Enrique Urquijo
Este hombre, como muchos, llevaba escrito en la mirada su destino. Pero aparte de la tan famosa y memorable Déjame, escrita en unos impecables eneasílabos, dejó muchas otras canciones destrozadoras, como la que dedicó a su única hija María, Agárrate fuerte a mí.
...No quiero si desaparezco
ResponderEliminarque nadie recuerde quien fui...
¿Se puede ser más claro? ¿no éramos enanos subidos en hombros de gigantes? ¿no somos abono para los del porvenir? ¿no son nuestros vástagos nuestra prolongación? Supongo que al renunciar a ello, escupía sobre su pasado y deseaba con todas las fuerzas reunidas que María encontrara algún gigante sobre el que mirar al horizonte sin miedo, ni mierda.