lunes, 19 de febrero de 2007

Últimas palabras antes de morir

He visto una interesante recopilación de últimas frases; se supone que lo último que uno dice en la vida tiene que tener algún sentido; desde luego, bien poco se puede añadir después, así que, aunque no fuera muy sabio, resignado, banal o aburrido, por lo menos es bastante definitivo en cuanto a lo que uno puede pensar de esta vida. Aquí van algunas que me han gustado o que me han hecho pensar.

¿Ha hecho las paces con Dios?
-Nunca hemos discutido, (Henry David Thoreau)

No es necesario que perdone a mis enemigos, a todos los he hecho matar, (Ramón María Narváez)

-Perdone a sus enemigos
-No puedo, padre, están todos muertos. (Espartero)

Voltaire: ¡En nombre de Dios, déjeme en paz!, (a un cura)

Adios hijos míos, no es vuestra la culpa ¡viva la escuela! Francisco Ferrer y Guardia

¿Morirme? No creo. Ningún Barrymore permitiría que le sucediese algo tan convencional (John Barrymore)

María Montessori
¿Ya no se me necesita?

Espero que la ausencia sea alegre y espero nunca regresar, Frida Kahlo.

José Ortega y Gasset, En este país uno no puede siquiera morirse en paz (ante el incordio de un cura para que se convirtiera)

-¿Morir resulta difícil?
-Sí, pero no tanto como en una comedia
. (El actor Edmund Gwen)

En su obra falta aún un papel: alquien obliga a un amigo que se está muriendo a escuchar una comedia en cinco actos: ¿No resulta realmente cómico? (Jean Cocteau, a un joven autor que le leyó una comedia en su lecho de muerte)

-¿Cómo se encuentra?
-Me estoy muriendo, pero por demás muy bien. Edith Sitwell

Si Dios existe, exagera (Georges Brassens)

-Y ahora, siguiendo la política del canal 40 de ofrecer lo último en sangre y vísceras, a todo color, están a punto de presenciar otra primicia, un intento de suicidio. (La presentadora Christine Chubbuck, antes de pegarse un tiro en directo ante las cámaras)

-El señor tenga piedad de tu alma. Charles Chaplin
-¿Por qué no? Después de todo, le pertenece.

Pancho Villa, a un periodista antes de ser fusilado:
No deje que termine así; cuénteles que dije algo.

He estado en todas las cimas, la vida es algo magnífico; ayúdeme a morir (Rainer María Rilke).

Esto es una tortura, no tiene sentido alargarlo (Siegmund Freud; su médico le inyectó morfina y murió)

Manolete: ¡Qué disgusto le voy a dar a mi madre! Don Luis, no veo, ya no veo nada.

Franco:
¡Qué duro es morir!

Abderramán III, califa de Córdoba,
Tras cincuenta años de gobierno, honores, riquezas y placeres de felicidad aparente, sólo he sido feliz de veras durante catorce días, y no seguidos, pero han sido los suficientes

El sufí Al-Hallaj: Mi vida está en la muerte y la muerte está en mi vida.

Bienvenida, Hermana Muerte (San Francisco de Asís)

Jan Huss, ¡Oh santa simplicidad! (Cuando una mujer echaba más leña al fuego donde se quemaba vivo por hereje)

Aquellas coplas antiguas, que fueron en su tiempo celebradas, que comienzan: "Puesto ya el pie en el estribo", quisiera yo no vinieran tan a pelo en esta mi epístola, porque casi con las mismas palabras la puedo comenzar, diciendo:
Puesto ya el pie en el estribo
con las ansias de la muerte,
gran señor, ésta te escribo.
Ayer me dieron la Extremaunción, y hoy escribo ésta. El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan, y con todo esto, llevo la ida sobre el deseo que tengo de vivir, y quisiera yo ponerle coto hasta besar los pies a vuesa Excelencia; que podría ser fuese tanto el contento de ver a vuesa Excelencia bueno en España, que me volviese a dar la vida. Pero si está decretado que la haya de perder, cúmplase la voluntad de los cielos, por lo menos sepa vuesa Excelencia este mi deseo. Mi vida se va acabando y al paso de las efemérides de mis pulsos, que, a más tardar, acabarán su carrera este domingo, acabaré yo la de mi vida [...]. Adiós gracias; adiós donaires; adiós, regocijados amigos: que yo me voy muriendo, y deseando veros presto contentos en la otra vida Cervantes

John Donne:
Sería un miserable si no pudiese morir.

Lady Montagu:
Todo ha sido de lo más interesante .

Inmanuel Kant:
Es suficiente.

Dios me perdonará: es su oficio. Heinrich Heine.

Cerrar las cortinas no: deja que entren, vienen a por mí
Lammenais

Vincent van Gogh: La tristeza permanecerá para siempre.

Mark Twain: Acaso nos encontraremos (para su hija)

No tiemblo. Nada me turba. ¿Miedo? ¿Por qué y de qué? Morir es como abrir una puerta cerrada (Benito Pérez Galdós)

Hart Crane, Adiós a todos, y se arrojó al mar.

George Bernard Shaw, a su enfermera:
Usted intenta conservarme como un viejo objeto curioso, pero he terminado y voy a morir.

Wittgenstein: Dígales que mi vida ha sido curiosa.

George Sanders, actor inglés: Me suicidó por aburrimiento.

Jorge Luis Borges: Falta poco para saber quién soy.

Nerón: Qué artista muere conmigo.

Injusto, pero previsible: es el destino de la mayoría de los hombres importantes de Atenas. Foción, antes de ser condenado a beber la cicuta.

Rodrigo Calderón: ¿Esto es afrenta? Esto es triunfo y gloria.

Teresa Cabarrús. ¡Qué vida la mía! ¿No es verdad que parece un sueño?

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