Dice un individuo con sotana: "En este mundo nada es casualidad. Y menos en las cosas eclesiásticas, que es donde menos casualidades se dan. Pregunten a los nuncios, pregunten a los canónigos, y verán que especialmente allí donde parece que ha habido una casualidad es donde menos ha tenido que ver el azar".
Siendo así, uno termina por suponer que al católico Kennedy le dispararon por casualidad, que al bendito Juan Pablo II le dispararon por casualidad y, por qué no, que a Cristo lo crucificaron por casualidad, e igual podían haber crucificado a Barrabás o a Judas. Después de todo, hasta Pilatos tenía dudas sobre el asunto y se lavaba las manos. ¿Qué culpas le achacaban al inocente Cristo, que murió por nosotros? ¿Haber defraudado a la gente, como pensaba Judas? ¿No querer ser el Califa en lugar del califa? ¿Cuál era esa culpa de Cristo, tan humana que tuvo que purgarla con su hipotética divinidad?
La culpa
ResponderEliminarLa culpa del tal Cristo fue, sin duda, haber nacido y, sobre todo, que pese a no haberlo hecho en un palacio, con sones y y salvas, trataba como iguales a todos los nacidos que, como él, somos hijos del rey del universo.