sábado, 24 de noviembre de 2007

La crisálida, de José Luis Margotón y Álvar Vielsa

Ayer fui al estreno del primer largometraje dirigido por mi amigo José Luis Margotón junto a un tal Álvar Vielsa que no conozco pero que debe estar más o menos comprometido en el grupo y tertulia tetera de Pachamama. El lugar escogido fue el Cine Teatro Quijano; la entrada, muy buena: casi lleno. Muchos de ellos eran conocidos de los directores o los actores, incluido yo mismo. La película es en realidad una serie de cortometrajes unidos por una temática feminista común; claro está que se trata del feminismo de Margotón, en cuya novela se inspira el filme, un feminismo de hombre y del siglo XIX, que no deja de tener su atractivo para alguien como yo, que soy también algo decimonónico. La calidad técnica era muy superior a la que cabía esperar, así que puedes estar tranquilo, Margotón (me decía antes del estreno que en la hojita programa de cine, muy bien impresa por cierto, había una falta de ortografía garrafal; que lo decía por mí, "que soy muy técnico"). Únicamente, acaso, los contrastes de luz, buscados, resultaron un tanto pronunciados y alguna transición salió algo descompensada; defectos que no deslucen nada, y que son imputables al material más que a la habilidad visual de los autores; sí podría decir que eché en falta más diálogo y menos monólogo y abuso de la voz en off. Se trata de un cine simbólico, con bellos párrafos a veces, como eso de que el mar era antiguamente bueno y dulce; la tormenta, el caracol y el terremoto, y el simbolismo de lo natural tiene que ver en las referencias culturales de la cinta. La banda sonora, con calidad, pero mal escogida cuando se trata de lo clásico; habría que buscar algo menos pretencioso, pero aún así está todo proporcionado y tiene sentido. Es una buena y sólida película, con su particular poesía, pero que puede desorientar bastante a quienes no conozcan a sus autores.
Propone varios estereotipos de mujeres desdichadas: la viuda solitaria; la prepotente y soberbia; la puta; la loca y la feminista del siglo 21. Cada capítulo se denomina condena; y en el prologuillo en off que se recitó antes de la proyección se avisa de que se trata de un homenaje a las feministas del siglo XIX. Se ve que la intención última de los autores es denunciar que las mujeres hacen de los hombres unos monstruos como los de Frankenstein. Mi amigo Paco Chaves, por cierto, hace bien el papel de alimaña; las chicas, bien, para no ser unas profesionales, como se hace según los preceptos del cine neorrealista, que tampoco lo es. Mi amigo José Luis Margotón puede felicitarse; espero que haga más largometrajes... y a ver si también puedo participar yo en ellos ;-).

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