Cita el amigo Rafael Robles a Savater: (El valor de educar, Barcelona: Ariel, 1991, p 17):
Mi actitud, nada original desde los estoicos, es contraria a la queja: si lo que nos ofende o preocupa es remediable debemos poner manos a la obra y si no lo es resulta ocioso deplorarlo, porque este mundo carece de hojas de reclamaciones.
Supongo que esa es la tarea del héroe. Ahora bien, un mundo sin quejas sería tan extraño como un mundo perfecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario