Un interesante artículo de El País que he copiado en mi Redvista de Prensa afirma que ha logrado desarrollarse una alternativa muy coherente a la Teoría del Big Bang, la Cosmología cuántica de bucles, idea principalmente de Abhay Ashtekar, Lee Smolin y Carlo Rovelli. Según ella, no hubo un principio, sino una serie de contracciones y expansiones de universos distintos/similares al nuestro, que habría nacido del colapso de un universo anterior absolutamente contraído. El eterno retorno de Nietzsche, en fin, o el año platónico, que es su origen. A ver si el Gran Colisionador de Hadrones del CERN termina de arreglarse y podemos salir de dudas, cazando al escurridizo bosón de Higgs.
La teoría de Ashtekar afirma algunas cosas curiosas, como que el espacio no es continuo, sino que está formado por paquetes de una dimensión muy pequeña, pero realmente mensurable; cada uno, en concreto, posee un tamaño de 10 elevado a menos 35 metros cuadrados. Esto evita las paradojas matemáticas de la "singularidad". En la concepción tradicional, y en el modelo del Big Bang, el que el espacio sea igual a cero implica una densidad y una gravedad infinitas en el origen del universo; sin embargo, si el espacio no puede llegar jamás a ser cero, la gravedad tampoco tendría que ser infinita allí y eso permitiría a las ecuaciones de la gravedad cuántica de bucles explorar las regiones del pasado que estaban vedadas a la relatividad de Albert Einstein. El conocimiento no estaría tan limitado.
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