sábado, 3 de enero de 2009

Nievo, Paloma, Spitzer


Un artículo de El País sobre una nueva traducción de la obra maestra del escritor decimonónico Ippolito Nievo en Acantilado, Le confessioni d'un italiano o Las confesiones de un italiano (1867) me ha descubierto a esta figura del Realismo; lleva la recomendación del futuro nobel Claudio Magrís, que no es poco. Se le desconoce en casi toda Europa; por paliar algo ese desconocimiento en estos lares y autoinformarme he traducido el artículo que le dedica la Wikipedia en italiano y he puesto mi versión en la española, aquí. Ojalá pueda encontrar ocasión de leérmelo y dejar de escribir tanta crítica literaria de autores manchegos del XIX, aunque eso me ha hecho leer a algunos autores raros y descubrir bellezas que no creía pudiera atesorar nuestro XIX. Hace años sueño con consagrarme sólo a la literatura de creación. Me han comprado de Reyes un sillón para leer y unas gafas para mi vista cansada, lo que era mi deseo desde hace tiempo. He hecho sufrir a mi amadísima hija Paloma mi carencia de serotoninas la noche pasada, después de montar arduamente el sillón, que vino embalado y desmontado. Esta mañana le he dado una retahíla de besos, pero me duele tanto meter la pata en cosas así... Me hace ver que no domino los automatismos psíquicos de mi depresión incluso cuando estoy menos estresado (quisiera saber cuando no estoy estresado: no lo conozco desde hace años). Empiezo a sentir que estoy perdiendo a mis hijas, por mi culpa tal vez, acaso por la natural evolución de las cosas.

El artículo avanza, aunque a paso de caracol; lo que llevo me deja satisfecho, pero me asalta la duda de que desbordará el tamaño exigido para el capítulo de un libro. Dejaré las tijeras para después. Soy incapaz de trabajar mal en estas cuestiones, para mí esto es como la relojería, algo que no admite errores, ni siquiera mínimos, pero diferente en el sentido de que sí reclama intuiciones. Cada vez comprendo más a Menéndez Pelayo, aun con su subjetividad, y la Hermenéutica de Leo Spitzer; creo que ese tipo de crítica exegética es lo que siempre he estado haciendo.

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