En educación es preferible el joven manipulable y barato al viejo sobradamente preparado, inmanejable, a quien se suele tildar de amortizable y obsoleto. Los jóvenes pueden cargar fácilmente con los errores de los que mandan y no tienen autoridad que ejercer, y además, son más baratos. Viva la jubilación anticipada. Los que mandan creen que los viejos son muy caros, porque con la antigüedad han ido incrementando su salario, que producen menos que los jóvenes y que se adaptan peor a los cambios. Aunque sean viejos que saben idiomas, que manejan las nuevas tecnologías al dedillo, que tienen experiencia y que no se dejan engañar por supuestas moderneces y quimeras y errores tontos que siempre cometen los que supuestamente son tan infalibles como el papa, sólo porque no hay nadie encima de ellos que les diga lo tontainas que son. Es preferible perder el talento a plantearse la cuestión de si uno es un imbécil. Así lo dice El País:
Por ejemplo, la gente joven que ha entrado en la banca en los últimos seis años, sólo ha vivido una época de expansión. Los seniors que se fueron tenían las dos experiencias: sabían gestionar una economía en expansión y una en crisis. A posteriori, las empresas pondrán más cuidado. Creo que la época de las prejubilaciones o expulsiones a bulto, trazar una línea de 'los de 50 para arriba', se acabó".
Empiezan a echarles en falta. Los ingenieros de Telecomunicaciones de Cataluña acaban de hacer un llamamiento de socorro para recuperar a prejubilados y paliar el déficit de profesionales. En la medicina, donde la convivencia entre maduros y jóvenes equivale a una imprescindible tutoría y aprendizaje, las prejubilaciones han obligado a contratar a especialistas extranjeros que hablan una lengua distinta de la de sus pacientes.
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