donde yacen sus restos. En su memoria una fragata española lleva su nombre.

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