Karelia Vázquez,
“¿Estudia en Internet sin distraerse? Internet está repleto de
gratificaciones inmediatas para procrastinar y perder el tiempo. Las
plataformas de e-learning experimentan con diseños anti dispersión”,
en El País, 1 OCT 2014:
El novelista
Jonathan Franzen considera que es imposible escribir una buena novela
desde un ordenador conectado a Internet. Por eso trabaja en un
dispositivo marca Dell al que ha arrancado la tarjeta wireless.
Además, para protegerse de todas las tentaciones ha taponado con
superglue todos los agujeros del ordenador por los que se podría
conectar un cable de Internet. El escritor lo contó a la revista
TIME y recomienda a todo aquel que pretenda trabajar con un nivel
mínimo de concentración e interferencias hacer lo mismo.
Internet es una
fuente de dispersión inagotable. Puede usted procrastinar sin límite
alguno en sus brazos. Saltar de una ventana a otra y perder la noción
del tiempo. Cuando consiga despertar habrá perdido al menos un par
de horas de productividad y le costará horrores volver a
concentrarse. Mientras un escritor como Jonathan Franzen puede
permitirse la abstinencia digital alguien que se apunte a un curso
online no podrá disfrutar de semejante excentricidad. A través de
Internet le vendrá el conocimiento y la distracción. Todo a un
tiempo y en el mismo pack. Y, sí, la mayoría de los mortales somos
más sensibles a una cosa que a la otra.
En el libro
Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?
(Taurus) el periodista tecnológico Nicholas Carr sugiere que la Red
podría estar rediseñando nuestro cerebro para que prefiera consumir
información corta, desarticulada y frecuentemente servida en
explosivas cascadas, en lugar de las presentaciones largas,
constantes y lineales que caracterizan a la lectura profunda o al
estudio. ¿Cómo es posible entonces aprender en Internet, el lugar
más disperso al que hayamos tenido acceso jamás?
Trabajamos o
estudiamos como promedio con ocho ventanas abiertas al mismo tiempo y
saltamos de una a otra cada 20 segundos. No pasarán más de 15
minutos sin que sea usted interrumpido por alguna tarea digital
pretendidamente urgente. Por ejemplo, gestionar el email, actualizar
Facebook, chatear por Gtalk, satisfacer una repentina curiosidad en
Google, buscar un vídeo en YouTube … Dichas tareas pueden venirle
dadas por las circunstancias, pero en la mayoría de los casos será
usted mismo quien interrumpa su ritmo de trabajo porque no querrá
pasar más tiempo sin saltar compulsivamente de una cosa a la otra.
Las encuestas
sugieren que el control de los impulsos se está haciendo más débil
en el mundo de la gratificación inmediata.
En una encuesta
realizada a 2500 personas por Webtrate, un software creado para
liberar de Internet a estudiantes, escritores y trabajadores que
necesitan concentrarse, más de la mitad de los entrevistados admitió
que tenía problemas para controlar sus impulsos y abstenerse de
echar un vistazo a su email o a sus redes sociales mientras estudiaba
o trabaja. Más del 60% dijo abandonar su línea de pensamientos para
responder un correo o comentar en las redes sociales mientras
trabajaban o escribían textos que requerían concentración máxima.
Según el empresario
y programador Will Little, quien creó y diseñó el software
Webtrate, Internet a pesar de sus múltiples beneficios reduce
nuestros niveles de productividad y nos ayuda a procrastinar más y
mejor porque nos da acceso a “un menú inmediato de distracciones
instantáneas”. “Parece que cada vez sentimos una necesidad más
acuciante de saciar nuestros deseos de información nueva revisando
el email, la Web o las redes sociales. El entusiasmo por descubrir
algo nuevo es tan poderoso que puede más que un trabajo importante
por hacer. Las encuestas sugieren que el control de los impulsos se
está haciendo más débil en el mundo de la gratificación
inmediata”, dijo en una rueda de prensa.
Los diseñadores y
profesores de cursos online saben que tienen que luchar contra la
competencia más feroz y cercana: Internet. Alexandra Maratchi, CEO
de Homuork, una start up española dedicada al diseño de cursos
online para la educación corporativa cuenta que experimentan con
herramientas de diseño para no perder alumnos por el camino.
“Trabajamos con la longitud de los vídeos. Los estudios demuestran
que a partir del minuto ocho la atención cae en picado, así que los
hacemos más cortos, usamos técnicas narrativas para contar los
contenidos e intentamos que el propio curso parezca un escenario”
más información
Por su parte
José I. Baile, profesor y vicerrector de Ordenación Académica de
la UDIMA (Universidad a Distancia de Madrid) recuerda que estudiar en
un medio online, no significa estar en Internet todo el tiempo. “La
gran mayoría de los cursos online permiten obtener los materiales y
descargarlos en el dispositivo para poder estudiarlos tranquilamente
en cualquier lugar y momento, sin necesidad de tener acceso a la Red,
para posteriormente volver a la plataforma y realizar ciertas
actividades de aprendizaje o de evaluación. Esta sería una de las
primeras reglas para no dispersarse: no estar siempre conectado con
la excusa de que se está estudiando porque habitualmente no es
necesario”. Este experto recomienda a los alumnos de la enseñanza
online que se den descansos de diez minutos de ocio en Internet por
cada 50 dedicados a estudiar. Para Baile, lo que suele dispersar
mucho al estudiante es un curso online sin profesor. “Si la
formación es autodidacta se suele requerir mayor motivación
personal y concentración, capacidad de autocontrol, autorregulación
y concentración”.
