miércoles, 21 de octubre de 2009

Ahora

Ahora que he terminado por fin la revisión de mi tesis, tengo que replantearme muchas cosas. Disfruto de un enorme alivio por la presión que me he quitado de encima, y quizá debería conformarme con ello y disfrutar del bien merecido descanso, pero siento todavía el tirón de muchos deseos menores y de empresas por hacer. Tengo que seguir con ellas, pero ahora los proyectos largos me seducen menos. Investigar es un trabajo solitario y, como me decía mi querida suegra, cuando estás solo incluso te da pena matar a las moscas, porque te hacen compañía. Se aprecian más las cosas sencillas y hasta la más pequeña partícula de vida y movimiento despierta un genuino asombro y un placer indescriptible: sentarse a hablar, tomar un café, contemplar una nube... Una de las satisfacciones más grandes que puede experimentar un ser humano es respirar a pleno pulmón, llenarse de aire; otra, beber un vaso de agua con sed verdadera; otra, tirarse una tarde sobre el césped mirando al cielo sin pensar en nada; oír las olas, el viento entre las hojas o el estruendo del agua de un río; sentarse con la familia, ver pasar a la gente... Ir despacio por la vida. Estas cosas poseen un valor elemental y primitivo que revuelve algo muy profundo en nosotros, porque son cosas que ya sentían nuestros antepasados más lejanos, incluso en la escala evolutiva: el trino de los pájaros, por ejemplo, ha sido descrito por todos los poetas sin excepción, fray Luis de León y Keats incluidos, como un signo de serenidad y de paz.

Así, mis ambiciones tienen ya proporciones muy personales; me gustaría empezar a releer de nuevo los clásicos antes de morirme. Cuando uno es joven lee apresurada y agitadamente, sin el poso que da una vida por llegar; ahora sin embargo hay que leer despacio, dejar que se aposente lo nuevo sobre los sedimentos ya formados, paladear; gracias a Dios, el olvido ha cumplido bastante bien su labor: mucho de lo que antes estaba ordenado ahora es bastante difuso; cumple recuperar las proporciones y las distancias entre los conceptos, reorganizar los estantes, volver a colocar los libros en su sitio, dejarlo todo más claro en la memoria.

1 comentario:

  1. Enhorabuena

    Mil gracias caigan sobre el texto que ansío leer. Y respecto al descanso del guerrero, es eso un descanso, que el retiro lo marca el sino.

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