Pues eso. Tal y como lo entienden los católicos de dulzarrón y colectivo, parece cosa demasiado promiscua y desviada. Por ejemplo, habría que permitir que los niños se acercasen a los sacerdotes, pero no demasiado.Y eso teniendo en cuenta que la iglesia lleva preocupándose por los demás mucho más tiempo que el estado español o sus sucedáneos comarcales. Platón esbozaba distintas teorías en su Banquete, muy sugerentes ellas. La teoría de la cristalización de Henri Beyle, más conocido como Sthendal, me parece más ajustada a razón. Ortega, en cambio, con eso de decir que el amor "es un estado de estupidez transitoria" se quedó solo. George Bernard Shaw decía que el único amor verdadero es el amor a la comida; lo entiendo, aunque no lo comparto. Siempre fabla mintroso, decía Juan Ruiz, y decía bien. El amor es una exageración de los sentidos y de los proyectos vitales, al final de la cual está la dura y grotesca realidad. Los antropólogos dicen que la naturaleza y la programación genética estatuye siete años de convivencia, lo suficiente como para que las crías puedan formarse eficientemente. Pero a veces el apego va más allá, impulsado por la familia, que es la unidad mínima de empresa y la única que al parecer satisface algo las necesidades afectivas, morales, sexuales y sociales .
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