domingo, 25 de noviembre de 2007

Privatización del pensamiento

Algunas compañías hinchapelotas de explotación humana están pensando en privatizar sus colores corporativos; por ejemplo, T-Mobile, que ha registrado el color magenta, que nosotros llamaríamos morado, añil, lila o violeta, como de su propiedad en Alemania y Holanda; los pintores y los niños tendrán que pagar derechos cuando utilicen un pincel o un lápiz de ese color; no tardarán en pedir dinero hasta por el uso de las líneas rectas. El colmo; algo parecido hace la Sociedad de Autores de España privatizando el sonido y el pensamiento. Habrá que pagar derechos hasta por los genes que uno está usando o consumiendo con permiso o sin él y Dios tendrá que pagar derechos si una de sus nubes toma una vaga forma que recuerde a una botella de Coca-Cola; si nos negamos, no estaremos registrados y podremos pasar a disposición judicial, bajo unas rejas como código de barras, pagando por el aire contaminado por esas mismas compañías y por el derecho a cagar una mierda con copyright.

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