lunes, 9 de febrero de 2009

Política


Hasta de la mierda hay que hablar, así que hablemos de los políticos. Uno, que es una persona seria, no debería de rebajarse a tratar un tema tan ridículo como este, donde el mequetrefismo y la necedad son el pan de cada día y donde la pequeñez de miras y la corrupción hacen vano y estúpido cualquier intento de arreglar un problema, por simple que sea. Sus gilipolleces y manipulaciones son tan repetidas, mezquinas y ñoñas y sus trolas tan infantiles que ya más que vergüenza ajena provocan cansancio y ganas de vomitarles encima o tirarles algo, no sé, un pastelazo de cine cómico. El hombre común, con el menos común de los sentidos, suele dictaminar "que los fusilen a todos"; yo, que no puedo creer en lo que veo todos los días, que me hago cruces y que suelo expresar mis opiniones políticas en el váter, no creo que sea necesario adoptar medidas tan viscerales y violentas; es más, creo que los socialistas tienen razón y las derechas son una mierda, y que las derechas tienen razón y los socialistas son una mierda; como soy mejor persona que ellos, pienso que todos son personas sensatas y cuerdas y les concedo que tienen razón, así que creo que los políticos en general y sin excepción son todos una mierda y hay que quitarles la política de las manos y dársela a alguien más preparado, por ejemplo a los ciudadanos, no a los políticos, que son todos una mierda (convendrá aquí decir que ciudadano es la traducción al castellano de la palabra griega político, pero como los políticos quieren quitar el griego del sistema educativo, no les va a valer). A los políticos se les podría dejar dirimir sus diferencias en oficios apropiados para sus talentos escatológicos, vaciando orinales en hospitales o practicando otras modalidades de voluntariado de esas que tanto recomiendan, como limpiarles el culo a los viejos o recogiendo cacas de las aceras. A Esperanza Aguirre, por ejemplo, podría ponérsela a fregar escaleras o recoger jeringuillas en el barrio de Entrevías mientras las lavanderas y barrenderos hacen cursos de inglés donde a ella se lo pagaron sus papás. A Zapatero podría ponérsele a trabajar como técnico inspector de clínicas de abortos, o de residuos tóxicos de hospitales de los médicos de la SS o Seguridad Social o de inspector de albañales de corrupción municipal, que es algo que le está haciendo falta.

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