jueves, 20 de noviembre de 2008
Onetti
Leer a Onetti deprime casi tanto como leer a Leopardi. No lo he frecuentado demasiado, aunque recuerdo un relato que me impresionó por la enfermiza sensación de ahogo y la tristeza infinita que traslucía casi físicamente. Vargas Llosa, por lo visto, acaba de publicar un ensayo sobre él, donde afirma que la obra del escritor que pasó los últimos años de su vida sin salir de la cama es un reflejo de Hispanoamérica, donde todo queda frustrado. Todo lo que nace, vive y, sobre todo, muere allí. Y la obra de Onetti es también una huida de todo eso por medio de la fantasía. Lo he copiado en mi blog Redvista de Prensa.
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