domingo, 22 de febrero de 2009

Cosas que pasan

Fui por un paquete a Correos, que está frente a mi casa. Era un libro de Antonio Capel que había comprado a través de iberlibro: Lo que yo sentí: Cinco años alumno del padre Ángel Ayala, S. J. Ciudad Real: Tipografía San Francisco, 245 páginas. Tras pagar el desmesurado precio, casi cincuenta euros, me senté en un banco de la plaza de Correos, y marché para mi casa dejándome abandonado el libro dentro de su sobre, con mi dirección. Cuando advertí el olvido, retorné y lo único que encontré fue el sobre con mi nombre y dirección, pero del libro nada. Quien se apropió el libro ni siquiera quiso devolverlo a su legítimo dueño, pues tenía mis datos en el sobre y en la factura interior. Una pena, pero así es la mayor parte de la sociedad. Tuve tiempo para observar, sin embargo, que el libro estaba graciosamente ilustrado y que le faltaba una ilustración de la solapa que había sido cuidadosamente recortada. Portaba el sello de una biblioteca escolar religiosa, así que el libro fue robado, con esta, al menos dos veces.

Compré este raro libro para conocer algo más sobre Ciudad Real en el tiempo en que este famoso pedagogo jesuita, Ángel Ayala, era director de su seminario. Ahora me quedaré y os quedaréis sin saberlo. Vienen las vacas flacas y no puedo permitirme semejantes dispendios, pues la manía de coleccionar libros atinentes a la provincia es onerosa y propia de nababs y gente gorda y dineraria, no de pelaos como menda (aunque esta gente, de suyo tosca, necia y paleta, en vez de libros, prefiere tener cabezas de ciervo, marido y jabalí en sus casas). Qué se le va a hacer.

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