sábado, 26 de abril de 2008

El placer bien entendido empieza con el de los demás

Víctor Puig: "La fortuna cuando la repartes sabe mucho mejor". Pues claro que sí. ¿Es verdadero goce el disfrute de algo sin que los demás puedan gozar al menos una parte? Sólo un psicópata carente de empatía disfrutaría de su buena suerte sin compartirla. Los egoístas son, por lo general, bastante estúpidos y poco humanos y destruyen cualquier vínculo social. Bien lo sabían los griegos: sin su dimensión social, el hombre no puede ser feliz y ni siquiera puede ser hombre. El problema, en todas las éticas, ha sido siempre definir hasta donde llega esa dimensión social y cómo se configura. Los mismos griegos eran esclavistas y no se llevaban muy bien entre sí. Nosotros diríamos que la más homogénea es la mejor, pero el capitalismo insiste en dicotomizar las cosas entre ricos y pobres y en justificar la pobreza de unos según los límites materiales de su entorno. La sostenibilidad es una forma de homogeneidad que puede erigirse y debe en un ideal necesario, pues redistribuye la riqueza más equitativamente; la mundialización, o como también suele decirse y más, mundialización, es beneficiosa; ¡ojalá ocurriera lo mismo con la información, que nos viene sesgada siempre por unos intereses bien localizados! Internet es una buena fuente, en toda su imperfectibilidad, de información no sesgada: cada cual puede hacerse sus propios criterios de "búsqueda de información", que es también una "búsqueda de la felicidad".

No hay comentarios:

Publicar un comentario