Mientras un disidente cubano moría tras 86 días de hambre, voluntad y dignidad en su cárcel, por el solo delito de pensar libremente, Fidel, Lula y demás dirigentes hispanoamericanos se abrazaban y posaban risueños para una foto. Quedará el nombre de estos últimos, no el de los muertos por su causa. En Barcelona, muere un bombero tras salvar la vida a un niño que se había quedado atrapado en un transformador eléctrico y el niño se debate ahora mismo entre la vida y la muerte. No hay foto del suceso; no tengo nada más que decir.
sábado, 27 de febrero de 2010
Disidentes
Mientras un disidente cubano moría tras 86 días de hambre, voluntad y dignidad en su cárcel, por el solo delito de pensar libremente, Fidel, Lula y demás dirigentes hispanoamericanos se abrazaban y posaban risueños para una foto. Quedará el nombre de estos últimos, no el de los muertos por su causa. En Barcelona, muere un bombero tras salvar la vida a un niño que se había quedado atrapado en un transformador eléctrico y el niño se debate ahora mismo entre la vida y la muerte. No hay foto del suceso; no tengo nada más que decir.
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