La pasividad lleva
al aburrimiento, y éste a la dispersión. Es decir, si el curso no
obliga al estudiante a hacer nada, salvo a ser receptor de
información, pronto nos iremos a navegar por Internet sin orden y
concierto y perderemos el hilo de lo que estábamos haciendo. Los
cursos diseñados por Homuork han encontrado una fórmula para
mantener al alumno alerta: “Cada cierto tiempo y sin avisar salta
una pregunta que evalúa el desempeño del alumno, no le dejamos
mucho tiempo solo e inactivo”, explica Alexandra Maratchi y agrega:
“Además, intentamos que que las plataformas sean espacios
agradables, que esté todo en la misma pantalla para que no haya que
cambiar constantemente de una a otra. Por último, siempre dejamos
ver la secuencia, que el alumno vea dónde empieza y termina el curso
para que no desespere”. Maratchi lo resume en proponer al alumno
suficiente variedad para que no se vaya a otro sitio y animarle con
elementos “que parecen de ocio pero no lo son”. "¡Casi
tratamos al estudiante como si fuera un espectador!"
¿Puede Internet
salvarnos de Internet?
Paradójicamente
Internet promete salvarnos de sí misma. Cada vez se crean más
plataformas, software y aplicaciones online destinadas a hacernos más
productivos y eficientes bloqueando el acceso a la Red de forma
temporal o definitiva.
Webtrate
El software ofrece a
“los estudiantes procrastinadores” hasta tres modalidades para
liberarse de Internet. El primer paso es configurar cuánto tiempo la
quiere usted tener bloqueada en su ordenador, luego puede elegir una
de estas opciones: 1. Bloquear, pero si reinicia el ordenador podrá
volver a conectarse. 2. Bloquear y aunque reinicie no podrá volver a
Internet hasta tanto no se agote el tiempo de no conexión que ha
configurado. 3. Permanecer conectado pero con un filtro que le impida
acceder a los sitios donde suele dispersarse, por ejemplo, el correo
electrónico y las redes sociales. Ofrece 30 días gratuitos de
prueba.
Freedom
Aseguran sus
creadores que su precio, 10 dólares (7 euros), serán una buena
inversión porque lo convertirán en una persona eficiente. Esta
aplicación ha sido probada por más de 500.000 usuarios y es
compatible con Windows, Mac y Android. Freedom desconecta el
ordenador de Internet por el tiempo que usted decida y lo libera (por
ese tiempo) de las distracciones digitales que le impiden trabajar.
Isolator
Le ayuda a
concentrarse y le quita de en medio todas las fuentes de distracción.
Cuando se pone en marcha Isolator cubre el escritorio y esconde todos
los iconos y aplicaciones y solo le deja ver el documento de trabajo
en el que debe concentrar toda su atención.
SelfControl
Es una aplicación
gratis compatible con Mac que permite bloquear el acceso a sus
pecados digitales preferidos, incluidos los servidores de correo
electrónico y las redes sociales. También le deja a usted decidir
el tiempo de abstinencia y hacer su propia lista negra de sitios que
preferiría no ver mientras está trabajando. Debe pensar bien sus
decisiones porque Selfcontrol no le permitirá conectarse a Internet
hasta que el tiempo elegido no se agote. No podrá hacerlo aún
cuando reinicie el ordenador.
Cold Turkey
Es un programa para
Windows que funciona como un bloqueador de aplicaciones, Web y todo
lo que usted decida que no lo deja avanzar en sus tareas. “Una vez
que el ordenador está bloqueado –dicen sus creadores- usted
aumentará la motivación y prestará más atención a su trabajo.
StayFocusd
En lugar de bloquear
las distracciones digitales por un periodo de tiempo determinado,
esta herramienta le permite decidir cuánto tiempo quiere perder al
día y limita las horas que va a pasar en esos sitios donde usted
sabe que procrastina como un campeón. Puede decidir pasar 60 minutos
al día en Twitter o en Youtube, darse una hora para Ebay o diez
minutos para revisar su Instagram. Funciona en Google Chrome. Los
usuarios de Firefox tienen una prestación similar con LeechBlock.
Time Out
Para mantener un
buen nivel de atención y concentración se deben tomar descansos
cada cierto tiempo de estudio. Esa es la misión de Time Out:
programar sus descansos a intervalos de tiempo que usted debe
configurar. La aplicación disponible para Mac se encargará de
recordar cuándo le tocan sus diez minutos de descanso.
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