miércoles, 16 de abril de 2008
Mujer decapitada por una sociedad incompetente. Mientras, el hijo se pasea con la cabeza de su madre bajo el brazo; y los culpables, en libertad.
Que el mundo se hunda, pero que se haga justicia.
VIOLENCIA DOMÉSTICA
La mujer decapitada en Murcia denunció en televisión que su vida corría peligro
El parricida había estado en tratamiento psiquiátrico, pero no había orden de alejamiento
AGENCIAS
MURCIA.- Teresa Macanás, la mujer decapitada por su hijo el lunes en el municipio murciano de Santomera, era consciente del peligro que corría su vida y estaba aterrorizada.
"No es malo, no es malo. Pero lo que él toma lo hace malo. Y a nosotros nos está destrozando la vida. Y yo ya no puedo más. No puedo más porque sé que va a pasar una desgracia muy grande. (...) Hasta que nos dé un golpe y nos mate".
La víctima hizo estas declaraciones en 2001 al programa 'Gente' de Televisión Española, entre sollozos y temerosa de que el tratamiento psiquiátrico seguido por su hijo y las cuatro detenciones por maltrato efectuadas por la policía no fueran efectivas, como así ocurrió.
La fallecida pedía la ayuda de la Justicia para una situación descontrolada: "Yo ya no espero nada bueno de esto. Porque lo mismo que destrozó los muebles (...), me tira a mí un mueble y me mata. Y una vez que uno está muerto, ¿qué pasa? Lo cogen, lo detienen y a la cárcel. Y yo muerta y él a la cárcel. Y ya no hay más soluciones", dijo.
Ahora, familiares y allegados velan los restos mortales de Teresa Macanás, que será enterrada el miércoles a mediodía.
El agresor, Angelo Coratenuto Macanás, de 34 años, fue ingresado en la prisión de Font Calent (Valencia), tras haber sido interrogado en la comandancia de la Guardia Civil de Murcia.
El delegado del Gobierno en Murcia, Ángel González, ha subrayado que el hijo de Teresa Macanás, que paseó la cabeza de su madre, envuelta en un trapo bajo los brazos, por la plaza del Ayuntamiento de Santomera, "había sido arrestado hasta cuatro veces por malos tratos a ésta".
González explicó que, "en estos momentos, no había una orden de alejamiento", y calificó los hechos como "un delito de violencia doméstica, y no de género ni contra la mujer".
Se da la circunstancia de que en esta misma ciudad tuvo lugar, el 18 de enero de 2002, el asesinato de dos niños de 6 y 4 años a manos de su madre, quien los estranguló con el cable de un teléfono móvil.
La Justicia, salpicada por la polémica tras los 'errores' de las últimas semanas
Actualizado miércoles 16/04/2008 00:05
ELMUNDO.ES
MADRID.- La Justicia se ha abonado a la polémica en las últimas semanas con varios casos trágicos que han evidenciado graves errores judiciales y fallos en el sistema. El reciente parricidio de Murcia es sólo el último ejemplo de una lista en la que sobresale el 'caso Mari Luz' por haber despertado la alarma social.
Decapitada por su hijo reincidente
El 14 de marzo, Ángel Carotenuto degolló a su madre en Santomera (Murcia). Antes de ser detenido por la policía, el presunto parricida paseó con su cabeza, envuelta en un paño ensangrentado, por las calles del pueblo mientras decía: "La he 'matao'... ahora estás callada, te quiero mucho". Desgraciadamente se cumplía el pronóstico de Teresa Macanás, la víctima, que había denunciado en televisión que su hijo esquizofrénico acabaría con su vida tarde o temprano.
Las múltiples denuncias y condenas no sirvieron para proteger su vida. Ángel, fue detenido en cuatro ocasiones. Cumplió dos sentencias firmes por maltrato y amenaza en el ámbito familiar de un año y siete meses, respectivamente, en un centro psiquiátrico entre 2004 y 2005 y en 2006. Se le dictó una orden de alejamiento que finalizó el 30 de agosto de 2007 y se le prohibió la tenencia de armas hasta el 1 de febrero de 2008. Sin ninguna medida de protección vigente, asesinó a su madre tal y como ella predijo.
437 días 'gratis' en prisión
José Campoy estuvo más de un año en la cárcel por un delito del que había sido declarado inocente. Exactamente 437 días. Ni la jueza, ni el fiscal, ni el abogado se dieron cuenta. Fue la curiosidad de un funcionario de la prisión de Albolote quien, extrañado, descubrió con una llamada al juzgado que Campoy estaba en libertad desde hacía 14 meses.
La titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Motril (Granada), Adelina Entrena, deberá pagarle una indemnización de 103000 Euros. Por otra parte, la Comisión Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) le ha abierto expediente disciplinario por cuatro faltas muy graves por no liberar a Campoy y a otros dos presos más cuando les correspondía.
Dos denuncias antes de matar a su ex pareja
Otro caso de violencia doméstica ha estremecido a la sociedad en las últimas semanas. El asesinato de una mujer y su pareja presuntamente a manos del ex marido de ella y padre de su hijo de cuatro años, quien presenció los hechos en Alovera (Guadalajara).
La mujer había presentado dos denuncias por malos tratos contra su marido, en 2003 y 2006, además de otra por haber quebrantado la orden de alejamiento en abril de 2007. Entonces, el presunto agresor, militar de profesión, fue detenido y luego puesto en libertad. El juez también le había ordenado la entrega de una escopeta de aire comprimido, así como otras armas que pudiera tener.
La mujer llevaba un dispositivo de telealarma pero no pudo activarla. El agresor se dirigió de madrugada al chalet de la pareja y tras llamar al timbre le descerrajó dos disparos al hombre, que fue quien le abrió. Acto seguido fue en busca de su mujer, que estaba en la cocina y le disparó tres veces, para luego quitarse la vida. Y todo ello en presencia de su hijo.
Negligencia en el caso Mari Luz
Ha sido con diferencia el caso que más ha conmocionado a la opinión pública. Santiago del Valle García, el presunto asesino de Mari Luz, llevaba seis años esquivando el peso de la Justicia y eludiendo la cárcel. Que se sepa, en 1998 abusó sexualmente de su hija en continuas ocasiones. Un juez de Sevilla, Rafael Tirado Márquez, tardó cuatro años en considerar probados los abusos y condenó al pederasta a dos años y nueve meses de prisión. La defensa del acusado recurrió ante la Audiencia Provincial de Sevilla y ésta tardó tres años en confirmar la sentencia.
Cuando el Juzgado número 1 de lo Penal de Sevilla intentó contactar con el procesado, éste ya no vivía en la capital andaluza y fue declarado en paradero desconocido. En realidad se había trasladado a Gijón con su mujer, donde acosó a otra menor, y fue detenido, juzgado y condenado por ello. A su historial delictivo y judicial se sumaba otra condena por tocamientos a una niña de Sevilla, pero como la primera condena aún no era firme, la falta de antecedentes le permitió seguir en libertad. La impunidad de sus abusos le permitía seguir actuando.
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