Casi dos siglos antes de que el escocés James Lind afirmara en 1753 que el remedio contra el escorbuto era comer frutas cítricas, el agustino sevillano Agustín Farfán ya lo había señalado en 1579 en su Tratado breve de anatomía y cirugía, libro que tuvo mucho éxito en su época. En este trabajo se analiza el papel jugado por algunos navegantes españoles en el conocimiento y, especialmente, el tratamiento del escorbuto en las largas rutas transoceánicas. Tratamientos siempre con frutas cítricas, naranjas y limones. Se comenta el caso especial del capitán Sebastián Vizcaíno, mediante la administración de una frutilla (xocohuitzles) en la isla de Mactán. También los importantes navegantes Antonio de Ulloa, descubridor del platino, publicado en las Conversaciones con sus tres hijos, quien ya lo sabía (1716-1795), y el insigne médico cirujano Pedro Mª González, en la expedición de Alejandro Malaspina, la primera expedición de muy largo recorrido libre de escorbuto. Pedro María González Gutiérrez (1760-1839) era autor de un notable y afamado tratado de medicina e higiene naval, editado en Madrid (1805), titulado Tratado de las enfermedades de la gente de la mar Por último, el médico renacentista sevillano Agustín Farfán fue sin duda el primero en preparar y recomendar tempranamente un medicamento elaborado con naranjas y limones, en 1592, para prevenir el escorbuto en el largo tornaviaje de Filipinas a Acapulco y viceversa.
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