sábado, 27 de febrero de 2010

Del fin de la historia al apocalipsis de la crisis

De El País, hoy:

Entre 1990 y 2006 el número de democracias pasó de 76 a 123. Nada parecía capaz de cuestionar los logros y los cimientos políticos liberales. Francis Fukuyama insinuó provocativamente en 1989 que el mundo se hallaba ante "el fin de la historia", como "punto final de la evolución ideológica humana y universalización de la democracia liberal como forma final de gobierno humano". [...] Veinte años después, esa fuerza expansiva se halla en un grave estancamiento. Las democracias llevan tres años retrocediendo, y se han reducido a 116. [...] A los factores específicos, nacionales, de cada colapso, se suma ahora un preocupante temblor global: la crisis económica. Incubada y estallada en el seno del capitalismo, se abate ahora sobre el modelo político liberal con agresividad, alimentando frustración popular y evidenciando fragilidades de su sistema de gobierno. A la ineptitud para regular adecuadamente los mercados financieros, los gobiernos democráticos suman ahora tremendas dificultades para paliar el desastre y tomar medidas necesarias pero impopulares. Si las democracias ricas titubean, las pobres tiemblan. "En el análisis del impacto de la crisis es fundamental dividir entre esos dos grupos. En el primero, por ejemplo, se extiende el caldo de cultivo para el populismo; pero en el segundo, directamente hay riesgos de colapso del sistema político", argumenta Ignacio Urquizu, profesor de Sociología de la Universidad Complutense, remitiendo a un interesante estudio de Adam Przeworski y Fernando Limongi, Modernization: theories and facts. Przeworski y Limongi han observado 101 democracias entre el año 1950 y el 1990. Ninguna de las 32 con renta per cápita superior a los 6.055 dólares colapsó en todo el periodo estudiado; entre las restantes 69, cayeron 39. De ellas, 18 lo hicieron al año siguiente de un retroceso de la renta per cápita. "Las democracias, especialmente las pobres, son extremadamente vulnerables en los ciclos económicos negativos", concluyeron los dos profesores sobre la base de contundentes datos. El ensayo es de 1997.

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