martes, 14 de julio de 2015

Expresiones corrientes que vienen de la jerga militar

Expresiones militares que han pasado al lenguaje común (tomado del foro de historia El Gran Capitán):

"Vete a la Porra", para despedir con malas maneras a alguien.

Su origen se remonta a la disciplina de los Tercios. Los tambores mayores eran los encargados de regular los arrestos por faltas leves de los soldados, y portaban un gran bastón que clavaban en el suelo, en el centro del campamento. Cuando un soldado era amonestado se le mandaba "a la porra" para esperar a que se le asignase un castigo.

"Echar con cajas destempladas"

Expulsar a alguien de malos modos.

Tiene su origen en la disciplina de los Tercios. Cuando un militar era degradado y expulsado se le despojaba de su rango con un toque de tambor característico, que se conseguía mediante el destemple (aliviar la tensión) de la piel del tambor, también conocido como "caja".

"Perder los estribos"

Perder el control de sí mismo, volverse loco o muy violento.

Durante la Edad Media y Moderna la caballería era parte integrante de cualquier ejército.Cuando un jinete "perdía los estribos", perdía el punto de sujeción con el caballo, la estabilidad sobre el mismo y el control y, normalmente, gritaba y se alteraba y se caía.

"Ir de punta en blanco"

Vestir de forma inmaculada, muy arreglado o impoluto.

En la época de oro de la Caballería las distintas órdenes militares solían formar muy peripuestos y engalanados con las espadas desenvainadas, que por efecto de los rayos solares solían relucir. La reflexión era mayor cuando más ángulo tenía el metal, concretamente en las puntas de espadas y lanzas, de ahí "ir de punta en blanco".

"Salvarse por los pelos"

Salir de una situación complicada muy apurado.

Era costumbre que los marineros de la Real Armada llevasen el pelo largo, para que cuando alguno cayese al ,mar facilitar el izado de vuelta al barco. Así lo refleja una queja recibida por una real orden que ordenaba el rasurado de las cabelleras de los marinos por cuestiones de higiene, a finales del S. XIX. Al final la misma no entró en vigor.

"Volver a la carga"

Insistir con empeño en un tema no solventado.

Una carga es un ataque frontal decidido sobre un objetivo militar, bien sea ejecutado por infantería o caballería. Cuando una formación enemiga ha resistido un embate se suele repetir la operación hasta alcanzar el objetivo o desistir, de ahí "volver a la carga".

"Tratar a Baquetazos"

Tratar a alguien de muy malas maneras.

Las baquetas eran unas varillas de acero o madera con un casquillo en un extremo utilizadas para cargar los fusiles de avancarga. Uno de los castigos con faltas disciplinares era formar un corrillo de soldados con baquetas y hacer correr al reo a través de él desnudo de cintura para abajo, mientras los compañeros le golpeaban al pasar. Se reservaba a faltas muy graves que implicasen haber puesto en peligro a los compañeros.

"Pasar la noche en blanco"

Pasar una noche sin poder conciliar el sueño.

En la Edad Media los aspirantes a caballeros de algunas órdenes solían pasar la noche en vela, velando sus armas y vestidos con una túnica blanca, que simbolizaba la pureza espiritual.

"Ser una Bicoca"

Resultar extremadamente fácil y proporcionar grandes beneficios en comparación al esfuerzo obtenido.

Las tropas imperiales de Carlos I, a mando de P. Colonna derrotaron en Bicoca a las fuerzas coaligadas de Francia y Venecia el 27 de abril de 1522. La batalla fue extremadamente fácil y reportó muy pocas bajas a España y el Imperio y muchas a los enemigos. Además abrió las puertas de la conquista de la Lombardía casi sin esfuerzo.

"Poner una pica en Flandes"

Realizar un hito que requería mucho esfuerzo, conseguir algo impensable.

Durante las guerras de religión y la rebelión de Flandes (los países bajos), España tenía que mantener un ejército en la zona para combatir. Las tropas, Tercios de infantería, que en parte utilizaban unas lanzas largas o picas, no podían ser enviadas en barco y tenían que atravesar todo el continente, muchas veces por terreno montañoso y enemigo, lo que resultaba muy arduo y costoso.

"Ser un Pánfilo"

Ser bobo, simple, o muy cándido.

Pánfilo de Narvaez fue un capitán enviado por el gobernador de Cuba, Diego Velázquez, para detener a Hernán Cortés y sus  hombres. Fue derrotado, herido (perdíó un ojo) y abandonado por sus hombres que preferían unirse a Cortés. Quedó en tan mal estado que se generalizó entre los conquistadores usar su nombre con el sentido indicado.

"Armarse la de San Quintín"

Producirse una algarabía, una reyerta o una gran confusión.

San Quintín es una ciudad del norte de Francia donde se desarrolló una gran batalla entre Francia y España. en 1557. En ella los franceses sufrieron una severísima derrota (6.000 muertos y 11.000 heridos) frente a casi 300 bajas españolas. La ciudad cayó poco después. Se consideró una de las victorias más decisivas de la época, por el número de tropas implicadas. El rey Felipe II ordenó construir el monasterio de El Escorial en conmemoración a la misma.

"Así salga el sol por Antequera"

Expresión que se suele usar para mostrar despreocupación por determinado problema.

Tiene su origen en la toma de Granada por los Reyes católicos, en 1492. Los españoles lo utilizaban en sustitución de la expresión "salga el sol por donde salga", porque, efectivamente nunca salía por el oeste, donde estaba la población de Antequera.

