domingo, 18 de enero de 2009
El gusano victorioso
Es el título de uno de esos celebrados poemas de Edgar Allan Poe que tanto nos inquietan, como Alone ("Solo"), o "Un sueño dentro de un sueño", o "El cuervo". En realidad, como expone en "La filosofía de la composición", ese cuervo es sólo el deseo de autoatormentarse, como el corazón revelador o el gato negro: la conciencia, en suma. El gusano, el cuervo, el corazón, el gato negro, son símbolos creados por quien fue el padre del simbolismo en Poesía: fue quien engendró a Baudelaire: se lo sabía de memoria y lo tradujo al francés para todos los europeos. Cuánto le debemos al genio de ese extraño huérfano desahuciado al mismo tiempo por la realidad y la fantasía; lo supo ver uno de sus discípulos, Arthur Conan Doyle, cuando dijo que si todos los escritores dieran un grano de arena por lo que debían a Poe levantarían una pirámide mayor que la de Keops. Creó el relato policiaco, la poesía simbolista e incluso la fantaciencia o narrativa de ficción científica. Y renovó el relato gótico o de terror. Todos los escritores pueden aprender algo de él y desde peueño siempre me identifiqué sobre todo con su poesía, porque era esencialmene eso, un poeta.
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