Sea la vergüenza eso que no saben definirme mis alumnos, esto es, lo que el DRAE explica como "turbación del ánimo, que suele encender el color del rostro, ocasionada por alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante, propia o ajena", o el "pundonor o estimación de la propia honra". Esto es, obedecer el tercer mandamiento: honrarás a tu padre y a tu madre no dándoles motivos de vergüenza. U obedecer el undécimo, no escrito: "No molestarás", o, como se suele decir, "ten tacto y circunspección cualquiera que sea la ocasión"; que si eres alumno de la ESO, será imposible enseñarte ni aun la sombra de tal concepto.
Sea también esa caballeresca "vergüenza ajena", que consiste en sentir lo anterior "por lo que hacen o dicen otros", sintiendo el miedo de rebajarse o abandonarse en su conducta, o relajar cualquier nota de los propios y legítimos orgullo y estimación. Sea pues uno deferente, entregado, cortés, cabal, bien compuesto, adherido al dictamen o proceder ajeno por respeto o por excesiva moderación, entregado, razonable, condescendiente, amable, atento, afectuoso, obsequioso, urbano, sobrio, comedido, lleno de todas las gracias y mercedes de toda dadivosa cortesanía, benéfico, agradable, experto en compostura, arreglado, peripuesto, tratable, paciente, accesible, honesto, leal, mesurado, circunspecto, reverente, templado y bien dispuesto, que no tendrá que hacer absolutamente nada si tiene que dar clase en la ESO.
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