No había leído a Antonio Gamoneda, y su obra poética completa editada por el Círculo de Lectores ha supuesto para mí un genuino deslumbramiento. Son hermosos esos blues, esa capacidad evocadora, esa palabra desnuda, doblemente significante, el peso de esa memoria astillada y doliente, transfigurada por la depuración estilística del dolor; el magistral uso del ritmo paralelístico y la economía descriptiva. Debo leerlo y estudiarlo más, es ave de altos vuelos y un justo premio Cevantes.
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