Los antiguos pensaban que era imposible cambiar de naturaleza. Es la filosofía que se deduce de toda la fabulística grecolatina, nada menos. El Cristianismo vino a cambiar tal estado de cosas, y estableció que era posible una especie de redención o metamorfosis. Epicuro pensaba que la educación es una segunda naturaleza; ahora ha ocurrido un hecho que puede interpretarse de una forma u otra.
En un reality show de Antena 3 se ha descubierto que uno de los concursantes era un frío psicópata o parricida que a los 15 años asesinó a sus dos padres e ideó un plan para presentar el crimen como el robo realizado en su casa por un os extraños. Y además estuvo esperando al segundo de sus padres en su casa durante cuatro horas para matarlo después de haber asesinado al primero. El móvil: no lo dejaban volver a casa a la hora que él quería. Ingresó tres años en un correccional y lo soltaron sin antecedentes, como suele ocurrir en estos casos. Su novia lo sabía y lo defendía, y ahora trabaja como auxiliar de vuelo o "azafato", y, en efecto, el chico es bastante guapete. En el perfil que Antena 3 hizo público de ambos antes del inicio del concurso se exponía que ambos mantenían muchas discusiones, pero que luego siempre se «reconciliaban». «Yo pensaba que esto podría salir a la luz por parte de algún indeseable», indicó el joven apesadumbrado por tener que abandonar el «reality». A su vez, su pareja aseguró estar «orgullosa» de lo que ha conseguido «en su vida». De su corta trayectoria por el programa, el joven auxiliar de vuelo consideró que ambos han demostrado «honradez, nobleza, amor y compañerismo». «Que se den cuenta que la gente cambia», afirmó antes de fundirse en un abrazo con su novia sollozante. No es la primera vez que tragedia y televisión van de la mano. Hace poco más de un año, la ciudadana rusa Svetlana fue asesinada cuatro días después de que su maltratador acudiera al programa de Antena 3 «El diario de Patricia» para pedirle perdón sin que ella lo supiera. En 2004 y ante las cámaras, Ricardo pidió perdón a su pareja por sus infidelidades. Ella accedió y semanas más tarde su cadáver fue encontrado en el maletero de un coche. En 1998, José Ignacio apuñaló a su mujer porque no quiso ir a «Lo que necesitas es amor». En estos casos, por lo que parece, se ha visto lo contrario: que la gente no cambia.
Tal vez cuando se es joven la gente pueda cambiar con más facilidad. ¿Cambarían Farruquito o el asesino de Sandra Palo?
¿Quién es capaz de decirlo? ¿Quién es capaz de verificar la sustancia moral de una persona? ¿Un psicólogo?
No sé.
El cambio es posible, el cambio es el triunfo de la voluntad.
ResponderEliminarA mi entender, las probabilidades de cambiar una personaliad dependen del nivel de autocrítica, de la capacidad de reflexión, y de la forma en que procesamos los datos con los que la realidad responde ante nuestras acciones u omisiones; dicho de otra forma del afán de agradar y de mejora; el primero se vincula con la necesidad de expandirse y la vida social, y el segundo con la de reconcentrase y sentirse bien.
Adorno y su equipo buscaron la personalidad autoritaria (la que nunca cambiará, pues se considera una persona auténtica, cómo debe de ser) midiendo los niveles de estereotipación y de etnocentrismo. A mayores niveles de ambos, más autoritaria es la personalidad, concluyeron. Es decir, que quien se acostumbra a mirar la realidad desde un solo punto de vista, al estilo: en el fondo todos los judíos son usureros o todas las mujeres son iguales, soy como los demás valencianos, españoles, o donde quiera halla nacido, a mí me gusta lo mismo que a todos mis paisanos etc. puede anular la empatía, base del respeto y la conviviencia bien entendida.
O sea que, el cambio es posible y es, además, el triunfo de la voluntad, ideas que coinciden, la primera con el lema del altermundismo y la segunda con el titulo de la famosa peli de Reinfhenstal o como se llame, con motivo de los Juegos Olímpicos de Berlín. Lo que viene a recordarnos que la voluntad no es intrínsecamente buena, no tiene moral, obedece a impulsos o a reflexiones, y, ella sola, en ecuación con la suerte, decide el destino de cada cual. Recuerdo con especial cariño a un profesor de secundaria gracias al que grabé en mi memoria la máxima de Schiller: conócete a tí mismo y vence la pereza de la naturaleza.
Ahora bien, la educación bien entendida tiene una parte de doma, decía Mairena, de dominar unas cualidades que, añado yo, son, bien hereditarias, bien ambientales. Quiero decir que de un chaval sin cualidades para el fútbol y por mucho que lo entrenes, nunca lograrás un fuera de serie, más siempre será un buen jugador que aguantará el tipo entre los mejores, ya que se ha especializado en ello. Ejemplos hay a patadas, en mi ciudad, por ejemplo, los hijos de papá siempre han tenido un hueco. Quiero decir con esto, que una persona, la misma según su voluntad, es capaz de ejecutar un doble asesinato, y puede hacer crecer el amor.
En realidad, no hacen falta buenos profesores, los buenos ejemplos, aunque escasos en proporción al total, se acumulan en la historia de los pueblos. Lo escaso, son los buenos discentes, quienes, si hay suerte, se convertirán en esos buenos ejemplos que comentaba. Pero, y ésta es la pregunta del millón, ¿qué motiva a los estudiantes actuales a esforzarse en la enseñanza reglada, en cumplir las normas de convivencia que se les trasladan de manera hipócrita, cuando al mirar el mundo descubren que la fuerza y el sexo, o por abrir más el ángulo, la pasión, la sinRazón y el afán de dominio son el motor de la historia, mientras que la inteligencia aplicada a fines filantrópicos es un camino duro con una recompensa incierta?
Así pues, pese a quien pese, se impone la misantropía y Hobbes se revaloriza. Pero ¿quien vigila al vigilante? No será Garzón... mejor nos hubiera ido con Falcone, claro que si Falcone fuera Garzón... ya nadie recuerda que fue de Falcone, ni de Moro..., el Muro, cayó o lo tiraron..., no lo tengo claro.