"Romper una lanza"

Cuando alguien "rompe una lanza" en favor de alguien está defendiéndole o apoyándole en su postura.

Proviene de las justas medievales, cuando dos caballeros se enfrentaban entre ellos por una dama o por cuestiones de honor. Generalmente se utilizaban lanzas.

"Andarse por los cerros de Úbeda"

Se dice de una persona que no se centra en el tema de conversación o lo desvía, ya sea sin intención o voluntariamente.

El popular dicho " andarse por los cerros de Úbeda " tiene su origen en la reconquista a los almohades de la ciudad jiennense de Úbeda, acontecida en 1233.
Parece ser que uno de los más importantes capitanes del rey Fernando III el Santo, Álvar Fáñez (el Mozo), desapareció instantes antes de entrar en combate y se presentó en la ciudad una vez que esta había sido reconquistada. Al preguntarle el rey dónde había estado, el otro, ni corto ni perezoso, contestó que se había perdido por los cerros de Úbeda. La frase fue tomada irónicamente por los cortesanos, pues los cerros de Úbeda, aunque tienen entidad, no son suficientemente grandes como para justificar el extravío de los soldados y se perpetuó como signo de cobardía (Wikipedia).

"Salir el tiro por la culata"

Expresión utilizada cuando una  situación o empresa no sale como fue planeada y acabada dando resultados contrarios a los esperados.
Las primeras armas de fuego eran muy inestables, y si eran defectuosas o estaban cargadas con demasiada pólvora la deflagración podía romper la base del cañón y dar de lleno al tirador que pretendía disparar el arma. Al estar la base del cañón pegada a la culata (donde se apoya el arma en el hombro) se decía que el tiro había salido por el lado de la culata, en lugar por el lado de la boca, que era lo usual.

"Armarse hasta los dientes"

"Estar armado hasta los dientes" equivale a estar fuertemente armado, con numerosas y diversas armas.

Era costumbre viene de ciertos soldados de infantería veteranos que solían guardar un puñal o arma blanca corta entre los dientes mientras sujetaban una o dos armas de fuego con las manos, para tener acceso inmediato a la primera en caso de necesitarlo. Es típico de combates muy cercanos e intensos, donde décimas de segundo decidían entre la vida y la muerte, y tener el cuchillo guardado en el cinturón o en la bota, por ejemplo, podría significar demasiado tiempo en sacarlo.

"No dar un palo al agua"

Significa no trabajar, ser un vago o un haragán.

Proviene del mundo marinero, donde "palo" es todo objeto con forma de tal. Los remeros que no trabajaban no usaban los remos para impulsar el barco, es decir, no golpeaban el agua con el mismo; no daban un palo al agua.

"Ok"

El equivalente a "de acuerdo", "vale" o "conforme".

Esta expresión viene de la guerra civil americana, donde se tenía la costumbre de colocar en los cuarteles, al retorno de las tropas, el número de bajas de la batalla, cuando en la misma no se habían producido muertes se colgaba un cartel que decía "0 Killed" (Cero muertos), "O K.", abreviado. De ahí que cuando preguntasen como había ido una batalla particularmente favorable hiciesen uso de la economía del lenguaje y respondiesen simplemente "OK". De ahí pasó a su actual significado.

"Ser un bisoño"

Equivale a ser un novato o aprendiz en algo.

Esta expresión proviene de la época imperial española, cuando los tercios defendían el reino de Nápoles, en Italia. Los soldados recién llegados que eran novatos apenas sabían hablar italiano, y se defendían diciendo "Bisogno esto" o "Bisogno aquello", donde "bisogno" significa "necesito". De ahí el apelativo.

"No hay moros en la costa"

Significa que no hay problemas, gente ajena al asunto o mirones.

Tras la Reconquista las costas de España estuvieron dos siglos sometidas a la piratería, hasta tal punto que se decía que un pueblo se acostaba normal y se despertaba desierto, con los hombres muertos, y las mujeres y los niños esclavizados de camino a los puertos piratas del norte de África. Para evitar tales ataques, pues los moriscos expulsados conocían la zona e indicaban dónde y cómo atacar, se trasladaron los pueblos al interior y se colocaron vigías en las costas. Cuando no había moros en la costa significaba que no había peligro.

"Hacer la Pascua"

Equivale a aguar la fiesta o fastidiar a alguien.

Durante la invasión Sueva de la península la ciudad de Lugo resistió con sus poderosas defensas tres asaltos, pero resulta que durante las fiestas de Pascua la ciudad tenía la tradición de abrir las puertas, hecho que los invasores aprovecharon para conquistar la ciudad.

"Recoger el guante"

Significa aceptar un reto o enfrentarse a un desafío.

Desde la Edad Media era tradicional lanzar un guante al suelo de un rival cuando quería enfrentarse a él en duelo, y si este aceptaba participar, recogía el guante.
 
"Seguir en la brecha"

Equivale a aguantar una situación nada fácil o realizar una tarea difícil sin ánimo de abandonarla.
Antiguamente y hasta el S. XX las ciudades se defendían mediante murallas, y los asaltantes debían abrir una brecha para penetrar en las mismas. Los defensores, por su parte, debían defender la brecha a toda costa, pese a estar a merced de la artillería enemiga y costarles muchas bajas y esfuerzo.

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