lunes, 3 de agosto de 2009
El mundo de la imagen
Uno de los grandes defectos de la imagen es su carácter apodíctico, su truismo, que lleva a ocultar más que a manifestar la estructura íntima de las cosas. La imagen no posee, sino que exhibe un carácter envolvente, ocultador; las palabras, por el contrario, poseen un carácter atómico: es preciso construir algo con ellas, unirlas con una argamasa, una sintaxis, un pensamiento. Las palabras no proyectan sombra, no ocultan nada, sino que desvelan o desnudan las imágenes. Con las palabras se puede pensar, con las imágenes no; las imágenes reducen los pensamientos a mero estímulo behaviorista. Podemos entendernos con los animales con imágenes, porque son estímulos; pero una comunicación a nivel profundo exige abstracción. Después de todo, el logocentrismo de la civilización occidental denunciado por los deconstructivistas a lo Derrida posee algunas ventajas.
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