jueves, 26 de junio de 2008

El infierno en verano

Agh. El yunque del sol. Esto es inhumano. La gente debe estar cociéndose a fuego lento dentro de sus casas como dentro de hornos, sacando las cabezas por las ventanas como las tortugas o los caballos en las caballerizas. El sol aprieta, ahoga, estrangula, la gente chorrea por todos sus poros y desaparece exudada en un charco o se fríe en su propia salsa, tostada como rebanada de pan en un sofá. No corre brizna de aire. Todo el mundo corre al peluquero a raparse al cero para evitar que se le caliente y evapore el cerebro. No lloran sólo los ojos, lloran las orejas, las narices, las cejas, la frente, la barbilla, los codos. Hay cola en la ducha, la nevera está atiborrada de agua y refrescos y dormimos con las ventanas abiertas de par en par.

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