Por fin eclosionó / parió Calimero / Sagasta, sumiso, manso y obediente a las reconvenciones de mamá Europa y de papá Obama. A papá Obama sobre todo, al que se muestra tan adulador desde que perdió con él la Guerra de Cuba; Sagasta nunca se recuperó de ello y desde entonces anda como lameculos y chupamindas del tío Sam/Obama. Papá Obama ha tenido un hijo blanco/banco, tal vez hijo de puta más que fijodalgo, pero es que Europa es la puta complaciente del país sin nombre, pero con dólares y fe en ellos. Recuerdo ese vídeo en que Obama mataba una mosca en directo con pasmosa eficiencia y muy poca efihumanidad; se ve que la mosca lo había confundido con una mierda por el color, y eso es algo que no podía permitir un antirracista como Obama. Las moscas es que no entienden nada; también aquí en España, por ejemplo, hasta los perros catalanes ladran en catalán. Yo soy como Obama (aunque no negro, salvo por un par de lunares): antirracista, hispanic, y no me caen mal ni siquiera los americanos paletudos porque en todo palético paletismo siempre hay un algo de honestidad y franqueza humana. Pero eso de pagar la negra la clase media por blanquibancos patrones y potrones pecadores, algo que incluso Obama ha perpetrado, me parece poco honesto y nada paleto. Una frivolité; Obama debía ser más paleto y menos prebendado prevendido y prebandido. No vale prevendarse los ojos del bolsillo para no ver lo que nos quitan. Suelen robar los bancos desde fuera, pero desde dentro, sin trabas ni trabuco, se roban más todavía. Ahora mismo nos acaban de robar un cinco por ciento y cada vez más riqueza se concentra en menos manos. de largas uñas. ¿Dónde está la mano invisible de Adam Smith? Probablemente, haciéndose una paja. Y se pasa por la entrepierna los acuerdos con los sindicatos y a los sindicatos mismos, aunque estén comprados hasta las cejas. Ahora mismo Sagasta acaba de hacer lo que decía el otro día el sociólogo Nicholas Taleb que hacen los políticos malos: "Combinar lo peor del capitalismo y lo peor del socialismo: socializar las pérdidas y privatizar los beneficios". Y mi banco patrón es, también, un tanto cabrón. Yo arrancándome mis contribuciones y Sagasta y don Pepito Bonito lamiéndose sus atribuciones. Los bancos patrones presionan a ese otro banco nacional, el gobierno, y el gobierno/banco/blanco nos cobra el 5 por ciento a los negros. No quiera tener cuentas con ese negrero soi-disant gobierno, sobre todo si son corrientes, que le contarán unos cuentos y no las cuentas. Con las cuentas de vidrio engañaban a los negros y con el inútil recuento de votos a los bobos que votan. Para ejemplos basta un botón: los altos cargos de Castilla-La Mancha se bajarán el quince por ciento del sueldo este año, pero el año pasado ya se lo subieron ellos el treinta por ciento. Con cosas como estas quieren dar ejemplo... pues lo dan, pero mal ejemplo. En España sólo valen los precedentes para hacerlo mal y no para hacerlo bien: eso no lo llaman precedentes, lo llaman idiotez.
Debería de hacerse una gran desamortización de bienes de la corrupción, seguro que se podía pagar la deuda nacional y hasta sobraba para cañas. O una liquidación de autonomías no históricas y una gran expropiación de promotoras inmobiliarias que inundara el mercado; o una ley anti intereses creados, vulgo especulación. Caería la bolsa, pero que caiga, que ya subirá: eso sería el aire que se escapa de la burbuja/pedo especulativo-corruptiva. Por último, un gran plan de repoblación forestal e infraestructuras (albañales y acequias para la mierda, por ejemplo) para dar trabajo a tanto parado menesteroso y sin formación, una reforma de la ley electoral, una ley educativa como la finlandesa y con dinero, y un impuesto a la publicidad. O a la mentira y a las excesivas ilusiones, que es lo mismo. Esas son alternativas, por supuesto no viables, no sólo por la inútil constitución que tenemos, sino por los más inútiles todavía políticos que padecemos. Qué mejor que la emigración inversa: habría que fomentar la salida de España de nacionales; pero es que al estado le da vergüenza reconocer que no fomenta nada en la piel de este toro raptado por Europa que no sea el choriceo, la mangancia, el embudo y la cortapisa. La injusticia, en fin.
