sábado, 1 de diciembre de 2007

Julián Juderías, Luis Español, Álvaro Tato

Luis Español y Bouché ha escrito una biografía modélica en estilo, inteligencia y amenidad, sobre el tan importante como para los profanos desconocido historiador y sociólogo Julián Juderías (1877-1918); sucede con este libro lo que con pocos en su género: que el autor reluce tanto como el biografiado. Se disfruta por estas dos caras y se lee a la vez como una novela y como un ensayo, te hace pensar y disfrutar a un tiempo y le reconcilia uno con la lectura; después de todo, todavía hay alguna gente que sabe escribir y pensar el castellano; Juderías era, también, un gran escritor: sólo hay que leer su descripción de Odessa, fuera de ser alguien tan valioso como sus contemporáneos del Regeneracionismo: un pionero en el análisis sociológico de la miseria y el crimen. También en la movediza arena de la poesía he encontrado en la Biblioteca Municipal otro alimento para el espíritu; el del ganador ex aequo del premio Hiperión de esta añada, Álvaro Tato y su libro Cara máscara. Fertiliza el pensamiento y la sensibilidad leer sus barrocas pero alquitaradas meditaciones sobre apariencia y realidad y sobre la (in)trascendencia de la palabra poética en forma de palabrarios que son también una representación tan física como mental en género y estilo. Algunas de sus piezas relucen, sobre todo, más por lo que evocan que por lo que son, y eso es condición de una cierta buena literatura. Por ejemplo, su monólogo dramático sobre Juan Rana, y no es el único caso, pues el libro abunda en piezas tan logradas como esta.

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