Por ahí tengo algunos poemas sin terminar. La inspiración se agotó a medias o alguien me interrumpió en plena faena y ya no la pude recuperar. Otros me parecieron demasiado enajenados, como escritos por alguien que no era yo, sino un demonio que escribía por mí. O sencillamente comenzaron tan fuerte que no hallé manera de concluir. Algunos están terminados y ya no me acordaba de ellos. Para mi libro inconcluso sobre cine tengo algunos poemas, como este:
La versión Browning
Con el tiempo he venido segregando
un gran caparazón. Soy un molusco
cubierto de los libros que me busco
por no rozar lo que me va pasando.
Sin vivir vivo en mí y me está matando
esta encuadernación en que me ofusco;
cosido tengo el lomo a pincho brusco
y se va mi conciencia apolillando.
Comiendo letra impresa me voy viendo
la vida en versión Browning, y la noche
poco a poco me está cerrando un broche
de joya cuyo brillo está mintiendo.
Se pasará la página, y veremos
que no todo está escrito aunque no estemos.
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