Debería de hacerse una gran desamortización de bienes de la corrupción, seguro que se podía pagar la deuda nacional y hasta sobraba para cañas. O una liquidación de autonomías no históricas y una gran expropiación de promotoras inmobiliarias que inundara el mercado; o una ley anti intereses creados, vulgo especulación. Caería la bolsa, pero que caiga, que ya subirá: eso sería el aire que se escapa de la burbuja/pedo especulativo-corruptiva. Por último, un gran plan de repoblación forestal e infraestructuras (albañales y acequias para la mierda, por ejemplo) para dar trabajo a tanto parado menesteroso y sin formación, una reforma de la ley electoral, una ley educativa como la finlandesa y con dinero, y un impuesto a la publicidad. O a la mentira y a las excesivas ilusiones, que es lo mismo. Esas son alternativas, por supuesto no viables, no sólo por la inútil constitución que tenemos, sino por los más inútiles todavía políticos que padecemos. Qué mejor que la emigración inversa: habría que fomentar la salida de España de nacionales; pero es que al estado le da vergüenza reconocer que no fomenta nada en la piel de este toro raptado por Europa que no sea el choriceo, la mangancia, el embudo y la cortapisa. La injusticia, en fin.
Discrepo en lo del color de la mierda. El tono del presidente norteamericano es el marrón mojama. Color estrella de las últimas temporadas de las pasarelas políticas, como lo fue, el también norteamericano, naranja Guantánamo.
ResponderEliminarApoyo lo de la desamortización
Yo también apoyo las desamortizaciones y en absoluto me parecen utópicas sino la única vía para recuperar la democracia. Te envío una carta que pienso mandar a periódicos pero primero a ti, a tu blog
ResponderEliminarEN DEFENSA DE GRECIA
Señor Director:
Me duele que a los hermosos países de Saramago y Pessoa (P), Leonardo y Miguel Ángel (I), Homero y Hesíodo (G) , Goya y Velázquez (S) nos hayan adjudicado el sobrenombre de cerdos o PIGS. No creo que el Sur sea mejor que el Norte pero tampoco me agrada que nos desprecien desde Bruselas o Strasburgo. A veces, viajando por Alemania o Inglaterra he sentido que los rubios hiperbóreos protestantes nos contemplaban como graciosos monitos morenos. Nada ha cambiado en la Desunión Europea.
Estas líneas solo pretenden reivindicar el sagrado nombre de Grecia. Recordar a quien lo leyere que sin Grecia no habría teatro. Ni filosofía. Ni geometría. Ni psicología. Ni gimnasia. Ni lírica. Ni gramática. Ni mitología. Ni clasicismo… (Y todas las que se me olvidan).
En periódicos y demás medios yace en el fango el nombre de Grecia, sinónimo ahora de subdesarrollo.
No crea que hablo de glorias del pasado sino de la actualidad de los griegos. He viajado tres veces a Atenas y a las islas y durante años he estudiado el heleno moderno. Sé de primera mano que Grecia es un país feliz y sabio. Allá tengo aún amigos que me darían un beso nada más verme y me obsequiarían con el arte de la “xenophilía” u hospitalidad. Con frecuencia en Grecia me parecía que mi mente y mi corazón eran demasiado pobres en comparación con la inteligencia y la sensibilidad de los descendientes de Odiseo.
En la hermosa y agreste isla de Ikaría aprendí cómo es el alma de los griegos. El coche –al que llamábamos “Aristotílis”- podía estropearse en medio de una carretera de montaña: No pasaba nada: Una sonrisa, un chiste y el Recurso en forma de un vecino que pasa y sabe algo de motores, de otro que trae un alambre o una tirita. No existe la prisa. Se aparta el espíritu de las preocupaciones. Se vive para el goce. El goce es el baile (pues todo griego que se precie sabe bailar), la conversación, el krasí en la plazoleta de verano, el erotismós, la playa y por supuesto el afán de los griegos por darte bien de comer.
Ojalá nada de esto que conocí en primera persona no hace tanto (mi última estancia fue en 2007), se pierda nunca.
Los que no han estado ni la han amado, los que no han visto el cielo del Ática ni han navegado por las Cícladas, confunden a los griegos con sus políticos: No he visto un solo programa ni he leído un solo artículo donde se entreviste a los ciudadanos y se les deje hablar ante las cámaras. No es un pueblo que padezca problemas de expresión precisamente. ¿Por qué no les preguntan a los taxistas, a los profesores, a los poetas, a los músicos, a los popes, a los albañiles griegos qué piensan de su deuda? Sería mucho más sustancioso que volver a cacarear los datos de los préstamos, la enormidad del déficit o que mirar el aburrido culo de Ángela Merkel, el bigote de Papandreu, la chaqueta de Sarkozy.
La vida de Grecia y la nuestra no está ahí, en las reuniones de las altas esferas; está en el talante genial de la gente.
Más temprano que tarde echaremos de la dirección del mundo a los hombres de los ternos azules. Sin asaltos ni muertos. Sin quebrar el orden legal. Sin entregarnos a nuevos tiranos.
Más temprano que tarde los que creemos en Grecia, en la Humanidad refundaremos la democracia que se está perdiendo.
Ahora es una utopía; mañana será una realidad.
Egó eimai helenikó. Yo soy griego (y español) (kai ispanikós). Vivan los PIGS.
Javier Lumbreras