Vicente Ferrer, un santo que no pasaría el protocolo de santidad del Vaticano, se está muriendo. Jesuita que dejó la orden, se secularizó y se casó y tuvo un hijo, para ayudar a los demás tuvo que fundar una asociación laica u ONG. Que la iglesia no reconozca su labor es una de tantas gilipolleces como comete la iglesia. Morirá cuando ha muerto la mediática Jane Goody, que dedicó tanto esfuerzo a conseguir dinero para sus propios hijos, que no los de los demás, y se mostró racista con una hindú en el Gran Hermano Británico. El 7 de marzo, decidió cristianizarse en una ceremonia de bautismo en la que incluyó a sus hijos y, puesto que los médicos desaconsejaron su salida del hospital Royal Marsden de Londres, la ceremonia se realizó en el mismo centro sanitario, lo que no impidió su comercialización en los medios. ¿No os recuerda esto lo de Lady Diana de Gales y la madre Teresa de Calcuta?
ABC, hoy:
Vicente Ferrer, en estado crítico en un hospital de la India
JAIME LEÓN NUEVA DELHI
Vicente Ferrer, fundador de la ONG que lleva su nombre y que durante los últimos 55 años ha trabajado para mejorar la vida de los más pobres en la India, se encuentra en estado crítico tras sufrir una embolia el pasado viernes.Ingresado en un hospital de Anantapur —en el estado indio de Andhra Pradesh—, el Padre Ferrer se encuentra inconsciente, aunque sus constantes son estables.
«Hay posibilidades»
«Mi padre está inconsciente, aunque recibe medicación —aseguró ayer a Efe su hijo, Moncho Ferrer—. Los médicos han detectado movimiento en la parte izquierda de su cuerpo, pero no en la derecha. Aunque hay posibilidades de recuperación, habrá que esperar 72 horas».
A sus 88 años, Ferrer es una institución en la India, país al que llegó en 1952 como misionero jesuita. Desde entonces ha dedicado su vida a erradicar el sufrimiento de los más desfavorecidos en unos de los países más pobres del mundo. Su lucha despertó suspicacias entre las clases altas y fue expulsado de la India en 1968. Sin embargo, 30.000 personas se movilizaron y recorrieron los 250 kilómetros que separan Manmad y Bombay para pedir su regreso. Ferrer se despidió de sus seguidores con la frase: «Ya vuelvo, esperadme».
Y no hablaba en vano. En 1969 regresó a la India y se instaló en uno de los distritos más pobres del país, Anantapur, donde, tras abandonar la Compañía de Jesús, creó la Fundación Vicente Ferrer.
En la actualidad esta fundación apadrina a 135.000 niños, tiene presencia en 2.000 pueblos y de los cuatro millones de residentes de Anantapur, dos y medio se benefician directamente de su trabajo. En España, 150.000 personas colaboran en su misión. Solo en 2007 recaudó de forma privada 40 millones de euros. Muchos le consideran un santo. Su mujer, Anna Ferrer, cofundadora de la fundación, lo define de forma más sencilla: «Vicente tenía un sueño, ayudar a los demás».
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