miércoles, 23 de marzo de 2011

Diálogo insensámico

(La escena, una llanura abisal en algún planeta parecido a este. EPI y BLAS están vestidos con toga. Después, entra TRIKI)

EPI: Hacía tiempo que no nos veíamos por este blog, Blas.

BLAS: Eso es por culpa del autor. Cada vez sueña menos cosas raras. Yo le oí decir que había enfermado de sentido común. Pero ahora debe de estar soñando con nosotros y por eso andamos por aquí.

EPI: Yo creía que no podía dormir. Y tampoco somos raros: lo son los humanos.

BLAS: Es que ahora toma unas pastillas que le dejan derrengado. Y un poco raros sí que somos: tú eres una naranja y yo un limón, y las frutas no hablan.

EPI: Pues yo no me llamo naranja, me llamo Epicuro de Samos, y tú Blas Pascal. Gustavo si que lo tiene claro: él es una rana. Y las ranas hablan, o por lo menos croan, y, algunas, incluso se transforman en principitos.

BLAS: Pues eso tengo entendido que son nombres de un tipo de humanos llamados filósofos, Epi, y esto tampoco es un diálogo platónico: es un diálogo insensámico.

EPI: Los diálogos barriosesámicos no hablan de estas cosas, sino de los números, de las formas...

BLAS: ¡No, si va a resultar que somos Pitagóricos...! Pues yo he leído diálogos de Ionesco que se parecen mucho a este.

EPI: No conozco a ese señor, pero como lo que no puedo conocer suele ser absurdo, no me extrañaría que escribiese cosas absurdas; yo mismo me siento absurdo muchas veces, así que probablemente haya escrito sobre mí.

BLAS: Sí, la verdad es que eres un poco absurdo, amigo mío. A veces no te entiendo.

EPI: Pues siempre hablamos de la forma más clara, como si tuviesen que oírnos los niños o como si fuésemos maestros de parvulitos. ¿Tú crees que nuestro autor tampoco nos entiende a nosotros?

BLAS: Tal vez se entretiene oyendo lo que decimos y viendo lo que hacemos. No creo que nos tenga odio; sólo quiere divertirse un rato: por eso nos ha cortado los hilos. Quiere vernos hacer cosas absurdas y divertirse.

EPI: Me sentía mejor cuando pendía de unos hilos llamados venas; iban por arriba a una cruz llamada corazón. Cuando las tenía sentía una cosa llamada deseo.

BLAS: Los míos eran nervios, e iban a una cruz llamada cerebro. Y yo lo que notaba era curiosidad.

EPI: Deben ser cosas parecidas. ¿Recuerdas que a veces tropezaban unas con otras y se enredaban? Yo creo que el autor lo hacía tan mal, que decidió darnos la independencia para que el argumento se escribiera solo: eso de ser al mismo tiempo autor y espectador ha de ser muy aburrido.

BLAS: Epi, la independencia no se da, se conquista.

EPI: Qué bien suena eso. Pero yo no recuerdo haberme cortado las venas.

BLAS: Y yo no recuerdo haberme quitado los nervios.

EPI: Por ahí viene Triki; veamos si él puede resolver nuestro dilema.

TRIKI: Hola, amigos, ¿habéis visto pasar por aquí una galleta? Son redondas como el sol, y ruedan por la tierra igual que el sol rueda por los cielos.

BLAS: No, Triki. Pero si nos ayudas, te daremos una cuadrada. Los cuadrados no ruedan.

TRIKI: Sí, creo que ya lo vi explicado en uno de vuestros episodios.¿Puede ser doble, con entremedias de chocolate? Son las que están más ricas.

BLAS: Pides más que un cura. Está bien, de acuerdo.

TRIKI: ¡¡GA-LLETAS!! Preguntad lo que queráis que, si está en mi mano, os responderé lo mejor que sepa.

EPI: ¿Somos libres, Triki?

TRIKI: Libres ¿de qué? Yo no soy libre de no querer galletas. Mi destino es buscar galletas para comerlas. 

BLAS: Pues nosotros no sabemos cuál es nuestro destino.

TRIKI: Tal vez vuestro destino sea buscar un destino, o quizá no encontrarlo, de la misma manera que las nubes buscan una forma reconocible y sólo algunas la encuentran.

Un soneto mío improvisado


Si abro aquí un soneto, una ventana,
en muro de papel nueva pintura,
quizá es para mirar por la abertura
o no pasarme solo la mañana.

O para contemplar en la desgana
un reflejo de nada y de tintura,
para heredar de mí mismo la escritura
o porque me da tal vez la real gana.

Uno puede saltar a la piscina
también cuadricular; incluso puede
hacerlo con cabriola o pata llana,

pero llega el momento en que declina
la luz que iluminaba, y todo cede
al bajar con un verso la persiana
.

Humo negro

Parece que la serie Lost o Perdidos no ha terminado todavía, al menos en este universo paralelo. En una isla remota del Pacífico ha surgido una columna de humo negro maléfico que nos tiene a todos acojonados. Algo se está quemando en el mundo, ya que es visible desde todos los puntos del globo, que, después de todo, también es una isla. Sale de un fogón nuclear donde unos desaprensivos japoneses intentaban cocer un plato de cerdo agridulce al plutonio, y no de la Cabaña de Jacob precisamente. Ni todos los esfuerzos de Locke, Sawyer y Jack han logrado aplacar al monstruo al que esos nipones han dado tanto fuelle: allí se están achicharrando vivos sin lograr achicar el fuego. Todo empezó con el terremoto que hizo la isla al moverse cuatro metros hacia el oeste. Entonces salió una humareda tal que sólo habría podido provenir de la garganta de Godzila.

Habrá que tener Karma con la iniciativa Dharma.