Algunas coplillas y frases hechas de factura manchega que ha recopilado Raimundo Escribano. Sus consideraciones lingüísticas, aunque algo enteradas, son ingenuas; no repara en que mucho del vocabulario que recoge es común en casi toda España o al menos en Castilla y que la mayoría de los fenómenos fónicos que comenta son propios del nivel vulgar del castellano.
Conocí la galera
por el platillear,
el andar de la mula
y el cantar del gañán.
Si subes al cielo,
que no subirás,
y ves a mi hermano,
que no lo verás,
le dices que baje,
que no bajará.
Algunas cabezas parecen de ajo (para censurar amistosamente, algún olvido u omisión);
Amigos, pero el borrico en la linde (en ciertos casos o negocios no cuenta la amistad);
Agua pa -apócope de para- mi melonar (celebración de la lluvia);
A medida del santo son las cortinas (decir o hacer algo ajustadamente);
Como un bebedero de patos (tener alguna cosa muy mal aspecto);
Como llamado con campanillas (llegar oportunamente);
Comer más que la gangrena (en referencia a los daños que provoca ese mal);
Comer más que una pupa mala (similar a lo anterior);
Como es el poblache, es el justiciache (que existe proporción entre dos elementos cuya relación se establece);
Con puntos, comas y cagadas de moscas (aprenderse o transmitir algo con todo detalle);
Chocotajas y bocado en la pringue (en referencia a la ambición desmedida);
Dar igual Pitete que Marianete (no haber diferencia entre dos proposiciones);
Del cerdo, hasta los cascabiles (todo es aprovechable);
Esos son otros garcías (eso es otra cosa, otra cuestión);
El que no sea pagallo, a capallo (quien no asuma sus obligaciones, aténgase a las consecuencias);
El estómago no tiene ventanas (nadie puede saber si se ha comido o no);
Gorrino jaro, poco arrobero (se refiere a cierta raza de cerdos que no alcanzan gran peso);
Hacer la visita (acudir a la iglesia y orar ante el Santísimo);
Ir como los cojones de los galgos ( ir detrás de algo o alguien, ir a remolque);
Ir más de culo que san patrás (retroceder, empeorar en algún aspecto de la vida);
La mejor mula, sin manta (olvidar o desatender algún asunto principal);
Más flojo que un vendo (encontrarse alguien sin fuerzas);
Más pulgón que las habas de Octavio (algo que está muy deteriorado, podrido);
Menudo paso llevamos con el muerto (reflexión sobre lo deprisa que pasa la vida);
Morderle el queso al cura (se dice de los niños cuando les caen los dientes);
Más basto que la paja de habas (por ser especialmente áspera);
Mas viejo que el haza “la torta” (ser muy mayor);
Más pelado que Carracuca (estar sin dinero);
Más difícil que encontrar un piojo bizco (se dice de algo prácticamente imposible);
Más mugre que el jarrillo del Ayuntamiento (que no se limpiaba nunca);
Para la siega del tocino (para la época de la matanza casera, por San Andrés);
Pedir más que la estudiantina “El Pollito” (iban tres tocando y veintinueve pidiendo);
Que es tarde y vié lloviendo (al terminar la jornada en el campo);
Que San Juan cayó en viernes (cuando alguien quiere salirse del tema);
Recorrer las estaciones (recorrer los bares);
Ser más pesado que Ricardito, que mató una vaca a besos (ser insoportable);
Vaya ojo pa (apócope) echar lluecas (tener poca vista, equivocarse);
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