sábado, 3 de enero de 2009

BOE e Internet, y lo que significa (o debería significar)

Me parece muy bien que pase el BOE a Internet para reducir costes. Es más, ¿por qué no pasamos a Internet también al Rey para reducir costes? Con una representación electrónica quedaríamos todos más unidos y ahorraríamos más dinero. Y lo mismo cabría decir del mismo Estado y de los políticos: si cada medida se votara por Internet, tendrían que sudar lo suyo para explicar sus decisiones a los ciudadanos y convencerlos, o incluso podría gobernarse el país por comisiones de especialistas rigurosamente controlados en vez de por imbéciles, corruptos y degenerados. He ahí la expicación de la lentitud de In ternet y del retraso secular de la informática en España. El día que se generalice, habrá cosas que serán muy difíciles de explicar y que sigan estando como están.

Pobrecillos. ¿Qué harían sin mamancia ni redes de amiguetes? ¿Llorar? ¡Qué va! ¡Seguro que estarán cobrándonos impuestos por el uso de Internet, vendiéndonos acceso a telefonía móvil o, lo que es peor, dirigiendo agencias de publicidad!

Y es que mi experiencia con otras redes, las electrónicas, por lo que he visto en la Wikipedia, no es muy optimista, aunque hay desde luego elementos positivos que hacen que la cosa salga a flote a pesar de todo y bastante bien además. La naturaleza humana es igual en todas partes, como quería Leopardi, y el hecho fundamental para nosotros es su conflicto con la brutal naturaleza y una corta vida para nuestras grotescas ambiciones. ¿Quizás una reforma ética? Leyendo la Historia de la filosofía de Bouvier traducida por el gordo y ambicioso cardenal Antolín Monescillo he llegado a la conclusión de que la iglesia sólo ha tenido miedo en dos mil años de historia de una persona: de Kant y de su reforma ética y laica.

Aquí, en España, de uno de sus discípulos, de Karl Christian Friedrich Krause.

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